Partida Rol por web

Nereida comenzó a acelerar para avanzar al furgón pero de repente, la voz de Montoya por el intercomunicador y los disparos haciendo reventar las ruedas de su coche, hicieron que el vehículo se quedara en el sitio -Me cago en la puta- pensó cuando el cinturón se le clavó en el hombro izquierdo y se mordió el labio haciéndose sangre.

- ¿Pero qué _cojones pasa?¿No eran 'el resto' cosa de Rayo y mía? Entre atropellarlos y matarlos, hay un trozo donde quedan al otro lado del coche puede que con las piernas rotas y no son un peligro.

Estaba realmente enfadada primero la habían relegado a un papel secundario, vale que poco mas podía aportar en aquel mar de asfalto, y luego cuando iba a hacer lo que debía la detenían. Comenzó a salir del vehículo inutilizado y apenas vió un borrón gris pasar por delante del vehículo que debía custodiar, no logró ver ni lo que hizo ni adónde fué; entonces un resplandor anaranjado hizo que elevase la mirada. Acababa de llegar el fuego al escenario, pero aún faltaban tres para poder cogerlos a todos.

La joven oyó las palabras de Sonic pero no estaba de acuerdo con él, retirarse no haría sino que se oliesen algo, la escolta no podía irse y dejar atrás el "valioso artefacto". Iba a decirlo cuando otra voz se oyó por el pinganillo -A éste debe de haberle afectado el golpe- pensó al oir que proponía lo mismo. Tres vehículos y los tres inmovilizados, atrapados en una ratonera de asafalto y hormigón, sabía que no iban a tomar en cuenta sus palabras pero no podía claudicar ante una propuesta que hacía aguas.

- ¿Desde cuándo la escolta huye sin la carga?

Se acercó a Montoya parapetándose en los árboles para que le sirviesen de cobertura.

La situacion se habia descontrolado bastante, y no parecia estar saliendo precisamente muy bien, pero Fran mantuvo la calma, era en momentos como ese donde siempre habia destacado, pensando con frialdad su siguiente paso e imponiendo su mente al instinto. Al contrario, aparentemente, que aquellos heroes adolescentes. Sus sospechas no habian estado tan desencaminadas 

Habia escuchado la orden de Sonic, no la veia demasiado optima pero tocaba improvisar mientras nos reorganizabamos.- Sonic, recuperad a vuestro amigo y no os alegeis, creare una distraccion con mis ilusiones para que os ignore unos instantes.

Centrandose en la mente de el humano hecho de fuego, Fran proyecto una imagen de la gente y los jovenes heroes huyendo despavoridos de el, para que se confiara. Entonces seria el momento de dar el golpe. 

Ikari, tras ver cómo había quedado Rayo, fue en su busca, andando tan tranquila como de costumbre. Ya no podía dejar semi inconsciente a nadie más, el resto se habían esfumado o, al menos, eso nos hacían creer.

Se aproximó, aunque no a su lado. Se situó junto a otro grupo de gente, menos numeroso, pero lo suficiente como para tratar de pasar desapercibida durante un espacio corto de tiempo. Mirando hacia donde se encontraba su compañero, tratando de curarle el daño provocado por nuestro enemigo.

- ¿Qué ha pasado? preguntó, ya que dentro del furgón no podían ver nada. Eso no era una trampa, era parte del ataque de los cuatro fantásticos reaccionó tras pasar todo. Los que os habéis descubierto, huid atacando a Pyra. Con un poco de suerte, os seguirá y podréis detenerla mientras los demás vienen a por el furgón. 

¡No, que nadie huya! ¡Permaneced en vuestras posiciones! ¡Al menos no dejando la mercancía en la furgoneta!

 - ¿Pero qué _cojones pasa?¿No eran 'el resto' cosa de Rayo y mía? Entre atropellarlos y matarlos, hay un trozo donde quedan al otro lado del coche puede que con las piernas rotas y no son un peligro.

¡Claro! ¡Ahora resulta que los coches asesinos son armas que se pueden manejar bien! ¡No me jodas Nereida! Si hubieras llegado a matar a uno de ellos tendría que haberte detenido. ¡Y no hemos venido precisamente a eso!

