Partida Rol por web

Había sido algo de locos, pero finalmente Faith pudo volver a casa y abrazarse a Hope, que estaba supernervioso pero contento de verla, estuvo toda la tarde haciéndole carantoñas a su dueña.

Leslie estaba tirada en el sofá, con un chupachups en la boca y se quedó pasmada un rato, volviendo a sus tareas habituales y escribiendo en su portátil, aunque de vez en cuando echaba miradas a la habitación de Faith preguntándose que diantres había pasado…Aunque sabia que había pasado ya en el lugar, no sabia que había pasado exactamente con Faith.

Pasados dos días Leslie ya le había sacado a Faith algunos detalles de lo que pasó…Obviamente Faith omitió algunas cosas, como la parte en la que se convirtió en loba, pero no pudo ocultarle a Leslie lo de la armadura, ni tampoco lo del angel que bajó de los cielos. Los rumores estaban ahí y la gente lo comentaba, aunque las fuerzas de seguridad y los medios se encargasen de tirar balones fuera y repetir las mismas noticias precocinadas una y otra vez, las redes eran algo distinto…Y si alguien sabia de redes era Leslie.

Ofreció otro chupachups a Faith y se puso a teclear en su portátil, finalmente enseñó a Faith un video de mala calidad. En este se veía un hombre crecer por encima de los coches, hasta alcanzar unos cuatro metros de altura, inmediatamente este es reducido por gases lacrimógenos y disparos de arma, lo cual hace que la persona grabando el video se eche al suelo y se pierda la imagen. Junto al video, resubido a youtube por alguna cuenta anónima, había un montón de comentarios del tipo “eso no puede ser verdad” “mi primo estuvo allí y s lo llevaron detenido” “por favor si has visto a esta persona *link roto a una imagen* llama a este número de teléfono o mándame un mensaje, lleva desaparecida desde es mismo dia”.

Leslie se puso en pie, y se dirigió a la cocina.

-Voy a prepararte un chocolate calentito, que te va a venir bien. Ojea lo que quieras sobre lo que pasó...Pero ya sabes que habrá mucho rumor y habladuría.

Faith tuvo oportunidad de mirar varios sitios de noticias, aunque fue un twit el que llamó su atención. El blog de DJW.Datc0m estaba publicando varias noticias de manera automática, como programado para poco a poco poner datos varios. El mensaje mas llamativo en cada uno de estas publicaciones era el de:

SI ESTAS VIENDO ESTO ES PORQUE VIENEN A DETENERME. COMPARTIR LA INFORMACIÓN. LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES.

Habia cuatro publicaciones cuando Faith llegó al blog.

La primera hablaba del incidente de la mina de Calebourne, con una recopilación de videos caseros de la gente. En uno hubo una gran detonación cuando dos figuras aladas, una con alas emplumadas y otra mas con alas de murciélago, se elevaron hasta los cielos. La detonación pareció romper la cámara del móvil y varios cristales mas alrededor, el sonido muere segundos después con un grito generalizado de los presentes.

La segunda publicación tenia las siguientes palabras:

NOS OCULTARAN LA VERDAD Y NOS HARAN LO MISMO QUE HICIERON EN ALEMANIA EN LA SELVA NEGRA, EL MUNDO VA A CAMBIAR Y QUIEREN TENERLO TODO CONTROLADO. LA EUROPOL YA ESTÁ AQUÍ.

La tercera publicación traía una foto de la selva negra, desde el propio google maps.

ESTO ES LO QUE SE VE DESDE GOOGLE MAPS. ESTO ES LO QUE HAY EN REALIDAD.

Adjuntado con la publicación, había una imagen desde helicóptero de lo que parecía el mismo lugar, pero con un cráter en mitad de todos aquellos bosques.

¿OS ES FAMILIAR LO DE LA EXPLOSIÓN? EUROPA NOS OCULTA COSAS.

La cuarta publicación era reciente.

ENTRAD AQUÍ, VEREIS COMO ME DETIENEN.

Faith entró.

El enlace llevaba a un video en directo de la puerta de una casa, junto a la típica persiana metálica de un garaje. Un grupo de policías, probablemente del SWAT o el FBI estaba preparándose para tirar abajo la puerta de la casa.

Justo en ese momento apareció la siguiente imagen en todas las webs de DJW.Datc0m.

Leslie puso el humeante chocolate en la mesa delante de Faith, mirando la cara de la mujer, que debía ser un poema por la reacción de su compañera de piso. Hope dejo escapar un “oowwwg….” Y se tumbó en el suelo.

