Partida Rol por web

En realidad es una cuatrolo... tetalo... Bueno, que son cuantro películas en lugar de tres. La última la estrenaron hace un par de años. -Contesta Flash a Takeshi, intentando desviar el tema de los platos, aunque parece que está ya olvidado.

Sigue la conversación que mantenéis, y, cuando habéis acabado, os dice- Yo es que, sinceramente, no lo veo. No creo que Fast Eddie se tome muy bien lo de que nosotros llevemos el local, la verdad. Lo mismo manda que acaben con nosotros, o quizás destroza todo y sube la tarifa. Ya sabéis como funciona esto, que os voy a contar. Y, tal vez, si no nos ha llamado ya es porque espera que le llamemos nosotros, o porque simplemente, piensa que hemos muerto.

Tal vez sabía lo que iba a pasar, y nos enviase a la muerte, aunque no me gustaría pensar así. Aunque, total, de un mafioso, no se puede esperar mucho más...

Jin cruzó la esquina, incluso la desconfianza (que muchas veces le salvó la vida), le llevó a meter las manos tras su chaqueta, acariciando las reconfortantes empuñaduras de sus berettas. Sin embargo, se encontró con que el negrata estaba robando un coche...un coche que era una basura, todo queda dicho, Jin subió una ceja mirándolo y luego se tocó el pecho con la mano, cual mujer ofendida.

-No me insultes, esa carreta de los Picapiedra no puede ser mía.

Admitió. Jin hizo una mueca de "¿en donde me estoy metiendo?" y se acercó al coche. Apoyó el codo en la parte superior y se asomo dentro, observando a su interlocutor, como si dudando entrar o no.

-Espero que tus respuestas sean muy buenas, hermano, no me gusta que me vean montado en esta basurilla.

Explicó, usando una jerga a lo "Bronx" de las pelis de negros. Jin se recogió la chaqueta y se sentó en el asiento de copiloto, no sin antes colocarse el cinto. Sacó su pistola de la parte de atrás y la apoyó disimuladamente a un lado de su pierna, por si las moscas. Ladeó la cara y escuchó al hombre.

-¿Serviste en el ejercito? eso lo explica todo. Yo también serví en el britanico, un tiempo. Por suerte, dicen que se van de Hong Kong y nos la entregan ¿te lo puedes creer? no sé yo, estos ingleses no soltarían este peñón falcilmente. A todo esto, igual conozco a tu amigo ¿como se llama?

¿Hermano? ¿Acaso crees que soy un "negrata" de eso que van con el raidocasset en la oreja, los pantalones por lo tobillos y una pistola colgada del cuello?. Vamos, sube. Te lo contaré todo por el camino... Seguramente, lo que vaya a contarte te parezcan locuras, pero bueno, eso será cosa tuya.

El tipo quitó el freno de mano, metió la primera, y empezó a avanzar con el coche. Ni siquiera te pareció que se diese cuenta de que tenías la pistola en la pierna, aunque poco importaba. Mientras se metía por una de las avenidas de Hong Kong, empezó a hablar- No creo que conozcas a mi hombre. Tal vez lo hayas visto, pero no hayas reparado nunca en él. Estaba ya entrado en años cuándo yo me alisté. No sabría decirte el año, la verdad, ha pasado algún tiempo de eso. Solo sé que su hermano pequeño tuvo un accidente de tráfico, y él y su mujer murieron, dejando a una pequeña niña huérfana. Dejó el ejercito y se vino a Hong Kong, para hacerse cargo de la pequeña. Por lo que sé, montó un restaurante, el Eating Counter. Un nombre poco original, desde luego...

Jack gira en una calle a la derecha- Ya estamos llegando, pero tranquilo, te lo contaré todo antes de llegar. Lo que te decía, que el pobre hombre montó un restaurante, y con bastante éxito, por lo visto. Seguro que se alegra de vernos. Bueno, al menos, a mí, que ya me conoce... Bueno, esto no es el tema que nos atañe. Digamos que, el mundo, tal y como lo conocemos, es una chorrada. Ahora mismo, el mundo le gobierna una sociedad secreta, llamada "La Rueda". Es un nombre poco original, pero yo no lo he elegido. Extienden sus redes por todo el mundo, desde Oriente hasta Occidente. Dicen que se creó aquí, en Hong Kong, hace muchisimos años. Incluso antes del nacimiento de Cristo, aunque no podría concretarte un año. Los objetivos de los altos líderes de la rueda, no los conozco, por supuesto, pero sé una cosa. Quieren mantener el control sobre todo y sobre todos. El tipo al que tú asesinaste, por supuesto, era un Don Nadie en esa organización. Seguramente, no supiese ni que La Rueda se extiende más allá de la Gran Manzana. Pero hay una pega. No les gusta que maten a los suyos. Cuando eso pasa, queda un punto muerto, y cuanta menos gente conozca su existencia, mejor. Normalmente, usan a mafiosos y a ese tipo de gente para tener las zonas controladas. Las tarifas que ellos cobran les vale para subencionarse, y de qué manera...

