Partida Rol por web

Había pasado un tiempo desde que aceptó aquella propuesta, y había conocido a gente curiosa en el camino. El principal de todos ellos era aquel pandillero que se presentó como Wang, aunque no era oriental para nada, Amy sospechaba que todos los que visitaban aquel lugar de entrenamiento marcial se habían cambiado el nombre en algún momento. Wang no entrenaba solo, lo hacía con la ayuda de sus compañeros poniéndose a prueba duramente, en ese lugar siempre se estaba haciendo algún tipo de ejercicio o prueba, y Amy había visto como aquellos que no daban la talla se marchaban para no volver jamás.

Por lo demás, Wang la dejaba ir y venir a su antojo, y cuando tenía un descanso lo pasaba con ella, invitándole a algo de beber y comentándole algunas cosas, aunque la principal era que el Dragón Negro vendría pronto. Lo decía todos los días, y todos los días antes de marcharse se lo recordaba a Amy, y aunque no pasaron muchos de estos, finalmente el rumor se hizo más patente ya no solo en Wang, si no en los demás. El Dragón Negro llegaba esa misma noche.

A medianoche todo el dojo se cuadró en los laterales de aquel lugar y aguardaron unos tensos minutos, Amy y alguna persona más estaban excluidos de la recta disciplina del lugar por lo tanto podían esperar sentados en aquel lugar, sin mostrar esa firme fachada que tenían todos los presentes, que habían sido cribados por las estrictas doctrinas de entrenamiento…

Finalmente las puertas al dojo se abrieron y acompañado del traqueteo de madera de unas cuentas que colgaban de su cuello, apareció la figura imponente del artista marcial que daba nombre también a una de las bandas callejeras que habían proliferado en Silver City. Caminó mirando a los hombres uno a uno con un gesto sereno, y al llegar al final del dojo pasando por entre la fila de luchadores, se arrodilló en una cómoda postura. Los demás imitaron el gesto.

La voz del hombre se alzó para hablar en un inglés perfecto:

-Hola mis queridos estudiantes, me alegro de veros a todos aquí. El tiempo de que los fuertes tomemos las calles ha llegado, esto era algo que todos sabíais y conocíais, no debería sorprenderos.-La mirada del hombre se paseó por entre los presentes, y el sentimiento general era de respeto, orgullo…Excepto por algunas miradas de duda que el veterano artista marcial pareció percibir y atajar con un leve fruncimiento de ceño antes de proseguir.- Todos sabeis que hacer y cómo hacerlo. Sé que contáis con la ayuda de los que han cambiado, y a todos ellos les ofrecemos la hospitalidad de los Dragones Negros, para que puedan crecer junto a nosotros en este tiempo de cambio. De hoy en adelante, este dojo, que habéis regado de vuestro sudor y en ocasiones vuestra sangre, será vuestro santuario, y debéis protegerlo y engrandecerlo con vuestras acciones. Salid, y sed victoriosos, que vuestras manos vuelvan cargadas de la gloria que habéis ganado entrenando- Hubo un asentimiento general y palabras de afirmación, no todas en inglés, y todos se pusieron en pie para dirigirse a los espectadores de esta charla mientras que El Dragón Negro se ponía en pie y se marchaba por una de las puertas traseras a la zona de aquel gimnasio donde se podía descansar, como si supiera a donde ir en cualquier momento. Amy sospechaba desde hacía algún tiempo que no era la única “que había cambiado” presente en el lugar, especialmente porque había visto a un hombre de más de dos metros de altura, musculoso hasta decir basta, entrar en el lugar, con tatuajes que brillaban recorriendo su cuerpo. Todos se referían a el como “Monolito”, y no participaba en las peleas. A nadie se le había ocurrido medirse contra él tampoco. Había otras figuras menos reseñables, y algún pandillero de otra banda absorbido por los Dragones Negros también, era algo que reconocía Amy.

Wang se acercó a ella mientras se ataba las manos con unas vendas en torno a los nudillos sobre todo.

-Monolito y los demás van a hacer algo importante, pero nosotros también tenemos una tarea necesaria. Creo que tus “habilidades” serán muy útiles para lo que hay planeado…Pero antes de que te lo cuente…has podido ver que vamos a intentar cambiar nuestra suerte en este agujero de ciudad. ¿Vas a acompañarnos?

Lo que sucedió le pareció un poco inquietante a Amy, ese grupo era un poco sectario, más de lo que ella había esperado en un primer momento, sin embargo, lo que decían de “liberar la ciudad” y hacerla de ellos era algo que desde su punto de vista incluso podía ser bueno, era simple, la ciudad era una mierda, ¿Por qué tendría que ser peor con gente como ellos que tenían ese orden? Todo era cuestión de probar, aunque realmente a ella le daba un poco igual, solo le interesaba poder sobrevivir y procurar que su familia pudiera mejorar y sobretodo que su hermana pequeña pudiera salir del agujero de la ciudad.