Me quedé una cantidad de tiempo imposible de estimar para mí mirando el pantallazo del logo del FBI. En cierto modo, eso le daba mucha más credibilidad a todo lo que acababa de pasar en ese vídeo. Miré a Leslie sin saber demasiado bien qué decir. Hice un par de intentos para articular alguna palabra pero ni siquiera tenía claro qué quería contarle.

- Leslie... - conseguí comenzar al fin. - tengo que contarte un par de cosas de lo que pasó en la mina. Estuve allí desde antes de la pelea entre el “ángel” y el “demonio” pero algo más me llamó la atención. Esa cosa, el diablo ese, estaba en la mina desde antes de que todo empezara. Y cuando pude escuchar la radio de los guardas, dijeron que había una anomalía y “no sé qué” de un fallo en contención, - ahora que había comenzado, no podía parar de hablar – y cuando todo se fue a la mierda, por la ventilación de la mina salió alguna clase de gas somnífero o venenoso o yo que sé. Si hay una fuga de materiales peligrosos o radiactivos, no gaseas a todos los mineros para que se queden encerrados. Había algo raro allí, como si supieran lo que pasaba desde el principio. - Hacía rato que empezaba a sonar un poco muchísimo como una conspiranóica. - Y ahora he visto el cráter en las fotos del tío que ha arrestado una brigada de asalto del FBI. Tengo miedo de que esta ciudad se convierta en un agujero del tamaño de Arizona.

No tenía ni de lejos medios para volver a cambiar de ciudad y empezar de cero. Había gastado lo poco que tenía para mudarme aquí y pagarle a Leslie el primer mes de alquiler. Y además estaba en el paro.

- Tía, ¿puedes guardar todo lo que acaba de salir por la pantalla? Ya sabes, con las cookies, el historial, el caché y esas cosas. - soltaba términos informáticos al azar como si fueran a ser de ayuda. - Han borrado la web pero puede que quede algo. Si se puede, necesito guardarlo en una memoria USB que no esté conectada a la red.

Tomé una larga bocanada de aire tratando de ordenar de nuevo mis pensamientos. Tal vez estaba siendo demasiado extremista. Tal vez, ese sólo fuera uno de los miles de pirados de internet al que se le había ido más de lo normal. Tal vez, todo estaba realmente bajo control como todo el mundo decía.

Tal vez, no.

- Tú sabes mucho más de ordenadores que yo. Puedes meterte en sitios de esos de “Internet profunda” y buscar si DJW.Datc0m ha colgado algo más en la web. En otra cuenta o algo. - “Agh, ¡cuándo esto acabe me apunto a un curso de informática!” - Y si han cerrados más paginas relacionadas con el tema.

Escuchaba a Faith con atención, y cuando cogió carrerilla agarro de nuevo la taza de chocolate y se dedicó a soplar este para enfriarlo mientras escuchaba atentamente.

-Sí…

-Sí…

Leslie tenía la manía de decir sí cuando estaba escuchando algo largo, aunque lo decía lo suficientemente bajo como para no interrumpir a nadie.

-Puedo sacar cosas del historial si, y guardártelo en un pincho, excepto el video creo. Toma- Le tendió al taza a Faith para que bebiese y se calmase-Le he echado dos terrones de azúcar enteritos. -Leslie sonreía conciliadora, y se inclinó junto a Faith para alcanzar el teclado de su portátil, guardando archivos aquí y allí con soltura. Era lo que hace años la gente hubiera dicho una nerd, pero tampoco le falta apariencia y era eso lo que la había hecho entrar a trabajar de community manager. A veces la tocaba hacer conferencias por skype y se arreglaba, pero hoy no era uno de esos días y estaba en su plan habitual: sin maquillar, con una camisetilla de tirantes enseñando ombligo, y en bragas.

-Vale lo tengo todo excepto el video.-Se cambió el chupachups de lado de la boca.- Sobre lo de la deep web…tengo un contacto. Saca paquetes de datos de la deep web y cobra por ello. Normalmente le piden videos fuertes y cosas así…Pero… ¿Tendrías con que pagar? Creo que los precios rondan los quinientos dólares por medio tera de datos.

Leslie puso la mano en el hombro de Faith.

