Partida Rol por web

Todo lo que estaba viviendo Anne en el tiempo que llevaba en Wallkill '78 era justo lo contrario que ella quería plantear en su nueva aventura europea.

"Intenté conversar con Jessie, a quien veía perdida, en sus primeros momentos en el festival. Pero no se si fue por la diferencia de edad, o por su extravagancia, la chica no quiso saber mucho de mi experiencia vital" ella se lo pierde!

Siguió pululando por el festival en busca de gente que tuviese ganas de escuchar sus historias....

Donald Kane se acercó a la zona del escenario para ver el ritmo del montaje, y le parecía insuficiente para que en tan sólo 24 horas estuviese montado con garantías. Mientras valoraba la seguridad y los accesos, e intentaba identificar a alguien de la organización por allí para presentarse, pegó un respingo ante la súbita puesta en marcha de los altavoces.

De repente, la gente empezó a acercarse al escenario, como si el sonido de los altavoces fuese la melodía de la flauta de Hamelin que los atraía hipnóticamente, agolpándose y empujándose, y vio como algunos de los jóvenes subieron para improvisar una actuación musical y tener su minuto de gloria. Se sorprendió de ver a un cura arengando a los mismos con acento extranjero en una homilía apocalíptica y le pareció que en cualquier momento iba a empezar a hacer exorcismos.

A continuación conoció al profesor David cuando habló por el micrófono, y por su aspecto bonachón y despistado no le extrañó que estuviese por allí con sus estudiantes.

Cuando se dirigió al escenario para cumplir con sus obligaciones y despejar la zona, escuchó a Westin Chirchull increpar al profesor David. Con Westin coincidía en las ideas anticomunistas, y le embargaba el pesimismo tras la reciente derrota de la guerra del Vietnam y el recrudecimiento de la guerra fría, pero Westin le parecía un tipo fanfarrón y maleducado, que podía despertar mucha animadversión entre los jóvenes y encender los ánimos en vez de aplacarlos con su veteranía.

Subiendo ya las escaleras reconoció a JC del centro comercial de Wallkill, y se giró a comprobar que había pocos más de seguridad como él cerca del escenario y los accesos a las obras, por lo que la organización dejaba mucho que desear, como ya se temía.

- Por favor, solo organizadores en este momento, vayan marchando, por favor... dijo con voz clara y potente, asegurándose de que despejasen el escenario y lo fuesen desalojando.

Cuando pensaba que había logrado el objetivo de disolver la muchedumbre, observó con asombro la entrada en acción de un grupo de hippies, dirigidos por un estrafalario hombre que instaba a la gente a seguirlos a una fiesta que, al parecer, celebraban en un campamento detrás del escenario, y vio cómo todos ellos lo iban siguiendo.

Se acercó al campamento del hippy estrafalario para intentar disolverlo también por no estar autorizada la zona para acampar mientras se estuviese montando el escenario, pero ante el acúmulo de gente enaltecida por los efectos en ellos del alcohol y las drogas -algunas empezaban a quitarse la ropa siendo secundadas por otros- decidió ser prudente e informar al Consejo del Condado y a los organizadores, para que se tomasen adecuadamente las medidas oportunas.

Así las cosas, se quitó el sombrero que siempre lo acompañaba, montó en su camioneta Ford, y dirigió una ultima mirada a la zona, sintiendo un mal presentimiento mientras volvía a casa para seguir con sus obligaciones.

Después de todo lo que había pasado, Otto vio que justo estaba en el sitio y el lugar indicado. Todo le recordaba a su marido, pero empezaba a no doler recordarle, mas bien todo lo contrario. Irónicamente, Wallkill parecía  que era el sitio que le iba a sanar las heridas del pasado.

Otto dio un vistazo a la muchedumbre que se había congregado ahí y decidió andar con pies de plomo. Por muy bien que se lo estuviese pasando, no quería precipitarse hablar con las personas que le rodeaban, decidió quedarse en un lugar tranquilo y encenderse un cigarro del paquete de ducados que tenia en el bolsillo del pecho, con suerte se le acercaría una o dos personas a pedirle fuego y podría gestionar una conversación de una o dos personas…

Lucy observó con desagrado cómo interrumpían su discurso, pero se prometió no darse tan fácilmente por vencida.

