Partida Rol por web

Fort Doom: Dead Lands

Capítulo 6: Diez de Diamantes

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17/03/2012, 20:36
Farlane

Al principio no entendió las intrincadas explicaciones del forastero, que lejos de hacer de aclaraciones, parecían usar demasiadas palabras para describir algo que él no atinaba a descubrir, pero que temía sería precisado por sus rescatadores.

Fue entonces cuando uno de los muertos vivientes, de los resucitados, decidió explicarlo. -¿Criatura con... forma humana?- dijo tragando saliva, algo nervioso. Su estómago, en retaliación, le propinó un retortijón que le hizo perder la concentración por unos instantes. -¿C...cómo... cómo que criatura... habláis?- dijo mirando de nuevo al inglés.

-Y... ¿cómo la estáis siguiendo? ¿hacia... dónde?- dijo algo nervioso y sudoroso aún. Sólo se le ocurría más dudas y de repente sintió que el hambre era un precio pequeño que pagar en lugar de haber sido encontrado por aquellos cruzados en su particular objetivo.

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18/03/2012, 01:51
Hank Bully

—Bueno bueno, ya basta de preguntitas por tu parte. Ahora te toca a tí largar qué te trae por aquí con esas pintas zarrapastrosas. Ya nosotros hemos contado suficiente.

Por un momento, Hank se volvió desconfiado. No estaban en territorio seguro, y ser precavidos no iba a estar de más.

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20/03/2012, 20:41
Bill

Bill asintió a las palabras de Hank, su mano reposaba sobre la culata del revolver.

- Y será mejor que lo que nos cuentes tenga algún sentido porque no nos gustan los mentirosos.

Los dedos tambolirearon sobre el nácar del arma.

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22/03/2012, 21:08
Farlane

Farlane guardó silencio. Le parecía lógico ser increpado, aunque seguía con aquella incertidumbre de la verdadera misión de aquella comitiva de muertos vivientes guiada por el enigmático y grandilocuente señor Boyle.

-Sí... por supuesto- alcanzó a decir al ver la reacción del pelirrojo no-muerto. -No, no estoy armado, por favor. Lo único que tengo es una cantimplora vacía, un saco lleno de aire y mi cuchillo- dijo en su defensa, levantando levemente los brazos. Frunció el ceño observando luego a Boyle. Seguía sin sentirse a gusto en medio de aquellos cadáveres reanimados, así que intentó fijarse en la única presencia enteramente humana y aparentemente normal en la comitiva.

-Mi historia es sencilla. Vengo de Templance, un pequeño poblado perdido en California, muy cerca a la frontera... Era un hombre feliz, casado, con una pequeña recién nacida... hasta que sucedió lo que todos llaman el Gran Tiemblo- dijo con aire nostálgico, mencionando uno de los eventos más catastróficos que se recordara tanto en la Unión como en la Confederación. -Mi pueblo sobrevivió casi entero, pero nada volvió a ser igual. Toda la costa de California se vino al mar, las tierras de todo el estado se secaron y casi nada volvió a crecer. Aquello parecía obra de alguna maldición... y entonces, algún avaro descerebrado descubrió eso a lo que todos llaman Piedra Fantasma-.

Entrecerró los ojos y suspiró, como si le molestara la mención a aquel mineral.

-De todas partes del país, hombres viajaban con la única intención de excavar todas las vetas del maldito mineral... Templance no volvió a ser el mismo, no solo pasábamos hambre y nuestras cosechas se habían secado, sino que debíamos recibir a toda clase de... criminales y ratas que venían por su pedazo del pastel en California.- tenía un aire molesto ahora.

-Entonces, un grupo de vecinos y yo nos reunimos. Decidimos que no podíamos seguir viviendo así. Nuestros hijos enfermaban, nuestras mujeres peligraban e incluso nuestras vidas. Veinte familias salimos la semana siguiente en una caravana de regreso al Este, en busca de tierras mejores. La mayor parte eran niños, mujeres y ancianos, nuestras devotas familias para las que buscábamos un mejor futuro-.

En este punto Farlane se detuvo. Miró hacia el suelo, y en su mirada se aglutinaban cientos de recuerdos. Su respiración se hizo pesada, pero antes de que nadie pudiera decir nada, continuó hablando.

