Partida Rol por web

A veces un sólo segundo es todo lo que necesita alguien entrenado para valorar las situación y actuar en consecuencia. El guardia buscaba su pistola, yo tenía la mía apuntándole, pero al primer disparo las alarmas saltarían avisando de nuestra incursión y no tenía ahora mismo a nadie cubriéndome las espaldas: había que evitarlo a toda costa.

Con un gesto y movimiento fugaz de sobra entrenado pasé el revolver a mi mano izquierda mientras la derecha, libre ya de arma, buscaba el mango de la katana a mi espalda; el factor sorpresa me permitía esas milésimas aunque cualquier fallo en la ejecución hubiera resultado fatal.

Lancé un tajo directo contra el guardia buscando esa muerte silenciosa que permitiera salvar la situación, pero el filo sólo encontró el aire en su recorrido. Lo último que me dio tiempo antes de que el enemigo intentara su contraataque fue a tragar saliva.

Señalo los monitores y escribo de forma invisible en mi mano la palabra objetivo dirigiendo mi dedo después hacia mi hermana, tras eso le señalo los cables y le hago una señal de cortarlos con la mano a ver que opinaba del tema. No tenía muy claro si iba a entenderme pero hablar era demasiado arriesgado. No acababa de decidirme entre cortar los cables e intentar buscar al objetivo en alguno de los monitores para así saber su ubicación, por eso intentaba decirle que si ella intentaba buscar al sujeto en las pantallas después yo podría cortar los cables para distraerles.

Espero a ver que me dice Elaiza.

Elaiza asiente ante la propuesta de su hermana. Valía la pena arriesgar alguna cámaras a cambio de crear una distracción en la sala de seguridad. Con los dedos le hago el gesto para que corte un cable o dos como mucho. Tampoco era cuestión de quedarnos nosotras a ciegas.

En cuanto Kaisha prepara sus herramientas para manipular eso sin llevarse un chispazo, yo saco mi pistola y le hago una señal. Si nos coordinábamos bien esto acabaría tan rápido como pasó con el dron araña. Al primero le dispararía munición eléctrica por la espalda y al otro le apuntaría para sacarle información.

Cuando Trigger vio su filo hendir el aire, se temió lo peor; no porque no se supiera capaz de reaccionar a la pistola del guarda. En una distancia tan corta, Nariko ni se lo pensó y se lanzó contra el cuerpo del vigilante, por dentro del arco de sus brazos. No podría alcanzarle con un disparo, ese no era su temor. Pero si el tipo disparaba de todas formas, impulsado por la sorpresa, el tiro se oiría por toda la planta como mínimo. 

Y así fue.

La bala se clavó en el muro de cemento, y Nariko no sufrió ni un rasguño. Pero el sonido del disparo rebotó con el eco de una caverna, mientras el guarda gritaba "¡Alto! ¡Intruso!". 

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A Alma le iban un poco mejor las cosas. Esta vez el interfaz no la pilló con la guardia baja y no tardó en hacerse suyos los vectores de conexión. Cuatro lados, cuatro puertas, cuatro nodos diferentes a los que podía acceder: "Suministro eléctrico", "Registros de Seguridad", "Firewall", "Plano de las instalaciones". 

Lo normal era que el "Suministro eléctrico" permitiera controlar las luces, ascensores, puertas cerradas electromagnéticamente, la temperatura del café de la máquina, y otros servicios del edificio.

Los "Registros de Seguridad" debían contener backups de los vídeos de cámara, así como registros de las patrullas, turnos, etc.

El "Firewall" protegería una conexión a otro nodo, con seguramente información más importante y sensible. 

Y el "Plano de las instalaciones" no dejaba lugar a dudas. Allí podría ver qué contenía el inventario de cada habitáculo, y dónde localizarlos.

También pudo valorar el nivel de seguridad de cada conexión: el suministro eléctrico y los planos tenían un nivel 0 (CD11+), los registros de seguridad estaban mejor protegidos (nivel 1 (CD14+)). El Firewall, por su parte, debía esconder algo importante y jugosos (nivel 2 (CD17+)).

Mientras su mente estaba inmersa en la simulación virtual, le pareció oir un portazo a su alrededor. Pero eso era imposible; las puertas que observaba con en su conexión no se cerraban con golpes. Poco a poco su mente lograba encajar el sonido en la realidad, y recordó que se hallaba en una incursión, y que sus compañeras habían ido a examinar la planta. Como si tratara de caminar por un barrizal, con gran esfuerzo dedujo que el ruido repentino había sido un disparo. ¿De una de sus amigas o de un guardia? No lo sabía, pero fuera de quien fuera, si la explosión de la bala la había sacado a ella de su trance neuronal, a bien seguro habría alertado a cualquiera que estuviese atento en el edificio.