- ¿Desde cuándo la escolta huye sin la carga?

¡Exacto! ¡Se supone que estais escoltándolos! ¡No podéis huir sin más! Actuad como los policías que estais fingiendo ser.

Sonic bajó del coche pensando en un principio en huir, mientras que Nereida decidía salir también del coche y unirse a Montoya, que a pesar de que ella había decidido ir de paisana, ahora el hecho de que una policía se acercase a ella, hacía que Pira la descubriese también.

Entonces era el turno de Francesca para actuar, haciendo que una imagen se proyectase sobre la mente de Pira, pero nadie podría saber si habría sido efectiva hasta que el hombre de fuego no se moviese.

A continuación, Ikaria que hasta ahora se había mostrado más fría que nadie, salió corriendo en ayuda de Rayo. A pesar de la carrera que se pegó, no era tan veloz como su paciente, o como el mismísimo Pira que sobrevolaba sus cabezas.

Finalmente, sin saber si la ilusión de Francesca habría tenido efectividad o no, Pira se lanzó hacia el furgón. Sobrevoló toda la calle como si fuera un cohete y en cuanto se posó en el techo del furgón, éste comenzó a derretirse, segundos después estaba lanzando sendos rayos de fuego contra el techo del vehículo. Estaba tratando de hacer un agujero para entrar allí.

Francesca, Jaime y Ulrich podían sentir como la temperatura del auto empezaba a ascender a gran velocidad.

Los secuaces que aún estaban conscientes, vieron como Pira se estaba encargando de aquello, por lo que se desplegaron de la zona de conflicto y se colocaron en posiciones más estratégicas para disparar a quienes consideraban sus enemigos. La mayoría de sus disparos estuvieron muy lejos de dar a su objetivo, y en cuanto aquel tiroteo comenzó, todos los "espectadores" salieron corriendo de allí. La única que parecía haber sido herida fue Nereida, que a pesar de que podía haber convertido su cuerpo en agua, no había sido suficientemente rápida en hacerlo, y ahora tenía una ligera herida de bala en el hombro. Al menos se había librado de acabar como Rayo.

La reprimenda de Montoya hizo que la joven apretase los dientes con rabia, al menos había acertado cuando había dicho de no huir. Lo que tardó en llegar al lado de la oficial y Pira ya estaba encima del furgón abriéndose paso, Nereida se dispuso a ir a por los secuaces* de delante del furgón cuando, a su alrededor, comenzó el 'baile'.

Se oyeron varios disparos y la muchedumbre empezó a dispersarse, la rubia no tuvo tiempo de reaccionar a nada cuando sintió un dolor lacerante en el hombro, como si un dedo al rojo vivo estuviese abriéndose paso por su carne -Qué cojo...- no tuvo fuerzas para decirlo en voz alta, ni siquiera para acabarlo mentalmente. Se giró buscando al culpable de su herida, decidida a devolverle el 'favor'; pero lo hizo mucho mas lentamente de lo que a ella le parecía. En realidad cualquiera que la viese podría darse cuenta que apenas había girado la cabeza, su cuerpo seguía encarado en la misma dirección, su mano apenas había formado un puño y su brazo derecho se había movido menos de un palmo.

La situacion se complicaba bastante, Y Francesca decidio que habia que pasar a la accion de una forma mas drastica y violenta. Que Pira estuviera encima del coche derriendo el techo era mala señal, asi que la joven salto de su asiento en la furgoneta hacia afuera, abriendo la puerta de una patada.

Usando la puerta como cobertura para los disparos, Fran se giro hacia Pira y lanzo el puño al aire, enfocando su telekinesis en un solo impulso de gran potencia con el que esperaba lanzar al metahumano lejos de la furgoneta.

- Los pesos pesados, intentad contener a Pira! Mientras tenga que atacarle no podre centrame en sus secuaces!- Grito la joven asiatica por su telefono. Enfrentarse a una panda de matones era una cosa que podia manejar, pero un hombre de fuego, eso definitivamente era nuevo para ella

Sonic se sorprendió por la maniobra de Fran, quien se acababa de descubrir ante Pira. Habría estado bien que Pira hubiera abierto el furgón y Jaime lo hubiera controlado. Pero a pesar de todo el joven realmente estaba más preocupado por Nereida e Ikari, que estaban siendo acribilladas por los secuaces. Intentó idear una forma de darles tiempo. Pero mientras, necesitaba que Megastar hiciera su parte del plan.

