Partida Rol por web

Fort Doom: Dead Lands

Capítulo 7: Jota de Picas

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24/10/2012, 22:39
Calabaza

—No me MIRES ASÍ.

Espetó la calabaza a Stephen Boyle.

—¡En esta cabaña TÚ ERES EL RARO!

La voz chillona que salía de los toscos rasgos tallados en la calabaza parecía poco capaz de controlar su intensidad. Si los restos humanos de la otra habitación hubieran estado un poco menos muertos, tal vez se hubieran despertado con los gritos.

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25/10/2012, 11:44
Bill

Bill observaba la alambrada que conducía al maizal pero se giró al escuchar hablar a la calabaza.

- No me jodas...- farfulló.

Volvió a mirar al alambre. Estaba claro que no tenían demasiadas opciones...

- Pietierno: coge a tu nuevo amigo y vámonos, está claro que alguien nos espera.- el vaquero se adentró en el túnel de alambre sin dejar de mirar a su alrededor, temeroso de que una de esas zarzas metálicas decidiera cobrar vida - Y la verdad es que la calabaza tiene razón: en este grupo tanto tú como el paquete - dijo refiriéndose a Farlane - sois los que desentonáis. Igual eso se soluciona al final del túnel.

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25/10/2012, 18:10
Danny Chang

Danny se pegó mentalmente en la frente ante el comentario de Bill, suspiró y negó con la cabeza, mostrando su decepción.

- No le hagan caso a este tonto - dijo el chino mirando a Boyle. - Como le quitaron su camita tan cómoda está algo refunfuñón, ya saben como es.

Chang miró Bully antes de irse por el camino que Bill acababa de tomar, esperando que los demás tomarán la misma decisión y le siguieran.

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28/10/2012, 16:43
Cuervo

—¡Tonto!

Dijo el cuervo, salido de a saber dónde, y voló hasta el hombro de Danny.

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28/10/2012, 16:48
Calabaza

—¡AAAAAH!

La calabaza reaccionó horrorizada a la aparición del pájaro.

—¡Que no se me acerque ESE BICHO!

Sus rasgos tallados a cuchillo no tenían ninguna movilidad, y por supuesto no era capaz de girar ni desplazarse en la mesa. Aun así, pareció seguir al ave con la mirada hasta que abandonó la cabaña junto a Danny.

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28/10/2012, 16:55
Director

La presencia del cuervo llamó la atención sobre la ausencia de Farlane. El viajero había entrado en la cocina para evitar la cercanía de la sangre, pero cuando el británico echó un vistazo allí no encontró más que una habitación vacía y una ventana tapiada con alambre de espino.

Farlane debía de haber sido más listo, o más loco, y haber abandonado el lugar hacía ya un rato.

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03/11/2012, 06:05
Danny Chang

Danny miró al cuervo sobre su hombro y luego a la calabaza y de nuevo al animal. Frunció el ceño y torció el gesto. Lo que le faltaba. Cómo odiaba a ese maldito pajarraco.

Para distraerse empezó a pasear la mirada por sus compañeros. Se rascó la cabeza a los pocos minutos y luego preguntó:

- ¿Dónde estará ese bendito forastero? - preguntó, refiriéndose a Farlane.

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06/11/2012, 13:09
Stephen Boyle

- Está bien, no te quedan muchas más opciones mi querida cucurbitácea parlante, o el ser alado o mi persona, y ten por seguro que disfrutarás más conmigo, pues podremos intercambiar todo tipo de información y curiosidades del uno respecto al otro. Prometo cuidarte bien y no dejar que se acerque a ti, ¿aceptas? - Le dijo a la calabaza

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11/11/2012, 14:12
Hank Bully

—Por todos los demonios. Larguémonos de aquí antes de que esto se complique... ¡FARLANE! ¡Nos vamos!—. Hank estaba conteniéndose para no dejarlos a todos y marcharse solo, pues el panorama paranormal no le gustaba un pelo. Por qué no me habría quedado fuera...