El líder del grupo, sin duda era alguien carismático, y al que le tenían mucho respeto, por lo que sabía por su cultura, o mejor dicho, por lo que le contaban sus padres, el respeto a los superiores era algo muy enraizado en su cultura y parecía que esa organización bebía de aquello.

La pregunta de Wang en un principio le sorprendió, se queda mirándole unos segundos y dice:

Lo que te dije hace tiempo es lo que sigo pensando… esta ciudad es una mierda y si puede mejorar para mi familia y para mi mientras que no tenga que matar a nadie no tengo problemas

Todo el mundo salió del lugar tras estrecharse los brazos como si fueran hermanos, quizá, en aquel momento lo eran. Parecia un golpe organizado y Wang salió de allí con Amy tras el.

Momentos después Amy se estaba bajando de una furgoneta con Wang a la cabeza del grupo. Eran cuatro luchadores y ella los que estaban en ese grupo, aunque no era la única furgoneta que había llegado al lugar, de otras varias salían grupos variopintos, aunque parecía que todos tenían como subjefe a uno de los que habían entrenado duramente semanas atrás, todas las caras eran conocidas.

Poco a poco fueron llegando varias furgonetas, todas no muy llamativas. Negras, blancas, verdes, el color no parecía importar, más bien quienes y que iba dentro. Y parecía incluso más importante el lugar donde estaban, a pocos metros del perímetro de seguridad de la base militar de Silver City la gente se estaba congregando para lo que parecía un golpe.

Wang entonces se giró hacia Amy:

-Vamos a entra allí con Monolito a la cabeza, tu déjanos a nosotros hacer nuestra parte y despachar a los soldados, seguramente todo se centre sobre Monolito. Tu objetivo es ir a los hangares de estas instalaciones y buscar cualquier aparato tecnológico. El ejército ha estado invirtiendo en tecnología de guerra y queremos hacernos con todo lo que podamos…nuestro infiltrado ha robado documentación de algunos proyectos, pero si puedes vaciar de datos los ordenadores que encuentres y traerte lo que puedas, te recompensaremos cuando esto acabe.- Wang le tendió a Amy un pequeño disco duro de color negro con varias tomas para engancharlas a ordenadores. – Esta es tu especialidad, y no tienes que matar a nadie.

Tras aquellas palabras una furgoneta llegó al lugar, negra como otras tantas y las puertas se abrieron de par en par, el hombre que era Monolito, una persona de gran envergadura se rasgó la camisa con sus manos y adoptó una forma que bien podía llegar a los dos metros sesenta, con aspecto rocoso y ojos refulgentes, un ser poderoso que echó a correr con zancadas que levantaban el asfalto bajo sus pies como si se tratase de simple barro.

-¡Es hora de aplastar cabezas! ¿Queréis ver cómo le meto la cabeza por el culo a uno de esos perros del gobierno?, ¡Jajaja!

Parecia que eso era la señal para empezar el asalto. El recinto tenía una entrada guardada por una garita y una barrera. Al ver a Monolito los soldados de la entrada abrieron fuego contra este sin mucho éxito.

-¡Mosquito!- Ptaf. La manaza de Monolito apartó del camino a un soldado, y el otro fue abatido a disparos por alguno de los acompañantes de los luchadores del dojo.

Vamos- Dijo Wang a Amy antes de echar a correr tras Monolito.- A la derecha está la zona de hangares, nosotros estaremos armando escandalo mientras los ratoncillos haceis lo vuestro.

Tras la entrada había una larga carretera que cortaba el recinto militar en dos, a la izquierda parecía haber edificios administrativos, cuarteles y demás, y a la derecha se abrían varios hangares cerrados; el movimiento de soldados parecía hacerse cada vez más intenso y las alarmas se empezaron a activar para poner al cuartel sobre aviso de ataque.

Realmente aquello era un asalto en toda regla, había llegado más allá de lo que ella misma pensaba que iban a hacer, sin embargo, no era su problema, ella estaba allí para hacer algo y se lo dijeron, tenía que robar unos datos y eso haría.

Amy desde donde estaba observaba lo que sucedía, en su interior algo le decía que no estaba bien que hicieran aquello, sin embargo, tampoco estaba bien que el gobierno les abandonara de aquella manera, la ciudad estaba abandonada y apenas podían sobrevivir, quizás por ello ella era de esa forma, realmente no le importaba si aquello estaba bien o no.

Con cuidado camina hacia la zona de los hangares mientras suspira, tomando una gran bocanada de aire fresco se hace invisible para no ser vista por nadie mientras se acercaba a la zona donde estaba su objetivo, mientras escuchaba la intensa lucha a su espalda.

