Partida Rol por web

La respuesta del misterioso agresor animo a Francesca. Tenia la sensacion de que no le habia mentido, sabia reconocer a alguien que lo hacia y aquel hombre no lo estaba haciendo. O mentia muy bien...

Fran estudio la situacion unos segundos. Aquella institucion podia ser una buena forma de comenzar una nueva vida, donde poder obtener la redencion por todos sus crimenes pasados. Pero no estaba segura de si seria seguro para ella, y sobre todo, para los que la rodeasen. Aunque intentaba renegar de la violencia, las constumbres eran dificiles de perder.

Finalmente, Francesca decidio que merecia intentarlo.- Me gustaria hablar con usted cara a cara, como personas civilizadas- Salundado con una inclinacion de cabeza, al estilo oriental, prosiguio.- Me llamo Francesca.

A mi me conocen como El Arquero. Dice el hombre cuando aparece a varios metros de ti como si se acabase de materializar. No puedes ver bien su rostro porque está encapuchado y oculto entre sombras.

Soy uno de los líderes de esta academia. Dice el hombre que aún tiene el arco tensado con una de sus flechas puestas. No intentes ninguna tontería. Tengo una gran precisión con este chisme. Dice haciendo referencia a su arco.

El ruido del lugar era ensordecedor; John no podía entender como estos estudiantes podían concentrarse con tanto bullicio de fondo. Pasaron unos segundos, en los cuales se quedó parado en la puerta del lugar, llevándose la mano a la cabeza, hasta que medianamente logró recomponerse para seguir a sus compañeros. Era evidente que provenía de lugares más tranquilos, y no había pasado tanto tiempo en la ciudad como para haberse acostumbrado

- ¿Discretos? Esa es justo mi área de especialidad - le respondió a Serena. Aunque era más que evidente que estaba refiriendose a otro tipo de discresión. *¿Por qué los habrán traído aquí?*, se preguntó

- Harán, vos ya sabés como se ven; Serena, estamos buscando a un sujeto grande, MUY grande - dijo mientras marcaba con su mano el altura y "ancho" aproximado de Ulrich - Está acompañado por el hombre calvo del banco, y creo que otro más

Me tomo 10 (25 total) para encontrarlos

Harán se dio cuenta de que se había emocionado, el comentario de Johnathan le recordó que ahora estaban buscando al resto de entrometidos. Esos dos fueron los que se quedaron a hablar con la poli ¿no?

¿Y qué habrán decidido hacer aquí? ¿Buscar aliados?

Pues vale, un hombre muy grande y un calvo. Pues busquemos por los alrededores. 

Estaba dispuesta a conducir a Harán y al otro muchacho por la escuela, buscando unas personas que por la descripción que compartían no estaba segura de encontrarlos.

Justarius se fue a su habitación y en cuanto cerró la puerta le pegó una patada a la silla, tumbándola y haciéndose daño en el pie por la pura rabia de su fracaso ante su nuevo jefe. Cuando el dolor se calmó, sacó el arma de la mochila y decidió que la iba a reparar en ese momento, para que no la volviera a fallar.

Una vez terminara eso, se pondría a leer, navegar y buscar información sobre esos tíos sin que se le escapara nada, tardara lo que tardara.

La tranquila cara de Jaime sufrió un leve colapso cuando sus cejas se juntaron ante la pregunta de Ulrich. Se detuvo en mitad de una de las preguntas del cuestionario y se quedó pensando unos 10 segundos. Observó por el rabillo del ojo a su gigantesco compañero y meditó la respuesta. Él había sido franco y le había contado cómo había llegado allí. Y la culpa de que se hubiera sincerado sólo era de Jaime, que había preguntado. Su moral le gritó que no sería justo si no le contestaba de igual manera.

Mi madre se muere poco a poco. Lo único que se podía hacer por ella era traerla a Estados Unidos y que la trataran. No teníamos dinero para poder hacer el viaje, alojarnos y pagar el tratamiento. Así que me dediqué a robar bancos terminó concluyendo su explicación con un suspiro.

Con los ojos algo empañados, pero sin llegar a llorar, se volvió a centrar en el cuestionario. Estaba intentando recordar su DNI, pero no lo conseguía.

-¡Joder! ¿En serio? O sea, perdona, no quería... lo siento por tu madre... ¿bancos? Ostia puta... -el gigantón se había quedado con la boca abierta, sin duda para seguir exclamando, pues su fluidez con el inglés se había quedado un poco atorada por la sorpresa. Con cierto trabajo se obligó a sí mismo a cerrarla e hizo el esfuerzo visible de no seguir preguntando, pues era evidente hasta para él que Jaime no estaba cómodo con ese tema. Así como pudo giró de nuevo la cabeza y trató de centrarse en el formulario.

Vaaaaaya.

Sí, bancos reconoció. Estaba convencido de que Ulrich le gustaría seguir hablando del tema, pero como Jaime no quería hablar de su madre, prefirió hablar de los bancos.