-De acuerdo. Iré con vosotros a la hoguera.

Sabía cómo moverse en este tipo de ambientes porque su madre la había llevado a esta clase de festivales desde que era una niña. Echando la vista atrás, haber crecido en un entorno tan libre y diverso había sido fundamental para desarrollar sus convicciones.

Finalmente, dejándose seducir por el hipnótico ritmo de la vida, repitió las palabras de aquel extraño predicador:

-Todo lo consume el fuego, hermanas. ¡Todo! Quemaremos los pilares del patriarcado. ¡Wallkill será el comienzo de nuestra lucha!

Cerró los ojos y respiró hondo el aire ya cargado mientras se masajeaba las sienes con los dedos.

Escuchaba los latidos de su propio corazón por encima de esa música endemoniada. Acababa de llegar y el tiempo de observar se había terminado ya, ni siquiera había empezado el festival y ya había visto más pastores que ovejas en este redil. Demasiados para su gusto.

Alzó la mirada y los brazos al cielo y dejó caer el largo manto oscuro que la cubría, dejando a la vista de todos una exquisita túnica naranja brillante. Los escasos infiltrados del ashram entre los recién llegados entendieron la señal (no todos, algunos apenas podían separar la vista del escenario) y se acercaron a toda prisa a Chandra mientras se arrancaban los ponchos y vestidos raidos de colores tierra quedando semidesnudos, sólo vestidos por prendas ligeras de finas y carísimas sedas, algunas translúcidas y otras bordadas, que cubrían lo justo y dejaban entrever más de lo necesario, todo en el mismo naranja de la túnica de Chandra. El color del ashram.

Todo parecía tan orgánico y natural a pesar de estar premeditadamente ensayado... Los seguidores de Umarani empezaron a danzar poseídos, como en trance, con la música de ese nuevo gurú de fondo mientras le abrían un pasillo a Chandra hacia el escenario, apartando en su performance a groupies, politoxicomanos, trabajadores, organizadores y también a viejos y desagradables ciudadanos de Willkill que ya conocían de sobra esas ropas y a esa mujer.

Chandra caminaba lentamente pero en armonía con la música, casi no abría los ojos. Tampoco le hacía falta. Si le preguntasen, Chandra contestaría totalmente convencida de que algunos espontáneos lanzaron confeti y pétalos a su paso.

A escasos pasos de llegar al escenario, decenas de manos (los seguidores despistados ya se habían incorporado a la coreografía) la elevaron como si de una virgen se tratase hasta lo alto del escenario. Se sacudió el polvo de los faldones de la túnica, miró uno por uno a los allí presentes y sonrió con fingida tranquilidad. 

Bienvenidos, os hemos estado esperando. 

La fiesta detrás del escenario continuaba. Los seguidores de Daddy Dope fueron a por las caravanas a buscar más comida y bebida y fueron sus espontáneos invitados los que cogieron los instrumentos mientras él bailaba en medio de la humareda. 
 

Los seguidores, curiosos o acompañantes de aquellos veinte se habían ido dispersando. Tal vez volviendo al recinto del Festival del que estaban separados por el escenario. 

- Oh, ¡Daddy tiene una nueva congregación! - dijo mirando a los 20 sin importarle que muchos de ellos no hubieran querido unirse a su celebración. 

Porque si ya no era posible distinguir el humo de la pipa que del que emanaba la hoguera y las vueltas de los que bailaban de las que daba la cabeza, ¿quién podía decir que aquellos no eran todos un mismo grupo? 

Un latido, un retumbar de tambores... 

Un disparo. 

Daddy Dope giró la cabeza hacia el escenario. Le pareció escuchar un grito y otro disparo. Se alejó unos metros en la oscuridad y escucho claramente un aullido.

Y otro disparo junto antes de escuchar algo corriendo a toda velocidad hacia él. 

