Partida Rol por web

En la mansión de Adams hay mucha gente reunida cuando suena el timbre de la puerta. El mayordomo entra en la sala donde están todos reunidos e indica a los presentes:

- El villano Riddick está llamando a la puerta, está acompañado por una jovencita pelirroja. Lleva un pañuelo blanco en la mano y parece que va desarmado.

¿Un villano en la puerta de la mansión de Adams? Este pone cara de sorpresa como si tampoco lo tuviese planeado, la verdad es que tiene poco sentido teniendo en cuenta que ayer intentó acabar con alguno de vosotros...

-¿Riddick? No me suena. ¿Tendría que sonarme? -pregunta Anankaia haciendo una mueca rara con la boca- Desde luego hoy está resultando un día interesante... -como resumen del día era un poco escueto, pero no distaba mucho de la realidad. Haciendo algo de esfuerzo mental la cosa había ido así: una especie de duende volador, un tiparraco enorme y una especie de entidad mística con una espada a lo Stormbringer, luego ninjas y más ninjas, aderezados con un monstruo subterráneo gigantesco al que casi no consigue parar; después ninjas y más y más ninjas, y finalmente un supervillano llamado Riddick y una pelirroja. Y todavía no ha acabado el día...

-Bien, tenemos doble turno de patear traseros –desafío, encajando el puño ante mi busto. - ¡Un villano de relumbrón y todo! Mr. Adams, me temo que esta mansión no es lo que se dice discreta.

“Vamos, no le hagamos esperar.

Me giro y miro al mayordomo, la verdad es que... La chica tiene que ser la que se marcho cuando nos estabamos peleando.
Tiene malas compañias desde luego, sonrio a Felicia

Anankaia, el calvo le conozco, es mas le lance un par de rayos. Pero no fue personal.

Felicia, tal vez vengan a paralamentar, viene con bandera o mas bien con pañuelo blanco. Hablemos con ellos, con no hacerles caso luego si no nos gusta.

La sonrio y hago un gesto para ir a la puerta.  Es hora de ser otra vez una heroina.

Os dirigís hacia la puerta todos menos Adams y Jessica que se quedan en el salón. Escucháis a Adams murmurar algo de mudarse a otro sitio tras esta semana.

La puerta de la mansión se abre y ante Riddick y Nímede aparecen cinco rostros. A Nímede le suenan dos de ellos (una chica con traje de superhéroe blanco y el samurái) de verlos la noche pasada. Las otras dos no le suenan demasiado. Riddick se queda expectante ya que no contaba conque salieran a recibirlo cuatro héroes y entre ellas una que le lanzó un par de relámpagos.

- Quería hablar con Adams... - dice escuetamente el villano mientras estudia a los que abrieron la puerta. Le tranquiliza ver que el mayordomo le sonríe levemente aunque seguramente sea el menor de sus problemas. Por si acaso no hace ningún movimiento tras hablar.

Le miro y sonrio negando.

Me parece que el señor Adams en este momento no puede atenderle. Tendra que contarnoslo a nosotros si no tiene inconveniente.
Por cierto ¿que tal de los rayos?

Bueno, al menos parecía que no se lo iban a comer en la misma puerta; algo era algo, aunque aun los demás no se habían dignado a hablar. Eso le mosqueaba ligeramente. Obviamente el chico no le había hecho caso alguno, nunca mas iba a intentar mediar, eso de seguro.

Nos siguen unos ninjas, iguales a los del ataque en el festival, ¿podría tener la bondad de dejarnos pasar si son tan amables? Dijo con toda la educación del mundo.

-Ya nos hemos deshecho de esos ninjas en dos ocasiones y no son tanto problema cuando uno se acostumbra al ejercicio. Me llamo Anankaia... Él debe ser Riddick, pero ¿cuál es Su nombre, señorita? -dice la voluptuosa heroína con los brazos en jarras, mirando por un lado del hombro de Karen, una paso atrasada, pero no por ello menos alta o espectacular que la heroína que les había recibido con las primeras palabras.

-Ja –me hago notar. El vestíbulo de la mansión rebosa femineidad. -Que no pueda clavar un fa en quinta si no hemos atrancado ese sello de los ninjas a guantazos. ¿También habéis salido de alguno de ellos, vosotros dos?

