Partida Rol por web

Luego de un gesto humilde oculto entre las palabras del Enano y el Bardo habiendo recibido los preciados tesoros y sintiendo que la influencia del artefacto se ha perdido en el interior del cofre que ahora en sus manos tiene Cejohierro concentro mi atención en el recién llegado, por su rostro grave y sus gestos toscos intuyo que su visita no es precisamente por placer, su asunto parece grave sus razones aun desconocidas.

La aparición de Dain sorprendió a Inelgram, parecía que el honor obtenido tras aquella aventura no paraba de incrementarse por momentos.Ya no sería buen aliado de los elfos sino que también sería bienvenido en el reino de los Enanos.Era digno de recordar y así lo haría.Al escuchar las palabras del recién llegado enano, entendió que la aventura allí había finalizado.Se sentía ligeramente afligido pero emocionado por haber completado otra aventura con éxito.Sólo le esperaba la despedida de sus recién hechos amigos y esperar un nuevo encuentro en algún otro lugar de la Tierra Media.

Se despidió enérgicamente y con emoción, pero ocultándola con un rostro serio aunque a pesar de ello emanaba camaradería y una amistad que perduraría al menos para él para el resto de su vida.Un pasaje de su vida allí había terminado, y seguro que en otro lugar de ese mundo ahora posiblemente más seguro, había otra esperándole, porque el mal siempre acechaba y nunca descansaba, al igual que el valeroso y rudo beórnida Inelgram apodado el Callado pero para muchos con un corazón que gritaba profundos sentimientos.

Gotrek se sorprendió de que apareciera ahí el mismísimo Dáin , rey bajo la montaña , al cual hizo una reverencia al aparecer. Escuchó las palabras del rey enano y supo que había hecho lo correcto , aún cuando le hubiera gustado hacer mucho más .

Gracias gran Dain , rey bajo la montaña que nunca crezca rala vuestra venerable barba .

Contestó tras la reverencia dada el rey enano adulándolo por los cumplidos que acababa de hacerle ; sin duda su retorno sería más dulce de lo que hubiera esperado en un principio , lo cual hacía que el corazón del enano se sintiera reconfortado  .

Ante la inesperada entrada de Dain, Lodin hincó rodilla en tierra y calló. Al menos hasta que el Señor de Erebor dijo lo que debía, y pudo ya incorporarse.

Tras escuchar a sus otros compañeros, el Hombre del Valle compartió: - Un placer vuestra presencia, la cuál ni merecemos, majestad, y sólo deciros que vuestra generosa invitación a la Montaña Solitaria será aceptada sin duda. -

Se detuvo unos segundos antes de añadir:

- Me place comprobar que hemos ayudado a reforzar la alianza entre elfos, enanos y hombres de distinta índole. Aunque nuestra compañía tuvo sus roces al principio, a causa de nuestras diferencias, bien es cierto que al finál pudimos superarlos y salir victoriosos. - Se sentía algo parlanchín, así que continuó. - Y he de decir, que si de nuevo tuviera que enfrentarme a la muerte, o precisara la ayuda desesperada de alguien, desearé haber tenido a mi lado a cualquiera de ellos. Os aseguro que a partir de ahora no permitiré que nadie menosprecie a enano, hombre del bosque, elfo o beórnida alguno en mi presencia. Un placer haberos conocido, amigos, y suerte. - Y realiza un caballeroso saludo hacia Gotrek, Celabriän, Inelgram y Teudis.... si olvidar a Valsir (aunque fuera alguien que se nos unió más tarde).

Al día siguiente, seguramente compraría en el mercado de la Ciudad del Lago una carreta para tarsportar el tesoro, y alquilaría guardias para ayudar a protegerlos, en su camino de retorno hacia Valle, antes que el invierno hiciera poco paracticables los caminos. Puede que aquella fuera la última vez que viera a aquellos nuevos compañeros de batalla.