- ¡Daddy tiene problemas! ¡Daddy tiene problemas! ¡Daddy soy yo, o sea yo tengo problemas! ¡Socorro!

Si en aquel momento no sintiera que algo terrible le perseguía se hubiera dado cuenta al volver apresurado a la hoguera que se había pasado con la parafernalia. Un humo terrible envolvía a sus invitados que habían caído desmayados. Sacudió a algunos intentando buscar ayuda pero sus ojos en blanco le avisaban de que su consciencia estaba fuera de sus cuerpos. 

- ¡Anacardo, Bichobola, Gustirrinín, ¿dónde estáis? Nuestros invitados se han sobado y creo que... que pasa algo ahí- dijo gritando a su panda de seguidores sincronizados. Desde las caravanas desguazadas que les servía de campamento recibió respuesta. Estaban transportando mercancía de regreso a la hoguera. 

Sintiéndose menos solo se atrevió a girarse hacia dónde había escuchado aquellos gritos y disparos. A lo mejor había sido una alucinación. Daddy Dope cayó en la marmita de la droga cuando era muy pequeño. Y desde entonces era inmune al resto.

Esa fue una de las razones de hacerse gurú. 

Pero es verdad que pocas veces había mezclado tantas cosas en las llamas. Aquel Festival merecía una Hoguera de Renovación que fuera un hit mundial y a lo mejor había subestimado sus efectos. 

Quitándose las gafas escudriñó la noche. Vio a un perro acercarse. Estaba sonriendo pensando que sus miedos estaban infundados cuando ante sus ojos un monstruo atravesó la hoguera hacia él

En algún momento de la fiesta el tiempo se había expandido en luces y el espacio se había ido acelerando hasta que solo escucharon sus propios latidos y el retumbar de sus cabezas. 

Sus músculos no les respondían y sus mentes parecían ser una con el fuego omnipresente. 

Como si estuvieran de repente soñando les pareció que estaban en una fiesta y que su anfitrión corría y gritaba, al principio de contento y después de miedo. Tal vez entre medias les pareció escuchar disparos. Tal vez era música. 

Como si nunca hubieran estado despiertos les pareció que un terrible monstruo mitad hombre, mitad lobo, salía de la hoguera y atacaba a su anfitrión. 

Y entonces, con un disparo que atravesó el corazón de la bestia, todos salieron del trance a la vez. 

Aquel humo que les había drogado lentamente pareció evaporarse de su sistema de golpe y al unísono cuando el monstruo cayó al suelo. 

Si tardaron más en reaccionar no fue porque ya no estuvieran total y súbitamente recuperados sino porque lo que se encontraba ente ellos era imposible de creer. 

Podían moverse, hablar, sentir el frescor de la noche y el calor del fuego, sus estómagos rugir y el alcohol en sus gargantas. La relajación dando paso al miedo. Y el monstruo seguía allí muerto. 

Detrás de él su asesina. Una mujer que empuñaba un arma y que ahora preguntaba a un aterrorizado y agradecido Daddy Dope

- Soy la agente Morris del FBI, ¿ha visto al resto de los Lobos? 

Susan no bajó el arma. Acababa de perder a dos de sus hombres cuando al atravesar el escenario se encontraron ya a los lobos. Les habían adelantado. Y no había sido casualidad. Uno de sus hombres más veterano, el sargento Crook... era uno de ellos

Había estado enviando información a su manada, avisándoles de que todas las pistas llevaban al Festival de Wallkill y en cuanto se adentraron en aquel domo en construcción, les emboscó junto al resto de los suyos. 

Ella había logrado sobrevivir matándole, como había hecho luego con aquella otra criatura. 

Pero staba segura de que entre aquellas veinte personas que parecían estar saliendo del trance había más hombres lobo. Para colmo, la persona en la que más podía confiar ahora mismo, pues había estado a punto de ser atacada por los lobos, era del mismo personaje que llevaba buscando durante semanas por todo Estados Unidos, la culebra estafadora y mezquina llamada

- Daddy Dope, ¿verdad? Tranquilo, siéntese. ¡Y los demás también, por favor!- dijo gritando a resto de los asistentes: Había jóvenes fiesteros, pero también adultos y parte del comité organizador.