Robé unos cuantos antes de que me pillaran, aunque no fue suficiente. Decidieron que una escoria como yo no podía vivir en el mundo de la gente civilizada... Se encogió de hombros mientras echaba un ojo al formulario de su compañero.

Yo creo que los formularios ya están, ¿no? dijo viendo el suyo, que había terminado.

Francesca fruncio el ceño ante la agresividad de El Arquero, desde luego no era una persona de trato facil. Aunque tampoco era ella la idonea para hablar, en el pasado en una situacion similar ya lo hubiese matado.

- No es necesario tanta hostilidad. Si hubiese venido con malas intenciones dudo que hubieses podido detenerme.- Solto sin poder contenerse, mirandolo unos instantes fijamente, como un depredador que estudia a su presa antes de dar el golpe letal. Pero No habia venido a pelear con nadie, Fran habia venido buscando paz y la conseguiria sin derramar mas sangre.

Relajando la expresion, Fran se inclino en gesto de disculpa.- Yo... lo siento, no era mi intencion amenazarle. Honorable Arquero, yo solo busco un refugio donde poder vivir en paz, donde poder usar mis dones para ayudar, no para destruir.- Recuerdos de su pasado cruzaron su mente, y por mucho que intento mantenerse impertubable, no pudo evitar que parte de su dolor se expresara en su rostro.- Por favor, denme una oportunidad, se lo ruego.

Justo cuando Ulrich y James salían de la salita para hablar con Nancy Gardener y la agente Montoya y entregarle los formularios, dos de las personas que habíais conocido en el banco entraban por la puerta de la Academia Claremont, junto a una joven y hermosa adolescente.

Allí estaban charlando amigablemente ambas mujeres y en cuanto entraron los recién llegados, les hizo un gesto con la mano para que Ulrich y Jaime esperasen y se acercó a saludarles.

No fue para nada complicado encontrar al grandullón y al calvo. En cuanto entraron en el vestíbulo de la Academia Claremont, pudieron encontrar allí a dos mujeres atractivas hablando entre ellas. Una totalmente conocida por Serena, mientras que la otra solo la había visto en alguna ocasión.

Instantes después, los hombres que estabais buscando salieron por una puerta con una serie de papeles en las manos. Parecían haber estado rellenando algún tipo de documentación. La mujer les hizo un gesto con la mano para que esperasen y se acercó a vosotros para presentarse.

- Te comprendo. Dijo aquel hombre de pocas palabras. ¿Qué tal entonces si me acompañas para dentro de la escuela? Allí podré presentarte al resto de miembros y así inscribirte en la Academia. ¡Vamos! Dijo el encapuchado mientras se dirigía hacia el interior del edificio.

En cuanto entraron en el vestíbulo de la Academia Claremont, pudieron encontrar allí a dos mujeres atractivas hablando entre ellas. Allí dentro no estaban solo el grandullón y el calvo del banco, sino que un par de ellos más acababan de llegar también al edificio. Pues la que parecía ser la recepcionista estaba saludándoles.

El Arquero fue a decir su nombre, pero se dio cuenta de que aún no se había presentado. Se quedó con la boca abierta al darse cuenta de que no sabía quién era ella exactamente, y su rapidez para confiar en alguien que había pedido su ayuda.

- Ella es una mujer en busca de ayuda. Por eso la he traído junto a nosotros.

Después de varias horas buscando en el ordenador y de piratear algunas señales te das cuenta de que alguien ha activado una alarma de un banco. Casualmente el mismo banco que ya había sido robado anteriormente por aquellos tipos, ahora estaba siendo robado por aquellas personas que te habían mandado buscar.

¡Ese lugar estaba gafado!

Podrías llegar hasta él mucho antes de lo que lo hiciera la policía. Pero enfrentarte a ellos solo sería demasiado complicado para ti.
 

-Mierda -dijo y cogió la mochila y salí corriendo de la habitación- ¡Dr. Macleod! -gritaba mientras intentaba salir del lugar. Iba corriendo buscando a su actual jefe, pero no dudo en indicar a uno de los que trabajaban para él- ¡Eh, tú! -paró al primero que tenía cerca antes de salir por la puerta- dile al Dr. Macleod que he terminado con lo que me encargó, los tipos están en un banco -le dio la dirección y salió corriendo- ¡NECESITARÉ AYUDA! ¡QUE MANDE A LOS QUE PUEDA! -gritó y salió corriendo del edificio.

En cuanto estuvo fuera y encontró un rincón se cambió y se puso la armadura y asió el arma- espero que no me falles -dijo a su arma mientras activaba la invisibilidad de su armadura y corría de camino hacia el banco. Tengo que ponerle algo para moverme más rápido -pensaba mientras intentaba buscar la emisora de los polis para enterarse de todo lo que estuviera ocurriendo en ese lugar.