-Tuvimos suerte los primeros días. Casi de golpe habíamos atravesado la mitad de Nevada y entonces... nos emboscaron. Eran un grupo de bandidos. Nosotros eramos más, pero ellos sabían disparar mejor y nos tomaron por sorpresa. Nos redujeron rápidamente, capturaron a todos los hombres y nos dejaron atados en medio de la nada y se llevaron las carretas, tomando como rehenes a nuestras esposas, a nuestros niños, a nuestros padres- se acomodó el raído sombrero para ocultar sus ojos.

-Para cuando nos desatamos, poco podíamos hacer. De cualquier modo nunca perdimos la esperanza. Los sobrevivientes y yo caminamos en la dirección en la que habían desaparecido, pero el sol, el hambre y la sed fueron acabando nuestras fuerzas. Uno a uno, mis vecinos y amigos caían al suelo y no solían levantarse. Uno a uno les íbamos enterrando rápidamente, mientras proseguíamos en la búsqueda. Ni un caserío, ni una persona, jamás nos topamos con nada ni nadie...- levantó la mirada. En sus ojos vidriosos parecía asentarse una pequeña lágrima.

-Al último de mis compañeros lo enterré algunos días atrás. Yo he resistido algo más, he dado caza a una serpiente y a un par de conejos famélicos para vivir, he comido más tierra de la que jamás pensé que me llevaría a la boca y cuando me habéis encontrado, imaginaba ya que era mi turno... que ahora debía ser yo el que moriría, sin nadie quien me enterrase-.

Rebuscó rápidamente entre su bolsillo un pequeño guardapelo que habría sido de un color cobrizo pero que ahora había perdido brillo, unido a una cadena delgada. Lo abrió con sus manos algo temblorosas y le mostró su contenido a Boyle.

-Mire... señor Boyle...- dijo respirando entre cada palabra profundamente. -Ella es mi mujer y la pequeña es mi hija- dijo señalando la fotografía en sepia de una mujer delgada y sonriente que sostenía por la mano a una pequeña con un hermoso vestido y sombrero enorme que no negaba una resemblanza increíble con su madre.

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23/03/2012, 02:02
Hank Bully

A Hank le entristeció la historia del forastero. Látigo no solía recordar momentos del pasado... su historia empezaba en el momento en el que se adentró en la aventura de conducir la diligencia para explorar tierras desconocidas. Pero no quería parecer melancólico delante de los demás, y mucho menos débil, así que decidió cortar la historia y el ambiente triste que había dejado la historia de Farlane.

—Bueno bueno, es una triste historia, pero no nos pongamos tan tiernos... ¿y ahora qué vas a hacer? No pretenderás seguir buscando a esos bandidos... ¿verdad?

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24/03/2012, 05:45
Stephen Boyle

Con la impertinencia propia de alguien para quien los demás solo eran conejillos de indias Stephen aseveró con naturalidad ante Farlane. - Vaya, pues de acuerdo a mis remembranzas, el compañero Bill no ha mucho pretérito fuese miembro de una banda criminal. La ley de probabilidades dicta que es la persona más idónea para relatarnos normalmente lo que acontésele a los prisioneros de belicoso menester.- Por supuesto no había olvidado que Danny en primera instancia se encontró privado de su libertad, en concordancia al castigo impuesto tras múltiples infracciones a la ley. Sin embargo había aflorado en la cabeza del joven un cierto aprecio por el caballero asiático, luego de tantas peripecias que viviesen juntos.

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24/03/2012, 11:21
Bill

Bill asintió ante las palabras del pie tierno:

- Sí, supongo que como yo fui uno de esos criminales y ratas que ha mencionado en su dramática historia podría decirle lo que pasará con su familia.

Sonrió. Estaba disfrutando realmente aquel momento:

- Su mujer es muy guapa. Un hombre afortunado. Probablemente a estas alturas ya la habrán violado todos los de la banda. Varias veces. Es lo malo de ser bonita en un mundo como el nuestro y no tener a un hombre capaz de defenderte. Su hija es demasiado pequeña... puede que haya algún pervertido en el grupo pero no creo que los demás le dejen hacer nada. Las ratas tenemos un límite.- sonrió de nuevo ante la expresión desconcertada de Farlane - No somos muy distintos a ustedes, solo que somos un poco más listos. Nos hemos dado cuenta de que en un mundo que se va a la mierda no vale más regla que la del más fuerte. Su hija, si es un poco fuerte, seguirá viva. Podrá hacer de sirvienta en su momento o ser vendida a alguna familia. La madre seguirá viva también si ninguno de los chicos se pasa demasiado. Probablemente esté pensando en el suicidio pero aguantará el tipo mientras la niña siga viva.