Otra parte había sido devorada en el escenario antes de su llegada. Había visto a los lobos matarles. Probablemente buscando lo mismo que ella. Así que no tenía sentido seguir manteniendo su misión en secreto más tiempo. Estaba sola y necesitaba aliados. 

- Supongo que tendrán muchas preguntas. Primero les contestaré a la más obvia. Eso que yace ahí es un hombre lobo. O un mujer en este caso... Miren, está recuperando su forma humana

La horrible bestia se transformaba ante sus ojos en una bella mujer latina

Un murmullo de incredulidad y miedo se extendió entre los asistentes. 

- Esta transformación también es a la inversa. Pueden convertirse en humanos. Y esconderse entre nosotros. Llevan siglos haciéndolo y ahora la próxima batalla es en este Festival en Wallkill. 

- Pero... pero... ¿qué han venido a hacer a aquí?- Daddy Dope trató de pensar una razón-  ¿Cantan? 

- No... te han seguido a ti, sabandija. Igual que el resto de acólitos que abandonan todo por seguirte. Igual que mi hija Katherine...  

Susan le tendió una foto del bolsillo. Un cartel de SE BUSCA encabezaba la foto de su hija perdida desde hacía semanas. 

- ¡Ah, te refieres a Nenúfar! Es un amor... pero no está aquí... decidió casarse con sus hermanas hace unos días- Daddy se defendió de sus seguidores- porque Daddy no secuestra a nadie. Todo su coro es libre de decidir lo que quiera en cada momento.

- Sé que no está aquí. La encontramos hace unos días, desnuda y drogada. No me parecía muy libre así. En el hospital nos dijo que te habías quedado con su mochila. ¿La tienes? Es de vital importancia. Eso es lo que están buscando los lobos. Es por eso por lo que te persiguen y por lo que están aquí. 

Tanto o más que Katherine. Que su propia hija. Susan Morris se sintió culpable por pensarlo, pero después de haber visto a la manada matar gente sabía que era así. 

- Daddy no sabe a qué mochila te refieres... En seguida repartimos todo entre todos. Las posesiones no son importantes para Daddy

- ¡Deja de hablar de ti mismo en tercera persona, es ridículo!- dijo perdiendo la paciencia. 

LOS TÍTERES. ¿DÓNDE ESTÁN LOS TÍTERES? 

Daddy Dope señaló a su panda de drogados que aún estaban en las caravanas. 

- ¿Te refieres a ellos? 

Luego se dio cuenta de lo mal que sonaba aquello. Pero la teniente suspiró y se sentó. 

Si aún no había sido devorada por los lobos es porque eran minoría o porque ya las habían encontrado y se habían ido. En cualquier caso necesitaba al resto para encontrar aquellas figuras de madera. Así que tenía que explicarse.

Explicarse ante aquellos veinte desconocidos y ante la sabandija que había lavado el cerebro a su hija pero cuya ayuda necesitaba desesperadamente. 

- Estos hombres lobo llevan entre los humanos demasiado tiempo... En algún momento de la historia empezaron a organizarse y a librar batallas secretas con pequeñas comunidades de humanos. Hace quinientos años llegaron a España. A un pueblo llamado Castroviejo. Allí perdieron contra los humanos de una manera que nunca antes habían hecho. Porque aquella vez los nuestros tenían poderes para defenderse... (1) 
Magia. No sé explicarlo. Solo sé que lo que allí pasó trascendió aquel pueblo medieval. Las cenizas de uno de los Lobos fueron traídas a América y los Lobos se hicieron fuertes aquí cuando en un viejo poblado vaquero se hicieron con ellas. Probablemente esta loba fuera parte de aquella manada. (2) 

Pero más importante aún es que los poderes de los humanos quedaron encerrados en unos títeres de madera, de un titiritero que formó parte de aquella historia. Los títeres permanecieron siglos ocultos... hasta que los Lobos dieron con ellos cuando regresaron a ese pueblo para resucitar a los suyos y en un futuro vengarse de aquella histórica derrota (3) .
Una mujer llamada Jenna que había luchado contra los lobos desde niña organizó una operación para sacar a los muñecos de aquel pueblo y traerlos aquí. Esa mujer aprovechó que los refugiados huían de la invasión nazi para transportarlos en un barco. Conocía al capitán desde que era niño y sabía que era un hombre bueno y de fiar. 
Los lobos persiguieron el cargamento. Como han hecho aquí. 