-Yo te puedo adelantar la pasta, pero a lo mejor le puedes ofrecer algo tú. Mi consejo es que pidas cosas sobre djw y rellenes el disco que te va a vender con porno duro, snuff, o pornografía infantil y lo revendas para recuperar parte de lo gastado.-Leslie hizo una mueca al decir aquellas opciones.-Sea como sea, acábate el chocolate que tú y yo nos vamos a Stacy’s a tomarnos una cocacola con vainilla.

-Ooowggh.-Hope agachó las orejotas.

-¡No admiten perros!

Escuché a Leslie mientras daba pequeños sorbos al chocolate. Sin duda, no me había dado cuenta de lo tensa que había estado desde que había ocurrido el incidente de la mina. Algo caliente me vino bien para templar un poco mis ánimos.

Las opciones para recuperar la pasta del “hacker” no eran demasiado halagüeñas pero no tenía mucha idea sobre el funcionamiento de Internet como para sacar un plan mejor por mí misma. Obtener casi 500 gb de “porno zoofílico checoslovaco vintage” no era algo que me apeteciera demasiado y mucho menos comerciar con él.

- Ya iré viendo cómo hago lo de Internet. Por ahora, voy a hacer caso de tus sabios consejos y vamos a salir a dar una vuelta. - comenté algo más animada. - Dame una hora y nos vamos.

No era una persona demasiado sociable pero Leslie siempre sabía cómo sacarme una sonrisa. Apuré mi taza hasta el fondo y me levanté de un salto tras colocar con cuidado el portátil.

Quería salir a correr o patinar con Hope para que estirara las piernas y poder liberar un poco de tensión. Luego una ducha y estaría lista para salir.

Tras una vuelta por el barrio y que Hope husmeara aquí y allí, y una reparadora ducha, Faith estaba lista al igual que Leslie, que había elegido un look muy casual para salir, vaqueros y una sudadera con capucha, a parte de una chaqueta vaquera que llevaba sin abrochar.

-Me he puesto en contacto con el hacker, ¿quieres hacerlo hoy o lo dejamos para otro día?-Preguntaba con el dedo sobre el teléfono móvil.

Independientemente de la respuesta el plan era ir a Stacy’s y así fue. Caminaron unos quince minutos hasta el restaurante del centro de Silver City, el sitio era elegante y estaba bien cuidado; Faith había escuchado hablar del lugar y había intentado trabajar allí, pero estaba complicado, las camareras se llevaban parte de su sueldo en propinas y no solían dejar el puesto de trabajo.

En el aparcamiento había dos chavales de unos once años con mochilas jugando con dos palos que habían cogido de un contenedor más cercano.

-¡Sswwing! ¡Swaaang! ¡Vamos Obi Wan!-Decía uno mientras entrechocaban los palos.

-¡No podrás contra el general Grivous!-Respondía el otro, cogiendo otro palo y usando ambos.

Debían haber salido de clases hace poco y estaban haciendo el idiota.

A esas horas Stacy’s estaba a rebosar de gente, todos sentados en sus clásicas mesas con sillones mullidos, o paseando de aquí para allá para rellenar sus bebidas en los surtidores o pedir en la barra si es que no les estaba atendiendo una camarera ya, con libretita y ropa elegante con una falda hasta las rodillas y una chaquetita vaquera que les daba un toque vintage.

La parte superior de la barra estaba adornada con fotos de bólidos de otra época, y habían estado allí desde que Stacy’s abrió en el centro de la ciudad. Al dueño o dueña le gustaba que su restaurante tuviera clásicos aquí y allí.

Leslie no tardó en dar un pequeño bote y plantar su trasero en un taburete:- ¡Dos cocacolas con vainilla!-Dijo a uno de las camareras, sacando su cartera para ir preparando algunos dólares para pagar. Aun tardarían en atenderlas con la cantidad de clientes que tenían.

-He estado muy tentada de llamar a Ron para que venga…que lo sepas, pero bueno…Hemos tenido unos días moviditos.

Yo había optado por unos vaqueros pitillo, una camiseta que dejaba el ombligo fuera y mi cazadora de cuero para salir. Caminaba con aire distraído algo absorta en mis pensamientos.

- Creo que lo mejor será dejarlo para dentro de un par de días. Quiero buscar un poco más por mi cuenta. No quiero gastarme todo ese dinero para que me digan algo que podría encontrar yo... Además, quiero estar segura de la información que quiero pedirle.

Como siempre, Stacy’s estaba lleno de gente pero encontramos un hueco para sentarnos.