El hombre miró a los demás:

- Si estáis pensando en ir al rescate os diré que es una puta mierda de idea. Aunque este idiota recupere a su familia la mujer se cortará las venas en cuanto tenga una oportunidad presa de la culpa y la vergüenza. La niña no sobrevivirá con un colono debilucho. Casi tiene más posibilidades de llegar a mayor en compañía de la banda.

Lanzó un suspiro sin perder la sonrisa de medio lado:

- Vosotros preguntasteis.

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27/03/2012, 00:11
Hank Bully

Hank Bully rió al oír lo que Bill contaba acerca de la familia del forastero. Sus pensamientos melancólicos habían desaparecido al oírlo. 

—Bill tiene razón, ¿eh? Mejor será que des media vuelta y que te busques a otra fulana... 

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27/03/2012, 03:39
Stephen Boyle

Stephen miró a los no muertos. -Esto es inconcebible! Seguramente el caballero, quien con laboriosa calma ha persistido en su empresa de encontrar a su cónyuge y filial femenina en primer grado no merece menos respeto que ustedes, quienes no contaron con la suerte de mantener el hálito vital y sin embargo hállosen en dificultosa vicisitud de cumplir una promesa a otro apreciado ser. Ruego disculpe usted la osquedad con que estos personajes refiéransen a su esposa. Un Boyle siempre debe ayudar a quien solicite y merezca su ayuda, así que cuente con mi persona para sufragar su proyecto de vida actual...-

El caballero inglés parecía hablar cada vez más rápido y enrevesado cuando se hallaba contrariado, como era el caso del momento.

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27/03/2012, 06:49
Danny Chang

Chang no sabía si reír o mantenerse serio. De verdad que la historia de aquel pobre hombre era triste, pero igualmente hilarante era el discurso de Bill. Decidiéndose a guardar la compostura, vio al furibundo Boyle y dijo con un tono amable, que no había prescindido de cierto toque burlón de su parte:

- Mi buen Boyle, cálmese usted. Primero, dése cuenta que ha sido usted quien ha propiciado la... ah... explicación de Bill... si es que a eso se le puede llamar explicación, ¡pero ese no es el punto! Respire usted, mi buen amigo, y piense, antes de prometer a este buen señor acá - señaló a Farlane con uno de sus putrefactos dedos - que tenemos una misión que cumplir antes que nada. ¿Nos acompañara usted, señor...? ¿Cómo dijo que se llamaba? Bueno - miró a sus compañeros muertos, quitándose el sombrero, para volvérselo a calar tan rápidamente como se lo había quitado - si no les importa tener otro compañero de viaje.

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27/03/2012, 07:29
Farlane

Aquellos eran personajes manchados por la muerte, pues de la comitiva solo el inglés parecía reaccionar con empatía. Farlane escuchó, apretando el puño y guardando un hondo silencio, mientras se repitía mentalmente que no debía reaccionar. No podía reaccionar. Su otra mano estaba sobre su vientre y se tensó haciéndose daño a él mismo. La rabia le consumía, sus dientes se apretaban con gran fuerza mientras intentaba evitar que sus deseos de saltar sobre el bandido zombie superaran a sus deseos de no hacerse matar allí y ahora.

Respiró con fuerza, tratando de contener la violencia salvaje que se agitaba en su pecho

El pelirrojo muerto tenía un revólver, no podía hacer algo estúpido, no quería recibir una bala en un arrebato de ira. No podía. No debía. Tenía que calmarse y hacer cuenta de lo que había vivido. Si había llegado tan lejos, era por la esperanza. O lo que quedaba de ella en forma de una especie de obsesión que empezaba a pasarle cuenta de cobro.

-Está bien señor Boyle...- dijo él mientras levanta la cabeza. Sus ojos brillaban mostrando que reprimía con enorme voluntad las lágrimas. -... sus compañeros están muertos, no sienten lo mismo que los vivos- respondió secamente.

-Le agradezco su ayuda yo...- dijo mirando hacia al frente, como reflexionando. Si algo era cierto era que no iba a hacerse matar, pero por otro lado... suspiró hondamente. Forzó una sonrisa, terminó allí su frase.

-No estoy seguro de qué buscáis... o a quién cazáis, pero por el momento me conviene acompañaros- dijo inexpresivamente -Al menos hasta que recupere mis energías y pasemos cerca de algún pueblo en donde pueda aprovisionarme y continuar mi búsqueda- dijo mirando hacia el horizonte.

-¿Qué ruta seguiréis?- dijo ya, poniendo otro tema sobre la mesa.

