Partida Rol por web

-No sabemos cuantos son -dice ofuscado-. Creemos que seguramente seis o siete... Lo que sabemos de ellos es que deben tener su campamento en alguna parte del bosque.

Se detiene un momento mirando hacia arriba.

-Atacan a los viajeros en ese mismo camino. Normalmente son cuatro, pero para grupos más grandes han visto hasta siete... Igualmente no sabemos si habrá más escondidos o no... 

Tras esto suspira.

-Esperemos que vengan los del jardín pronto y lo solucionen.

Asiento de manera distraida mientras apuro la copa, sabia que tenia que haber ido por el camino del bosque en vez de dar ese tonto rodeo a aquel pueblo aunque hubiera merecido la pena, pero saber cuantos eran aproximadamente me permitia maniobrar  acorde con mis habilidades... ahora que atacaban en el lugar podia acabar con ellos facilmente.

---Tranquilo, seguro que estan encargandose de ello en estos momentos o en breve- digo mientras dejo la copa vacia junto con el dinero que correspondia- Tengo un par de asuntos que atender así que he de irme- digo levantandome mientras me ajusto mi disfraz- De todas maneras, no creo que tarde mucho pero me gustaria que me guardase un plato para la cena y sí  se hace de noche quizas me quede una habitación, todo dependerá de lo que tarde... ¿vale?

Tras acordar con el tabernero salgo de la posada y me encamino al camino que ha mencionado el posadero, seguramente sea el camino que he visto antes de llegar al pueblo que se internaba en el bosque así que es ahí donde me dirijo siempre atento a todo lo que ocurra a mi alrededor..

Aunque manteniéndolo a raya, empezaba a ser cansado, casi empezaba a esperar que ese bicho huyera, pues le daba la sensación de estar jugando y eso le molestaba.

Sin dejar de cubrirse, golpeó en esta ocasión agachándose ligeramente, con la esperanza de hacerle saltar y golpearle con su otro brazo mientras este estuviera en el aire... Dejarle sin sitio para maniobrar seguía siendo su intención, recortar la distancia era su mejor baza.

Una vez pagas*, decides salir de allí para buscar a aquellos bandidos.

Pero... ¿Por dónde? ¿A qué camino se refería?

¿Al que has cogido para llegar al pueblo?

¿O al que se interna en el bosque?

El Bengal, flexionando las piernas, coge impulso y va directo hacia ti.

Con las garras por delante intenta destriparte entera aunque, por suerte, tus brazos se interponen en su camino.

Con un rápido movimiento logras desequilibrarle y contraatacas con tus puños. Pero es demasiado rápido y hace un quiebro con sus patas, haciendo que esquive el ataque.

Pero no te ibas a rendir.

Sin perder ni un instante, haces retroceder tu segundo brazo para ganar velocidad al lanzarlo hacia delante con un potente puñetazo.

Por desgracia... No le golpeas.

De manera que, aunque habéis estado más igualados, él no ha logrado tocarte... Ni tú a él...

Harta, cansada, frustrada, furiosa, con ganas de gritar, toda la ira y represión acumulada estaba por estallar,. Dio un pequeño salto a modo de paso hacia aquel felino, buscándose cubrir con su izquierda por si él era más rápido, rotando ligeramente estiró su diestra para golpear al enemigo, y propinó un gancho después con su zurda, procurando mandar a volar al bengal. Finalmente encogiendo sus rodillas, y levantando sus brazos saltó hacia él, el impulso buscaba colocarse sobre su presa juntando sus gigantescos brazos y cerrando sus puños.

Caer a su lado, era parte de su intención para que de salir vivo de su mayor despliegue físico hasta el momento, dejarle nuevamente sin un margen de maniobra decente. Llevar el combate a un ámbito de cuerpo a cuerpo, era su mejor opción.

Serenith, en esta ocasión más rápida que aquel felino, se lanza al ataque.

El primer golpe de la chica impacta de lleno en el costado del monstruo, demasiado lento en esta ocasión para evitar el ataque. El impacto hace que sus patas derrapen por la hierva.

Sin perder un segundo, la estudiante salta, junta las manos e intenta golpear de nuevo. Consiguiéndolo.

El golpe le da en un lateral, no de lleno, pero sí lo suficiente para conseguir que aquel animal suelte un quejido.

Parecía que esta ocasión la balanza estaba de tu parte y el monstruo ya no estaba a plenas facultades.

Por lo que has escuchado al posadero, entiendes que se refiere al camino que se internaba en el bosque, no el que se cogía para ir hacia el pueblo.

Así que, te atas bien las zapatillas y retomas el camino.

Desandas todo el trayecto que te había llevado hasta el pueblo hasta que llegas a la intersección.

Por un lado regresarías al jardín y el otro te lleva a las profundidades del bosque, siendo el tercero por el que has venido. Así que, teniendo claro tu objetivo, coges el segundo camino.

El paisaje nevado sigue en adelante, salpicado de altos y enormes árboles que te impiden practicamente ver el cielo.

Así que, por ese camino, y tras una hora de caminata, llegas a un pequeño claro con una casa de madera en uno de los laterales.

Por lo que ves parece abandonada... Tiene un gran boquete en el tejado, no tiene ventanas con cristales y la puerta está cerrada. No ves luz en el interior ni nada que te llame la atención de primeras.

Al parecer en esta ocasión había acertado más, el estrés acumulado ya no era mucho, de hecho si el animal intentara escapar no se lo impediría, pero tampoco le ofrecería margen para que arremetiera contra ella.