Pero los pasajeros del Aquitania lograron unidos vencer a los monstruos y Jenna, orgullosa, sabedora de haber encontrado un heredero de su legado, decidió que fuera el Capitán quien guardara para siempre los títeres. (4) 

Lo sé porque yo estaba allí aquella mañana de 1945 con ellos. 

Lo sé porque el Capitán Hank Morris era mi padre. 

Daddy Dope solo se había quedado con una palabra del relato de aquella mujer. 
En otro momento le hubiera entusiasmado ver a una federal contar aquella historia tan emocionante. 
No solían tener mentes tan coloridas. 

Pero ahora solo podía prestar a una palabra

- ¿Madera? ¿Dices que aquellos muñecos eran de madera...?

- Si, son reliquias ancestrales, muy frágiles. Debieron tallarse en abedul probablemente. En mi casa estuvieron siempre ocultas y bajo llave. Pero mi hija sabía dónde estaban.

Katherine siempre tuvo mucha personalidad. Pero esta se troncó difícil cuando nos separamos su padre y yo. Creí que la música la ayudaba. La encantaba. Pero en estos últimos años es tan difícil saber lo que nos hace bien y lo que no... Esta generación vive sin valores. Probablemente porque siempre estén drogados. Debí haberme dado cuenta hace tiempo. Debí haberle explicado a Katherine que el tesoro del abuelo no era una "apropiación cultural capitalista". No pensé que se escapara de casa y se llevara los títeres.
¡No pensé que alguien la estaría manipulando para malvender aquellas figuritas de incalculable valor! 

Aquella mujer se enrollaba más que él. Daddy Dope volvió a insistir. 

- De madera... ahá... pues... 

Bastón un leve gesto de cabeza del gurú inclinándose hacia la hoguera para que a la Tmisma eniente Susan Morris que acababa de escapar de una carnicería y haber matado a dos lobos se le helara el corazón: 

- ¿Qué? No... nonononono... no puedes haberlos echado al fuego... no puedes haberlos destruido... dime que no es así... 

- Daddy les dijo que trajeran cosas viejas para la Hoguera de Renovación... - El gurú ahora se retorcía como si bailara, dando pasitos atrás y sin perder de vista la pistola de la agente- A nosotros el dinero no nos importa y por supuesto que Daddy no sabía que la leña especial tenía una historia tan preciosa detrás. Porque es realmente preciosa, señorita Morris

Susan Morris casi se echa allí mismo a la hoguera a buscar algún resto. Pero no quedaba nada. Absolutamente nada de ellos. 

- ¿HAS QUEMADO LOS TÍTERES? ¿HAS DESTRUIDO LAS ÚNICAS ARMAS DE PODER QUE NOS QUEDABAN CONTRA LOS LOBOS? ¿LOS MUÑECOS QUE ATRAVESARON SIGLOS Y OCÉANOS Y POR LOS QUE TANTAS PERSONAS HAN MUERTO? 

¿LOS HAS QUEMADO? 

Daddy levantó un dedo

- Técnicamente...lo que ha pasado es que... 

nos... 

los hemos....

...FUMADO!

...

... QUÉ... 

DIOS MÍO

Todo estaba perdido. La teniente Morris rompió a llorar por vez primera en semanas.
Sus hombres habían muerto para nada. Y todo había sido culpa de aquel estúpido. No. La culpa no era de él, ni siquiera de su hija adolescente fugada. En todo caso era suya. Y ni siquiera. Era de aquella anciana loca que le había dado a su padre semejante responsabilidad. Un legado maldito que ahora había sido destruída para siempre. 

