Partida Rol por web

Había sido peligroso. Aunque todo quedó en un empujón para él, sus hermanos habían salido con un buen puñado de rasguños, y los de Charls eran por defenderle... Se sentía molesto consigo mismo pero forzó un "gracias" que le daba vergüenza dar.

Se acercó a su tomberí que lloraba al creer que por su culpa casí habría podido morir su amigo humano, pero Tomi lejos de molestarse con él, le puso la mano en la cabeza - está bien Reb, realmente era más aterrador que aquel Bégimo que casi nos come una vez ¿Verdad? Bien está lo que bien acaba.

El tomberí corrió a acrrucarse ante Tomi, aún asustado el joven domador lo tomó en brazos y avanzó con sus hermanos, cuando aquella criatura salió corriendo quiso pedir que esperara, pero como todos los morgus, rápido y escurridizo desapareció.

- estos Moguris siempre me dejan con la palabra en la boca...

«No hay de qué.» dijo, respondiendo al agradecimiento de Tomi. Revisó un poco su armadura por encima, viendo que estaba en perfectas condiciones aún. Ese ataque mágico no parecía haber afectado a su armadura en ninguna medida. «¿Estás bien, Shedy?» Charls volteó a mirarla algo preocupado. Antes de que la maga se hubiera desecho de la amenaza, vio cómo lanzaba otro de esos ataques mágicos en su dirección, y temía que esto le hubiera provocado algún daño a la muchacha.

Cuando el Mogu apareció, sin embargo, no pudo evitar sorprenderse de encontrar una criatura así en aquel paraje. Tanto su presencia como sus intenciones eran desconocidas, más no parecía una amenaza... por el momento. Enfundó la espada y retiró su escudo de nuevo, tratando de dialogar con él, pero antes de poder decir una sola palabra el mogu trató de huir, chocando con la pared.

A pesar de que no parecía haber ninguna salida por ahí, el mogu había tratado de huir por esa zona, por lo que quizá hubiera una salida oculta en la roca. Charls se acercó a ella, tocándola con la mano suavemente para ver si sus sospechas eran ciertas.

Se sacudió los ropajes después de aquella ultima sacudida mágica, no le había hecho mucho, pues estaba preparada, pero aun así la hizo caer de espaldas -estoy bien- sonrió a Charls -solo ha sido un rasguño ¿tu estas mejor?- puso las manos sobre Charls y con un pequeño brillo curo parte de las heridas del muchacho.

Abrió los ojos como platos, había escuchado hablar de los moguris pero nunca los había visto -¡¡Que mono!!- habría corrido hacia él, si no fuese porque salio corriendo al parecer asustado. Se acerco muy despacio, metió el cristal entre su ropa, para que no lo viese, aunque seguía brillando -Hola pequeño, no tengas miedo- hizo un gesto con las manos para tranquilizarlo -no te vamos ha hacer daño- miro a Tomi -¿tendrías algo de comida? igual tiene hambre-

El Moguri, aún tremendamente asustado, no atendía a preguntas y mucho menos a cualquier gesto que implicase interactuar con él ¿es que acaso os veía como monstruos?

En el momento que Charls se acercó a echar un vistazo a la pared, su colgante comenzó a brillar con gran intensidad y la misma roca de la pared le correspondió a tal luminosidad, sin embargo su brillo era intermitente y parecía cadente de fuerza...

Cuantos más os acercabais a la pared, más intensamente brillaba ésta, al igual que su intermitencia era más frenética...

En cuanto el último se acercó la pared comenzó a temblar. Debido a aquel temblor la peluda criaturita no dudó en alzar el vuelo más rápido que de costumbre y huir de allí, definitivamente le movía el pánico.

De repente aquella parte de la cueva mostró lo que realmente era, una puerta que lentamente comenzaba a moverse a la vez que su incandescente brillo se iba apagando por momentos. Cuando la puerta terminó de abrirse los cristales dejaron de brillar al igual que la roca... ¿qué es lo que había en aquella sala interior? era una gran incógnita pero no habíais llegado hasta allí solo para quedaros mirando desde fuera.