El combate se sucede por los exteriores, con algunos estallidos y disparos, pero Amy estaba centrada en otras cosas. Uno de los hangares abrió la persiana metálica de par en par y un vehículo militar de estilo jeep, con cuatro soldados a bordo, salió a toda pastilla hacia el lugar de los disparos. Los soldados estaban revisando su armas, y lo más importante, la que iba montada en el centro del vehículo. Varios otros soldados hacían lo propio dentro del hangar, montando jeeps y saliendo en cuanto estaban listos. Por supuesto, no la vieron pues era invisible en aquel momento, y tenía vía libre al hangar ahora abierto, si era lo suficientemente cuidadosa, aunque con el ruido de motores y las ordenes de un alto rango resonando en la entrada, sería difícil que la detectaran.

Amy caminaba con tranquilidad, pero sin pausa, teniendo cuidado de no entrometerse en el camino de nadie, a fin de cuentas, era invisible, pero podrían chocarse con ella, lo cual no era algo que le conviniera a fin de cuentas, chocarse con algo invisible en un ataque estaba claro que sería prueba de que hay algo sospechoso ahí.

Mientras los militares se disponían a salir a luchar se sentía extraña, por un lado le daba un poco igual lo que sucedía, pero por otro sentía que no estaba bien la pelea, una cosa era la ciudad y que estaba prácticamente abandonada, pero esa carnicería que se estaba dando no le atraía, por ello, quizás lo mejor era terminar cuanto antes, por eso entro en el hangar

En aquel hangar había, al fondo, unos railes y un prototipo de algún tipo de tanque diseñado para ir sobre vías. El gobierno debía haber invertido una buena pasta en él, porque tenía un cañón enorme montado en una torreta, apuntando hacia arriba, y un par de lanzaderas de misiles descargadas ahora mismo. Tras esquivar a algunos cuantos soldados que se estaban poniendo en marcha Amy llegó a una construcción en ese hangar, al final, a modo de garita aunque de paredes gruesas, donde había un panel de control, ordenadores y un hombre con bata dentro. Los cristales parecían gruesos, seguramente antibalas, y la puerta metálica con cierre electrónico mostraba un display en rojo. No era difícil adivinar que estaba en estado de bloqueo y solo una tarjeta la abriría, pero de entre todos los presentes no vio que nadie tuviera una tarjeta a simple vista, quizá solo el ingeniero que estaba dentro de aquella cabina de control.

Amy observaba el lugar, se había encontrado con una situación complicada, tenía que entrar de alguna forma allí, pero no tenía ninguna clase de tarjeta, mira el lugar y no ve a nadie que pueda tener tarjetas, entonces decide moverse en busca de alguna chaqueta o similar, quizás encuentre algo en alguna parte, aunque lo duda, pero entonces se le ocurre algo.

Camina en busca del pulsador de alarma de la zona dispuesta a pulsarlo para quizás así con el pulsador de alarma de incendio podría hacer que abrieran el lugar. Si su plan tiene éxito se colocara cerca de la puerta

Amy encontró una gran seta roja tras un cristal abatible que pudo pulsar con la palma de su mano. Las alarmas de incendios funcionaron, añadiendo algo más de confusión a los soldados que ya estaban saliendo por el portón, pero no se abrió ningún lugar ni se desbloqueó nada más, pareciera que la alarma de ataque tenia prioridad sobre cualquier incendio declarado manualmente. En la cabina, un ingeniero con bata tecleaba algunas cosas en una terminal, pareciendo bastante apresurado.

En aquel momento cuando el ruido de la alarma de incendio se hizo más que evidente junto al que sonaba por toda la base militar ante el ataque, una figura entró volando por la puerta. Era claramente alguno de los proyectos del gobierno, y estaba flotando en la entrada con el casco protector orientado hacia Amy, haciendo que esta dudase de si su invisibilidad era efectiva contra eso. Curiosamente la maquina debía haber sufrido algún tipo de daño, puesto que una de sus piernas carecía de blindaje, y una pierna musculada humana se veía entre los trozos machacados de blindaje, con una herida de mal aspecto.

Antes de que pudiera reaccionar, Amy se encontró con el blindado ser delante, volando a una altura considerable, y apuntándola con algún tipo de cañón en la palma de su mano, que refulgía con una energía de color azulado.

-Muy bien, Cásper, las manos en alto y, a ser posible, donde pueda verlas. Y nada de cosas raras. 

Fue lo que dijo mientras el casco emitía un suave destello, seguramente cientos de cálculos se estaban produciendo ahí, para seguir a la invisible Amy.

Amy no podía evitar sentir que había metido la pata, no sabía cómo podían verle, aunque por otro lado estaba claro que debía ser por aquel visor, con cuidado da un paso hacia atrás para mirar a aquel tipo, no sabía muy bien qué hacer, sin embargo, si podía hacer lo que le decía, así que levanta las manos en silencio.