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11/11/2012, 15:11
Stephen Boyle

- Entonces quien no emite sonido por su faringe, otorga. Te vienes - dijo a la calabaza parlanchina mirándola a las órbitas oculares - Sé sigilosa en lo posible, salvo que quieras acabar cual buñuelo - Y se la llevó.

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12/11/2012, 01:49
Director

Ni Farlane ni la calabaza daban respuesta. El forastero estaba desaparecido y nadie en el grupo parecía dispuesto a esperarle ni a registrar la colina por él. La calabaza no decía palabra, quizá pretendiendo dejar a Stephen Boyle por loco. Ciertamente, el elegante británico lo parecía, departiendo civilizadamente y luego cargando con lo que en otra casa hubiera sido un plato de repostería a medio hacer.

Sin mucha más alternativa, los tres muertos y el vivo salieron de la cabaña siguiendo el pasillo de alambre de espino. Después de solo unos cuantos pasos se internaron en el espeso maizal y empezaron a ver dificultades: entre tanta planta ya no se distinguía el alambre, y para avanzar había que caminar muy, muy despacio, asumiendo que el camino seguía recto y encontrándose de narices el cable armado cuando se equivocaban.

La luna casi llena daba suficiente luz para los agudos ojos de los muertos, pero algo escasa para el gusto de Stephen Boyle. Cuando se oyó un trastabillar en la retaguardia nadie se sorprendió de que el buen inglés hubiera tropezado, pero la mala suerte del británico no había hecho más que empezar. Apenas había tocado el suelo cuando Boyle empezó a ser arrastrado por el pie, sintiendo en torno a su tobillo el mordisco de uno de esos cables con púas.

Bill, Danny y Hank veían atónitos al inglés rodar a toda velocidad hacia un lado del camino. Por alguna razón, se había resistido a soltar la calabaza, pero nadie creía que fuera a protegerle...

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10/12/2012, 07:00
Danny Chang

Al ver que Boyle había caído y que estaba el peligro, el chino no se lo pensó dos veces para lanzarse aposta del buen inglés. Intentó asir de las manos al hombre, pero al ver que éste no quería soltar la calabaza se decidió sostenerle por los antebrazos.

- ¡Suelte esa maldita calabaza! - gritó Danny al inglés.

Chang no tenía nada contra la calabaza aquella, pero en sus ojos aquel vegetal le parecía muy extraño, casi tétrico.

Mientras que esperaba que el inglés tuviera la bondad de seguir sus órdenes, sostuvo lo mejor que pudo a Boyle de los brazos, buscando con la mirada lo que estaba arrastrando al inglés fuera del camino.

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09/01/2013, 21:21
Calabaza

—¡CALABAZAS HUMANOIDES!

Espetó con su particular voz chillona la calabaza mientras era arrastrada junto a Boyle.

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09/01/2013, 21:24
Director

El británico viajaba por el suelo muy a pesar, tironeado por su tobillo izquierdo, que estaba atado a un cable de alambre de espino. Lo que fuera que tiraba de ese alambre, todavía estaba por descubrirse.

Todo había empezado muy rápido, y Boyle fue arrastrado a un ritmo infernal, pero Danny Chang tuvo los reflejos de tirarse al suelo y agarrar al pie tierno. Lo que fuera que tiraba de uno, no pareció encontrar problema en tirar de dos. Danny se movía a toda velocidad por el suelo, tratando de ver qué causaba aquello, cuando distinguió justo a tiempo un alambre de espino acercarse directamente hacia su frente. Agachar la cabeza le salvó de un accidente muy desagradable, y el medio chino pasó, junto con el inglés, bajo un cable tendido en el camino. Después se esfumaron, internándose en lo más frondoso del maizal.

