Partida Rol por web

Le gustaba ver que por una vez la magia le hacía caso, pero sorprenderse por tan poco... Podía ser absurdo para muchos, pero no para ella, aquel logro era mucho en su caso. Suficiente para ganar un poco de confianza en si misma.

Por ello se centró en la defensa, mientras se concentraba en extraer más magia escudo de aquel enorme bicho, a decir verdad, le gustaría conseguir todas las magias escudo posible, pero aquello era un combate serio. Si bien había procurado acabar con las demás ranas esperando lograr algunas magias con un riesgo menor, no podía ser excesivamente descuidada.

Aquella magia le hacía más resistente a los elementos según la extraía, era valiosa, y por ello se movió buscando adquirirla con paciencia, vigilando su guardia en todo momento. Rodeando al monstruo buscando ser efectiva, obteniendo o al menos procurando obtener lo que quería.

Viendo la potencia de la magia, decides pasar a la defensiva y empezar a extraer magia.

De manera que te centras y le "robas" algunas magias escudo. No tantas como en otras extracciones, pero algo es algo...

Por su parte aquella rana decide volver a embestir, pero logras bloquear el impacto sin problema. Incluso podrías haber contraatacado de forma magistral, pero estabas más centrada en la extracción...

Y como sigue igual, decides continuar.

Así que vuelves a extraer sin problema.

Sin embargo, en aquella ocasión, en lugar de que la rana ataque o te lance alguna magia, vuelves a verla como empieza a canturrear y a crear una extraña melodía.

¿Qué estará haciendo? ¿Volverá a cambiar? ¿Hará algo diferente?

Otro cántico, no sabiendo si iba a cambiar de nuevo, o incluso algo peor, tal vez sería mejor dejar de lado la intención inicial de extraer magia, no sabía Serenith si sería más peligrosa entonces, y pensando que podría repetir el ataque anterior, lanzó otra descarga electro para frenarla, si lograba pararla o acabar con ella era lo mismo, lo importante era evitar alguna situación peligrosa.

Concentró la magia electro en el monstruo una vez más y se dispuso para descargarla con presura, se imaginaba o que empeoraría el aspecto del bicho, o que llamaría a más, y fuera una u otra, no le gustaba ninguna de las dos opciones.

Aquella rana había empezado a cantar de nuevo y, esta vez, no te la ibas a jugar. No sabías si se transformaría en otra cosa o si pasaría algo diferente. La verdad es que te daba igual.

Juntas las manos y creas una pequeña esfera eléctrica como la vez anterior.

Y, como antes, focalizas dicha esfera transformándola en un haz de electricidad que golpea de lleno a la rana, quemándola y calcinándola en un instante. De echo, cierras los ojos un segundo por la descarta, y cuando los abres, ves que la rana está totalmente negra y, esta, se está empezando a deshacer en cenizas.

Habías ganado. Eso no había duda.

Y lo mejor era que, al ver la ceniza volar, compruebas que, justo en el mismo sitio, aparecen cuatro pequeñas ranas rojas que parecían inconscientes.

Si aquel virus se estaba esparciendo, valía más advertir al jardín, entre las ranas, había una piel mediana, con la que envolvió las cuatro ranas y un buen puñado de aquella ceniza que sin duda podría contener información de aquellos seres.

La misión solo pedía dos, pero dadas las circunstancias pensó que quizás quisieran experimentar el efecto de aquel residuo en polvo en alguna de las anfibias obtenidas, también procuró obtener algo de la ceniza que dejaron las que no se habían transformado por segunda vez, por si de la primera fase a la segunda, había algún tipo de cambio que se pudiera llegar a aprovechar para inutilizar a aquellos seres mutados.

Sin duda hubiera podido aportar más información si hubiera esperado a que la Gitanesca rana acabara de croar de nuevo, pero ella no era científica y no quería jugarse la vida por curiosidad. El dicho de "la curiosidad mató al gato" era demasiado popular como para no tenerla en cuenta.

Recogidas las muestras, guardó lo posible en su mochila, pronto acabaría de caer el sol si no se daba prisa. Por lo que volvió al camino siguiendo las marcas que había ido dejando para seguirlo hasta el jardín, en esta ocasión con cierta presura, para llegar lo antes posible y entregar su informen sobre aquella misión anómala. Esperaba que con las cuatro ranas que llevaba, no tuvieran que mandar a nadie de bajo rango a una misión mas difícil de lo esperado.

Después de derrotar a aquella rana, el bosque parecía haberse calmado.

No sabías qué había pasado... Por qué habían cambiado... Aunque sí sabes que estaban como... Mutadas o algo así.

De manera que, a parte de coger las ranas para la misión, coges un pequeño puñado de ceniza con, la esperanza, de que arroje algo de luz sobre lo que acababas de presenciar. Y, con esto en tu mochila, vuelves al camino.