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Fixer cortó el cable y ¡voilà! se apagaron todos los monitores menos los tres superiores, los que precisamente estaban más a la vista de las hermanas. Gracias a esa selección no intencionada de imágenes, a Elaiza no le costó más que un parpadeo identificar a una mujer sentada en una silla, en medio de una sala, con una telaraña de cables saliendo de un casco que atenazaba su cabeza. Varios monitores parecían vigilarla, o quizás eran la proyección en pantalla de los ojos de la mujer, atrapados en el casco.

Una etiqueta situaba el lugar de la grabación: LAB-3 Planta 1.

En principio estaba en esta misma planta, pero no tenían ni idea de en qué dirección se encontraba el laboratorio 3.

Entonces se oyó un disparo en el pasillo, y la alarma de un guardia. Los dos que se encontraban comiendo frente a los monitores derribaron los fideos chinos por el suelo al levantarse de un salto y dirigirse a la puerta mientras echaban mano de sus pistolas.

Estaba decidiéndome sobre cual nodo debería en primer lugar invadir. Los planos nos podrían venir bastante bien, así como los registros para ver que había ocurrido en aquel lugar en los últimos días, el suministro eléctrico también podía ser de ayuda si en algún momento nos descubrían y la zona de Firewall la cual probablemente estuviera ocultando algo jugosa llamaba mi mirada como una joya deseando ser cogida.

No me había decidido cuando el sonido exterior a la sala llamo mi atención, en un primer lugar confundida ante el desconocimiento de que había sido aunque, dada la situación… Mi nariz se arrugo levemente ante la sospecha de que podría haber sido. Confiaba en las chicas para defenderse, pero si tenían que enfrentarse a todo un grupo de seguridad, seguramente no acabarían bien paradas.

Con el peso del fusil que había sido tomado prestado recostado sobre el lateral de mi pierna empecé a teclear decidida sobre que nodo seria el siguiente en mi lista. Quizá el resto tuviera cosas mucho más útiles, pero en ese momento, hacerme con la electricidad del lugar podía ser indispensable. Cortar posibles vías rápidas de llegada a donde nos encontrábamos era esencial para que mis compañeras no se encontraran rodeadas.

Suena un disparo en el pasillo seguido de alguien dando la voz de alarma. - ¡Mierda! nos han detectado - pienso para mis adentros. - y es en ese momento cuanto los dos guardias salen corriendo pistola en mano. 

Miro a mi hermana y le digo - Nos han pillado ¿te encargas de tomar esta sala? Necesitaré que seas mis ojos en este complejo. Voy tras ellos, no creo que se esperen que les dispare por la espalda.

Tras eso salgo de debajo de nuestro escondrijo. No se si mi hermana vendrá conmigo o se pondrá a hacer su magia con los ordenadores y las cámaras. Pero seguramente una de las nuestras me necesite ¿Alma? ¿Nariko? No lo sé, pero no pienso dejarlas contra varios guardias sin apoyo.

A medida que me acerco al límite de la puerta me asomo para ver que dirección están tomando los guardias. Quizá sigan recto o doblen por una esquina, pero no quiero perderles de vista. Mientras abro comunicación con Alma...

- Nozomu contesta ¿estás bien? Si es así necesito tu ayuda. ¿Puedes cerrar las puertas y aislar el pasillo que da la sala de seguridad? Y si apagas las luces del pasillo ya sería un puntazo. - pregunto mientras me preparo las gafas de visión nocturna.

Con suerte esos guardias no tendrían tanta equipación como yo y podría pillarles por sorpresa en la oscuridad. - pienso mientras salgo tras los guardias con paso ligero.

Ya lo había hecho otras tantas veces, resultaba un movimiento casi mecánico, pero no por ello carente de dificultad. Con la ventaja del cuerpo a cuerpo realicé una finta pasando por un costado del guardia de seguridad a la vez que con la mano libre le empujaba con la suficiente fuerza como para tomar distancia y que el arco de mi katana pudiera ser lo suficientemente efectivo.

Ahora sí sentí la suave melodía que producía el contacto del filo con el del chaleco antibalas, sólo esperaba que la herida fuera tan profunda que no hiciera falta un segundo ataque.

