Partida Rol por web

Se encuntra casi en el centro de la ciudad

Una de las pocas zonas donde encontraras paz, si estas herido, tu o tu servant, este es el lugar indicado

La ambulancia lleva a Naoki al Hospital General, los enfermeros la sacan en camilla y la llevan a urgencias. Pasadas varias horas de operación, te hacen una transfusión de sangre. Radiografías, algunas ecografía y varios análisis. No te das cuenta de nada puesto que tu estás inconsciente.

Te desvisten y se llevan tus cosas, cuando te despiertas estás en la cama de una habitación -de hospital- inmaculada. Llevas en el brazo un catéter, en el pelo una redecilla y llevas una bata o camisón de enfermería, abierta por detras. En el dedo corazón de la mano derecha llevas una pinza y varias máquinas con pantalla monitorizan tus constantes vitales, de cerebro y corazón.

Notas también varios vendajes alrededor del costado.

Me despierto sobresaltada... No sé dónde estoy...

-¡Maldita sea!- exclamo con furia, antes de dar un salto y arrnacarme de cuajo todo el instrumental sujeto a mi brazo- ¿Pero qué mierda es ésta?

"¿Dónde está mi ropa? ¿Y mi collar? ¡Seguro que ese enano me lo ha robado! Si lo ha hecho, lo mataré! ¡Tengo que salir de aquí!".

Echo un vistazo a la habitación, tratando de vislumbrar si hay algo a mi alrededor: mis pertenencias, una vía de escape... Lo siguiente que hago es quitarme la estúpida redecilla del pelo, que no soy una anciana. Agito mi eterna melena de color castaño, librándola de la red, y arrojo ésta con furia hacia un lado.

Me voy a pirar de aquí en breves instantes, de eso estoy segura.

Mientras revisas la habitación, escuchas los pitidos insistentes de aviso de las máquinas que estaban monitorizando tus constantes.

Espero junto a la cama a que ambas entren en mi cuarto, luego en un par de movimientos, me acerco a la puerta y les corto el paso, para que no vuelvan a salir.

-¡Mis cosas! ¡Ahora, ahora, ahora! ¡Quiero mis cosas, y las quiero ya! No pienso quedarme aquí ni un minuto más. ¿Quién demonios me ha traído? ¿Dónde está mi collar? ¡Hablad!

Una de las enfermeras al entrar se dirige a los instrumentos mientras la otra se acerca a ti intentando tranquilizarte. "Acabas de salir de una operación de urgencias, tienes que volver a la cama o te desmayarás por el esfuerzo." - dice una mientras la otra recoge como puede los aparatos y revisa que funcionen. "Estabas gravemente herida, los servicios de urgencias te han traído aquí para curarte" - dice mientras se levanta.

Tranquila... tus cosas te las devolveremos en cuanto te den el alta... tienes que descansar y reponer fuerzas antes. "- dice la enfermera en un tono dulce y amable mientras se acerca a ti. "nosotras somos tus amigas... solo hemos venido a ayudarte..."

Tus cosas... te las traeremos si te van a ayudar a estar tranquila... pero haznos caso, debes acostarte en la cama... los puntos se te pueden descoser si sigues moviéndote. - sigue diciendo la enfermera más próxima a ti.

La otra permanece junto a la cama y los aparatos, mirándote fijamente pero sin decir nada.

-¡Trae mis cosas inmediatamente!- le grito como una loca- No tenéis ningún derecho a retenerme aquí. ¡Quiero mis cosas! ¡Y las quiero ahora mismo!

En cuanto me las traigan, me doy el piro.

No estan aquí, hay que bajar a la primera planta... - se acerca más a ti - primero, haznos caso y acuestate. Cuando estés en la cama iré a por ellas... pero tranquilizate...

Detrás tuya se abre la puerta de cristal corredera. Por el rabillo del ojo ves a dos enfermeros que entran con aviesas intenciones. Detras de ellos hay un agente de policía - que espera afuera.

Ante la abrumadora superioridad numérica finalmente Naoki se rinde, una de las enfermeras la lleva hasta la cama y la acuesta. La otra recoge su carpeta que había dejado en el suelo y comienza a comprobar los valores de la rutina almacenada en memoria antes de que los dispositivos fallaran.

Los dos enfermeros vuelven a activar los aparatos, sin quitarle ojo a la paciente. Una vez confirman que está todo bien, se van.

El agente de policía entra cuando estos se marcha. Acerca una silla de las que había fuera de la habitación y saca una libreta y se quita el sombrero. Me habían dicho que podría estar aun medio día durmiendo... pero parece que ya se encuentra bastante enérgica. - comenta.

Soy el agente Deckhard. Me gustaría hacerla unas preguntas ahora que está despierta.

-Déjeme en paz- le digo. Me recuesto del otro lado y le doy la espalda. Cierro los ojos y espero a que desaparezca de mi presencia.

Suspira. - Volveré cuando se le hayan pasado esos humos. - se levanta de su asiento y se aleja, y cuando está a punto de salir dice - Ah, te alegrará saber que tu amigo, Hiraku Shimei, no está herido.  Y se mostró muy cordial y cooperativo.

Es una lástima que no todos los chicos sean como él. - guarda la libreta.

Suelto una carcajada sarcástica.

-Sí, seguro. Yo iría y le preguntaría por qué atacó hasta casi matar a Naoki Usnach, a ver qué le responde. Los asesinos suelen ser chicos muy simpáticos. Y muy cooperativos. Sobre todo a la hora de enviar a estudiantes al camposanto. ¿O es que cree que yo he aterrizado aquí agonizando por internvención divina?

Me río de nuevo a carcajadas.

-¡Qué inteligente que eres! Es el único que se encuentra conmigo cuando me encuentran al borde de la muerte, y no sois capaces a adivinar solitos que ha intentado matarme. ¿Es que os regalan las placas con los yogures? Pero nada, nada. Coincido contigo, ese Hiraku es encantador, sobre todo cuando te apalea hasta morir, y para encima se felicita por ello.

Cierro los ojos sin intención de decir nada más.

Qué parlanchina... ha sido nombrar a tu amigo y has soltado la lengua... - dice volviendose sobre sí mismo y volviendo a entrar en la habitación. - ¿Entonces estás más dispuesta a hablar de lo que sucedió?

-Ya te lo he dicho. Intentó matarme. ¿Qué es lo que no has entendido? Ma-tar-me. ¿Te hago un croquis? Y no vuelvas a llamarlo mi amigo. Yo no soy amiga de la basura de su calaña.

Me cubro bien con las mantas y me dispongo a dormir, ignorando por completo al sujeto con menos cerebro que Paris Hilton.

Está bien... estuviste muy malherida... pero ¿cómo te atacó? aparte de un chichón en la frente, el resto de las heridas no te las podría haber causado él. - comenta y pasa a sacar la libreta y leer en voz alta - hemorragia interna, daños cerebrales, posible disfunción articular, neumotorax...

-Pregúntaselo a él- le digo, dándole la espalda en la cama, y levantando ligeramente la mano para indicarle que se largue- Que es mucho más simpático que yo. No quiero privarte del placer de volver a entrevistarte con tan encantador y coopeartivo estudiante. ¡Por cierto! Pregúntale de mi parte que si le ha quedado el boken muy estropeado después de darme una paliza con él. ¡Ah! Y también le puedes preguntar que dónde le han enseñado a intentar estrangular, que aún le faltan un par de lecciones.

Entonces eso es todo... - se vuelve a levantar y a guardar la libreta - gracias por su cooperación, supongo que mi compañera Yue o yo volveremos para hablar contigo.  - se despide.