Partida Rol por web

Tenía prisa, mucha prisa, pero a pesar de ello, no pude evitar ver el espectáculo que otra vez estaba mostrando uno de los coordinadores. Si alguna vez quería convertirme en instructor, desde luego esto es algo que no podía dejar pasar.

¿Qué está pasando aquí? Pregunté, mientras me acercaba al lugar, con toda la dureza que me permitía mi voz y que refrendaba mi serio y adusto rostro. Hay otra formas de solucionar los conflictos entre camaradas, suéltala. Dije ya a escasos centímetros del coordinador, prácticamente en su oreja.

-Gracias- asintió con la cabeza al recién llegado mientras continuaba protegiendo su mochila. -Quería dar un informe de lo que he descubierto en mi misión, pero este tarado quería simplemente requisarme las cosas. ¡Y puede ser algo muy importante!- explicó la situación todo lo rápido que pudo para después volver a mirar, desafiante, al coordinador. -Me da igual tu amenaza de reducir mi rango. Quiero hablar con tu superior- estaba segura de sus palabras. No pensaba darle su preciado descubrimiento a ese cabeza de alcornoque.

El coordinador se apocó un poco al verse superado en número. -Eso que llevas ahí puede ser muy peligroso. Deberían deshacerse de eso cuanto antes. -le dice a Styr un tanto más calmo. -Esto no va a quedar así...-promete mirando a Kirara antes de retirarse hacia el ascensor central. No había ningún lugar a dudas de que allí había algo raro. 

-Whoa, Styr. Buen trabajo rescatando a la damisela en peligro-comenta en tono jocoso Magmard. -Hey, siento algo familiar en ella. ¿Llevará algún GF consigo...?

-Qué cobarde...-comenta Marcosias mientras el coordinador se aleja. -En cuanto llos números están en su contra, sale huyendo con la cola entre las patasss...

-Vale- respondió al tipo mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. No apartó la vista de él, incluso le terminó sacando la lengua. -Ogh- bufó mientras se colgaba la mochila de la espalda. -Qué molesto. Ahora toca buscar a alguien superior con el que hablar...- puso los ojos en blanco. Esperaba que realmente no la fuesen a rebajar de rango. Eso sería una putada...

Se giró hacia el muchacho y tomó aire. -Encontré un material sospechoso en mi expedición. Atrae a los monstruos- sabía que no le había pedido ninguna explicación, pero sentía que se lo debía a modo de agradecimiento por sacarle del apuro. -Ese tipo quería confiscarlo sin más. Además me llamó "arma de guerra", ¡qué descortés!- puso los brazos en jarra e infló los mofletes. -No me daba buena espina y me negué... Por suerte llegaste tú. Gracias- repitió al chico, esta vez visiblemente más aliviada. Estiró la mano hacia él para estrechársela. -Soy Kirara.

Asentí con gesto serio e impertérrito ante las explicaciones de la joven. Dudé si pedirle que me enseñara lo que había encontrado, pero después de lo ocurrido, decliné la idea. No quería que pensara que quería hacer algo parecido a lo que le había hecho el coordinador.

Entre las gracias de Magmard y que no conocía de nada a la chica y debía entablar conversación con ella, mi humor no pasaba por su mejor momento, sin embargo, lo que me había descrito me sonaba mucho, así que no podía dejarlo pasar sin más.

Resoplé para descargar tensión y por fin abrí la boca para contestar a la joven con la mayor amabilidad que mi fría personalidad me permitía. No tienes que agradecérmelo, no soporto a los idiotas incompetentes. Comencé a andar dejando atrás a la muchacha, pero nada más arrancar le dejé caer un ofrecimiento. Me dirijo a ver a un instructor de confianza, sígueme. Era evidente, si no me equivocaba con lo que la chica había encontrado, que tenía que ver con lo que estaba investigando, así que si venía podría matar dos pájaros de un tiro. 

No era difícil adivinar que el muchacho no era de muchas palabras. Aun así, eso no le molestaba. Al menos le escuchaba sin mandarle callar.

Entonces, el chico del que no estaba segura de si conocía el nombre, le invitó a acompañarle a ver a un instructor de confianza. -¡Vale!- exclamó ilusionada por la idea. De haberla dejado sola no estaba muy segura de qué camino o decisión habría tomado.

Continuaron caminando durante un rato, en el cual Kirara aguantó las ganas de hablar por no incordiar. Pero al final, cuando supuso que había pasado un tiempo prudencial desde el encuentro con el instructor idiota, volvió a su "yo" parlanchina. -Oye, ¿y cómo te hiciste esa cicatriz?- se señaló su propia frente para que el chico supiera a la que se refería. No le miraba con pena ni asco, simplemente con una clara y sincera curiosidad.

Styr miró a la joven con gesto serio y enarcando una ceja, la pregunta le incomodaba y no hizo lo más mínimo para intentar disimularlo. Aún así, como acostumbraba, contestó escuetamente. Me dieron una paliza. Lo dijo como si fuera lo más banal del mundo y no tuviera ninguna importancia.

El joven moreno se temía más preguntas, no estaba dispuesto a ser sometido a un interrogatorio personal y menos con lo que tenían entre manos, así que no dejó que pasara tiempo para permitirlo tras su respuesta. Cuéntame todo sobre lo que has encontrado. Confío en quien vamos a ver pero prefiero ser precavido. Aclaró Styr. El chico se paró un momento a pensar y recordó las manchas de la capa de aquel bufón rubio. ¿Podría ver el material? Preguntó en ultima instancia, quería comprobar si se trataba de la misma sustancia.

-Mmm- asintió pensativa. Parecía que iba a preguntar algo más, pero el chico se le adelantó, cambiando de tema y haciendo que Kirara no continuase con su interrogatorio.

