Partida Rol por web

-¡Me cago en mi vida!-gritó al sentir el impacto, mientras intentaba volver a estabilizarse. Lo que estaba claro es que no iba a caer sin luchar, y aprovechando su posición "segura" en el aire, volvió a abrir fuego con el Imperia, mientras buscaba algún modo de destrozar a ese payaso de granito. Las ordenanzas indicaban que no debía haber combustible presente, aunque alguien podría haber sido un chapuzas... O quizás una viga...

Monolito parecía bastante interesado en seguir el juego de tiro al blanco, avanzando para seguir a Ryan antes de arrojar otro barril de pruebas, casi debajo de este. El impacto del Imperia pareció coger una zona blanda de su abdomen, descascarillando parte de su piel de golem sacado de alguna peli de serie b con un golem judío enfadado que…¡Pero lo más sorprendente que esta vez la piel dio paso a un pequeño hilillo de sangre tras el impacto del cañón de mano de la armadura!

-¡Baja de una vez…nnggh…maldito mosquito, para que pueda aplaudirte como mereces!- El barril voló hacia Ryan impactándole en el abdomen de igual manera, parecía que todo se estaba intercambiando ahí y…¡pang…pium! La armadura recibió algunos disparos de bala más, arrancando varias chispas.

-¡Ya, mira, mejor no!-replicó el piloto de armaduras, mientras seguía esforzándose por mantener el vuelo y volvía a disparar. Aunque esta vez no le salió la cosa tan bien como el anterior, en el que incluso había llegado a ver sangre, y la cosa salida de las historias de terror europeas ni siquiera fue rozada por el rayo del cañón. 

Tras que Ryan errase el disparo del Imperia y este levantase el suelo de hormigón del taller con el terrible impacto un par de granadas se cruzaron delante de Monolito, eran de humo estándar pero suficiente como para levantar una humareda que empezó a ocultar la silueta de Monolito. Tami estaba desde la puerta de entrada lateral, por la que solian acceder a pie a la nave de pruebas, haciendo gestos a Ryan para que saliese de ahí.

-¡Han venido a por el proyecto! ¡Vamonos!

La mujer abrió la puerta y disparo su pistola un par de veces hacia el exterior, donde se escuchaba el intercambio de disparos y algún ocasional golpe y movimiento de vehículos.

Obviamente, Monolito no parecía de acuerdo con el plan de escape. Un salto vertiginoso lo catapulto hasta las vigas de acero del techo de la nave, apartando en el gesto parte del humo alrededor suya. El tipo se encaramó a las vigas y se dispuso a lanzar un trozo de tejado que había arrancado hacia Ryan, dándole en uno de los brazos y desestabilizando su vuelo brevemente. Si no llevase la armadura la chapa le habría arrancado el brazo tal y como el tejado se estrelló en el suelo tras golpearle de lleno en el brazo izquierdo.

Por fin había sonado la campana. Y debía dar gracias por ello, porque un par de asaltos más viéndoselas con esa cosa, y seguramente acabaría hecho puré. De hecho, iba a tener que ver de nuevo a la doctora Kusanagi, si es que no quería perder la pierna después de las caricias de aquel capullo de roca. 

-¿Sabes qué? ¡Que te jodan, vete a tocar el violín a un tejado o algo!-replicó Ryan al coloso de piedra, mientras aceleraba para salir de aquel condenado hangar. Quizás algo antisemita de más, pero con lo que le estaba doliendo la pierna, seguramente nadie le juzgaría con dureza. 

Lo que vio Ryan fuera del hangar era, desde la puertecita con rampa y barandilla metalica que era un acceso para gente a pie, desde luego desconcertante. Se había dado la alarma, y en la carretera que componía la via principal de la base militar se estaba armando la de dios.

Los soldados tomaban cobertura tras sus jeeps y humvees, descargando sus rifles sobre grupos de gente encapuchada, enmascarada y algunos con tatuajes…Pero el problema al que se enfrentaban los soldados es que de vez en cuando, muy de vez en cuando, su formación era rota por algun mutante (no podía describirse de cualquier otro modo) que se echaba sobre ellos.

Destacaban dos, uno que se movia tan velozmente que pudo desarmar a tres soldados y hacer que el cuarto disparase a otros cuatro con su propia arma antes de que nadie pudiera reaccionar.

El otro, por supuesto, era Monolito, que tras perder la pista a Ryan salto sobre el asfalto y se puso a demoler vehículos y abrir paso a los pandilleros, que una vez cubiertos con Monolito y a alcance cercano disparaban sus armas, y algunos de ellos, empleaban artes marciales para noquear a los soldados.

Los grupos se dividían hacia los hangares al parecer, buscando algo o alguien.

Tami se giró hacia Ryan.

-¡Joder no sé qué está pasando, pero no podemos hacer mucho…! ¿Crees que podríamos pedir refuerzos o algo asi?