Sin dejar un respiro se volvió a colocar a su lado sin bajar su guardia, no dejarle espacio era su base para pelear con aquel veloz rival, defendiéndose con su brazo derecho soltó un ataque rápido con el mismo, y antes de recoger siquiera el primer brazo, procuró darle un buen gancho para mandarlo a volar. No tenía nada en contra de la fauna, pero si le atacaban a ella, no se iba a quedar quieta.

El combate prosigue y aquella cosa no parecía querer huír.

Flexiona las piernas y, de un salto rápido y veloz, se lanza contra ti.

Colocas los brazos cubriendo tu cuerpo y puedes sentir sus garras chirriando contra el metal. Pero aún así aguantas el tipo y te quedas en el sitio.

Aprovechando la fuerza del ataque, giras un momento y desvías al felino, dejando una apertura en su costado que aprovechas para lanzar un derechazo.

Por desgracia el felino lo esquiva, pero antes de que se pueda alejar más, lanzas un puñetazo con la izquierda que le golpea en plena cara. Escuchas a la perfección los huesos rompiéndose bajo su piel y como, al instante, el monstruo cae al suelo muerto.

Habías ganado. 

Había costado un poco pero habías ganado.

Tras caminar casi una hora caminando por los parajes boscosos, encontré una cabaña abandonada, al principio no le di mucha importancia al respeto pero finalmente decidí que quizas fuera un buen lugar donde podrian ocultarse los bandidos, aunque lo dudaba, por su aspecto parecia que no lo habian habitado en años, pero no se perdia mucho en echar un vistazo.

Así que me acerqué a una de las ventanas sin cristales y me dispuse a entrar en su interior y buscar indicios de que habian habitado el lugar recientemente, aun así permanecí atento por sí los bandidos estaban vigilando.

"Buf", suspiró, eso había costado bastante, cogió aquel bigote que era lo único que parecía en buen estado, y lo guardó en su mochila mirando a su rival caído. Luego se apoyó en su mano derecha mientras concentraba en su zurda una de aquellas curas que acababa de obtener, prefería sentirse más fresca, su misión debía estar cerca ya, por lo que tras un minuto de respiro, solo continuó su camino.

El material a obtener le esperaba, le apetecía llegar de una vez a la armería...

Te acercas a aquella cabaña con cuidado, siendo consciente de cada pisada, cada rama y cada hoja a tu alrededor, para que nada de todo eso delatara tu presencia.

No creías que los bandidos se escondieran allí, pero no estaba de más ser precavido e ir con precaución.

Así que, una vez te acercas, miras el interior por una de las ventanas:

Nada.

No había nadie en el interior de aquel lugar. O al menos no que puedas ver.

La suerte es que tampoco parecía haber demasiados sitios donde ocultarse: la estructura de una cama de madera vencida, una silla rota en una esquina y una mesa tumbada en otra. A parte de esto, poco más había allí.

Por el polvo, la suciedad y el musgo subiendo por las paredes, dirías que hacía mucho tiempo que nadie vivía en aquel lugar. 

Tras recoger aquel bigote y curarte*, decides proseguir tu camino.

La misión que tenías que hacer era ir a una antigua base de Esthar cerca del jardín, para recoger algunos minerales. 

En concreto Piedras de Sal, que deberían estar en los alrededor del lugar. 

Por otro lado, la misión también recomendaba no entrar en la base... La cuestión era, ¿por qué? ¿Tal vez escondería grandes peligros? ¿Grandes secretos?

Por el momento solo buscaría aquellas piedras de sal, sabía de una misión que pedía la entrada al lugar, pero le reclamaba... ¿1 rango más? No lo recordaba seguro, pero si no surgía una necesidad de entrar por obligación, preferiría no entrar, esthar era para Serenith el lugar que dañó el alma de las gentes de Fisherman's, que se vieron obligadas a migrar lejos de lo que algunas historias describían como "el nido de la soberbia y la arrogancia, el lugar en el que los artesanos perdían su alma".

Ya debía estar cerca, por lo que revisaba el suelo, le apetecía descansar, y es que entre creer que ser una seed, era formar parte de un grupo mercenario dispuesto a ayudar a la gente, y que indirectamente le afirmaran que solo debía comportarse como un soldado sin opinión obligado a hacer lo que le dijeran sus superiores, distaba mucho de lo que Selphie contaba en las revistas.

Esthar nunca había sido de tu agrado... Y por el momento eso no iba a cambiar. 

Así que, concentrada en tu misión, decides ponerte a buscar aquellas piedras de sal.

Por suerte para ti, encuentras con facilidad una primera piedra, totalmente blanca y con un tacto granulado. Debía ser eso, ¿no? 

Por desgracia, parece que no había más por allí.

¿Te valdría solo con una? ¿O tendrías que buscar más?

Bueno, no esperaba un cartel de neón indicandome la ubicación de los bandidos pero tenia la pequeña esperanza de haber encontrado algo que me diese una pista de la indicación de estos, no podia estar dando vueltas sin sentido por el bosque, no porque no tuviera las habilidades suficientes para ello,lo que no tenia era la paciencia  para encontrarles, así pues me  recliné un poco en la ventana por la que habia entrado para ver el exterior mientras sacaba la pipa para evaluar mis opciones, sí yo no iba a ellos, ellos vendrian a mi, sí tuviera el cebo adecuado quizas podria hacerles salir.

Aún queda mucho para que la noche caiga... Así que, ¿qué hacer?