Partida Rol por web

Álvar partió del castillo con celeridad y con todo el equipo que había solicitado para emprender tal viaje. Marcho solo por los caminos de las tierras de las tormentas, y con cuidado para no toparse con bandidos o con soldados entusiastas que no esperan la hora de derramar algo de sangre.
 En las tierras de las tormentas la gente estaba algo inhóspita, se vivía una gran tención por la situación actual de la región y era difícil hallar un lugar seguro para descansar.
 Tras abandonar la tierra de las tormentas la condición no mejoro. Las tierras de la corona también pasaron a ser un lugar poco amistoso y la tierra de los ríos había sido atacada en más de una oportunidad por un sujeto al que llaman "tormenta de mar". Los campos estaban devastados, algunas ciudades en ruinas y mucha gente se lamentaba por lo que este sujeto había hecho por la región. Los habitantes de aquella región además de ser poco amistosos estaban en guardia ante la presencia de cualquier desconocido.
 Al llegar al castillo de Aguasdulces Álvar vio que las rejas estaban bajas y hombres del ejercito de Hoster Tully hacían guardia en la puerta.

-¿Quien va? pregunto uno de ellos con un tono algo agresivo

La guerra se sentía, ya casi se respiraba en los caminos y a medida que los días se transformaban en semanas y la Tormenta pasaba a la Corona para terminar en los Ríos, el ambiente empeoraba lentamente pero de manera pareja.

La guerra transformaba a las personas y esta parecía ya tener un par de infames participantes ya instalados. Los aldeanos de las cercanías en la Tierra de los Ríos hablaban mucho de este malhechor o lo que fuese, aunque hablaban poco y se quejaban mucho. Hacía muchos años que no se vivía una guerra como esta.

Pero por fin logre el primer destino de mi viaje. Aguadulces era un castillo imponente y sus defensas eran colosales. Algo muy impresionante, o al menos lo sería si me interesaran cosas así. Por ahora toda mi atención la tenía solamente el guardia con pinta de pocos amigos.

-Ah, me llamo Argus y soy un mensajero cansado. Mi jamelgo ya apenas soporta mi peso y y mi estómago gruñe desesperado para que me compadezca de él.- dije con una falsa sonrisa cansina y un tono lento pero fuerte. -Pero como te he dicho soy mensajero y mi deber va primero. Tengo un recado para el Pez Negro.-

Los hombres se miraron entre si y luego le echaron una mirada al espía. Finalmente tras poco más de dos minutos en silencio uno de los guardias hablo.
 Espere aquí que hablare con Ser Brynden, y si quiere conservar los dientes habla de el por su nombre y su titulo.- Dijo antes de retirarse.
Pocos minutos depuse el guardia volvió con un hombre.

-Buenos días.- Dijo con respeto. -Soy la persona a la que buscas. ¿En qué puedo ayudarle? El hombre vestía como para salir a la batalla en cualquier momento. tenía puestos sus botas de acero y también una cota de malla que estaba cubierta por un jubón con el blasón de la casa Tully. Guantes de cuero y una espada lista para ser usada en cualquier momento en el que se le precise cabalgar hacia la batalla.

Al parecer había sido lo bastante convincente, aunque tal vez debería recordar que no todos parecían apreciar el apodo del Ser Brynden. Sonaba bastante bien a pesar de todo.

Cuando por fin apareció, listo para la batalla me dio mala espina. El sentimiento de que se venía un combate pronto me asalto y no iba a ser bueno andar solo en esos momentos de este lado de la muralla.

Me baje del caballo e hice una reverencia corta, como la que hacen los hombres con prisas. -Buen día a usted también Ser. Mi señor me ha encomendado la misión de encontrar su hija, lady Merida Storm y me temo que para cumplir mi cometido me veo forzado a incomodar a su persona pues usted tuvo la amabilidad de acompañarla hasta el convento que es ahora su hogar.- dije tratando de usar el tono más diplomático posible. -¿Sería tan amable de indicarme en el camino correcto?-

No había punto en ir con rodeos ni ocultarle información. Además no quería mentirle mucho si no era necesario. No conocía bien al sujeto más allá de su fama y no tenía tiempo para tantearlo. Iba a jugarme la carta del padre arrepentido...

"Ojalá sea tan noble como lo pintan..."

El hombre miro con desconfianza a Alvar, inspecciono con la vista su ropa en busca de algo que indicara que venía de parte de Lord Owen.
-Lo último que recuerdo es que me pidió que la llevara a un convento de camino a aguasdulces.- Dijo mirando a la cara al espía.
-Recuerdo que el hombre estaba muy enojado ¿Por que quiere ahora recuperar a su hija? si se me permite preguntar

Una respuesta muy general, una mirada de desconfianza y preguntas difíciles de responder. ¿Cómo demonios iba a saber por que Owen la quería de vuelta? Entendía la necesidad de traer a su hija de vuelta a su lado, pero lo de la bastarda parecía más un capricho que una necesidad.