Menudo caos... Aquello era un asalto en toda regla. El hecho de que hubieran decidido atacar al condenado ejército de los Estados Unidos dejaba claro que esta gente, fuera quien fuera, iba en serio. ¿Serían del ISIS? Nah, no podía ser, no encajaba con su estilo. De un modo u otro, algo había que hacer. Y la idea de Tami de los refuerzos no era del todo mala. Además de que su traje no dejaba de estar equipado con lo mejor en tecnología de comunicaciones.

-Atención, aquí SP1 a Tío Sam, estamos bajo ataque en la base. Repito, SP1, ataque en la base de Silvercity. Asalto a gran escala, con individuos... Potenciados, supongo. Necesitamos que manden todo lo que tengan-dijo Ryan por la radio, esperando de veras que pudieran echarles un cable. 

Recibido Silver Patriot 1, nos consta un ataque a gran escala en la base de Silver City. Las órdenes son defender la posición y evitar a toda costa el robo de tecnología por parte de los terroristas. ¿Puede hacer un barrido de sensores y mandar un informe elaborado sobre esos…potenciados?, nuestros hombres están teniendo dificultades para mantener la posición y hemos perdido contacto con los mandos, sospechamos de alguna intervención interna que aísla las comunicaciones. Es una suerte que esté allí, Silver Patriot. Aviación está en camino.

"Gracias a Dios..." pensó con alivio Ryan, primero al escuchar que le recibían, y en segundo lugar sabiendo que los pájaros ya estaban en el aire. Aquellos cabrones estaban a punto de probar una dosis de libertad de tamaño extra-grande. Mientras tanto, se dispuso a cumplir con el barrido de sensores. Puede que físicamente no estuviera a la altura del condenado Gólem de Praga, pero el traje Silver Patriot tenía funcionalidades y juguetitos con los que esa mole de ladrillos machacados no podía contar. 

-Le recibo Tío Sam, procedo al escaneo completo. Los más problemáticos son dos. Uno de ellos parece desarrollar velocidades dignas de uno de nuestros cazas. El otro es una mole de piedra que golpea duro y aguanta más aún. El Imperia apenas le ha rozado. 

El barrido de sensores hizo lo suyo, detectando entre toda la amalgama de movimientos un detalle curioso. De un hangar algo alejado salían las fuerzas de choque de la base, montadas en vehículos para ser desplegados no muy lejos de la entrada donde el grupo de pandilleros y mutis se iban abriendo paso, pero entre toda esa gente, había una pequeña señal internándose en el hangar que disponía de vías de tren. Ryan sabía perfectamente que esas instalaciones eran un proyecto del gobierno, una mezcla entre tren y tanque diseñado para lanzar misiles guiados una vez llegase a posiciones clave en el sistema de railes del país. La débil señal esquivaba a los soldados con habilidad hasta que Ryan dejó de recibir dicha señal cuando dos hum-vees pasaron a toda velocidad delante de esta señal, cargados de soldados dispuestos a defender los proyectos del tío sam.

-¡Ryan! Péscame algún vehículo para que pueda salir de aquí y reunirme con los demás en la entrada.-Dijo Tami tras cubrirse en la puerta, disparando las ultimas balas de su pistola.- ¿Qué te han dicho los jefes?

No era difícil pescar algún vehículo en una condición decente, pero si quería perseguir aquella señal era perder valiosos segundos.

-La aviación está de camino-replicó ante la pregunta de Tami, dándose toda la prisa posible en conseguir un vehículo para ella. Por un momento se sintió tentado de abandonar él mismo, pero aquella señal... Era algo raro. Y algo raro significaba problemas, como bien demostraban los otros monstruitos que estaban haciendo cundir el caos. 

-He de investigar algo, ponte a salvo-dijo finalmente cuando la dejó en un vehículo, para después echar a volar en busca de la señal.

-Tío Sam, he captado una señal extraña, procedo a perseguirla e identificarla. 

Dentro del hangar un par de soldados saludaron a Silver Patriot de manera militar antes de que su jeep girase y se encaminara a la salida, justo en el momento en que la alarma anti incendios del propio hangar se disparase. Eso confundió a algunos soldados que retrasaron su avance hasta la salida. La orden de algún sargento era que lo ignorasen porque no había fuego a la vista y seria algún fallo ocasionado por el ataque.

Para Silver Patriot un barrido de sensores fue esclarecedor, pasados los cuerpos en movimientos del glorioso ejército de los estados unidos había una señal pequeña e invisible al ojo humano que acababa de levantar la tapa de la alarma antiincendios, más o menos a mitad del hangar, y tenía la mano sobre la seta roja, presionando esta. Su mirada se dirigía a una cabina antibalas al final del hangar; en este se hallaba un grandísimo tren con un cañón. Un prototipo de guerra como tantos otros en esta base. En la cabina, un ingeniero con bata tecleaba algunas cosas en una terminal, pareciendo bastante apresurado.