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29/03/2012, 01:09
Hank Bully

Eso de que el forastero pretendiera acoplarse al grupo no le gustó mucho al cochero. 

—¿Tú que te crees, que puedes venir y unirte a nosotros, así? ¡Já!... 

Hank refunfuñó por un momento por el hecho de que Farlane les preguntara la ruta. Ladeó la cabeza, dando a entender que no iba a dar una cálida bienvenida al vaquero, pero de repente miró a Stephen y a Farlane, clavando la mirada sucesivamente en uno y otro varias veces antes de añadir señalando al vagabundo.

—Está bien, puedes venir con nosotros por el momento, pero mejor será que estés alerta. Solo te digo eso.— Se mantuvo señalándolo y mirándolo a los ojos durante unos momentos, y acto seguido espoleó el caballo.

—Ya basta de chácharas, carajos. 

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29/03/2012, 14:55
Director

La conversación había tenido lugar aún bajo la agorera sombra de los árboles supuestamente muertos. Las tinieblas de la espesura se aclaraban ahora, y pronto se encontraron a cielo abierto.

Durante buena parte de la charla no habían estado precisamente solos. Ojos habían vigilado y sombras se habían movido, pero si algo tuvo de bueno la cháchara de la que tanto se quejaba Bully fue que había distraido, especialmente a los dos vivos del grupo, de preocupaciones y miedos. Irónicamente, el sentido de supervivencia de los tres muertos era mucho más fuerte que el de Boyle, y ellos no fueron del todo inconscientes de lo que pasaba alrededor. Lo importante era que seguían avanzando y el bosque había quedado atrás sin mayores incidentes.

El mediodía había también quedado atrás y en poco tiempo tendrían que avanzar a oscuras, pues los Regresados no acostumbraban a dar más de unas pocas horas de pausa al británico en mitad de la noche. El sol iluminaba lo suficiente por ahora, sin embargo, y ante las patas de los caballos todos pudieron ver que se extendía un amplio campo de hierba muy alta de un innatural color grisáceo. La llanura gris llegaba hasta donde alcanzaba la vista en dirección este y oeste, mientras que en la dirección norte de destino la hierba se acababa progresivamente al acercarse a una colina rocosa a unos pocos centenares de yardas de distancia.

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29/03/2012, 20:29
Bill

Durante todo el camino Bill se había mantenido en silencio, cabalgando siempre detrás del forastero que tan alegremente se les había unido debido a la estupidez del inglés. No le quitaba ojo. ¿Quién era realmente? No acababa de tragarse toda aquella lacrimógena historia de la familia perdida... y si se la tragaba entonces lo mejor sería meterle un tiro a aquel desgraciado para que dejase de sufrir. No. Lo mejor era no quitarle el ojo de encima: o era un mentiroso con intenciones ocultas o un desgraciado desesperado. Para el pelirrojo ambas cosas significaban lo mismo: era un jodido problema.

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31/03/2012, 19:48
Stephen Boyle

Stephen cabalga con la extraña compañía, mientras trata de descifrar lo que fallase en los lentes de proximidad que le sirviesen en santa Marta. El trabajo fue apurado en aquel entonces, pero allí, en el campo mismo y aparentemente sin rumbo podría encontrar la distancia focal propia y calibrar la retícula.

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01/04/2012, 20:23
Farlane

Esa sensación de estar siendo observados se le había vuelto costumbre a Farlane, no es como si le tranquilizara, pero casi ni la notaba. Lo que sea que vigilara desde el bosque nunca tenía el valor suficiente para atreverse a intentar algo directo... al menos nunca lo había hecho en su presencia. Pero bien podría deberse a otras cosas.

Al ver la salida a la hierba gris, Farlane detiene su montura. Se recriminó por no haber notado la ruta que estaban siguiendo hacia la salida del bosque. "Estúpido" pensó al ver dónde estaban.

-¡Ho! ¡Ho! ¡Parad todos!- dijo a alta voz mientras sus ojos se abrían de par en par. Hizo que el caballo girara.

-Señor Boyle- dijo dirigiéndose, como empezaba a tomar por costumbre, solo al inglés -No es una buena idea ir por aquí, conozco esta región, conozco esta explanada de hierba gris, es una mala, mala idea- dijo con absoluta seriedad. Su expresión sincera y autoritaria parecía indicar que había visto antes el lugar.