-Le permito preguntar eso y mucho más. Lord Owen quiere reunir a su familia, dispersa en muchas partes, pues la guerra comienza y solo estando unidos saldrán adelante.- Técnicamente no era mentira, pero el Nightwing tenía más motivos que ese seguramente. Sobre todo con lo de Ragnar.

-¿Podría decirme concretamente que convento fue y como llego a él?-

El Pez negro miro nuevamente a el sujeto que se plantaba ante la puerta de Aguasdulces. Hizo una pausa de algunos segundos antes de volver a tomar la palabra. -Si, puedo decirle, pero antes debe esperarme unos minutos.- Dijo y giro sobre sus talones volviendo a meterse al interior del castillo.

Ser Brynden fue hasta la guardia, el sabia que allí podria encontrar a Merida junto con los otros arqueros. Cuando llego al lugar hizo una seña a la bastarda para que se acercara.

-Parece que tu padre te quiere de vuelta en el castillo.- Dijo el pez negro. -Hay un sujeto que quiere llevarte con el, vamos a verlo y tu decide si te quedas aqui o te vas con el

Mala señal. ¿Por que iba a necesitar un par de minutos para darle unas simples indicaciones? Olisquie el aire con un instinto parecido al que tendría un animal acorralado. Esto se podía poner muy feo.

-Lo espero aqui mismo Ser. Muchas gracias.-

Mire a ambos lados, algo nervioso pero tratando de disimular. Termine volviendo a montar el caballo, preparándome para cualquier cosa.

La visita del pez negro me tomo por sorpresa , pero antes de que pudiera saludarlo me habia dejado helada con sus palabras ..."¿Mi Padre me quiere de regreso....?", pense en mis adentros, sin mas que una leve afirmacion con la cabeza me dispuse a seguirlo, pero ya sabia cual seria mi desicion a tomar al respecto.

Tras pasar algunos minutos el Pez Negro reapareció acompañado por la bastarda de Lord Owen, Merida.

-Se que le dije a tu señor que la llevaría a un convento. Sin embargo me pareció un desperdicio. En el torneo demostró fuerza y coraje así que la uní a mi compañía.- El hombre no estaba ni avergonzado ni arrepentido de haber tomado esa decisión. -Ella ahora es una mujer de mi agrupación y solo ella tiene la decisión final de acompañarte o no.- Ser Brynden hizo un seña al espía como para que lo acompañara dentro del castillo. -Pueden usar la sala de mapas para hablar, allí no hay nadie usándola y estarán tranquilos.- El hombre freno a un paje que iba hacia la cocina. -Quiero una jarra de vino para mis invitados, también lleva una horma de queso. Todo a la sala de mapas.- Tras dar la orden siguió caminando en dirección al lugar.

 La sala de mapas era una habitación bastante bien iluminada. Llena de estantes con pergaminos polvorientos. Había una mesa en el centro con varias sillas. Sobre la mesa estaban apoyados otros pergaminos enrollados y figuras de madera que representaban tropas dispersas. Brynden quito todo de ahí justo en el momento en el que el paje entraba con las cosas solicitadas. -Bueno los dejo para que hablen.-

Cuando la vi aparecer tan rápido junto al pez negro las fichas fueron cayendo. Las explicaciones que soltara Ser Brynden ya poco me importaban. Me estaría jugando la recompensa a que la bastarda le había gustado. Había roto su promesa a Lord Owen así que o no tenía su palabra en alta estima o Merida le había resultado atractiva.

-Así sea.- dije con voz tranquila y ya segura. -Le sigo a la sala de mapas.-

Mientras avanzaba por el castillo no podía dejar de preguntarme cuantas cosas útiles podría llegar a aprender ahí. ¿Cuantos secretos habría entre estos muros que me ayudarían en mi tarea? Cuando entramos a la sala de mapas no pude evitar mirar el mapa con las figuras de tropas. Si tan solo pudiera enviarle un mensaje a Lord Owen tal vez le serían de utilidad... ¿Donde estarían peleando los Nightwing ahora?

Cuando el paje trajo las cosas sonreía agradecido al Ser y espere a que se marchara para hablar. -Lady Merida, espero me recuerde. Me llamo Alvar y soy uno de los sirvientes de vuestro padre. Me ha enviado aqui, cruzando territorio en guerra para llevarla nuevamente a su lado. El esta muy arrepentido y extraña a su familia más que nunca.-

Mire de reojo el vino y el queso. Por más ganas de beber que tuviera, no pensaba aceptar la hospitalidad de los Tully. No es que fuera muy supersticioso al respecto, pero uno nunca sabe como puede acabar un asunto como este.

