Partida Rol por web

Después de comer y saciaros como es debido, ascendéis hasta vuestras habitaciones para descansar y continuar la búsqueda mañana por la mañana, quizá consultando a esa bruja que comentó Barret ya que no tenéis mucho que perder y tampoco tenéis muchas más pistas, o quizá guiándoos simplemente por vuestro instinto.

El sueño resulta reparador y todos os despertáis revitalizados y con ganas de seguir adelante por el bien común.
O al menos eso creéis al principio puesto que Zack no tarda demasiado en darse cuenta de que falta Aeris.

La violencia con que Zakc corre por los pasillos y abre las puertas de los dormitorios se aprecia por toda la posada, incluso se pueden escuchar sus gritos con claridad de estar lo suficientemente cerca. ¿¡Ey chicos habeis visto a Aeris!? La sola idea de un secuestro viene sellada por ShinRa desde el principio, por lo que en su rostro el temor esta acompañado por el odio que le va profesando a la compañia que hizo de los héroes jinetes del apocalipsis. Tras haber buscado en toda la planta regresa al dormitorio de la hermosa mujer, asomándose por su ventana, con la esperanza de que tan sólo decidiera salir a dar un paseo, de encontrar numerosas flores que pudieran llamar su atención, buscando alguna pista de que puede haberle hecho marcharse del grupo.

Me despierto rápidamente llevándo mi mano rápida a la pistola, desenfundando y apuntando en cuestión de segundos al rostro de quien interrumpe mis pesadillas. En pocos segundos me adapto a la situación y soy consciente de que no se trata de una amenaza, sino de Zack, por lo que enfundo de nuevo el arma y me incorporo del lecho.

Parece que esa chica te importa de verdad... exclamo en un tono suave pero serio. Mis ojos buscan la mirada del joven, estudiando cada una de sus reacciones ante mis palabras.

Red se despierta al escuchar entre sueños la voz de Zack. Le parece increíble que haya dormido tan profundamente, tanto para no percatarse de los ruidos que debería haber hecho Aeris al salir.
-Claro que importa.- le dijo a Vincent de manera molesta, aunque la pregunta no era dirigida hacia él.
-No debemos separarnos, y menos perderla de vista. Ella no es una guerrera, es solo una chica.- siguió argumentando.
Red empieza a caminar, tratando de captar la esencia de Aeris con su olfato. "Tendría que haber estado alerta, maldición."

Zack revoluciona la pequeña posada en un santiamén, ayudado por Nanaki y Barret a buscar incluso en cada habitación, preguntando a todos los trabajadores y algunos clientes, aunque en realidad no son tantos y todos confirman haberla visto por última vez anoche cuando subió a las habitaciones con vosotros...

Exceptuando al muchacho que estuvo en la recepción durante la noche, que aunque tampoco la vio salir os explica que le llamó la atención un extraño e imponente hombre de ropa negra, larga espada y cabello plateado que a pesar de no tener reserva subió las escaleras y no volvió a bajar.

Para la mayoría eso no significa demasiado, pero sí para Zack y Cloud.

-Sefirot ha estado aquí...- murmura claramente incómodo mirando alrededor, pero ya es tarde para eso, sea como sea se llevó a Aeris hace largo rato en mitad de la noche.
-¿Por qué querría llevarse a esa muchacha?- pregunta entonces aturdido a Zack, arrugando un poco el ceño mientras Barret se cruza de brazos y adopta una actitud pensativa que no parece brindarle demasiadas respuestas.

-Quizá sólo es un señuelo, pero habrá que seguirlo de todas formas...- admite finalmente Cloud con un hondo suspiro, saliendo de la posada para observar la plaza del pueblo y sus casas colindantes. Todo sigue tan tranquilo como ayer, si ha habido algún "altercado" nadie se percató de ello o fue realmente silencioso y rápido.

-Deberíamos intentar averiguar algo consultando a esa bruja, a menos que alguien tenga una idea mejor- mira a todos uno por uno esperando otras propuestas. Barret parece muy interesado ante la idea de conocer a la "famosa" adivina de Kalm.