Unos títeres medievales convertidos en ceniza esnifada para unos invitados a una hoguera la noche previa a un Festival de Música. 

Daddy Dope quiso ayudar: 

- Nada se destruye para siempre. Fíjate, Calabacita ¿puedo llamarte calabacita? no han quedado ni las carcasas. Probablemente ese poder estuviera deseando salir de envoltorios tan feos (tu historia preciosa, los muñecos a Daddy le parecen un horror) 

- ¿Por qué no estamos muertos? dijo de repente la teniente levantándose. 

- Hombre, si es voluntario yo prefiero no... 

- No, no es eso- dijo ella dirigiéndose ahora a los veinte asistentes- Si los títeres estuvieran destruidos y su misión terminada ya nos habríais matado... porque estoy segura de que entre vosotros hay varios lobos con piel de humano... Pero aquí seguimos todos. Lobos y humanos. ¿Qué es lo que saben ellos que yo no sé?- Parecía una locura lo que decía aquella culebra infecta, pero... ¿Hiciste alguna clase de ritual en la hoguera? ¿Viste algo que...? Espera... cuando llegué estaban todos en trance... Pero cuando murió el lobo salieron todos de golpe de ese estado... Tiene que haber algún tipo de conexión... Puede, solo puede, que haya una esperanza y que algunos hayáis conectado con el poder de esos muñecos. 

POR FAVOR, MIRAD EN VUESTRO INTERIOR... NO DIGÁIS NADA, PERO SI ALGO DE LO QUE DIGO NO ES UNA LOCURA, HACEDME UNA SEÑAL... AYUDADME, POR FAVOR... Y HABLO SOLO A LOS HUMANOS... SÉ QUE ALGUNOS DE VOSOTROS YA SOIS LOBOS... RECORDAD QUÉ HA OCURRIDO...

Los veinte se miraron. Algunos en el trance habían visto cosas. Algunos nunca estuvieron en trance. Solo disimulando. 
Y ahora, en el fondo de sus conciencias... las cartas... se habían repartido. 

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La teniente del FBI vio aumentada su esperanza cuando confirmó que aquellas personas se habían visto alteradas de alguna manera por la hoguera. 

"Los títeres nunca fueron el origen de esos poderes... solo un recipiente... Si los habitantes de Castroviejo tenían esos dones no era impensable que ahora esa energía se hubiera depositado en otros seres humanos"

Miró al grupo. Desde luego el contraste con aquellos pueblerinos medievales españoles era muy grande. De hecho, pasado el estupor del relato de la Teniente y el efecto del ritual de Daddy Dope, todos tenían preguntas: 

- Hayamos notado algo o no...¿cuál es la diferencia? 

- Yo quiero irme a casa, por favor

- ¿Estamos detenidos? Nosotros somos inocentes

​​​​​​​- ¿Queda más alcohol? 

Recuperó el control gritando al grupo, pero sabía que no podía estar así siempre: 

- ¡Por favor! ¡Necesitamos organizarnos! ¡No podemos hablar todos a la vez...! ¡BASTA!... Hagamos una cosa, hay que ELEGIR A UN REPRESENTANTE... alguien que ejerza de portavoz de los demás. Que sea...como el alcalde de... un momento... 

Susan Morris se encontró recordando una dinámica que su padre le había dicho que se había hecho en el Aquitania. Y a su vez Jenna le había dicho que hicieron en aquel pueblo del oeste. Una manera de organizarse que se remontaba a tiempos antiquísimos... 

Perdonad... dejad que os ponga esto. 

Susan sacó una grabadora de su bolsillo y presionó el play para que la voz de una anciana recitara algunas normas. Puso la cinta dos veces para que todo el mundo tuviera claro LO QUE SIGNIFICABA TAN IMPORTANTE CARGO. 

Bien... dicho lo cual... os dejo a solas que lo elijáis... Daddy enséñame este campamento que tenéis aquí. Exploremos sus posibilidades... 

¡No! ¡Pero no se vaya!