-La hierba está envenenada, por eso tiene ese color gris. Si los caballos la comen, se hinchan sus estómagos y mueren, más abajo, hacia la llanura, os aseguro que hay varios cadáveres de animales que han muerto envenenados comiendo la hierba gris- dijo señalando hacia donde se extendía el campo plateado.

-Y por si fuera poco, la maldita hierba crece tan alta que es el nido de serpientes de cascabel más grande que haya visto jamás, el repiqueteo de los cascabeles inunda el campo por allá abajo, es constante y bastante peligroso...- añadió serio. -Creo que la llaman la Hierba del Diablo- terminó.

-Yo, yo propongo que si queréis continuar, debéis rodear el campo, lejos de estos matorrales venenosos. Tomará varias millas más, pero es mejor que exponerse a perder los caballos y ser mordidos por las serpientes...- y miró a Boyle seriamente. -Al menos a los que estamos vivos nos preocupa la mordedura de una víbora- dijo severo, como si el único apoyo que fuese a obtener fuese el del extranjero.

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03/04/2012, 01:27
Stephen Boyle

-¡Ah! un conocedor de la botánica perenne a la zona. ¡Wonderful! Pues si el trayecto hállose inquino para las huestes vivientes, es imperativo un nuevo enrutamiento al andurrial pretendido. Empero un hombre de ciencia como soy yo, debería recolectar muestras de este tejido, para estudiarlas a posteriori.-

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03/04/2012, 18:04
Bill

- Estoy de acuerdo Boyle. Podrías meter tu jodida cabeza en medio de la hierba a ver si así revientas de una puta vez y en el trance de regresar del otro lado aprendes a hablar como una persona normal.

El forajido muerto observó las altas y conocidas hierbas. El tal Farlane tenía razón: pasar por allí sería un peligro para los vivos. Se dirigió hacia Hank. Después de todo en vida el trabajo de Hank había sido organizar viajes en su caravana:

- ¿Qué opinas, Hank? ¿Rodeamos o corremos el riesgo?

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06/04/2012, 01:05
Hank Bully

Hank miró con sospecha al forastero. Los que le conocían sabían que el cochero no era de los que se fiaban a la primeras de cambio, aun si las recientes experiencias (incluida su propia muerte) no le hubieran hecho especialmente suspicaz. 

— Si el señorito recuerda, tenemos que dar alcance a dos amigos, y eso difícilmente pasará si vamos más despacio que ellos. No es que no valore sus buenos consejos y conocimiento de la zona, ni que crea que se ha unido a nosotros solo para hacernos perder el tiempo a propósito...

La mirada del Látigo analizó al desconocido. La idea de un infiltrado podría parecer paranoica, pero ya habían tenido una muestra de la naturaleza ladina del enemigo una vez. Lo que estaba claro era que el viejo conductor de diligencia pocas veces hablaba por hablar y la insinuación no había sido casual.

— Tampoco es que vayamos a dar tiempo a las bestias para pastar, pierda cuidado. Y en cuanto a las jodidas serpientes, sé manejarlas. Si hacemos ruido se alejarán del paso y si nadie baja del caballo estaremos a salvo. Yo digo que crucemos. ¿Qué opina usted, señor Chang?

Miró hacia el mediochino buscando una confirmación. 

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06/04/2012, 04:31
Danny Chang

Danny se rascó el mentón sopesando las dos opciones que tenía al frente. No es que él no quisiera confiar en el recién llegado a la comitiva de "rescate" (es más, hasta él le había sugerido a Bully y a Bill la posibilidad de que Farlane les acompañara), pero tampoco es que tuviera una fe ciega en aquel hombre que había llegado en un momento quizá demasiado oportuno.

Frunciendo el ceño y sin dejar de rascarse el mentón, contestó con tranquilidad:

- Ciertamente que las serpientes se alejarían así y nosotros (me refiero a usted, a Bill y a mí) no tememos ya nada más por nuestro actual estado. Pero, ¿y si es realmente yerba venenosa? ¿Y si nuestro buen inglés se nos muere en nuestros brazos por seguir este camino? No sé, pero no perdemos nada con intentar bordearlo, ¿verdad? Quizá un poco de tiempo; pero si andamos a buen paso tal vez lleguemos al mismo momento.

El medio chino giró su cabeza hacia Boyle, a quien le preguntó:

- ¿Es cierto que esta zona que tenemos delante es tan peligrosa como el señor Farlane quiere ver? Como dije, nosotros los muertos no tenemos ya de qué preocuparnos, pero usted, mi buen amigo, usted podría jugarse el cuello en esta aventura.