- Te lo agradezco, aunque podrías haberlo llamado. Al menos que te molestara llevarme de caravina. – comenté tratando de mantener el tono alegre.

Estaba claro que estos días habían sido una locura y me hubiera estado volviendo loca si me hubiera vuelto loca si me hubiera quedado sola en casa. Sin embargo, tampoco me apetecía demasiado estar rodeada por tanta gente.

Mientras Faith hablaba Leslie estaba tecleando en su móvil, cuando se lo guardó de nuevo en el bolsillo de su chaqueta tenía esa sonrisa de lianta que algunas veces esbozaba y Faith reconocía inmediatamente:

-Adivina quién está de camino aquí, y no sabe para nada de nada que tú estás conmigo…-Estaba claro que había escrito a Ron mientras Faith divagaba sobre aquel asunto. Leslie estaba interesada también, pero hacer de multitarea era un poco parte de su oficio y estaba acostumbrada, ya casi ni se la notaba.

Finalmente sirvieron las dos cocacolas con vainilla. Stacy’s las servía en botella de cristal de aproximadamente un litro, con una larga pajita transparente y sobre todo, frías, con esa capa de humedad que se transformaba poco a poco en gotas que resbalaban sobre el cristal y y terminaban sobre la barra de bar.

-Si las cosas se ponen “candentes” entre vosotros-Dijo entre risas, con la pajita entre los labios- haré como que me suena el móvil y me tengo que ir. Oye, que lo mismo es hasta verdad…Que me estoy escaqueando del curro técnicamente.

Me quedé un momento paralizada como un ratón que acaba de ver una serpiente.

- Pero serás...

Una sarta de palabras poco agradables pasaron fugazmente por mi cabeza pero ninguna llegó a mis labios. La cara de pícara de Leslie me desarmó, como siempre. No pude hacer nada salvo reírme.

- Te voy a matar – dije en un susurro mientras llegaba la chica con las cocacolas.

Le dí las gracias a la camarera cuando nos dejó las bebidas y di un largo sorbo de cola. Casi necesitaba un trago de algo más fuerte. Las citas y demás relaciones sociales me hacían sentir demasiado incómoda.

- Espero que no sea yo la que tenga que fingir que tiene trabajo para desaparecer. ¿Viene Andy con él? Si viene Andy, ni se te ocurra irte con él a dios-sabe-qué -cosa y me vayas a dejar aquí con Ron sola.

En el lugar entraron dos personas más, lo cual hizo que Leslie hiciera lo propio, levantar la vista a ver si aquel hombretón que entraba por la puerta era la posible cita de Faith, pero no fue así. Dedicó una mirada más larga de lo habitual a este mientras tanto él como su compañera se acercaban a la barra donde las dos pelirrojas estaban sentadas ya, esperando su pedido seguramente.

-¿Qué quieres tomar? ¿Una hamburguesa y una Coca-Cola con vainilla? Seguro que la comida del hospital te ha dejado con las ganas de comer algo mejor.-Dijo Tami acodándose en la barra. Era una mujer alta, rubia e imponente, llevaba unos pantalones kaquis y una gorra militar, seguramente por la apariencia seria algún tipo de militar de permiso. Se retiró la gorra de la cabeza y se deshizo la coleta, alisándose la melena con los dedos.

Leslie finalmente volvió la mirada a Faith después de darle un repaso con la mirada a Ryan.

-No, no viene Andy, está en el taller trabajando. Les ha entrado trabajo con motocicletas para una competición que habrá pronto y las quieren tener todas a punto.-La pelirroja miraba con hastio el móvil, deslizando el dedo por la pantalla un par de veces antes de guardarlo.

-Ron me ha preguntado si vas en serio…Ahem…Bueno, es que le he dicho que…

En aquel momento una muchacha de unos veinte años, que vestia unas ropas que habían visto mejores días recogió una taza con chocolate caliente y un platito, dejando unos cuantos dólares sobre la mesa usando una de sus manos cubiertas por un mitón sucio y descuidado que dejaba ver sus uñas rotas y sucias. Por la apariencia, uno podría decir que era una mendiga más, pero esta destacaba por tener maquillaje en su rostro sucio.

Las noticias empezaron a dar su parte y la gente ignoró el tema, como era obvio, estaban a sus cosas, no a las noticias. Alguien pidió que le dieran volumen a la televisión, eso sí.

