Partida Rol por web

Entro al lugar buscando lo mas parecido a un lecho dejo algunas de mis cosas sobre el y luego miro si hay fuego encendido para atizar alguna llama o debo de encender uno – Bueno al menos tenemos donde descansar, aunque la verdad no es buena idea dejar muertos fuera de casa podrían atraer bestias salvajes o peores peligros, un entierro rápido y sencillo, o tal vez una hoguera con todos los cadáveres sea mejor idea – en mi mente lo sigo percibiendo como una terrible idea, pues una humareda de gran tamaño también podría acercar curiosos

Deja toda la mercancía que portaba sobre el suelo, su petate de viaje y demás cerca de él, le gustaba tener sus cosas bajo control.Se sienta lentamente apoyándose en una de las esquinas de aquella casa.Con lanza en mano permanece silencioso, observando disimuladamente y de manera deconfiada a sus compañeros.Aún no lograba fiarse de ellos, pero que le iba a hacer, era su forma de ser como beórnida.

Conforme la noche va avanzando el cansancio y la necesidad de recuperar energías se apodera de él haciendo que sus párpados calleran lentamente.No se doromiría del todo, se mantendría alerta con la ayuda de su agudo y fino oido.No le importaba la idea de encender o no una hoguera, estaba cómodo tal cual, confiaba en sus gruesas pieles las cuales nunca le habían fallado y las cuales en tantos viajes le habían acompañado.

Sobre los cuerpos, no esperaba más de ellos que se pudrieran al aire libre, un gran deshonor, trajeran o no bestias, si era necesario también acabaría con ellas.

Deberíamos darle al menos un entierro , no son orcos asquerosos , pero tampoco voy a trabajar para que sea un entierro digno de un guerrero , ¿ alguno va ha echarme una mano o es que teméis haceros una ampolla en vuestras suaves manos ? . 

- Voy contigo Cejohierro, después de todo Proponer y no hacer, no es mi estilo - mientras miro sutilmente a Lodin - Aunque admito que clavarme en el fango tampoco lo era hasta hace un rato - Me rio con fuerza mientras salgo del lugar acompañando a cejohierro

Sin decir palabra, Lodin se siguió a Teudis y Gotrik para echarles una mano con los cadáveres.

El huerto resulta tener la tierra lo suficientemente blanda como para enterrar a los muertos, y al cabo de un rato volvéis, algo más cansados pero con la satisfacción de haber hecho lo correcto.

A la mañana siguiente, descansados y refrescados por haber podido dormir con más comodidad de lo habitual, emprendéis la ruta siguiendo el antiguo rastro.

Pasan las horas y anochece sin que hayáis llegado a destino.

Tras haber realizado un profundo descanso con su correspondiente meditación al amanecer, sin más demora se pertrecha, agarra todas sus pertenencias y de nuevo comienza a seguir aquel interminable rastro que tantos días les estaba obligando a andar y tantos parajes que recorrer.Sin duda alguna, esperaba que ese maldito trasgo fuera un buen adversario a la hora del combate, pues no merecían menos tras tanto tiempo perdido en su búsqueda.

De nuevo, pasa otro día sin emoción ni sangre.El camino se hacía eterno pero no había queja por parte del beórnida.Simplemente se centraba en seguir el ritmo, permanecer callado y concentrado en cuanto a todo lo que le rodeaba.Entre tanta concentración, casí no aplicaba atención al viaje en si.

A Lodin no le hacía gracia viajar hacia el Sur, una zona más árida y seca. Pocos animales, pocos árboles y poca gente. Por algo aquella familia había abandonado aquella región para dirigirse a la jóven y próspera nueva ciudad de Valle.

Aun así, a medida que avanzaban Lodin soñaba con que alguna vez el reino de Bardo se expandiera y, tal vez no ho, pero quizás dentro de varias generaciones, aquellas tierras se repoblaran de colonos, cubriéndose con florecientes campos de cultivo y pastos para el ganado.

Pasáis la primera noche sin incidentes acampando en un bosquecillo resguardado

Por la mañana, cuando os preparáis para partir, Gotrek divisa lo que parece una nube negra a una media hora de marcha, por encima de otro bosquecillo, y os indica por señas que os echéis al suelo. Se trata de una bandada de pajarracos negros que se dirigía hacia vosotros, pero al poco tuerce hacia el bosque Negro, donde se interna.

