Partida Rol por web

Merida y Constance habian arreglado para verse en la tarde y el clima les fue propicio. Habia viento leve y el sol se alzaba sin una nube a la redonda

La cena habia sido bastante tensa e imaginaba que Hermana aun estaba algo molesta asi que la pase a buscar.No tarde mucho en dar con ella, aun caminaba por los pasillos con pasos algo apresurados.

-Constance!!-Dije con el tono algo alto para poder llamar su atencion y detener su marcha.

Enseguida reconoció la voz de más Mérida, su hermana. Cierto es que era su media hermana pero ella nunca podía llamarla así. Se volvió a ella y saludó con una sonrisa.

-Querida mía, debí reconocer que esas pisadas sólo podían ser tuyas.

Le dio un abrazo y se la colgó del brazo para empezar a caminar hacia los jardines.

-A veces me quisiera escapar pero mi corazón me mantiene presa en este sitio.

Deje que Constance tomara mi brazo y que me guiara a donde le plasca aunque los Jardines era la mejor opcion para caminar un poco. Meti mi mano libre a uno de mis bolsillos y saque un trozo de queso, le di una mordida para volver la mirada a mi hermana.

-No le digas a Padre que le robo el queso- dije entre lo que trataba de tragar el trozo de queso , para sonreirle complice a mi hermana-¿Aun sigues molesta?-pregunte directa mientras observaba lo arreglado que estaba el jardin.

Le gustaba que fuese directa, era una de las mejore cosas en las personas y apreciaba sobre todo eso en Mérida. Se lo pensó un poco antes de responder, nadie nunca había escuchado que ella pronunciara que estaba enojada con su padre y realmente no lo estaba.

-Anoche mismo hablé con él... Realmente no estoy enojada.

Con Constance nunca se sabía, siempre daba la impresión que se guardaba cosas.

-La verdad, Mérida, es que tengo miedo. Nunca he contemplado la posibilidad de dejar a mis padres, a vos... Sobre todo a Ragnar.

Posiblemente eso era lo que mas le dolía pero no se atrevía a decirlo en voz alta. Se sentó en una banca y tiró de su hermana para que se sentara con ella. Un suspiro escapó de sus labios.

La escuche atentamente tratando de creerle lo que me decia, pero antes que pudiera decirle algo me vi jalada por ella y callendo en las hierbas suabes del jardin, el dia estaba hermoso y la luz del sol reflejado en la piel de Constance hacia que luciera mas radiente que nunca.

-No te creo nada, pero comprendo tu enojo , el ser tratada como un paquete como un regalo para alianzas poderosas y de mas, debe ser horrible-Aunque yo nunca pasaria por eso...volvi mi mirada a ella-Sabes que no puedes negarte, Padre te deja hacer escenas pero cuando te de la orden de casarte con quien se le antoje no podras hacer nada....¿eres conciente de eso no?-se que era algo que ella no ignoraba, pero debia admitir que no podia hacer mucho.

Seguro tiró al pasto con su hermana y la escuchó, claro que sabía todo eso.

-Padre, me ordenará casarme como lo ha hecho otras veces y todas he espantado a sus candidatos... Pero debo reconocer que es posible que ahora ya no me permita estas conseciones.

La pelirroja respiró profundo, se mojó los labios mirando a su hermana con cierta preocupación.

-Padre puede ordenar mi boda con cualquiera que se le ocurra pero no puede obligarme a amar a alguien mas...

Apartó la vista y miró al frente. No, eso no podía ordenarlo nadie.

Mis ojos se abrieron ante la sorpresa de las palabras de mi hermana, trague salida y mire al frente, las nubes lucian genial.

-Constance eso no lo puede hacer nadie, pero dime en los tiempos que llevas de conciencia, has oido cuantos casos de miles de matrimonios arreglados , fueron por amor....muy pocos lo son..-aunque no estaba segura de cuantos habian sido por amor, pero...¿a quien amaba mi hermana?, me quede en silencio unos segundos.

-¿Puedo saberlos?-pregunte al aire arriegandome mas a un no que a un si, pero bueno, al menos queria que mi hermana entendiera que siempre la apoyaria.

Al final la pelirroja se tirò sobre la yerba, mirando al cielo azul, intentando acomodar sus ideas.

-No, no he oìdo de muchos, màs bien pocos y ya sè que es una boberìa pensar en que a mì podrìa sucederme pero bueno, no querìa perder la esperanza... Ademàs, ¿por què no podrìamos ser como los de antes? Imagina, Mèrida: una sangre pura...

Pero se incorporò y volviò a mirarla, con Constance siempre era asì: hablaba, paraba, hablaba, se sentaba, se acostaba, parecìa un manojo de nervios y que no podìa nunca estarse quieta pero su familia estaba acostumbrada a eso.

-Podrìa decìrtelo pero ni yo misma estoy segura de lo que siento, puede que estè confundida y si hablo de ello, podrìa echarlo todo a perder.

Sujetò las manos de Mèrida con suavidad y la mirò a los ojos, los azules ojos de la mayor estaban humedecidos.

-Te prometo que seràs la primera en saberlo cuando estè segura...

Cada dia que pasaba las reacciones de mi hermana me sorprendian mas, tome sus manos con la misma fuerza y confianza que ella tomaba las mia.

-Sabes que siempre hare lo posible por estar a tu lado, y te apoyare en todo-dije en un tono dulce , aunque no solia hablar asi siempre-Solo manten la calma, cuanto mas le lleves la contra a nuestro Padre peor sera-ahora mas que nunca queria saber quien habia conquistado el corazon de mi hermana, ¿sera algun sirviente?¿alguien del pueblo?..el maestro de armas??? , en fin..siempre la apoyaria fuera quien fuera.