19 de mayo, aquí Elijah J. Kenswood desde la mina de Silver City. Finalmente el FBI y la policía nos ha permitido paso a las inmediaciones de la mina, donde hemos podido ser testigos de los desastres de la zona; multitud de vehículos siguen abandonados en la zona a la espera de que sus dueños puedan finalmente reclamarlos tras que el cordón policial se abra.

Con la taza de chocolate en las manos, la mujer se dirigió a un rincón, con un temblequeo que atraía la atención de todas las personas por las que la joven pasaba cerca de, parecía bastante nerviosa y dedicaba miradas fugaces al televisor mientras daban el parte diario de la mina.

La cuenta del presidente Donald Trump ha vuelto a ser intervenida por sus consejeros y de momento se mantiene silenciosa desde su declaración en el día anterior…Mientras tanto, nosotros podemos observar desde aquí…Compañero dale zoom a la cámara.

El reportero se hizo a un lado, la caravana de vehículos mostraba un extraño patrón en una zona, donde todos los coches habían sido apartados y volcados en torno a un centro.

Nuestra teoría es que hubo alguna explosión en ese lugar y volcó los vehículos, pero a falta de poder acércanos al lugar y ante el silencio de las autoridades presentes, no podemos averiguar más que lo que nuestras cámaras y aparatos nos permiten.

Ryan entró en el local de un modo casi normal. Se había recuperado casi totalmente de todo lo ocurrido, seguramente en buena medida gracias a la actuación de la doctora y aquella astronómica factura que por suerte no había tenido que pagar él. De haber sido así, ahora mismo no estaría precisamente contento. Sin embargo, aún tenía cierto rastro de debilidad, puede que motivado por los días que había pasado sin consumir alimentos sólidos, quizás algo de peso menos del que debería tener. Pero para eso estaban allí, ¿no?

Pasó la mirada rápidamente por el local, tanto para asegurarse de que no hubiera problemas como por ver si se encontraba en él algún conocido. Parecía que solo la pelirroja de los patines, que recordaba brevemente de la espera en su coche, adelantándoles a todos patinando con calma hacia la mina. Todo normal, parecía. Al fin, tras lo vivido en la condenada mina. Avanzó hacia la barra con Tami, sentándose en uno de los taburetes y echando una ojeada rápida a la carta. 

-Sí a todo, creo-añadió. Joder, había cosas con buena pinta, pero quizás era demasiado nada más salido del hospìtal, lo mejor sería la hamburguesa, aunque su estómago le engañase diciendo que ahora mismo comería dos costillares rezumando salsa barbacoa. Tanto la comida como la rutina de ejercicios tendrían que volver poco a poco. Escuchó las noticias con un gesto de fastidio, recordando algo que había olvidado hasta ese momento.

-Mierrrda, mi coche. Espero que mi pedazo de chatarra esté bien, o me voy a volver asiduo del autobús-se lamentó. Pero poco podía hacer de momento. Además, acercarse a la zona puede que le volviera a poner en frente del gilipollas de las gafas de sol... Y no tenía ganas de partirle la boca ahora que se sostenía sobre sus piernas. 

Seguí la mirada de Leslie sólo para darme cuenta de que uno de los tíos de la mina estaba entrando en el local. “¿No había otro sitio en toda la ciudad para tomar una cocacola?”

Me giré tratando de no hacer ningún movimiento brusco pero dándole la espalda en todo momento y sin que fuera demasiado descarado. Había mucha gente Stacy's como para que pudiera verme de una pasada. Al menos eso esperaba. Escuchaba a Leslie sin prestarle demasiada atención hasta que terminó de hablar.

- ¿¿Qué le has dicho que?? ¿Cómo voy a ir en serio con alguien que casi ni conozco? - me llevé la palma a la frente y respiré tratando de calmarme. Que hubiera entrado ese tipo en el local, Ron a punto de llegar y esa chica que acababa de entrar mientras daban las noticias de la mina me estaban poniendo demasiado nerviosa. Me quedé observándola un instante tratando de serenar mis pensamientos.

Llevaba varios días buscando respuestas y, de repente, aparecía alguien que tal vez tuviera alguna. Había algo que no encajaba en esa chica. Por el maquillaje no debía de llevar más de unos días en la calle pero su ropa parecía bastante estropeada. Parecía haber salido de debajo de un derrumbamiento.

Esas miradas nerviosas a las noticias sobre la mina daban un punto a favor a mi disparatada teoría. Suspiré mientras observaba por el rabillo del ojo a la joven. “Puede que me esté volviendo loca pero al menos me alejaré un poco de la barra.”