Antes de continuar, respondeme a algo... ¿Crees en la magia, en el Chí, en las energías que rigen el universo?... -Cuando te preguntó esto, el tipo paró al lado de un callejón. No podrías asegurar exactamente dónde estás, parece una de las zonas obreras de la ciudad, y tú no te mueves mucho por esas zonas. Demasido poco lujosas, para tu gusto.

Jin sonrió al oir lo que le dijo el "hermano" que tenía a su lado.

-En parte, solo cambia: "pistola colgada del cuello" por "Rifle de asalto ruso" y casi..

Dijo en coña, pero la respuesta del tipo fue arrancar, lo que le hizo echarse levemente hacia delante. Luego, le explicó lo de su amigo.

-Yo no suelo comer en esos sitios, frecuento más los restaurantes italianos y franceses...nunca me gustó el pescado ¿sabes?

Explicó, tranquilo, como si todo aquello fuera normal, un trámite, en parte, por eso, sacaba de quicio a sus enemigos.

Lo peor vino luego, cuando empezó a contarle cosas raras de sociedades secretas y demás cuentos chinos. Empezaba a pensar que se había equivocado de coche al cual subir. Mientras era movido levemente por el va y ven del coche, el asesino miraba a su interlocutor con los ojos bien abiertos. Se quedó serio y luego, segundos despues, se le escapó una carcajada.

-Estas de coña ¿no? Esto es Hong Kong, tío, aqui no tenemos caso Roswell, ni el gobierno tiene aviones invisibles.

Acto seguido, el tipo paró en un callejón. El dedo pulgar de Jin acarició el seguro de su arma. El negro le miró y le hizo otra de sus extrañas preguntas.

-¿Qué? ¿el Chi? No. Te diré lo que creo. Creo en una bala disparada a mucha velocidad envuelta en fuego. Creo en el agujero que hace en la cabeza de a quien va dirigida, y también sus sesos desparramados por la sala. Pero no, en Chi no creo.

Ante tu respuesta, el tipo sonríe- ¿Sabes?. Yo contesté lo mismo en su día. ¿El Chi? ¿Qué cojones era el Chi?. Pero, por suerte, o por desgracia, existe. Y, quien controla el Chi, obtiene poder. Si el flujo del chi está de tu lado, la vida te será favorable. Puede que tu vida sea simplemente tener fama o fortuna, que cualquier empresa te sea favorable... O, por otro lado, puede que busques poder, control sobre las masas, manipulación... Todo eso es posible con Chi de tu lado.

Dime, ¿nunca has despertado un día, y has sentido que algo en tu vida ha cambiado? ¿Cómo si algo no te cuadrase?. A todos nos ha pasado alguna vez. Solo que no hemos sido conscientes de eso. Simplemente, te notas distinto, no le das importancia, y lo dejas correr. Pues eso, es un cambio del Chi. Eso es que el Chi a pasado de unas manos a otras de una forma significativa. El Chi no es algo que flote en el aire, el Chi se tiende a concentrarse en algunos lugares. Esos lugares se llaman lugares "Feng Shui". Sí, Feng Shui, como lo de mover los muebles de las casas.

Aunque bueno, si no crees en el Chi, de momento todo esto te es irrelevante. No creo que te importe demasido. Piensa que tenemos los mismo enemigos, y cuatro ojos ven más que dos. Mi objetivo es dar un duro golpe aquí en China. Y a tí tendrá bien que este lugar esté tranquilo por algún tiempo, al menos, si quieres tener una estancia apacible aquí...

Bueno, basta de charla. Sígueme, ya hemos llegado... -Diciendo esto, Jack sale del coche, y cierra la puerta- Bueno, no creo que lo encuentren aquí, aunque dudo que alguien pueda echarlo de menos. Con lo que le dará el seguro, se puede comprar uno que vaya a pedales, que seguro que es mejor que esto...

Por cierto, no nos hemos presentado como es debido. Mi nombre es Jack, Jack Van Norris. Si tienes alguna pregunta que hacer antes de llegar al lugar, hazla ahora. No quiero hablar de estos temas delante de mi amigo, no sé como se lo tomaría...

Jin escuchó aquella delirante historia con los ojos abiertos de par en par ¡y eso que era chino! ¿chi? joder, lo que le faltaba. Durante la conversación, Lau trató de interrumpirla cuando oyó la palabra "Feng Shui"

-Tio, eso no es el rollo de mover....