- Megastar, ataca a Pira. Ulrich y Jaime, cuando aparezca el resto de Factor Cuatro vais a tener que salir del furgón.

Ya veía imposible seguir el plan original de que sus enemigos abrieran el furgón y fueran controlados. Ahora había que adaptarse a la nueva situación.

Sonic metió los dedos bajo la gorra y tiró de su máscara hacia abajo, cubriéndose el rostro. Iba a intentar intimidar a los lacayos o iba a ir a ayudar a Ikari, pero aún no lo tenía claro.

Tenía que acercarse más, antes no había podido ver a Rayo lo suficientemente bien. A pesar de estar ocurriendo cosas negativas, a priori, para nuestro grupo, ella estaba decidida a volver a Rayo a la realidad. Algo le decía que él era muy importante y que debería estar consciente.

Unos metros más y listo.

Allí estaba, tirado como un pañuelo en medio de la calle, abandonado a su suerte. 

Ikari cerró los ojos e itentó curarle.

Sonic con el rostro ya protegido por su máscara activó ahora su campo de fuerza y echó a volar a toda velocidad en dirección al grupo de secuaces con la intención de darles un objetivo diferente al de Ikari, que parecía estar atendiendo a Rayo.

El joven aterrizó delante de uno de ellos y le intentó golpear con fuerza.

- ¡Se acabó el juego, no abriréis el furgón!

Les dijo intentando seguir con el engaño. En algún lugar debía estar el resto de Factor Cuatro y era de esperar que ahora le atacaran a él, así que esperó aguantar. Sólo deseó que lo consideraran a él más peligroso que Ikari, pues si ésta caía se complicaría el tema de tumbar a Fathom.

Estuvo tan metido en su papel de paisano que apenas pudo reaccionar ante la emboscada que les habían preparado. Miró asombrado a cada lugar en el que se desencadenó la acción, los disparos al furgón, a los coches, pero no fue hasta la aparición del hombre envuelto en llamas hasta que comprendió que había llegado el momento de entrar a la acción.

Aún así fue más rápido que cualquiera, incluso que su compañero Rayo, su mano le apuntó con la intención de devolver el ataque, ahogando gritar su nombre ante una multitud en pánico, pero aún no estaba preparado. ¡Rayo! Maldita sea… Golpeó con rabia su brazo y sus facciones comenzaron a cambiar paulatinamente. ¡Cuenta con ello colega! Ahora su voz era potente y madura, contrastando con la entonación que aún mantenía su estilo adolescente. En carrera hacia el furgón, pensó rápidamente las veces que había entrenado sus habilidades mientras su temblorosa mano enfocaba a su adversario Pira. Vamos Meg, dale con todo lo que tengamos. En sus ojos comenzaron a marcarse pilotos mientras se analizaba el escenario al que se enfrentaban, concentrando en un instante su parpadeo sobre el objetivo. Un haz de energía se dirigió con potencia hacia esa dirección, dejando un efímero resplandor cegador y el fuerte deseo de haber acertado.

Una vez más, las cosas salían mal, muy mal. Sabía que Pyra estaba intentando derretir el furgón, ya que la temperatura no dejaba de subir y subir.

Joder, no vamos a poder aguantar mucho tiempo dijo Jaime mirando hacia el lugar en el que el agujero se estaba empezando a abrir.

Grandullón, prepárate para derribar la puerta si no quieres morir como un pollo frito. Si la loca del fuego abre su agujero antes de que nos fría, intentaré detenerla.

Necesitaba una visión clara de su objetivo, ya que con ella no había tenido contacto mental antes. No podía hacer otra cosa que esperar y empezar a concentrarse.

Nereida no fue capaz de reaccionar tras el disparo recibido, aunque sí que pudo ver como sus compañeros hacían todo lo que podían para enfrentarse al único enemigo que podían ver por el momento, el ardiente Pira.