Su intención es la de ver que sucedía y esperar que el tipo se acercara a ella, tenía que escapar y no perdería la oportunidad, mientras esperaba pensaba:

Quien me mandaría a mi meterme en esto… y yo que pensaba que iba a ser algo fácil para ganar dinero…

La figura acorazada, que parecía haber estado luchando contra algo momentos atrás por el aspecto de su pierna, seguía manteniéndose en el aire, enfocando a duras penas a Amy con un resplandeciente brillo en una de sus manos, algun tipo de arma tecnológica. Parecia haber caído en algo, y además, parecía tener dificultades para seguir el espectro de la invisible Amy.

-He dicho "dónde pueda verlas", chica. Ambos sabemos lo que eso significa. Diría que esto es propiedad privada, pero eso se queda corto. Es un puto delito federal colarse en bases militares, ¿qué diablos haces aquí? ¿Vienes con los cretinos de los asaltantes y el puto gólem?

Aparentemente aquel tipo sabía que estaba allí, pero no podía verle bien, aquello suponía una gran ventaja para ella, mientras observa al tipo piensa:

Bueno… parece que este robo es más de lo que puedo robar… así que solo me queda la siguiente opción…

Pensaba mientras miraba los movimientos de aquel tipo, para de pronto empezar a correr para marcharse de allí, su intención no era otra que la de aprovechar que según intuía no le veía bien para escapar de allí.

El quiebro de Amy funcionó lo suficiente como para que la armadura que volaba a media altura en el taller tuviera problemas para localizarla, pero una vez lo hizo, esta se avalanzo sobre ella para apresarla, con los fuertes brazos metálicos haciendo una presa digna de un partido de rugby…Excepto que la armadura caia desde arriba en vez de saltar desde un lateral de la banda. La armadura por supuesto mando a Amy al suelo, emitiendo un:

-¡No en mi guardia, mujer invisible!-Mientras la aseguraba de manera que inmovilizaba los brazos de esta, casi apretando el rostro de esta contra el suelo.

La chica había sido atrapada, no podía creerlo, aquella maquina le había detectado y le había atrapado, la fuerza de la que disponía era realmente increíble y no podría hacer nada, así que solo le quedaba una opción, tratar de concentrarse y crear la burbuja que le protegía y que la fuerza de esta fuera tal que pudiera liberarla, asi, tratando de ganar tiempo dice:

Déjame… yo no tengo nada que ver con nadie… solo aproveche la confusión para tratar de coger algo para poder sobrevivir…. mierda

El campo de fuerza había repelido a quien fuera que estuviera dentro de aquella armadura, pero eso pareció cabrearle más. El impacto que surgió de dentro de Amy y chocó contra el no le había hecho ningún tipo de daño gracias a su blindaje:

- -¡Sobrevivir los cojones, nadie moribundo hace eso!

Tras esas palabras la armadura se volvió a lanzar sobre Amy, con la intención de apresarla de nuevo.

Por fortuna pudo evitar el ataque de aquel tipo, repeliéndolo con su burbuja de energía, sin embargo, parecía que eso no le dañaba, al menos le daba un poco de margen, sin dudarlo empieza a correr para marcharse de allí mientras pensaba:

Tengo que marcharme… parece que no me ve, pero me detecta… bueno, no puedo conseguir las cosas… pero, qué le vamos a hacer, lo importante es huir de aquí y salvar el pellejo… vamos, intentemos no hacer mucho ruido.

La poderosa maquinaria que era aquella armadura probó ser capaz de perseguirla con los reactores capaces de la velocidad de un avión, y volvió a placarla de nuevo y apresarla. El olor a sudor y aceite impregnaba el aire mientras la voz surgia del casco de aquella maravilla tecnológica que también era persistente.

-A ver, voy a intentar ser claro. Has traspasado una propiedad privada del ejército de los Estados Unidos de América. Eso es un delito federal, uno por el que puedes acabar mucho, pero mucho tiempo a la sombra. Aún así, es preferible que obligarme a hacer algo que, puedes creerme, no quiero hacer. No somos como esa gentuza de Guantánamo, no la mayoría al menos. Así que deja de resistirte, explícate y hazte visible, por tu propio bien.

La situación estaba cada vez peor, aquel tipo le había pillado, y no tenía escapatoria, así que al final decide hacerle caso y se hace visible mientras levanta las manos:

Vale… no tuve más opción que entrar…

Suspira profundamente mientras mira al tipo y añade:

Yo me he mostrado, es de buena educación que tú también lo hagas… ¿Por qué he entrado? ¿Tenia más opciones? Esos tipos controlan la ciudad y mi familia está en la ciudad… supongo que se imagina señor soldado lo que hacen a los que no les hacen caso ¿no?