Partida Rol por web

Desde luego hoy no es mi día. Se apoyó en la pared y decidió recuperarse antes de seguir moviéndose para poder ser acribillado.

Jaime volvió a intentarlo. Nada era suficientemente fuerte para un ataque sutil a la mente de cualquier individuo. De todas formas, no podía pelear abiertamente. No tenía ni fuerza ni capacidades. Sólo a la mente. Así que se concentró y volvió a actuar.
 

Asomándose a través de una esquina, pudo ver al capitán. Por su culpa todo a su alrededor estaba como estaba, por su afán de dominar, la gente corría, los niños lloraban, y a Ikari todo aquello le estresaba.

Se concentró para sí. Quería que él sufriera, que su capacidad para ordenar a sus secuaces menguara, que hirviera su sangre, sus moléculas, hasta el punto de que se desmayase.

*Tenía razón, eso dolio bastante* Mientras se incorporaba, sacudiendose un poco el polvo y los restos, dirigio su mirada a Impulso y le dijo:
 - Cubrite, salí de acá, no tiene sentido. Te cubro la espalda -esbozando una sonrisa, mientras nuevamente se alejaba de Impulso y caminaba hacia el barco -y no te estoy preguntando - terminó. Era evidente que estaba hablando en serio.
Una vez allí, Johnathan gritó de nuevo al capitán, desafiante como siempre:
 - ¿Eso fue tu mejor golpe, Ahab?¿ - sabía que desde su ubicación no iba a poder hacer mucho, y era eso lo que le causaba muchísimo enojo: El saber que no podía hacer mucho dada la situación actual, pero al menos quería asegurarse que dejaran de concentrarse en sus compañeros, particularmente en Impulso.

Impulso pudo comprobar que, a priori, el objetivo había sido cumplido. Ulrich ya estaba arriba de la aeronave, así que el prefirió acomodarse junto a un edificio para recuperar así sus heridas.

El Kapitán Krak-En se giró sobre sí mismo para señalar al grandullón, todos los piratas desenfundaron con gran velocidad sus armas y le dispararon. La mayoría de las balas no llegaron ni tan siquiera a hacer objetivo, parecía que tenían peor puntería que con los cañones. Pero al menos cuatro disparos le alcanzaron aunque todas las balas rebotaron, a excepción de una que le llegó a alcanzar haciéndole una herida en un hombro.

Mientras todos estaban distraídos con ellos, Jaime continuaba en su tarea del control mental sobre el enemigo, pero el éxito fue el mismo que antes, de nada servía aquellas técnicas psíquicas. Y lo mismo le pasó a Ikari, que quizá estaba demasiado lejor para lograr lo que pretendía, o quizá aquel Capitán era más invulnerable de lo que parecía.

El caso es que, el Kapitán Krak-En sintió la amenaza de aquel hombre sobre su barco. Se había dado perfectamente que ni los cañonazos habían acabado con los que estaban en tierra, ni las balas lo habían hecho con el que estaba a bordo.

Así que, el hombre con cara de pulpo se llevó la mano al bolsillo interior de su chaqueta y sacó un pequeño dispositivo.

- Arrrrr!! Antes de que decidáis empezara luchar, amigos míos, puede que queráis echarle un vistazo a esto. Dice presionando un botón en uno de sus laterales.

De repente, los rojos cielos sobre Freedom City se oscurecen, volviéndose negros como la noche y cubriéndose de titilantes estrellas. Es extraño, dado que era de día cuando apareció aquella cúpula de energía. Y entonces os fijáis en que puede verse el globo azul de la Tierra en el horizonte.

¡Arrrr! ¡Eso es! Sisea el Kapitán Krak-En con sus tentáculos moviéndose de forma nerviosa. ¡Vuestra ciudad se encuentra en el espacio! Así que si no os rendís, ¡Arrrr! contraeré el campo de fuerza y os dejaré a todos los habitantes de la ciudad respirando algo de vacío espacial. Después de todo, ¿qué importan unas cuantas alimañas terrianas menos? El pirata espacial eleva el control, con una garra sobre el botón.

Ikari pudo ver que el cielo cambiaba de nuevo. Algo tramaba ese ser y no parecía nada favorable para todos los habitantes. Tendrían que hacer algo relevante, puesto que la situación comenzaba a ser preocupante. Lo que pretendía ella era algo complicado, no obstante sabía que podía lograr su objetivo, no sería la primera vez. 

El capitán se encontraba lejos de su alcance, por lo que Ikari vió que podría acercarse más si subía varias plantas de uno de los edificios adyacentes. 

Una vez que esté lo suficientemente cerca, pero no tanto como para que logren verme, te haré pagar caro tu osadía - me dije.

Así pues, tomó un ascensor hasta una de las plantas que se encontraban a mitad de camino, salió del mismo y se dirigió hacia una de las ventanas, la cual estaba algo rota por las explosiones previas. Desde allí pudo ver a Kra-En. Se concentró de nuevo e intentó lo mismo que previamente.

Francesca se quedo unos segundos aturdida, realmente habia fallado ocultandolos? podia ser que aquellas criaturas fueran inmunes a sus poderes, o simplemente se habia vuelto confiada tras tanto tiempo fuera de accion?

En seguida decidio que aquello no importaba, el resto de mutantes estaba dando la cara intentando proteger la ciudad, y ella queria demostrar tambien que podia luchar por los buenos. Cuando el "capitan saco el mando, amenazando con expulsar a los habitantes de la ciudad al vacio, tuvo claro el objetivo: hacerse con ese mando a cualquier costa. Sin pensarselo dos veces, Fran alargo la mano, intentado apoderarse del artefacto con su telekinesis.