Francesca abrió la puerta de la furgoneta para después lanzar un puñetazo telequinético hacia Pira. El ángulo no era el mejor, y a juzgar por su reacción, no parecía que hubiera sucedido nada en absoluto. Pira continuaba quemando el techo de la furgoneta, emocionado por robar el artefacto que había en su interior.

Ikari, por su parte, decidió ayudar a Rayo que se encontraba completamente inconciente, aquella mujer parecía la única capaz de controlar las moléculas del muchacho, para ayudarlas a regenerarse lo más rápido posible.

Después Sonic salió volando para enfrentarse contra uno de los secuaces más cercanos a su compañera, que a pesar de que no le atacó con nada, el golpe que recibió por la inercia del movimiento lo dejó algo aturdido.

A continuación, Megastar pareció reaccionar y un haz de energía plateada surgió de su brazo para dirigirse hacia Pira. A medida que se acercaba al incandescente enemigo, el rayo se iba haciendo cada vez más débil, pero finalmente logró rozar su cuerpo. En ese instante el hombre de fuego echó una mirada hacia Megastar, y mientras seguía a lo suyo, murmuró unas palabras.

La guinda del pastel la puso Jaime, que en cuanto Pira logró abrir el agujero en la furgoneta, éste se quedó quieto y sin hacer absolutamente nada. Parecía que habían logrado bloquearle momentaneamente.

Pero justo en ese instante, el que habían bautizado como Granito hizo aparición por la carretera, arrollando todo a su paso, afortunadamente Megastar fue capaz de esquivar el ataque y evitar así sufrir cualquier tipo de daño.

Después Sílfide se volvió visible en el interior del furgón, había logrado entrar de forma invisible, y al darse cuenta de que todo aquello era un trampa, creada por sus enemigos, se volvió a desvanecer y Jaime pudo ver como Ulrich comenzaba a asfixiarse. El Grandullón se llevaba las manos a la garganta, como si estuviese haciendo todo lo posible por respirar, pero algo estaba haciendo Sílfide, quizá fuera pura venganza, pero parecía que vuestro amigo estaba a punto de morir ahogado.

El último en aparecer fue Fathom, que parecía haber estado escondido todo el rato en una de las fuentes que había cerca de la carretera. Aún no se había dado cuenta de que su plan había sido una encerrona, pero al ver a la chica tratando de socorrer al que había caído, intuyó que podría ser peligrosa y le lanzó un chorro de agua aunque se quedó muy lejos de su objetivo.

Finalmente los secuaces se liaron a tiroteos de nuevo, las balas se perdían mientras que los espectadores salían huyendo de allí. Tan solo una única bala dañó a alguien, había ido directamente a parar al pecho de la hija del rey de la Atlántida, Tetis, pero María se movió increíblemente rápida y se puso en medio. La Agente Montoya tenía una bala en el pecho y se estaba desangrando lentamente, si no la llevaban a urgencias rápido, podría morirse. Al menos habría logrado cumplir su objetivo, salvar la vida de la inocente Tetis.

Mientras la joven se giraba la puerta del furgón se abrió de golpe y desde el interior salió Fran, acto seguido el intercomunicador en su oreja comenzó a transmitir un montón de voces de las que apenas captó un par de frases inconexas. Nereida parpadeó repetidamente tratando de aclarar su mente y entonces escuchó una nueva oleada de balas.

Antes de poder reaccionar Montoya se le echó encima, una pregunta muda en los ojos de la joven fué respondida por la sangre que brotaba del pecho de la mujer. -¿Qué?...- Nereida no podía creer lo que acaba de pasar, la agente se había interpuesto en el camino de la bala dando su vida a cambio de la de ella*.

- Montoya. Agente Montoya. - susurró mientras intentaba negar lo que estaba viendo - Agente Montoya abatida. - dijo con voz carente de emoción, como si estuviese en shoc.

Sus ojos azules se desviaron hacia quien había efectuado el disparo mientras dejaba resbalar lentamente el cuerpo lacio hasta el suelo, su mandíbula se tensó y apretó con fuerza, y su cuerpo comenzó a rielar y a cambiar de color y textura.