Hank Bully y Bill no habían podido o querido reaccionar tan rápido. Una de esas murallas de alambre les separaban de los dos desaparecidos. Arrastrándose por el suelo podrían pasar por debajo, igual que lo habían hecho sus compañeros, o haciendo equilibrios por en medio, entre cable y cable. Llegara a donde llegara Boyle, estaría el chino para protegerle... pero ¿quién protegería a Chang?

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09/01/2013, 21:38
Cuervo

—Cuidado.

Graznó el cuervo, con un gran sentido de la oportunidad. Quizá avisara de futuros peligros. Tal vez hubiera memorizado la palabra de su anterior dueño y hubiera aprendido a relacionarla con un contexto determinado. En Lost Angels había un pirata que tenía un loro famoso por decir "mierda" siempre que olía mal. Si esa era la pista que necesitaba el cuervo, este sitio apestaba a "cuidado". Todo en el ambiente daba mala espina.

Por supuesto, también podía ser que solo dijera palabras al azar.

El cuervo voló hasta el hombro de Bill, al que al parecer tomó por nuevo preferido. Esos pajarracos podían ser mascotas, pero en ningún modo eran leales. Un cuervo podía estar una vida entera a hombros de su amo, que si este moría se alimentaría con sus ojos. Como Bill ya estaba muerto, el pájaro probablemente solo esperaba a que estuviera distraido.

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10/01/2013, 13:36
Bill

- Oh mierda... ¿no podías avisar antes?- contestó rencorosamente el vaquero a la frase del cuervo - ¡Búscate otra percha!- añadió sacudiéndose el hombro mientras sopesaba la situación.

Y la situación no era nada buena. Puñetera gracia que le hacía el arrastrarse como un sioux bajo la muralla de espino. ¿Debía dar vuelta y dejar que aquellos dos se pudriesen en el maizal? ¿Qué le ataba a a ellos? Y sin embargo sentía algo que nunca había sentido de vivo: algo de culpabilidad ante la idea de abandonarlos a su suerte. Con la muerte Bill había cambiado. ¿Por qué habría de ser raro? La gente cambiaba con la edad ¡cuanto no iba a cambiar con su muerte!

Antes de que el Cuervo pudiera posarse de nuevo sobre su hombro el vaquero ya se estaba agachando bajo el alambre de espino.

- Me da que voy a lamentar esto...- dijo sin esperar respuesta de Hank.

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12/01/2013, 02:08
Hank Bully

Hank no daba crédito a lo que había visto. Ya había dicho que quedarse aquí no era una buena idea. Hank tenía dos opciones: quedarse solo o seguir a Bill. Mientras veía a su difunto compañero agacharse e ir en busca de los otros dos vaqueros, Bully sacó su cuchillo y se dispuso a seguir a Bill.

-Será mejor que vaya preparado...

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12/01/2013, 22:28
Director

Hank Bully y Bill traspasaron el alambre de espino para ir tras sus compañeros. Los dos pesos muertos de un chino y un inglés siendo arrastrados por la fuerza habían dejado una pista bastante clara en el suelo y las plantas de maiz apartadas y rotas. Encontrar a los desaparecidos no parecía un problema, pero encontrarlos demasiado tarde era una posibilidad preocupantemente real.

A medida que los dos muertos avanzaban por el campo de maiz, este se iba haciendo más espeso. Su paso se aceleraba poco a poco, confiados ya de haber salido de la zona de alambres y además espoleados por la prisa. Habían perdido un tiempo precioso en revolcarse por el suelo para evitar el muro de metal, y las dos víctimas del cable habían salido arrastradas a velocidad de carrera.

La inmensa luna iluminaba todo lo necesario para dos pares de ojos muertos. Sangre fresca manchaba el suelo aquí y allá. Los aleteos del cuervo acompañaban rítmicamente el paso, que se había convertido casi en una carrera. Algo les decía que había problemas. De ahí delante se escuchó un grito agudo, penetrante. Un chillido de dolor o miedo. Probablemente ambos.