El cuero de sus guantes crujía entre sus puños al escuchar las palabras del recepcionista. Sephirot... No hay tiempo que perder. Una seriedad entremezclada con la preocupación de haberla perdido le guiaba hasta la puerta, incitando al grupo a ponerse en marcha hacia la bruja, no parecía si quiera discutir o pensar alguna otra posibilidad tratándose de él.

De nuevo él...

Pongámonos en marcha exclamo con mi voz impasible, sin prisa, pero sin calma. Sujeto con un firme movimiento mi capa alrededor de mis hombros. Dispuesto a salir junto a mis compañeros.

Acelero el paso hasta situarme a la altura de Zack. Sin cesar de observarlo, cada movimiento, cada reacción, como, a cada segundo que pasa, se hace más notable su ansiedad, intentando percibir sus pensamientos; escrutando el reflejo de un espejo al que hacía décadas que no miraba.

...Aún no me has constestado chico... ¿tanto significa esa chica para tí? le susurro a Zack de manera que sólo el pueda escucharme. Mi mirada se desvía ahora hacia el frente del camino mientras espera la respuesta del que podría haber sido yo hace muchos años.

"Sephirot." Crujen sus dientes al pensar que Aeris podría estar su poder. "Y todo los que demas piensan es en ir a ver la bruja."
Caminó un poco agitado moviéndose de un lado para el otro, tratando de ver si tenia alguna pista para poder seguir al secuestrador, pero no encontró ninguna, ni logro pensar en ningún plan.
-Vamos.- dijo a regañadientes.
"Si es tan buena bruja, ella nos dira donde podremos encontrar a Aeris."

En uno de sus pasos se detuvo volteándose para contestar a Vincent. Ya lo sabes, sabes cuanto he atravesado para llegar hasta Midgar, al mismo corazón de ShinRa... Su coraje y su enfado aumentaba por momentos al escucharse, como si sus palabras la dieran por perdida. De repente pareció que su cuerpo perdía energía, bajando su vista hasta perderse en la tierra... aun no he cumplido nuestra promesa. Levantó la vista buscando a Barret.  Hacia dónde le imploró con un tono de voz seco e imperativo.

-¡Por aquí muchachos!- espeta enérgicamente Barret en cuánto se le pide opinión, andando a grandes zancadas que cuestan un poco de seguir debido a su corpulencia.
Enseguida cruzáis la plaza central del pueblo y rodeáis una de las pintorescas y hogareñas casas de Kalm hasta llegar al callejón trasero sin salida de la misma. Algo más oscuro y tétrico que el resto del pueblo.

Un pequeño cartel sobre una puerta indica que allí es, pues se lleva a cabo sesiones de adivinación y esoterismo en general. Que sea de fiar o no aún está por ver...

Barret nuevamente toma la iniciativa de abrir la puerta, topándoos con un pequeño local oscuro cuyo olor a incienso es tan intenso que resulta un tanto desagradable.
Por todos lados encontráis colgados múltiples objetos de lo más extraños con símbolos difíciles de reconocer. Apenas unos cuántos cazasueños e ingredientes estrambóticos metidos en frascos de cristal es lo que conseguís identificar.

Mientras aún estáis asimilando el extraño lugar en el que apenas cabe un grupo tan relativamente numeroso como el vuestro, alguien aparece a través de unas cortinas de un rincón para observaros inquisitivamente en silencio.
Finalmente sonríe con cierta satisfacción y sigue avanzando hasta tomar asiento en la única y amplia mesa del recinto, rodeada apropiadamente por cinco sillas más.

-Un grupo variopinto el vuestro... Tomad asiento, será mejor que no perdamos demasiado tiempo en vuestra búsqueda- sentencia estirando uno de sus brazos hasta apoyar la mano en la bola de cristal que permanece en el centro de la mesa sin moverse ni mostrar absolutamente nada... Por ahora.