La sombra se ciñe sobre nosotros, los pájaros son un mal Presagio, pero su rumbo corta sobre nosotros, como si supieran que nuestro destino no se vera marcado por su aleteo, como si supieran que mejores pasos nos esperan, que los que ellos nos señalan, el bosque negro les recibe, pero en mi corazón el miedo no se ciñe, pues aparte de buena compañía hablando de mi hacha, estos compañeros nuevos parecen un aliciente para continuar.

- Vamos que el tiempo pasa, el dia se hace corto cuando no caminamos, hay que continuar -

Emprendéis el camino, y tras algunas horas de marcha (es mediodía) llegáis al alcance visual de una nueva sección boscosa.

A lo lejos podéis ver un gran árbol que forma el centro de un puesto de vigilancia, quizá construido por los elfos hace muchos años. Podéis divisar un primer anillo circular alrededor del árbol a unos 24 m de altura, que parece cubierto de vegetación. Si hay plataformas más arriba, están bien escondidas en el denso follaje. La tierra alrededor de la base del árbol ha sido excavada para formar un pequeño reducto de aproximadamente la mitad de la altura de un hombre.

Estáis a sotavento, lo cual os beneficia porque llega del árbol un fuerte olor a trasgo y a a huargo.

Tras encontrarse aquella nube de horribles y negros cuervos que en un primer momento parecían amenazarles, siguen su camino.El rastro cada vez era más fuerte hasta que sin duda se topan con el lugar donde se escondía aquel maldito trasgo.Un gigantesco árbol.

-Está cerca...y no está sólo- miraba a un lado y a otro con mirada analizadora y precavida, echándola por último hacia arriba, la copa del árbol.

-No podemos permitir que escape- añade.Ya se había cansado de perseguir y andar días enteros.Tenía ganas de acción y aquella interminable persecución no se la estaba dando, y eso, eso le hacía enfadarse aún más.

- Un pequeño fuerte, con una perfecta vista del entorno además de un reducto, saber que hay entre las hojas es vital si queremos sobrevivir, pero no estoy seguro de poder acercarme así nada mas sin ser visto, es una gran distancia y los obstáculos son variados, tal vez te haga caso Inelgram, golpear duro y de frente podría servirnos, pero caer en un ataque sin siquiera menear el hacha una vez no me llama la atención, quiero al menos pensar que no tenemos arqueros en una de tantas ramas, y que si los hay no seamos foco de sus miradas - la verdad dudo entre avanzar o No, a mis ojos sé que no hay mas que ver, pero tal vez la legendaria y bien referenciada vista de los elfos sea de ayuda, así que espero que ellos den algún atisbo de certeza sobre la empresa que se avecina

El enano se mantiene firme en la zona observando los alrededores mientras sus compeñeros discuten sobre si seguir o hacer otra cosa de mientras ,, a él poco le importa , solo quiere eleminar al orco y llevarse las joyas del humano que lo contrató . 

Valsir, vuestro "adjunto" elfo, os hace señal de que esperéis un poco, y avanza sigilosamente hasta un lugar desde donde se pueda divisar mejor el árbol.

Al cabo de un rato vuelve, frunciendo el ceño y rascándose una oreja, como preocupado.

Una decena entre orcos y trasgos, dice con seguridad.Tres o cuatro orcos en el nivel principal, el que se ve desde aquí, y los trasgos más arriba. Huargos abajo, sólo son dos. Pero arriba de todo hay algo que no he podido ver y que me pone los pelos como escarpias. Noto una malignidad antigua, algo más peligroso incluso que el cazador de la noche, que por cierto está ahí, con los trasgos.

Traza rápidamente un esquema en el suelo con un palito.

No va a ser fácil, comenta.

Lodin miró a Valsir y le preguntó - Disculpa ¿Has podido ver el medio por el cual suben o bajan del árbol? Si no es así, quizás haya alguna cuerda o escalinata recogida. -

Se giró para dirigirse a los demás - Yo no me veo capaz de escalar tal altura, incluso si hubiera ramas intermedias, que no las veo. La única manera de asaltarlos sería que alguien muy hábil trepase sin que se den cuenta, y arrojase la cuerda o escalinata, para que los demás pudiéramos subir mientras él "aguanta". Muy arriesgado para el "valiente" que lo intente. Difícil lo veo. Lo mejor sin duda sería acumular leña y prender fuego al arbol, pero no somos suficientes para hacerlo. Tendríamos que ser tres veces más. Tardaríamos demasiado, y acabaríamos atravesado por las flechas de los trasgos antes siquiera de prender el fuego. Yo digo que nos ocultemos y esperemos ocultos a que bajen. No veo otro modo. -