-Solo espero que tu amor sea correspondido, y sea quien sea jamas se atreva a dañarte o podre una flecha entre sus ojos-Dije con una enorme sonrisa en mis labios, ella sabia que no bromeaba con eso jajaja.

-¿Tù me dices que mantenga la calma? Ya veràs que de alguna manera conseguirè lo que quiero.

Constance sonriò.

-Y por supuesto que tù tambièn cuentas conmigo para lo que sea. Nunca has sido mi media hermana, te quise desde que padre te trajo a aquì.

La chica no mentìa, le estaba diciendo la verdad.

-Quizàs èl te agrade y todo, asì que si no me corresponde, no podràs clavarle una flecha, querida mìa...

-Carpichosa jajajajaja-dije bromeando con ella para echarme a reir -Se que cuento contigo y aprecio mucho el cariño que me tienes, yo tambien los concidero mis hermanos, parte de sangre despues de todo compartimos ¿no?-guiñe el ojo divertida escuchandola atenta.

Su palabras me dejaron con mas duda que antes, no pude evitar sonreirle -Sabes que ahora quiero saber ¿no?, no puedes decirme eso asi como si nada jejeje-vamos Merida manten la calma no la presiones no la presiones!!

Ella asintiò, tenìan mucho de la sangre y prueba de ello eran sus cabellos rojos.

-Yo creo que ademàs de la sangre, el amor pesa.

Entonces sonriò con malicia.

-¿Te parece bonito saber antes que èl mismo lo sepa? Yo creo que el primero en saberlo tienen que ser èl y luego, bueno, luego nadie deberìa saberlo. Escucha, es muy complicado pero si sabe, si se filtra, no sòlo mi vida estarà en peligro, sino de los que sepan tambièn... Por eso he decidido averiguar què pasa primero y luego arriesgarme...

Bajò la mirada bastante preocupada, ¿y si se lo decìa a Mèrida y la ponìa en peligro? No, eso no, eso nunca.

Emboce en mi rostro una sonrisa casi burlona que se marco firme.

-Algo peligroso? la verdad me dejas sin palabras pero soy una bastarda, ¿que peligro correria? , y aunque fuese asi , sabes que lo haria por ti hermana-mis palabras eran sinceras y eso se notaba muy bien, pero cada vez que ella hablaba mas y mas del tema mi duda crecia al queres saber quien era.

La mayor de las hermanas, se volviò a tirar sobre el cesped mirando al cielo y soltò como si nada.

-Es alguien cercano a ambas, alguien que me conoce mejor que nadie y alguien a quien quizàs pierda despuès de confesarle lo que creo sentir...

No creìa, estaba segura pero era su manera de mantenerse un poco a salvo.

Al oir sus palabras me costo mucho el volver a recostarme sobre el cesped, senti como un fuego me invadia el cuerpo , ¿es quien yo creo?, voltee a ver a Constance, esto no podia ser cierto...pero solo ella podia quitarme la duda.

-Es....es quien yo creo que es...¿puede ser posible?-dije titubiando,por miedo por no saber que decir-Ragnar???-me arriesgue a decir dudando de mis propias palabras.

Constance tragò grueso, sintiò que el corazòn se le salìa del pecho. De inmediato puso una mano sobre la boca de Mèrida hacièndola callar.

-¿Estàs loca? ¿Quieres que alguien te escuche? No... Èl no...

Pero ella sabìa que era tarde, que Mèrida no iba a creerle y que estaba mal tambièn lo sabìa pero ¿què podìa ella hacer?

-No lo digas màs, es una locura... No podemos hablar de esto. Èl me va a odiar si se lo digo.

Una làgrima resbalò por la mejilla de la joven.

La reaccion de Contance me dio el si que no quise oir o no estaba preparada para oir, sus manos en mi boca impidieron que saliera palabra alguna aunque ni yo sabia que decirle esta vez. Al ver esa lagrima sobre si mejilla la tome con delicadeza, cuando mi mano libre quitaba sus manos de mi boca para poder hablar una vez mas.

-Siempre es igual hermana, tus palabras dicen algo pero tus ojos no mienten-pronunciee dulcemente, no pude evitar abrazarla para contenerla , para que sepa que no esta sola-Hay hermanita...-dije suspirando -Ya no digas mas nada, no voy a juzgarte porque no soy quien para ello....pero sabes que siempre estare a tu lado ¿si?-la aparte de mi para buscar esos hermosos ojos que ella tenia.

Ella tenìa que intentar callarlo.

-Gracias, lo sè y tù conmigo, hermana.

Se pasò el dorso de la mano por la mejilla para secar sus làgrimas y volviò a mirar a su hermana.

-Creo que no debo decirle nada a èl, es mejor que me calle lo que siento porque no podrìa soportar que èl me odiara, èl no... Pero no es Ragnar, no lo es.

Hizo un silencio y cambiò de tema.

-Ya lo conoceràs, quizàs en el torneo, ¿y tù? ¿Què me dices de tu corazòn?

Toque la punta de su nariz con mi dedo-Sabes que no te creo-tome sus dos manos poniendola sobre su pecho-Pero solo tu sabras cuando sera el momento adecuado y si debes decirlo o no , ¿esta bien?, sabes que no dire nada-agregue sonriendole en forma complice, por la memoria de mi madre, jamas dire nada de esto.

-¿Mi corazon dices?-deje que el tema fuera cambiado-Mi corazon es tan salvaje como mi alma, no me he fijado en nadie, y la verdad no veo necesidad ni apuros, prefiero mejorar como arquera-con gran orgullo pronunciaba esas palabras, no habia cosa que amara mas que mi arco y mi caballo.