- ¿Sabes qué? - dije como si me estuviera armando de valor. - Dile lo que quieras. - llevaba haciéndolo un rato. - Lo peor que puede pasar es que necesite algo más fuerte que lo que estamos tomando para aguantar mejor la compañía. No puede ser tan terrible. - “¡Claro que puede!” - Cúbreme un segundo si viene Ron. Ahora vuelvo.

Tomé otros sorbo con la cañita del refresco y me levanté, tratando de no mostrarme demasiado al recién llegado. Caminé tranquila hasta acercarme a la chica sucia. Me quedé lo suficientemente cerca como para que pudiera escucharme pero no tanto como para intimidarla.

- ¿También estuviste allí? - comenté despreocupada como si no hubiera reparado en su aspecto. - Ese día desde luego todo fue una maldita... - “¿...locura? No creo que sea una buena palabra para alguien que parece a punto de sufrir una crisis nerviosa.” - ...putada.

Leslie se quedó mirando la espalda de Faith mientras sorbía de la pajita un poco de cocacola, no había terminado de decir nada cuando su compañera de piso ya se armó de valor y se fue a…hablar con una mendiga o algo así. La otra pelirroja se encogió de hombros y se puso a toquetear su teléfono móvil de nuevo, agachando la cabeza.

En el otro lado, junto a la barra, Tami ya estaba sacando algunos billetes y pagando unas hamburguesas y cocacolas, estas últimas estaban siendo servidas ya.

-¿En que se supone que te has pulido el dinero del ejercito si aún tienes un trozo de chatarra?-Preguntaba con curiosidad a Ryan, aunque su vista no perdia atención de Faith y la mendiga que se había ido al rincón con esa temblorosa taza en las manos.

La atención puso a la joven sobre alerta, su mirada se clavó sobre los ojos de Faith y sus ojos azules brillaron con intensidad de manera tan fugaz que uno o una podrían pensar que fueron imaginaciones. Una mano apretaba la taza que ahora descansaba sobre una mesa, y la otra fue por entre sus ropas hacia un amuleto, una pequeña pero reluciente medalla de plata que pende de una cuerda de color rojo.

- Oh Adonaï, Ieve, Tsebaoth; oh Padre Supremo, creador del cielo y de la tierra, de los cuatro elementos y de los espíritus, yo te conjuro, por las potencias y las virtudes, para que santifiques este Tetragrammaton que ha sido preparado en tu honor, yo te exorcizo Tetragrammaton por la Verdad, la Vida, la Eternidad, por la Creación surgida de la Nada, con el fin de que nada permanezca en mi posesión, sino la Pureza y la Virtud.-Empezó a murmurar como si fuera un mantra.

Obviamente era algo que no pasaba desapercibido, mas cabezas curiosas empezaron a girarse mirando a Faith y aquella Joven, como si fuera algun tipo de cámara oculta, algunos ya iban mirando aquí y allí. Alguien empezaba ya a sacar el móvil para empezar a grabar la actuación en Stacy’s.

Ryan echó un trago a su coca cola y se encogió de hombros ante la pregunta de Tami.

-Ya sabes, tengo la tonta manía de comer. Suma pagar la casa, algún capricho o viaje, y ahí tienes la respuesta. Además, tampoco es que nos paguen taaaanto. Todo se ha ido en el niño-añadió, sonriendo levemente. Aunque su mirada volvió hacia la pelirroja y, por extensión, a la chica extraña con la que parecía empezar a hablar. Y lo que vio allí y le pareció escuchar hizo que la sonrisa empezara a desvanecerse de su cara. 

Con toda la discreción de la que fue capaz estando sentado en un taburete de barra y recién salido del hospital, echó un vistazo, comprobando con alivio que existía una salida de emergencia de aquel lugar. Una que no iba a perder de vista. 

-Esto ya lo he visto...-canturreó entre dientes, temiéndose lo que podría venir a continuación. Cosas raras. Cosas raras que lograran afectarle mentalmente y que supusieran un peligro. 

Aquella joven seguía con la mirada clavada en Faith, como si le horrorizara su sola presencia.

-Estuve, y no estuve.-Dijo, parca en palabras, pero no en nerviosismo. Como si quisiera deshacerse de toda la atención que había acaparado de los clientes del lugar, alzó la taza de chocolate y dio un sorbo, relamiéndose acto seguido.