El sol había empezado a caer y la luz iba disminuyendo poco a poco. Por suerte el camino era claro.

Y, mientras avanzas, le ves de nuevo.

Aquel hombre del tatuaje en el rostro y la espada a la espalda, seguía en el sitio.

No parecía haberse movido lo más mínimo.

- hola de nuevo... - dijo confusa al verle aun allí - eres algún estilo de estatua viviente o esperas a alguien que se ha olvidado de reunirse contigo?

Le preocupaba un poco aquel hombre, ¿tendría algún tipo de amnesia? - ¿te has torcido el tobillo o algo? Perdona que pregunte tanto, pero me preocupa que siga ahí sin haberse movido para nada...

Sin duda normal no era. Siguió caminando hasta pasarle ligeramente, para girarse y examinar desde la distancia al hombre. Buscando en el algo, cualquier cosa extraña.

-Hola

Dice el hombre al acercarte de nuevo a él, el cual empieza a reírse después de tu pregunta.

-Me han llamado muchas cosas, aunque nunca "estatua viviente". No sé si tomármelo como un cumplico... -comenta con una leve sonrisa-, y no, no estoy esperando a nadie. Solo estoy... Esperando.

Se encoge de hombros.

Al mirarle con detenimiento, ves que no parece tener ninguna herida o impedimento físico para moverse. Parece que está en perfecto estado.

-Y agradezco tu preocupación, pero no, no tengo ningún tobillo torcido ni nada por el estilo.

Te mira y se vuelve a encoger de hombros.

-Solo estoy esperando.

Sin duda era raro, alguien normal no esperaba solo por "esperar", pensó en Mateus y como se molestó cuando hizo algo que a la invocación le molestó, ¿sería ese hombre una invocación más? - ¿eres una invocación? ¿Lo seas o no puedo saber que estás esperando? - su cabeza era en ese momento un cúmulo de posibilidades revueltas, pero una idea seguía preocupándole, "solo estar allí" debía ser aburrido, si era una invocación o una persona, si podía ayudarle lo haría, hasta hacía mucho no sabía casi nada de las invocaciones, pero de ellas concluyó que no eran diferentes a ellos, cada una era un mundo, y preferiría hacerse amiga de una a verse obligada a luchar con ella, puesto que como amigos podría no necesitar capturarla, como si fuera una bestia, luchando con esas invocaciones se reaba una especie de vínculo de servidumbre que no le acababa de gustar.

Pensó que era una lástima no saber nada de Ramuh, y se sentía triste por como capturó a Mateus tras ofenderle. Le encantaría una invocación que apareciera cuando quisiera, sin necesidad de invocarla, solo porque le apeteciera mostrarse, y que ni siquiera necesitará ser para derrotar a un enemigo, si no simplemente para hablar como amigos. No le importaba no obtener su poder cuando quisiera, un amigo siempre era mejor que todo el poder del mundo.

El hombre, ante tu primera pregunta, se empieza a reír de forma sonora, a carcajada limpia.

-¿Qué si soy una invocación? -repite manteniendo la sonrisa-. Creo que es lo más gracioso que me han dicho nunca.

Prosigue con aquella sonrisa.

-No, no soy una invocación -dice secándose una lágrima de alegría que se escapa de sus ojos-. Soy un humano como tú... -aunque al decir eso mira tus brazos-. Bueno, creo que un poco más humano.

Tras aquello parece volver a la seriedad y a su tono.

-Estoy esperando a los problemas. -Su forma de hablar es seca y directa-. Esperemos que no lleguen, pero por si llegan... -se encoge de hombros-, les estaré esperando.

Extrañas respuestas, en cuanto a reírse tanto por llamarle invocación,... Matheus parecía muy humano antes de molestarse. Y en cuanto a esperar problemas... - no se que problemas son los que buscas, y no se si estás al tanto de lo ocurrido en un barco recientemente, pero he encontrado 4 ranas mutadas en el río, esas ya no darán problemas pero ves con cuidado - comenzó a caminar en dirección al jardín si no podía hacer nada por aquel hombre, prefería entregar su informe - si tienes que ver algo con el jardín, luego entregaré mi informe, hasta luego...

Pensó que tal vez sospechaban sobre la contaminación de aquel virus mutable, por ello ofreció al hombre la información justa, que no se considerara como filtrar información importante en caso de no tener nada que ver, pero que se pudiera preparar adecuadamente. Y si tenía algo que ver con el jardín, podría acceder a los detalles en el informe que hiciera ella.

El hombre, que seguía allí, tranquilamente, ves como alza una ceja al escucharte.

-¿Ranas mutadas? -pregunta sorprendido-. ¿Derribaste a cuatro ranas mutadas? -repite de nuevo-. ¿Dónde las encontraste? ¿Qué aspecto tenían? ¿Parecían normales? ¿Hacían algo distinto a las normales? 

A partir de ese momento parecía sumamente interesado y pendiente.