Atravesaba la puerta tras Barret impetuoso, pero la extraña sala vacía le paralizaba alertándolo de cualquier movimiento. La figura que atravesaba las cortinas no conseguía frenarle del todo, aunque por algún motivo se contenía para no asustarla o romper la única oportunidad que tenían por ahora. Sin duda no fue suficiente, en cuanto esa mano tocaba la bola, se abalanzaba hacia la mesa golepándola más fuerte de lo que hubiera deseado con las palmas de la mano. ¿Dónde está? Sus ojos se alternaban entre la bola de cristal y la mirada de la desconocida bruja algunas veces hasta explotar Tengo que encontrarla... Su mano se acercó hasta la muñeca de la dama intentando transmitirle su deseperación, cosa que facilitó el aspero cuero de sus guantes.

Cuando ingresaron al local, la atmósfera del mismo estaba inundada de olor a incienso y hierbas. -Chisss.- Estornudo Red por lo bajo, mientras la puerta se cerraba por detras.
Se acostumbro a la poca luz del mismo y se acerco hacia la mesa donde la bruja ya estaba sentada."Cinco sillas, que casualidad." piensa irónicamente.
Red no creía en esas cosas, pero no perdería la oportunidad de recabar información, sea de donde viniese.

Aunque se podría suponer por su naturaleza, de que Red fuera temperamental, solo de su boca salio -Tranquilo Zack- cuando vio sujetar con su mano, firmemente, a la bruja.

Clavo la vista en el suelo inclinando la cabeza cuando la dama entra a modo de saludo. El ambiente es extraño para mi; me siento seguro y a la vez desprotegido en el interior de tan extraña estancia.

...Preferiría quedarme de pie... imploro a nuestra anfitriona sin ánimo de ofender, manteniéndome en pié a un lado. Intento observar el interior lo más rápido que puedo, denotando en mi pose ápices de nerviosismo.

-Como prefieras- se limita a responder de forma escueta a Vincent, dejando que el resto vayan tomando asiento en las distintas sillas hasta que Zack le sujeta la muñeca y su mirada se clava en la de él con un destello rojizo.
-Si tanta necesidad tienes lo mejor que puedes hacer ahora es sentarte y pensar en ella para que la encuentre con mayor facilidad- sus ojos siguen fijos en los de Zack de un modo casi hipnotizante y algo intimidatorio mientras Cloud se mueve un poco incómodo en su silla debido a la situación generada.

La bruja espera a que el muchacho la suelte para entonces cerrar los ojos, aparentemente concentrándose. Una neblina se empieza a formar en el interior de la bola de cristal, moviéndose de forma extraña sin que consigáis ver nada útil en ella, sin embargo el ceño de la mujer se arruga.

-La está llevando al Continente Norte... Busca la Ciudad Perdida- ahoga entonces una exclamación, algo sobresaltada, apartando la mano de la bola y volviendo a abrir los ojos.
-Tenéis que daros prisa- espeta algo alarmada.

Algo consternado llevaba sus pasos hasta al silla sin dejar de mirar aquella bola. Incapaz de observar nada que sirviera de ayuda se centró en la bruja desde que comenzó a dar datos de su posible ubicación. Gracias, ¡¡¡¡muchas gracias!!!, dijo al tiempo que se levantaba de la silla casi corriendo hacia la puerta. Ciudad perdida....

Red no sabia en que creer. De hecho, pensó que era todo un truco, una actuación la de la bruja para tratar de sacarles dinero. Pero el no pedir nada y la expresión que puso al "ver" en la bola de cristal, le supuso que estaba hablando en serio.

De un salto, se bajo de la silla y enfilo hacia la puerta, sin un gracias, sin nada. Solo con una cara de preocupación al creer que su amiga estaba en mas problemas de lo que habia razonado.

Red desconocía como era el mundo fuera del Cañon Cosmo (o del laboratorio de Jojo), pero esperaba que sus compañeros, mas experimentados en ese asunto, supieran como llegar a este nuevo destino. Por lo que solo se limito a seguir a Zack, siendo este el primero en emprender la busqueda.