Dijo el veterano viendo que la figura de autoridad se alejaba del grupo en lugar de imponer su puesto para liderar al grupo.

Tsk... Si es que no se puede dejar algo tan importante como la autoridad en manos de una mujer. Maldito el día en que abrieron las puertas de instituciones de seguridad y defensa a las mujeres.

Se giró hacia el grupo y los repasó uno a uno. Casi la mitad de los presentes quedaban descartados para líderes a sus ojos en base a su sexo y prácticamente la totalidad del resto quedaba descartada por sus ideales.

Está bien, damas, caballeros y despojos, está claro que necesitamos una figura de autoridad. Como ex-brigada del 45 de Artillería del ejército de los Estados Unidos de América, me ofrezco voluntario para desempeñar esta misión. Es más, creo que soy el único aquí capacitado para ejercerlo excepto...

Dio una vuelta sobre sí mismo buscando al único otro candidato aceptable para liderar a un grupo de vagos, maleantes y algunas señoritas como aquel.

...Excepto usted - Añadió señalando a J.C, el encargado de seguridad del festival.

De ninguno más de los presentes aceptaría gustoso un liderazgo. Así son las cosas. - Fue a dar una calada a su cigarro puro, pero de pronto se dio cuenta de que en algún momento lo había apagado o se le había caído, así que sacó otro nuevo y lo encendió.

Para empezar, vamos a formar una fila y uno a uno en orden iremos emitiendo el voto. ¡A la voz de AR!

Durante los minutos previos al movidote lobuno que estaba a punto de acontecer, le habló una hippie que iba vestida de Elfa, o se creía como mínimo, Galadriel. Aquello si que era una señora pipa. Le ofreció inundarse de su vapor y tumbarse con ella en la hamaca. Dijo que no a tumbarse, y si a fumar. Chico listo. No te puedes fiar de una hippie, te dejan fuera de juego usando sus malas artes del LSD.

Para esas alturas, Mathias había caído en un agradable estado de drogadicción que incluía; risas, levitación corporal, colorines estridentes, y boca seca, muy seca. Hasta que la hoguera de Daddy Dope terminó de rematar la psicodelia, y cayó en un profundo estado de colocón o sueño vívido del que despertó completamente alerta tomando en lugar de una cerveza, una botella de agua. Sus orejas estaban escuchando la conversación de la agente del FBI y Daddy. ¿Asesinos entre nosotros? ¿Hombres lobo?

-¿Un representante que nos lleve a todos?- dijo confundido. Luego escuchó la grabación de la vieja. -Ah, entiendo, alguien que lleve un recuento de votos. Como el jefe de la comunidad.- un puesto de responsabilidad.

En ese momento el finlandés buscó una guitarra acústica entre algunos de los asistentes. No quería robársela a la chica rubia (Jessie), así que se la pidió a un hippie de la caravana de Daddy. Mientras punteaba la guitarra escuchó a (Chirchull). Tranquilamente descartó a ese señor como posible representante suyo. Su estilo militar no iba con él. -La luna llena sobre Wallkill…- comenzó a cantar bajito. -Ha transformado en bestia a…- miró hacia los presentes. No tenia ni idea de quien era un lobo. Siguió cantando. –¡Auuuuu! Lobo hombre en Wallkill… su nombre, es…- (nuevamente un silencio, pausa).

La canción seria plagiada años más tarde por un grupo español llamado La Unión, quizás (Juani) se llevase la gloria finlandesa a España, o quizás algún español por el mundo estuviese allí escuchando la melodia. Mientras tanto, Mathias estaría atento a la guitarra, y a medida que avanzase todo aquello, procuraría rellenar el resto de la estrofa con el nombre de algún hombre o mujer lobo.

Mas adelante, los asistentes no recordarían cuando Thomas estaba sin un cigarrillo en la mano. Sus ojos estaban algo enrojecidos, como si estuviese recién levantado, pero no.