Un rápido vistazo reveló una cámara circular bastante amplia, estaba completamente vacía salvo por un oxidado yunque situado justo en el centro de la sala. Sobre el yunque había un martillo, igual de oxidado que reposaba sobre el metal como esperando a un herrero. ¿Qué significaba todo aquello? por desgracia, antes de que pudierais hacer algo al respecto la puerta que se había abierto hace escasos segundos se cerró completamente dejándoos encerrados en aquella cámara circular ¿sería otra trampa?

Charls se sorprendió bastante al ver que sus cristales parecían la llave que abría esa "puerta" de roca. Parecía que, fuera lo que fuera que hubiera detrás de aquella pared de roca, estaba ahí especialmente para ellos, los portadores de aquellos cristales. Caminó con paso firme hacia el interior de la sala, echando un vistazo en general sin bajar la guardia, debido a que hacía apenas unos minutos habían sido atacados de la nada.

Sin embargo, la visión del yunque y del martillo lo dejó completamente confundido, sin saber para qué o para quién servirían esas herramientas. Más le sorprendió aún notar cómo la pared por la que habían entrado se cerraba de nuevo. ¿Estaban encerrados en aquella sala? ¿Era una trampa?

«Tened cuidado. Podría ser otra trampa como las que enfrentamos ayer.»

Charls se acercó con cuidado al centro de la sala, donde estaban el martillo y el yunque, buscando alguna pista de qué podían hacer ahí.

Los cristales brillaban aun con más fuerza, lo que verificaba que estaban en el camino correcto, dejo de intentar atraer al moguri, ya que este huyo aun más rápido de lo que había aparecido, al acercarse Charls a la puerta que la parecer abrían los cristales, se acerco a su compañero -Vaaaaya...- y con él fue hacia dentro.

Dio un respingo cuando la puerta se cerro tras ellos -chicos no hay marcha atrás... solo tenemos un camino- les dijo a ambos. Con cuidad y sin fiarse mucho de lo que había allí, se fue acercando al centro, donde estaban el yunque y el martillo -esto... ¿esta puesto para nosotros?- dijo muy confundida ¿que esperaban que hiciesen? por lo menos ella, con eso.

Tomi pasó tras sus compañeros, aquel lugar era impresionante, pero en la nueva sala de nuevo otra cosa bastante peculiar, el brillo de los colgantes desaparecía y dejaba como protagonista un martillo de fragua y su yunque. Cuando su compañero habló de trampas, el joven arqueólogo negó con la cabeza.

- más bien me recuerda cuando encontramos el libro, una prueba de ingenio como el laberinto, la trampa tras el monstruo quizás una entrada que no se ve que nuestro amigo Moguri nos ha ayudado a superar... Yo diría que para seguir debemos hacer algo con el yunque ¿Golpearlo? ¿Golpear una espada?

Charls inspeccionó la sala y el martillo y el yunque, pero pronto quedó patente que, de tener que hacer algo, sería con aquellos dos objetos. Con cuidado, se acercó a ellos, sopesando la opción de coger el martillo.

«Atrás, por si acaso. Voy a intentar coger el martillo. Estad muy atentos por si pasara algo.»

Con esto dicho, Charls empuñó el martillo con las dos manos, tirando de él para separarlo del yunque.

Tomi se acercó a Charla depositando con calma el cristal de Zerion, bajándolo desde su frente como si le ofreciera unanplegaria - Los cristales son el alimento para apaciguar las llamas de la oscuridad y el cataclismo que se avecina,... El martillo de la redención,... El libro ¿No decía esas cosas? - no sabía si uno bastaba o requeriría todos, pero daba por supuesto que ese era el camino - ¿Haces los honores?

Charls se encogió de hombros, imitando el gesto de su hermano con su propio cristal. «¿Vienes, Shedy?»

- no pongas el tuyo aún, probemos con el de Zerion a ver si basta, si no basta ya pondremos los nuestros...

Se quedo, donde estaba, quieta por las palabras de Tomi, viendo que hacían los chicos con sus cristales. Parecía que las respuesta a todos los acertijos eran sus cristales.

«No parece funcionar. Creo que tendremos que usar todos nuestros cristales.» Charls esperó la reacción de sus hermanos. Parecía que debían estar juntos en esto, como debía ser.