- Déjenles pasar, - sentencio con una pequeña sonrisa - después de todo la bandera blanca para la gente de honor significa algo. - añado haciéndome a un lado - El señor Adams está ocupado, pero puede decirnos lo que desee decirle a él a nosotros. - sonrío al rapado como si no me hubiese apuñalado en su vida, aunque lo había hecho.

Sonrio por lo bajo sin que me vean  las palabras de mis compañeras femeninas.

Felicia no, a la chica la conozco del festival. Digamos que yo me quede y ella se marcho.
Me giro a Alphonse y le miro con una ceja arqueada. ¿Honor? creo que Riddick no fue muy honorable que se diga en el combate.
Me encojo de hombros y doy un paso atras y a un lado.
¿Tienen hambre? por que seguro que podemos conseguir aunque sea un sandwich

Riddick viendo que se forman dos bandos de opinión y uno de ellos podría querer cortarle la cabeza decide decir algo.

- Tengo información sobre los planes del que retó a la Liga de la Libertad, y también de los dos ataques del día de ayer. Además ahora mismo tenemos enemigos comunes -  mira a Zweig - ...entre ellos Garra. - mira al resto y añade - ...los enemigos de mi enemigo son mis amigos. Por eso quiero una tregua hasta que esto termine...

Yo solo quería llegar a casa sana y salva le dice a Karen con esa voz de..de cría, de niña, que es lo que es; aprovechando que Riddick ha hablado y que el hombre mayor les ha invitado a entrar, Nímede hace un pequeño amago para entrar en la casa, de forma tranquila y todo lo educada que se puede en esos momentos, si puede, perfecto, que no la dejan, pues...ya se vería. 

Y yo me he visto envuelta en este lío...murmura para que todos la oigan sin querer quitarle protagonismo al malote.

Miro a Riddick de reojo, no puedo creer que ni entre los malos haya honor, me parece que va a ser muy divertido esto.
Pongo mis manos enguantadas sobre los hombros de la chica y la sonrio

Lo comprendo pequeña, todos queremos siempre volver a casa sanos y salvos.
Ven, seguro que podemos encontrarte un vaso de leche para que puedas tomar

Miro a Alphonse, si quiere que entre que lo haga ya, pero como se pase le voy a lanzar un par de rayos que se le quitaran las ganas de volver a engañarnos.
De acuerdo si tiene algo que contarnos que lo haga.

Sonrío a los dos recién llegados y camino hacia la salita en la que estabamos todos antes de reunirnos con Adams, sentándome en uno de los asientos que hay en ella, espectante a ver que tiene que contarnos aquel hombre.

Nímede terminó de entrar en cuanto le dejaron, vestía con una abrigo largo celeste de lana, de estos que tienen unos bolsillos grandes a los lados y capucha, y parecía que debajo tenía unas mallas negras y calzaba unas botas infantiles de montaña marrones. Como estaba cerrado, no se podía ver mas.

"Una vaso de leche? En serio?" .........Si, nunca viene mal una tazita de leche caliente, muy amable señora Alargó esa última palabra con un tono tan monocorde que era cuanto menos raro. Pestañeo graciosamente en apariencia, mientras no perdía de vista a Riddick, normal, de cierta forma; en la mirada venía impreso el mensaje de "no la cages, ya hemos hablado de esto"

Esperó a que la guiasen o le diesen indicación de hacía donde se tenía que dirigir, no había que ser maleducada nunca, pero menos en esas situaciones.

Gracias por dejarnos entrar Sonrió muy levemente a todos los presentes.

-Bueno, si alguien estaba escuchando, ya sabe que él sabe algo. Sigamos la conversación en la sala, a puerta cerrada y bajo las protecciones de la casa, ¿vale? Seguro que el Sr. Riddick ya se imagina que vamos a estar atentos a sus movimientos, así que se comportará como un caballero. O tendremos que redecorar la casa cuando acabemos con él.

Viendo a la ¿niña? atendida, no añadió nada hacia ella, aunque la miró de reojo, cosa más bien imposible de discernir dadas las gafas de sol oscuras de Anankaia. Por su parte se echó un paso hacia un lado y cambió su postura "brazos en jarras" por otra de "por aquí".