-Pues, para empezar, fui a los túneles del metro porque habían visto monstruos. Está en construcción, así que imaginé que alguno podría haberlo tomado como su nido o haber llegado por túneles- en realidad todo eso lo pensó una vez allí. Cuando tomó el encargo solo quería aventura y patear culos. -Una vez allí encontré esto- se descolgó la mochila y sacó un tarro con una especie de mucosidad negra en su interior. -Caía por una pared. No sé si es baba o algún producto creado por humanos... Pero parecía ser lo que los atraía... Tomé unas muestras y las guardé para confirmarlo.

Además- añadió tras una breve pausa, -cuando continué por los túneles abiertos por los monstruos, llegué a la entrada de un claro con muchiiiiiiiísimos más- había abierto los brazos para indicar la cantidad tan enorme de criaturas de las que hablaba. -No sé si será buena idea hacer una incursión para investigar o exterminar, pero creo que lo mejor sería vetar y controlar la zona- aunque, claro, hablaba desde su ingenuidad.

Styr escuchó atentamente a la joven con gesto serio y ni si quiera se sorprendió al ver la sustancia, pues efectivamente era lo que se imaginaba. Sin embargo, su gesto se torció un poco al escuchar lo del claro lleno de monstruos.

Esta bien. Asintió el joven moreno. Guarda eso antes de que alguien lo vea. No conocía a la chica, pero si había ido a la misión seguramente "ella" tuviera algo que ver, aunque debía intentar averiguarlo con discreción. ¿Tienes constancia de quién encargó esa misión? 

¿Será una base de Krysta para organizar su ejercito de monstruos? Preguntó mentalmente Styr a su compañero guardián. Hay que informar a Énida, ¿pero cómo? ¿Alguna idea Magmard? El joven pistolero había dejado a un lado las bromas habituales, la situación era seria, pues neutralizar un lugar así podría ser un duro golpe contra las aspiraciones de Krysta...

-Uhm...- ante su pregunta se quedó un rato pensando, con los ojos cerrados y los brazos cruzados. -Igual lo del valle de los monstruos lo he soñado- comentó, algo desconcertada.

-El anuncio lo puso un trabajador. ¿Kaz? Creo que se llamaba así. O al menos fue él quien me acompañó en el encargo.

Los pasos de Styr guiaron a ambos hacia la oficina del instructor Jun, hombre de confianza aún entre los estudiantes más revoltosos. El hombre atiende la puerta ante el llamado de Styr y los recibe con una sonrisa. 

-Oh, Styr. Ya estás de vuelta. Me alegra verte bien. -entonces sus ojos grises se enfocan en la chica. -Kirara, ¿verdad? Un gusto volver a verte. Adelante, adelante. -apremió la voz serena del instructor Jun. En su oficina hay un par de sillas frente a su escritorio. El hombre les indica que tomen asiento a la par que se dirige al otro lado del escritorio. Con gesto tranquilo  ajusta sus lentes y los invita a hablar. -Diganme, ¿En qué puedo ayudarles? 

-Si lo que dijo Enida es cierto, y confío que sí, es probable que Krysta estuviera juntando monstruos con sus secreciones extrañas, como las que tiene la chica consigo. Estoy prácticamente seguro de que todo esto está conectado. Ah, por cierto. acabo de tener una idea. ¿Crees que la chica tengo consigo algún gf? Si pudiera hablar con él, tal vez sepamos más del asunto.

En el interior de Kirara, Marcosias comenta a la par -este muchacho Ssstyr se ve ssserio pero confiable. Veo algo familiar en él. Como ssi le conociera de antess...

Una vez que llegan a la oficina de Jun, Kirara reconoce al instructor de algunas clases en su época de estudiante. No podría decirse que lo volviera a frecuentar después de terminados sus estudios, pero lo recordaba como una persona tranquila y sabia. 

Le alegró ver un rostro conocido cuando cruzaron la puerta. Asintió cuando Jun le nombró, esbozando una sonrisa cordial. "Se acuerda de mi nombre", pensó asombrada. ¡Habrían un montón de alumnos de los que acordarse!

Cuando tomó asiento volvió a asentir, en silencio, mientras ojeaba el lugar con curiosidad. Como no sabía muy bien cómo comenzar la conversación, decidió dejar que el chico lo hiciera. Parecía que tenían asuntos previos y no quería decir nada que no debiera.

-Claro que es familiar- respondió a Marcosias, asintiendo con la cabeza. -Estudia aquí. No había hablado con él, pero lo he visto más veces- o al menos eso había pensado ella que se refería con "familiar".

Hola instructor. Saludó Styr sin ninguna pizca de emoción por volver a verle, su cara si cabe era más imperturbable que de normal.

El joven tomó asiento en una de las sillas y comenzó a hablar de forma directa. Han sucedido cosas interesantes en mi última misión, como bien sabe y a pesar de jugármela con mi padre, confío en usted. Era verdad que Styr le tenía aprecio y además lo consideraba el mejor instructor de los que había tenido, pero actualmente no podía confiarse con nadie. Pero antes de que le cuente, ¿qué tal por aquí? ¿ha habido algún cambio? ¿han pasado cosas extrañas? La incomodidad del joven de tez morena era palpable, quería disimular, pero no sabía muy bien como conseguir información sin dar a entender que pasa algo y probablemente con esas preguntas no lo estuviera consiguiendo...

Si, lo sé Magmard, lo sé. Styr ya lo había oído la otra vez, pero para él no era tan fácil la situación. ¿Qué quieres que haga? La acabo de conocer... no puedo agarrarla de la mano así como así... es incomodo...

Era evidente que el joven no se sentía cómodo explicándole esto a Magmard, al igual que con la forma en que los GFs se comunicaban estando dentro de un humano.