Sonrío al ver que todo estaba saliendo a pedir de boca al ver las cámaras, sin embargo no tengo tiempo para mucho más, parece que fuera hay problemas, aún así mi hermana parece que ya ha ideado un plan.

-Eso está hecho, cuenta conmigo, yo me encargaré de esta sala y en cuanto tenga toda la información me encontraré con vosotras. Y claro que puedes contar conmigo seré aún mejor que tus propios ojos -digo guiñandole uno de los míos.

En cuanto me encuentro sola en la habitación miro las cámaras fijándome particularmente en la de la chica conectada, tenía que ser nuestro objetivo, no cabía duda.

Intento reunir toda la información posible, quizás haya un plano y pueda averiguar donde se encuentra exactamente.

Si la pareja no sale de la sala me mantengo en mi posición, sino intentaré hacer lo mío con todo lo que tenga a mi disposición.*

¡Uuuuuuuuuuuuuuuuu! XD

Nozomu había recuperado su touch, y la Ryotatsu se estaba comportando como correspondía. Tampoco le iba a pillar mucho cariño a la consola, porque sabía que se iba a comprar una Ono-Sendai a la que pudiera, pero no estaba de más tratar bien a las máquinas mientras dependiera de ellas. 

La sala de servidores (un nodo creado por software, en verdad, pero parecía una habitación frente a su avatar en la Red) era, en consonancia con lo que había visto hasta ahora, un representación simple de las funciones que podía realizar en ella. Palancas etiquetadas con ON-OFF y que incluso tenían una placa indicativa: ascensores, iluminación, cámaras vigilancia, renovación de aire, puerta garaje, puerta seguridad laboratorio 3, valla electrificada.

Alma se acercó, decidiendo qué era lo que quería manipular.

Además, unas puertas se dibujaban en los laterales del cubículo: "Registros de Seguridad" y "Plano de las instalaciones", decían. Parecía que podría acceder a ellas sin tener que pasar por el nodo de entrada de nuevo.

Se percató que un LED rojo parpadeaba en la esquina superior de su visión. Cuando mentalmente se fijó en la señal de notificación que le daba su consola, amplió el mensaje y vio una indicación de carga. Ella no había dado orden a su Ryotatsu de iniciar ningún programa. Algo se estaba preparando para activarse sin su consentimiento, y no le hacía ni puta gracia...

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Kaisha corrió a sentarse frente a los monitores de vigilancia, esperando encontrar una lógica en su disposición que le permitiera saber dónde estaba el Laboratorio 3. Corrió tan rápido que, al apoyarse en la mesa para sentarse, derribó la jarrita de sake sobre el relé de conexiones. Con el alcohol, la placa empezó a arder en un instante y quedó inutilizada. 

Los monitores quedaron ciegos, y las pantallas planas le devolvieron la mirada como un espejo negro. Hasta apagadas, tenían tanta definición que podía ver su vergüenza reflejada en ellas.

Tonta, tonta ¡tonta! se repitió a sí misma varias veces. Pero no podía permitirse autocompadecerse si esta misión iba a salir bien. Era momento de actuar, no de llorar. Bien, luego dejaré que se rían de mí mientras miramos los ceros de nuestras cuentas de bityenes. Ahora ¿cómo puedo ayudar de la mejor manera?

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Elaiza saltó al pasillo y vió, por encima de la espalda de los guardias, la katana afilada ópticamente de Nariko. Cortaba el aire y dejaba una salpicadura de sangre en el suelo polvoriento del pasillo. Su guardia estaba herido, y había hincado la rodilla en el suelo del impacto, pero seguía siendo capaz de pelear.

Backdoor trató de inutilizar a uno de los otros vigilantes de alquiler, aprovechando que no la habían detectado, tal como había hecho antes con el dron-araña. Pero no calculó bien lo erráticos que se movían estos guardias por el corredor, así que su bala electromagnética se estrelló contra la pared con un chisporroteo. No había podido ayudar a Nariko, y además la habían detectado. La infiltración había pasado a ser confrontación. Quizás podría disparar de nuevo antes que ellos se giraran y reaccionaran.