No entendía muy bien lo que había sucedido. O mejor dicho, no sabía si lo que había visto era producto de alucinaciones o si era real. Le costó un gran esfuerzo darse cuenta de que si estaban todos reunidos hablando de elegir un representante, es porque algo habría pasado. ¿Y cómo podía estar seguro de que quien era quien? Si había entendido correctamente, había 4 entre ellos que eran...  hombres lobo? Ufff mucha información. De lo único que podía estar seguro era de él mismo.

No le caía bien la vibra represora del ex militar, y decididamente no quería estar a sus órdenes, de eso estaba seguro. Tampoco le parecía correcto proponer a alguien, así que le quedaba una sola solución.

- Señores y señoritas -dijo cuando hubo una pausa-, aunque debo advertirles que la suerte no suele acompañarme, me propongo yo mismo como representante. Mi propuesta es que todo sea tan paz y amor como sea posible, decidiremos entre todos y yo sólo seré el que comunique la decisión. 

“¿En serio?.... eh eh eh… usted… agente Morris, pero de qué va esto?”… Gritaba Josh mientras se incorporaba de la roca en la que se había sentado junto a su bajo, cerca de la hoguera de Daddy Dope (de Dopado…sería, pensó Josh cuando vio el percal). La agente ya se alejaba, dejándoles puesta una grabación.

“¿Buscar… REPRESENTANTE?” Dijo Josh en alto mirando a aquellas 19 personas que le acompañaban. “Desde luego necesario va a ser si es cierto todo lo que ha dicho la agente”. Josh empezaba a pensar que quizá la decisión de asistir a aquel festival, lejos de ser un sueño, quizá se convirtiera en su peor pesadilla.

“Mirad”, dijo al resto “Yo no me fío de nadie, pero tampoco sé en quién confiar. Estoy dispuesto a dar mi voto a aquel que se gane mi confianza y esté dispuesto a ejercer consecuentemente la representación de todos nosotros. En mi tendrá apoyo siempre y cuando demuestre actuar en favor del grupo y cumplir las funciones que ha dicho la señora del cassette. Yo me conozco, amigos, mis ritmos son descontrolados, estoy acostumbrado a la vida nocturna, a los bolos y un poco al descontrol vital, para que engañarnos... No sé si podré ejercer la responsabilidad del liderazgo tal y como se indica.... y esto parece una cosa seria”… Pero eso sí, aquí estaré para hacer equipo contra esas bestias. Si existen, no se lo pondremos fácil. – Josh aún no sabía que pensar de las palabras de Morris. Le costaba creer que hubiera lobos camuflados entre tanta gente con aparente buen rollo, de igual forma que le parecía impensable que algunos de ellos hubieran adquirido cualquier tipo de don. Los únicos dones que él conocía eran los de los efectos de las drogas.

Dicho esto, cogió el bajo y se juntó al tipo de la acústica. Siempre era buen momento para marcarse una improvisación, y los malos momentos más.

- Bueno, a ver que me entere... Se saco la gorra, se rasco la cabeza, resoplo. No encontraba como encajar todo lo que había escuchado en un momento. - Aja... Hombres Lobo entonces... vale. Dedico un segundo en pensar, si eso suponía que el plus de peligrosidad subía. En su empresa eran unos mierdas así que suponía que no. 

Se acomodo la gorra. - A ver abuelo. No quiero ofenderle, pero sus años de acción quedaron atrás... No me malinterprete, el país se lo agradece, pero es hora de pasar el testigo, y no, no hablo de mi. Paso de eso, si no me van a pagar mas por enfrentarme a hombres lobo, eso de alcalde seguro que tampoco figurara en mi nomina al final de mes. Dijo a Westin con los brazos en jarra mientras se echaba un chicle a la boca.

El sonido de su mandíbula masticando se hizo oír en el lugar. - Y tu chico  ¿paz y amor? ¿hola? Te das cuenta lo que ha pasado aquí en un momento y las historias que cuenta la del FBI... Paz y amor mis cojones. Esto es la guerra. Sus palabras se acompasaban al masticar del chicle dejando este a la vista de todos al tener la boca abierta.

Esta claro que no le gustaban esos candidatos.