  La masa de agua que ahora era Nereida, se deslizó por la acera hasta llegar a la altura del secuaz que había hecho el disparo fatal. Su cabeza se había despejado de golpe y la ira la inundaba, ya no sentía el dolor en el hombro, solo sentía que debía acabar con todos los que estuviesen a su alcance. Sabía que debía dejarlos solo inconscientes pero la rabia en su interior le pedía otra cosa, -Por Montoya- un pensamiento fugaz pero gracias al cual recordó su opinión al respecto -Ella no querría que nadie muriese-, esos humanos deberían dar gracias a las creencias de la mujer que yacía en la acera, intentaría dejarlos solo inconscientes.

La situación se volvía confusa por momentos, pero era de esperar, pues cada vez sucedían más cosas alrededor. Había visto a Montoya caer malherida y también había visto a Pira quedarse inmóvil, ¿significaba que Jaime lo había controlado? Si era así era una gran noticia pues Pira podía derrotar a Fathom. Solo que también hacía falta Rayo para llevar a Montoya a urgencias, y Fathom estaba atacando a Ikari, que parecía que podía levantar a su joven amigo de nuevo. Pensó que en estos momentos lo importante era proteger a la mujer para que levantara a Rayo.

- Jaime, dime que puedes hacer que Pira ataque a Fathom.

Dijo esperando recibir una buena noticia. Sonic, sin esperar respuesta, se giró ignorando al secuaz de los supervillanos y voló hacia el líder de Factor Cuatro, dispuesto a entretenerlo para que Pira o Ikari pudieran vencerlo definitivamente. Posiblemente Fathom era demasiado duro para él y ni siquiera tenía claro si un ataque sónico le afectaría, el agua que él supiera no era afectada por el sonido, aunque aquél tipo podía escuchar... Sin tener claro qué hacer, optó por intentar aturdirlo.

- ¡Este es tu fin, Fathom!

Le dijo colocándose justo detrás suyo y emitiendo una descarga sónica amarilla que rodeó a la masa de agua tratando de ensordecerla. El ruido era intenso y zumbante, como tener un enjambre de avispas alrededor de la cabeza. Sonic esperó así que Fathom quedara aturdido o, como mínimo, que se girara y le atacara a él para quitarse de encima la molesta sensación.

De nuevo los disparos se cruzaron por el escenario, el caos reinaba entre todos y nadie parecía tomar las riendas, pues la que era su líder había caído en pos de salvar la vida de Tetis. Mierda Meg… ¿eso es todo lo que tengo? Otra luz cegadora pareció advertirle que algo se aproximaba demasiado hostil y se apartó emitiendo un ridículo, ueeey por que poco. Nervioso analizó sus posibilidades y todas no eran suficientes, aunque al menos, habían conseguido que todos salieran a escena. ¡Dejádmelo a mí!, tengo una idea. Respondió ante la idea de que Jaime le quitara su oportunidad. Me alegro que hayas venido, Granito, pero no tengo tiempo para ti. De un salto intentó agarrar a Granito, como uno de tantos placajes que había realizado en su carrera deportiva, solo que ahora disponía de un potencial muy superior. Su inercia fue suficiente para alzar el vuelo y así poder arrojar al mismo Granito hacia Pira, con suerte les daría tiempo para reagruparse. ¡Vamos! Tenemos que detenerlos. Intentó finalmente animar a los suyos antes de que fuera demasiado tarde.

Ikari estaba preparada para curar a Rayo.

Lo que estuviera pasando a su alrededor le era insignificante, pero el que la gente saliera huyendo despavorida no se lo perdonaba. No soportaba hacer daño, era una lucha interna consigo misma.

Vamos allá - se dijo mientras se concentraba en el cuerpo de Rayo.

Si situacion se ponia peor, Fran pudo ver de primera mano como una bala alcanzaba a la agente Montoya, y por los ruidos provenientes de dentro del furgon Ulrich parecia estar ahogandose con algo. Aquel caos era algo que, aunque no le resultaba del todo desconocido, estaba mas acostumbrada a que lo sufrieran sus enemigos.

En cualquier caso, unos cuantos idiotas con armas podian ser muy peligrosos tanto para ellos como para el resto de personas inocentes que aun  estaban cerca del combate, por lo que Fran decidio ir a lo seguro, el combate cirecto. Con un rapido sprinto salio de su cobertura hacia el maton que mas proximo estaban a Montoya y Nereida, y sin pensanserlo dos veces se abalanzo sobre el para desarmarlo.