-¿Y si lo planteamos al revés, cara de pulpo? ¿Qué me impediría desmembrarte y mirar cómo mueres si no me queda nada que defender? Mata a mi gente y no habrá nada ni nadie que te proteja de mi. Deja la ciudad en su sitio e *intentaré* ser algo más civilizado -la rotunda voz de Ulrich sonó grave, tanto en tono vocal como en planteamiento. Había cesado sus movimientos cuando los sicarios del capitán habían cesado los suyos, pero mantenía las piernas semi-flexionadas y parecía a punto de lanzarse a una orgía de aporreamientos de gran tamaño. Su herida había sido superficial y más que debilitarle le había cabreado. Es más, ¿qué herida? Sin que el gigante holandés lo supiera su propio cuerpo se estaba encargando aceleradamente de los daños y al parecer con gran eficiencia. Iban a necesitar más que eso para detenerle.

¿Qué coño estás haciendo, Ulrich, quieres que nos maten a todos? -pensó para sí, aunque hacía todos los esfuerzos posibles para que en su cara no hubiera asomo de duda, que todo fuera furia apenas contenida- ¿Y qué están haciendo los compañeros? Tienen poderes, no nos irían nada mal algunas sorpresas. Ojalá alguien se hiciera con ese mando...

Johnathan simplemente se quedó observando, siquiera pensar en "Ven, a esto me refería con no estar a su altura" sonaría ridículo en estos momentos. Era muy evidente que la situación lo había superado hace un largo rato. Pero no iba a dejar que eso se notara. No iba a dejar que un calamar con complejo de grandeza los superara, y mucho menos saliera ileso.

* Si nos vas a dejar sin aire, vas a tener los 3 minutos más largos de tu vida * pensó

Impulso, incapaz de hacer nada, siguió guareciéndose hasta sentirse un poco mejor.

El capitán cara pulpo comenzó a echarse a reír en cuanto escuchó la bravuconería absurda del grandullón. - Muahahahhaa. Mira grandullón, tienes a diez de mis mejores hombres para hacerte frente. Mucho antes de que tú hayas empezado a moverte, yo ya habré podido apretar este botón, y entonces no tendrás absolutamente nada que hacer. El vacío del espacio te asfixiará y morirás con todos los miembros de esta ciudad. Ríndete y entonces no saldrá nadie herido.

Entonces todos podéis apreciar como algo fuerza la mano del Kapitán, la fuerza telequinética de Fracesca golpea el brazo del capitán, e incluso trata de apoderarse mentalmente del control remoto, pero el hombre gasterópodo es capaz de mantenerlo entre sus manos. Comienza a mirar de un lado para otro, como buscando de dónde viene aquello y así es como descubre a la joven que estaban intentando arrebatarle el control.

Mientras tanto, Ikari, Jonathan e Impulso tratan de subir con cuidado a lo alto de la torre para poder unirse a sus compañeros. Iban contrarreloj y habían tardado demasiado en decidirse a hacer aquello.

¿Lo ves? ¡Ni los poderes de esa bruja dice señalando a Francesca son capaces de arrebatarme el control de las manos! ¿No crees que ya va siendo hora de rendirse? Dijo ahora mirando a Ulrich.

-Eso es juego sucio y si apretas ese botón no tendrás nada con qué negociar. No ganarás nada, aunque nosotros lo perdamos todo. ¿Y quién de esos "mejores hombres" tuyos va a enfrentarse contra mi? ¿Eh? ¿Tú? ¿Acaso tú? -dijo el grandullón con voz de trueno, echando miradas feroces hacia esos 10 hombres.

Por fin había llegado a una zona en la que se podría intentar hacer sufrir a ese engendro. Ikari, no quiso hablar, ni pensar nada, su intención era conseguir que se desmayase Kra-En. De ese modo no podría pulsar el botón que estaba mencionando constantemente.

No atendió a la llamada de atención de Ulrich.

Cerró los ojos, se relajó unos segundos y sin que nadie se diese cuenta, se asomó muy ligeramente.

Francesca apreto los dientes, habia fallado miserablemente usando sus poderes, y por primera vez en mucho tiempo comenzo a dudar de su valia. Que le estaba pasando, por que se habia vuelto tan torpe? El intentar alejarse del crimen habia supuesto que se relajara, que perdiera su garra?

Dolida, Fran apreto los puños, y sin pensarselo se abalanzo a por el primer pirata que vio proximo. Estaba furiosa, y alguien iba a pagarlo. Su mente pedia sangre, y la iba a obtener. 

* Creo que ya es muy tarde para hablarlo. Si sobrevimos, vamos a tener que escuchar un lindo sermón *
Al llegar al barco, John miró el panorama antes de dar un pequeño saltó hacia cubierta. 
 * Si ese el el caso, espero que vos y tus hombres puedan "respirar" en el vacio *
 -¿Qué me perdí? dijo para que todo el mundo escuchara. - Hey, grandulón, - mientras se paraba junto a Ulrich - recordás lo que dije antes, ¿no?, porque ahora tengo un horrible dolor de cabeza, y alguien se va a tener que hacer cargo. 
 Luego dirigió su mirada hacia los piratas. - Lindo cuchillo, espero no te moleste, traje los míos -. Al terminar de decir esto, con un movimiento rápido y seco, de entre los nudillos del joven surgieron un grupo de 6 garras, tres en cada mano, con apariencia de estar hechas de hueso a algún otro material .