Escuche al Pez negro en silencio , nada de mentiras habia en sus palabras , y me alegraba poder decidir algo por mi misma , sin que nadie abriera su boca . Camine a la sala de mapas en silencio, sin duda alguna recordaba a este sujeto , pero de momento solo le brinde una mirada fria y mi silencio.

-"Bien, era tiempos de discursos...", aun asi lo escuche respetuosa-Sinceramente me sorprende tanto su visita como sus palabras- clave una vez mas mis ojos penetrantes en el -Me alegra oir que al menos mi Padre me extraña, podra decirle de mi parte que no tengo intenciones alguna de volver al castillo, estoy mas que segura que sus hijos legitimos sabran cumplir con  los deseos de el , ya no debre preocuparse por mi....que aun asi agradezco haber pasado algunos años a su lado-No habia mucho mas para decir , amaba a mi Padre , y con esto me demostraba que el el era tan impulsivo como yo, pero ...aqui me sentia mucho mas util , pese a que pudiera morir en combate y esa muerte seria una mas y nadie me recordaria.

"Asi que no sabe nada. Esto puede ser útil."

La mire sorprendido por su falta de información con respecto a su propia familia. Entendía lo de Ragnar pues había pasado hace algunas semanas, pero lo de Constance había sido todo un escándalo y ella había estado alli.

-Milady, parece que no lo sabe asi que me tomare la libertad de informarla.- dije mientras me aclaraba la garganta y usaba un tono sutilmente bajo y pesaroso. -Lady Constance se fugo para jamás regresar durante el torneo de Harrenhall... y Ser Ragnar complotó con Ronald Nightwing para matar a Lord Owen, pero ambos fueron descubiertos, desheredados y enviados al muro para pagar sus pecados allí.-

Me pare y deje que procesara la información por unos segundos; que el impacto de la noticia calara hondo en su ser. Solo entonces continué hablando. -Ahora vuestro padre marcha a la guerra solo, como el último de su gran estirpe y temeroso de que si pereciese su muerte marcara el fin de su familia. Por eso he sido enviado, su más fiel sirviente, a buscar a sus dos hijas, a quienes ama por igual, para que lo acompañen y su corazón consiga un poco de paz.-

Escuche atenta a Alvar-Es un claro problema de mi Padre segun lo que me esta contando, lo que mis hermanos hagan o dejen de hacer calculo que el sabra como manejarlo, no veo como el regreso de una bastarda puede salvar lo que queda de la casa- El tono de voz fue sincero y directo, no habia basilacion alguna en mis palabras, eran tan fria como debian ser ante esta situacion, ¿ahora me necesita? , no lograba entender eso. Camine unos segundos por la habitacion en un silencio pensante , para luego voltear a ver al hombre.

-Lo unico que puedo hacer, si el Pez Negro me lo permite-era bueno aclarar-Es ayudarle a dar con Lady Constance, es lo unico que puedo ofrecerle-la bastarda era distante, y en este tiempo se habia vuelto un poco mas fria.

Sorprendido, muy sorprendido y difícil me fue ocultarlo. ¿Acaso nada de su familia le importaba ya? Bueno tal vez su hermana si pues se ofrecía a buscarla; pero su medio-hermano y su tío tratan de matar a su padre y... ¿Ni siquiera una reacción?¿Ni sorpresa, indignación, ira o siquiera satisfacción? Simplemente una fría indiferencia.

"Habría sido una espía y asesina de primera... Lastima no la vi yo antes que el Pez negro."

-Si realmente no os interesa volver a ver a vuestro padre no pondré objeción alguna pues es vuestra decisión pero Lord Owen no se tomara bien que Ser Brynden no haya cumplido con su palabra.- solo señalaba una verdad y no había amenaza alguna en mis palabras, solo señalaba lo obvio. -Por lo demás, acepto de muy buen grado vuestra ayuda si me la ofrecéis, pues llevo viajando solo muchas semanas y los caminos son peligrosos para un viajero solitario.-

Además la bastarda podría ayudarme a convencer a Constance, si es que la encontraba...

-Sinceramente estoy muy agradecida con el Pez Negro , por la oportunida que me ha dado de marchar en su nombre, y que bajo su estandarter halla podido aunque sea herir a la Tormenta-orgullo habia en mis palabras y no habia duda de que lo que queria era seguir con esta vida-Si debo responder ante mi Padre por su accion asi lo hare-mis palabras eran sinceras, pero a la vez desafiantes ,y se notaba que no era una persona de muy buen caracter, deje salir un suspiro-No queda mas que alistarno para el viaje , ¿tiene alguna idea de donde se pudo haber ido o con quien Lady Constance?-pregunte tomando esto como lo debia de tomar.