Con Montoya desangrándose, Rayo inconsciente y Ulrich ahogándose, la situación estaba sumamente tensa, el plan estaba siendo un fracaso, y lo que parecía que iba a ser una encerrona y que no supondría ningún problema, iba a terminar convirtiéndose en un terrible drama. Jaime controlaba a Pira para que no hiciera nada que pudiera perjudicar al resto, pero alguien debería salvar al grandullón o lo terminarían por perder.

Tetis por su parte, decidió vengarse del que había disparado a su compañera, y con gran soltura creó una especie de pompa de agua que empezó a asfixiar al asesino.

Sonic vio que la única posibilidad de salvar a la agente Montoya sería salvar a Rayo, por lo que lo más inteligente sería proteger a Ikari del líder del grupo, pero ¿nadie se preocupaba por Ulrich? ¡Él también se estaba ahogando! El chico con el poder del sonido lanzó una fuerte descarga sónica contra el hombre agua, cuyas moléculas casi insubstanciales vibraron por unos milisegundos sin sufrir efecto alguno. Fathom parecía inmune al poder sónico, por lo que no se molestó tan siquiera en hacer nada contra su cuasiagresor.

Megastar decidió hacer frente a la masa de piedra que acababa de aparecer, con gran velocidad y con un brillo plateado cubriéndole, dio un salto para lanzarse en picado contra él. Megastar acabó con un gran chichón en la cabeza, y ligeramente magullado, aquella bestia de piedra era más dificil de apresar o golpear de lo que había pensado Megastar en el momento. El plan se les estaba yendo de las manos.

Y entonces, Ikari logró su objetivo, sanar a Rayo en un instante. La mujer se sentía tan triste que logró identificar cada molécula dañada de su novato aliado para regenerarla a gran velocidad. Había necesitado estar junto a él, pero finalmente lo había logrado. Rayo estaba completamente recuperado.

Por último, Francesca decidió seguir protegiendo a Nereida, agena a lo que estaba pasando en el interior del furgón, se acercó por la espalda al secuaz y logró arrebatarle la pistola. El hombre desarmado, se giró sobre sí mismo para darle una fuerte patada, que Francesca bloqueó con su brazo.

Sílfide seguía asfixiando a Ulrich, mientras que Pira continuaba estando controlado por Jaime. Granito por su parte, tomó entre sus brazos a Megastar, apresándolo e impidiéndole moverse. El chico con apariencia de adulto comenzó a sufrir el daño que los recios brazos de su rival le proporcionaban. Fathomo fue el siguiente en actuar, al ver como Ikaria había logrado poner en pie a un enemigo abatido, decidió que era hora de encargarse de ella, e imitando la actuación de Nereida, un cúmulo de agua con forma de esfera se materializó en la cabeza de la mujer, asfixiándola y dejándola incapaz de respirar. ¡Ya eran dos los que estaban a punto de morir ahogados!

El broche final lo dieron los matones que acompañaban a Factor Cuatro, que se acercaron a Nereida y Francesca para tenerla más a tiro y poder disparlas con más precisión. Estaban cerca de sus compañeros, pero no dudarían en disparar si así lo creyesen necesario.

Había caído inconsciente con el primer golpe. "Vaya birria de superhéroe estás hecho" pensé mientras me ponía en pie y agradecía a Ikari que me hubiera curado, evitando seguramente males mayores con su intervención. Sin embargo, al ponerme en pie lo que vi fue un caótico campo de batalla. Esto se nos había ido de las manos, y o hacíamos algo pronto, o podría terminar muy mal... Incluso perdiendo a alguno de nuestros compañeros.

Debía hacer algo rápido, pero entonces vi como una esfera de agua se materializaba en torno a la cabeza de Ikari, que comenzaba a asfixiarse al no poder sacar la cabeza de allí. Observé que frente a nosotros estaba el tipo de agua, que por lo que sabía era el líder de los tres, y al parecer los ataques de Sonic poco le afectaban. - ¡Suéltala! - dije mientras alzaba mi mano rápidamente y lanzaba un rayo dirigido contra el profesor Phantom.