Todo el ruido de las alarmas, y la de incendio hicieron que la figura que se había desvelado no muy grande empezara a emitir señales de dudosa calidad. Silver Patriot tenia una ligera impresión de que esa cosa era humanoide, pero de vez en cuando el designador de blanco daba error, solo para conseguir encuadrar la silueta de esta figura segundos más tarde, para luego perder la señal. Fuera lo que fuera, llevaba una tecnología de ocultación muy puntera para volver locos los sistemas de la tecnoarmadura.

Ahí estaba... No, ahí. Fuera lo que fuera era difícil de seguir, y no requirió demasiada deducción para llegar a la conclusión de que era invisible. Justo lo que le faltaba. Sin embargo, aún podía ponerse mucho peor. Rezó con fervor pidiendo que aquello fuera realmente un increíble adelanto tecnológico como pensaba, y no otro rarito con poderes. Ya había tenido bastantes monstruitos por una temporada, y el puto Gólem de Praga seguía ahí fuera. 

Intentó centrar los sistemas de la armadura en conseguir un impacto claro, aunque decidió que podía intentar disuadir al tipo de lo que sea que intentaba. Probablemente robar algo que no le pertenecía.

-Muy bien, Cásper, las manos en alto y, a ser posible, donde pueda verlas. Y nada de cosas raras. 

Aquella figura que conseguía evitar todo el espectro normal de la luz y enmascararse miró a Siver Patriot y alzó las manos en silencio. Aunque aún seguía invisible, era más sencillo tener ahora una visión más clara de la figura de esa muchacha, porque debía de ser una muchacha con ese pelo largo y las ropas de una persona joven y acostumbrada a las calles. Los sensores de la armadura a veces fallaban, pero en seguida se centraban en mantener ese objetivo encuadrado.

"Vale, no es Casper, es la novia de Casp... ¡Será hija de puta!" pensó, cayendo de pronto en algo. Una muchacha, joven, con ropas de estar acostumbrada a las calles... Y que ahora era invisible. Vaya, ¿a quién podría haber visto desaparecer en la nada? Y ahí estaba, la que había jugado con su cordura en la cafetería. O podía estar equivocándose, claro, pero todo parecía encajar demasiado bien.

-De dicho "dónde pueda verlas", chica. Ambos sabemos lo que eso significa. Diría que esto es propiedad privada, pero eso se queda corto. Es un puto delito federal colarse en bases militares, ¿qué diablos haces aquí? ¿Vienes con los cretinos de los asaltantes y el puto gólem?

Parecía que esa figura invisible estaba escuchando, pero el ligero movimiento de cuello hizo saltar las alarmas de Silver Patriot, o al menos, de su ocupante. La figura invisible empezó a correr, aun cubierta por lo que fuese que confundía todos los sensores. Ryan tenía la seguridad de que si se quitaba el casco, no vería nada de esa figura, ni aunque corriese, tendría suerte de si escuchaba los pasos.

La muchacha emprendió la huida hacia la propia entrada del hangar, amenazando con pasar por debajo de los pies de Silver Patriot, que aún se mantenía en el aire.

"¡Será cabrona!" pensó Ryan al ver correr a aquella muchacha. Pero no iba a permitir eso, de ninguna manera. Por eso se lanzó a por ella, puede que sin mucha delicadeza, pero de lejos la suficiente para echarle el guante sin matarla, algo que el Imperia o la ametralladora no le permitirían demasiado, siendo sinceros. 

-¡No en mi guardia, mujer invisible!

Ryan placó a esa mujer, no solo la agarró, y la pudo poner boca abajo apresándola los brazos, toda una maniobra digna de un partido de rugby, si los jugadores de rugby volasen, claro. Cuando estaba apretando su rostro contra el suelo, como la escoria criminal parcialmente invisible que era una voz salió con un tono lastimero.

-Déjame… yo no tengo nada que ver con nadie… solo aproveche la confusión para tratar de coger algo para poder sobrevivir…. Mierda

Las palabras debían ser todo una pantomima, pues pronto un campo de energía surgió de dentro de esa persona, expandiéndose en forma de globo hasta apartar las manos de Silver Patriot de ella, liberándola de nuevo. Tras aquello, el escudo energético remitió.

Durante un momento, Ryan dudó. ¿Sobrevivir? Seguro que había formas mejores de arreglar eso, pero era una necesidad que podía comprender... Sin embargo, pronto eso cambió. En concreto, tan pronto como aquella onda de choque le alejó de la mujer. 

-¡Sobrevivir los cojones, nadie moribundo hace eso!-replicó enfadado, cargando de nuevo contra ella. No iba a permitir que aquella ladrona del tres al cuarto saliera de allí como si nada.