Justo entonces, el negro se adelantó y le confirmó que si...que era lo de mover los muebles. Jin negó con la cabeza sonriendo.

-Eh tio, trata de entenderme.Esa historia es demasiado disparatada para mi. Te hubiese sido mas fácil decir eso último: tío, tenemos los mismos enemigos, matémoslos y en paz.

El asesino volvió a guardar la pistola y sale de la carraca, cerró la puerta luego, temiendo un desplome total de un momento a otro.

-Creo que le has hecho un favor mangando el coche.

Por fin algo que quería oir, una respuesta real: su nombre.

Lau ofreció su mano a Jack para estrecharla.

-Jin Lau, aunque ya lo sabes. Si, tengo unas preguntas: ¿voy a matar gente allí dentro? ¿Este sitio es un lugar magico? ¿habrá elfos?

Eso último lo dijo en plan coña, picajoso.

No, no habrá elfos. Este no es el puto taller de Santa Claus. Y no, no habrá que matar a nadie. Al menos, aquí dentro. Sé que lo que te he contado puede parecer una locura, pero te aseguro que pronto descubrirás que no es así. Lamentablemente...

Jack se acerca a una puerta de madera tallada, pintada de color rojo y dorado. No parece un lugar muy grande. Encima de la puerta, hay un cartel que pone "Eating Counter". El negro mira la puerta. Parece cerrada, así que cierra su puño, y llama con sus nudillos, mientras grita- ¡Eh Kar Wai! ¡Abre la puerta a un viejo amigo!

Antes de que podáis contestar a Flash, un ruido os perturba. Suena como a alguien, o algo, llamando a la puerta. Bueno, más bien aporreandola. Entre los golpes, podéis escuchar un- ¡Eh Kar Wai! ¡Abre la puerta a un viejo amigo!

Sin lugar a dudas, quien llama a la puerta, o quiere tendeos una trampa, o realmente no sabe lo sucedido hace tres días...

Voy abrir yo, Karin , Flash prepararos por si no es amigable... - decia Takeshi mientras se acercaba a la puerta -

Si me dice quien és, le abriré la puerta, es muy pesada para un anciano, no puedo escatimar mis escasas fuerzas en abrir a un desconocido... ..., peligra mi poca integridad física..- decía imitando la voz de un anciano -

Lau hizo un gesto con la cabeza mirando a Jack. Sin duda, pensaba que estaba loco. Aunque como rezaba la famosa frase: "¿quién está mas loco? ¿el loco o el que sigue al loco?"

El asesino se colocó bien el cuello de la camisa y luego se abrochó la chaqueta a la altura del vientre, siempre elegante. Aunque, para ser sincero, esperaba que al abrir la puerta una manada de Jamaicanos se le echara encima. Así que sus manos fueron hacia atrás, entrecruzandose, casualmente, cerca de sus pistolas. Ladeó la cara y sonrió amable a Jack, como si no hubiese roto nunca un plato.

-Creo que hacen inventario.

Como contestación a los golpes, solo oís un- Si me dice quien és, le abriré la puerta, es muy pesada para un anciano, no puedo escatimar mis escasas fuerzas en abrir a un desconocido..., peligra mi poca integridad física..

Desde luego, es no es la voz de Kar Wai. No sé quien es, pero no me gusta... Estate preparado -anunció el hombre en voz baja al asesino, mientras, se preparaba para contestar- No me suena de nada, y no parece un empleado...

Kar Wai, no han pasado tantos años desde que dejaste el ejercito. Soy, tu viejo compañero, Jack...

Como contestación a Takeshi, oís al otro lado de la puerta- Kar Wai, no han pasado tantos años desde que dejaste el ejercito. Soy, tu viejo compañero, Jack...

Parece una voz grave, aunque poco más podéis deducir...

Takeshi abrió la puerta despacio...

Siento decirle que Kar Wai ha abandonado el Restaurante, mataron a su hija, de la afliccion se fue lejos de aqui..., no se mas... -decía mirando fijamente a aquel extraño hombre -

Jin asintió, algo no iba bien. Las dos pistolas negras salieron de su pantalón....bueno, de la parte trasera, para ser mas exactos...

Jin avanzó silencioso y tranquilo, como la sombra de la muerte. Apoyó su espalda en la pared, justo al lado de la ventana, ladeó la cara y echó un vistazo rápido, a ver si podía ver alguien dentro. Suavemente, sus pulgares bajaron el seguro de sus armas, ansiosas de escupir fuego y plomo.

Lo guardó todo y miró a Flash extrañada, se acercó a la puerta para asomarse, para ver quien era el que entraba.

Por la voz que había escuchado, no le resultaba para nada familiar, ¿quién vendría a buscar a Kar Wai??