Bill abría camino entre los altos tallos de maiz, corriendo casi a ciegas, avanzando entre la espesura demasiado deprisa como para apartar las plantas con las manos. Espoleado por los malos augurios, cuando ya empezaba a esprintar algo le detuvo en seco. Fue algo como chocar contra una pared elástica, acompañado del sonido de ropa rasgarse y de una vaga sensación que le recordaba al dolor.

Una decena de alambres de espino obstaculizaba el camino, y Bill se había topado de narices con ellos. Las ropas y la piel del vaquero se habían enganchado en las puntas metálicas. Uno de sus brazos se había enredado entre dos cables. Su pie izquierdo había quedado colgando, interrumpida una zancada, mientras que el derecho apenas tocaba el suelo con la punta. Alguien se había tomado la molestía de tender alambre entre las plantas de maiz; en horizontal y en vertical, en todas las diagonales, en círculos. Una telaraña de alambre de espino. Bill estaba, por el momento, atrapado como una mosca.

Dos de los hilos de metal se movían. Pulsaban como con pasos menudos sobre la telaraña. Bill no podía girar la cabeza lo suficiente como para mirar hacia el origen del movimiento, pero dudaba que fuera nada bueno.

Una brisa balanceó el maiz. Bill escuchó un susurro de pasos y Bully vio una pequeña forma colarse tras el vaquero enmarañado y enredarle aun más con otro cable. Dos formas más se acercaron a Hank. De una solo veían dos ojos de un rojo brillante asomando entre los tallos de maiz. La otra era un pequeño demonio de cabeza de calabaza y extremidades que parecían hechas de corteza acabadas en garras.

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13/01/2013, 00:49
Hank Bully

Hank, cuchillo en mano, se abalanzó impulsivamente hacia la red en donde su compañero estaba atrapado, intentando apabullar al ser que acababa de aparecer, para que dejara al menos de enredar más a Bill. En su intento, se percató de los otros dos seres que estaban detrás de él, y automáticamente se giró hacia ellos para estar alerta, dándole la espalda a Bill. 

—¡Qué cojones es esto!¡Estamos rodeados, Bill!

Al ver que los seres estaban muy cerca, Hank tiró su cuchillo al suelo y echó mano a su rifle, que estaba cargado, y disparó casi a ciegas a la pareja de monstruos desconocidos.

- Tiradas (7)
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13/01/2013, 02:25
Director

Cuando el rifle de Hank detonó, la cabeza del pequeño demonio más cercana explotó como la calabaza que era. Ni el ser convertido ahora en un matojo de plantas inerte ni los otros emitieron sonido alguno, pero los dos supervivientes explotaron en un frenesí de actividad, moviéndose con más rapidez de la que habían demostrado hasta entonces.

Tenían alambre de espino en sus manos, y haciéndolo girar en el aire como vaqueros cogiendo reses, echaron sus lazos hacia Hank Bully. Uno fue tan bien dirigido que atrapó la mano izquierda del cochero, apartándola del rifle. El otro alambre entró por encima de su cabeza y se enganchó en la cintura. Tal vez los pequeños demonios cabeza-calabaza echaran el lazo, pero quien tiraba de ellos en su extremo tenía que ser mucho más grande. Los alambres se tensaron y Hank retrocedió dos pasos contra su voluntad hasta dar su espalda contra un poste de al menos seis pies de altura que había pasado desapercibido entre el maiz. Si los pequeños diablos querían atarle a un poste de tortura como hacían los siux, el viejo no-muerto intentaría ponerlo difícil, aunque su rifle de poco le servía ya. Cargar un rifle Springfield con una mano atada era trabajo imposible...

El demonio del maiz que parecía más activo ocupó el lugar de su compañero destrozado y dedicó su atención a Bill. Con esmero y cuidado, comenzó a enrollar alambre de espino en torno a la pierna del vaquero.

- Tiradas (3)