Partida Rol por web

FS: Elorado, la nueva frontera

Cosas del protocolo

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12/10/2011, 15:44
Kilij Arslan Justinian

Por fin en presencia de alguien con poder en el sistema.

Señor conde. Mi viaje aquí viene condicionado por mi interés en conocer este sistema y sus formas de gobierno. Vengo en misión "no oficial" para mi casa, para apreciar en qué puede influir en nuestros súbditos.

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12/10/2011, 15:47
Conde Byron Juan Hawkwood

Supongo que no coneceréis nada de la política de este sistema. Os haré un pequeño resumen, por si tenéis intención de permanecer un tiempo entre nosotros.

Desde siempre, en este sistema ha habido dos culturas, los de Elorado y los Orbitales, los que vivían en ciudades o colonias de otros satélites. Su relación siempre fue fructífera, comerciaban entre ellos y se respetaban.

Tras la caída de la república, los Hazat y los Justinian empezaron a luchar por el control del planeta, pero el bloqueo del portal hizo que llegaran a un acuerdo con otras casas y se dividieran el planeta, que había perdido gran parte de la tecnología. Los Orbitales echaron a los nobles y cortaron el contacto con el planeta, convirtiéndose en colonias independientes que comerciaban entre ellas.

Hace unos años se abrió el portal, aparecieron los Hazat, nosotros, los Vuldrok y la Liga. Los Hazat reclamaron el planeta y está peleándose con todos los reinos que hay en el planeta, sin demasiado éxito. Los Vuldrok atacan todas las naves y colonias que pueden saquear y escapan. Nosotros y la Liga estamos intentando organizar y controlar a los Orbitales y de paso molestar a los Hazat en todo lo que podemos, incluyendo subvencionar a contratistas particulares. De hecho, hay muchos de ellos, Orbitales y de la Liga, que van de colonia en colonia vendiendo lo que pueden saquear de los Hazat, en el planeta o en sus naves, como los piratas en la historia de Terra Santa.

Toma un trago y se dirige a cada uno de vosotros.

No es el sistema más agradable que visitar, Lady Sophia, pero seguro que encontráis inspiración. Mientras decidís si seguís vuestro camino, podéis alojaros en mi casa.

Sir Shandrakor, no sé qué servicio tenéis que realizar aquí, pero tampoco me lo contaréis a menos que necesitéis ayuda. Igualmente, sois bienvendio en mi casa.

Barón Kilij, en Galapaga podéis conocer a algún miembro de la Hermandad Corsaria, que es el nombre que se han puesto los corsarios y piratas que pululan por aquí. Os podrán contar historias en los bares, pero si queréis saber bien como funciona, deberéis uniros a ellos o conseguir una nave y contratarlos.

Se acomoda en la silla, vuelve a tomar la copa y sonríe de forma amistosa:

Lo que sí me gustaría saber es la relación que os une con el resto de pasajeros de la nave, puesto que han ido todos a encontrarse con un Ingeniero medio loco que intenta recuperar una nave perdida de la Segunda República.

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05/11/2011, 09:32
Shandrakor Hawkwood

Shandrakor escucha los comentarios del Conde con atencion, son extrañas las situaciones que les expone pero aun asi no se esperaba menos ya que los enfrentamientos entre las familias viven dodne estas. Cuando oye su ultimo comentario no puede evitar levantar minimamente una ceja para responder.

- Veo que estais bien informado de todo lo que pasa, pero aun asi, nuestros viejos compañeros y por mi parte, eramos solo ese. Viajeros encontrados en el mismo navio para alcanzar un destino. - las palabras del Conde sobre un antiguo navio le habian sorprendido, tal cosa aun existian y seguro seria una gran conquista para quien lo encontrara. - ¿Que intereis teneis vos en ese asunto , Conde?

Sabia que su familiar, tenia algun plan en mente y sabia que ellos estaban alli seguramente para algo mas.

 

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06/11/2011, 18:28
Sophia Narta Li Halan

Había asentido algo confusa, sin querer aceptar la oferta del conde.
Sonreí ante sus palabras y agradecí las palabras de Lord shandrakor rompiendo el silencio.

En efecto, compañeros de navio interestelar comenté algo fria y distante, No sabría que contarle sobre ellos. Pase casi todo el viaje en mi camarote

¿Naves de la segunda república? mis ojos brillaron de emoción mientras imaginaba aventuras sin par aunque mis gestos y modales no mostraban sino indiferencia, como siempre me habían enseñado en la rígida corte. Pero ahora deseaba no estar atada al protocolo.