Trigger sintió su filo atravesar la tela reforzada del chaleco antibalas, que no estaba pensado para detener la hoja de su arma. Le infligió una buena herida al hombre, que hubiera hecho caer a una persona normal. Pero este tipo seguía consciente, aunque se agarró el abdomen horadado con la mano que no encañonaba la pistola. La levantó hacia Nariko, intentando fijarla como blanco mientras la vista se le nublaba de rojo óxido. Estaba tan cerca que Trigger vio el interior del cañón del arma, y fue consciente que no podría reaccionar lo suficientemente rápido para evitar el tiro... pero el click sordo del arma indicaba que se había encasquillado. Los dioses de la pólvora y la mecánica la favorecían hoy.

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Nariko y Elaiza, enzarzadas en una pelea a vida o muerte con un trío de guardas de seguridad, oyeron a uno de ellos gritar instrucciones a los demás:

- ¡Aguantad! ¡No deben llegar al laboratorio! Son los de GlobalTech, seguro. Ya nos advirtieron de ellos la Sony. ¡Sin prisioneros!

El tiro salió muy alto- ¡Mierda!.- pensé al ver que había delatado mi posición y ahora venían por mí. Por suerte había conseguido parte de mi objetivo que era evitar que Nariko se enfrentara ella sola contra 3 guardias. ¡El problema es que ahora yo era su objetivo!

Disparé de nuevo contra el hombre pero se apartó a un lado del pasillo. Pegado a la pared era mucho más difícil acertar y sin el factor sorpresa las cosas no se estaban poniendo especialmente a mi favor. 

- Nozomu ¿me oyes? nos disparan. Necesito que cortes la luz en este pasillo... - sigo susurrando al comunicador mientras busco una columna o similar tras la que cubrirme.

Todo era poco para ganar algo de tiempo o una situación favorable para nosotras. Ellos seguramente no tuvieran visión nocturna, pero con esta luz estábamos en igualdad de condiciones y eso no era muy esperanzador. 

Doy unos pasos hacia atrás para tomar cobertura de nuevo tras el marco de la puerta. - ¿Había oído bien lo que habían dicho esos dos? Pero que coño...- me pregunto.

¡Ey vosotros! ¡¿Habéis dicho que trabajáis para la Sony?! - les pregunto tras la cobertura, asomando sólo media cara para ver oír respuesta.

Nada de esto tiene sentido. - Matsutatsu cabrón... ¿en que estamos metidas ahora? ¿La Sony les ha dicho que vendríamos y que somos de GlobalTech? ¡¿Qué coño pasa aquí?!

Backdoor se había dado prisa en venir en su ayuda, siempre lo hacía; esta chica era tan rápida de mente como de reflejos, algo que agradecía. Ahora eran tres para dos, y los guardias habían tardado escasos segundos en atar todos los cabos: sabían que estábamos aquí y para qué habíamos venido. Espera, ¿lo sabían? ¿Acaso éramos nosotras las que no nos estábamos enterando de qué iba el asunto?

Un sudor frío recorrió mi nuca cuando milagrosamente me salvé de una herida prácticamente mortal, lo que quizá me hizo dudar de mi siguiente ataque, que más que propio de una profesional parecía el de una niñita pequeña jugando a los cibersamurais.

El asunto no pintaba nada bien y empezábamos a necesitar un golpe de suerte. Si en el fondo no había motivo para la confrontación, no sería yo la primera que bajara la katana.

Estoy bien, estoy bien...- Respondí a la primera comunicación de Elaiza.- Estoy en ello…- Comente cuando hizo la petición de las luces. Definitivamente había hecho bien en elegir aquel nodo. Iban a necesitar ayuda y desde allí podría hacer bastante más que desde cualquiera de los otros puntos a los que podía acceder.

Ya había entrado totalmente en el sistema de electricidad del edificio y estaba buscando aquella energía a desconectar cuando aquel pequeño LED rojo dio el aviso y me hizo ver aquel pequeño cartel de carga. Como si aconteciese un cataclismo hizo que mis manos se pararan durante un segundo. Nuevamente la voz de Elaiza hizo que volviera en mi misma. Un único gruñido fue mi respuesta antes de hablar.- Luces fuera chicas.- Dije por el comunicador antes de hacer pasar el swich de “iluminación” al estado de apagado.

Posteriormente apague el sistema de ascensores antes de centrar mi atención en la carga que se estaba realizando sin mi permiso. Fuera lo que fuese, si estaba actuando sin mi consentimiento no me gustaba. Tenía la sensación que después de este trabajo iba a tener que comprarme otro terminal de hackeo por la propia desconfianza de lo que hubieran instalado en este. La pregunte era, ¿Intentaba contrarrestar aquel programa o simplemente le dejaba actuar?