De echo, de entre sus pliegues, saca un pequeño cuaderno y un bolígrafo y ves como empieza a apuntar.

-¿Recuerdas a qué distancia estaba? ¿El lugar exacto? ¿Si había contaminación en los alrededores?

Sí, desde luego estaba mucho más interesado que antes.

Intentó dibujar en el suelo el aspecto de aquellas ranas, pero era pésima dibujando, así que sacó la piel en la que envolvía las ranas y le mostró una pizca de aquella ceniza.

- donde las derroté debería haber bastante ceniza de cuando invoqué a Ramuh, más o menos por allí, cerca del río, buscaba estas ranas, y cuando revisé río abajo y ver que sólo estaban estas 4 mutadas, supuse que el virus que afectó al barco se ha extendido, en cuanto a los detalles sobre las ranas, deberás ver el informe que haga si tienes relación con el jardín, no se hasta que punto esto es secreto o algo así, pero sin duda lo último que esperaba era tomar una misión sencilla y ver que se complicaba tanto.

Se disculpó por no dar detalles, pero creyó que de encontrar más, aquel hombre podría con ellas - solo un detalle, si comienzan a croar acabe rápido con ellas - una cosa era no dar detalles y otra dejar que se enfrentara a un peligro innecesario.

EL hombre mira tu rana dibujada... O tu intento mejor dicho.

-Desde luego no tienes futuro como artista...

Dice el hombre al ver tu dibujo.

-Tomo nota -prosigue al escucharte-. Parece que has hecho un buen trabajo...

Termina diciendo, tras lo cual saca un pequeño cuaderno de sus ropas y empieza a apuntar cosas.

Serenith saludó al hombre con una leve gesta de brazo, sonriendo y guardando su botín, suponía que aquel hombre dispondría de información suficiente para actuar, pese a no tener toda la información. Parecía fuerte, incluso aseguraría que más que ella, por lo que esperaba que no tuviera problemas.

Por su parte aceleró el paso, quería llegar lo más pronto posible e informar de sus conclusiones.

Aquel hombre no tenías del todo claro quien era... Pero parecía saber algo de lo ocurrido...

Y así, con algunas preguntas en mente, le dejas allí y avanzas hacia el jardín.

Poco a poco ves como el sol va cayendo y las sombras empiezan a ganar terreno. Aún así el jardín está cerca y no tardas mucho en llegar. 

Tan pronto llegaba al jardín, caminó con firmeza hacia la enfermería, tenía que entregar las ranas e informar de lo sucedido.

- holasesss - decía entrando por la puerta con calma - he traído ranas rojas de más - comenzaba a explicar - por si necesitan experimentar con ellas. Tenían el virus-m, osease el virus mutante que tenían la personas del barco o algo semejante, por lo que una misión de recolecta, se transformo en una de combate.

Luego busco una carpeta en su mochila y sacó papel y bolígrafo.

Cita:

Cuando llegas a la enfermería ves a la persona que os había atendido tras el incidente en el barco.

-Hola Señorita Efy -te saluda al verte llegar-. Siempre es bueno que traigan de más... A ver.

El hombre coge el paquete y hecha un vistazo.

-¿Qué es esto? -pregunta mirando la ceniza-. ¿Es de la ranas? -pregunta extrañado -De todas formas el trabajo está bien hecho, así que felicidades.

Toca la sustancia con los dedos y pone una cara de extrañeza. 

-¿Virus m? -repite entre risas-. Creo que has visto demasiadas películas... Según dices, ¿tenían un aspecto azulado? ¿Una gema roja en el centro? ¿Cierta forma humanoide?

Escuchas que te preguntas mientras escribes tu informe.

Serenith no se molestó por las risas, pero le pareció ilógico que se burlara de su forma de llamar a lo que fuera que hubiera mutado a las ranas.

- bueno digo virus-m para abreviar, está claro que mutaron, eran en principio una mezcla de saltamontes y rana, verde con pinchos como un cactus, y patas aluzadas o lilaceas tras croar la que quedó viva se hizo aun más grande, diría que de unos 2 metros de alto, con cuernos como si fueran de toro, y su aspecto era más semejante al de un sapo, esas cenizas son un resto de lo que dejó la piel de esas cosas, por lo que mientras no esté seguro de que no son peligrosas, le recomendaré desinfectarse las manos, y no jugar mucho con ellas.

El hombre te mira con atención aunque ves que levanta una ceja.

-No sé si has visto muchas películas o leído demasiado...

Se te queda mirando, como si estuviera pensando en lo que iba a decir.

-Creo que deberías ir a la biblioteca para informarte bien de lo que viste. A lo mejor era una rana normal y corriente... O, a parte, ir al departamento de exploradores. Ellos tienen algo más de información sobre los monstruos y animales. Tal vez ellos puedan ofrecerte alguna respuesta... O tal vez no.

El hombre se encoge de hombros.