Partida Rol por web

Génesis

Capítulo I. La portadora.

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13/04/2010, 19:51
Renden Cott

Al bajar, me veo separado de mis compañeros durante un instante que parece durar una eternidad. Reconozco esa voz, ¿cómo podría no reconocerla? Siento cómo se me pone la piel de gallina y me vuelvo pálido al oirle.

-Eres tú... -trago saliva- ¿Qué estás... qué...? -Antes de darme cuenta ya se ha marchado.

Malditos sean mi honor y mi mala suerte. Por Tetis, espero que no quiera que le regrese el favor que me ha hecho. Todo menos eso. Respiro hondo un par de veces para calmarme y vuelvo al grupo.

-Me llaman... Renden -le respondo con voz ausente a Samuel, una vez me vuelvo a reunir con el grupo-. Disculpadme un momento, señor.

Una vez más, me separo del grupo, esta vez con dirección a la taberna de la Trucha.

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14/04/2010, 01:52
Âllazer "Rapáz"

Sonrio ante la bella sacerdotisa Kemita. -No me digas como dirigir mi barco y yo no te diré como curar a la gente...- Luego me giro a mi tripulación.

Notas de juego

(sigue)

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14/04/2010, 01:56
Âllazer "Rapáz"
Sólo para el director

-"Mediopalmo" Ve con un par de hombres al astillero, informa de los daños y mira cuanto nos va a costar la reparación. El resto quedaros aqui, tocareis tierra; os lo prometo, pero no la lies.... Al menos de momento.Por lo menos hasta que el barco esté reparado. No nos podemos permitir luchar contra la guardia y perder el barco porque os tomais dos copas de más....- Les digo en un susurro en idioma común pirata....

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14/04/2010, 01:59
Âllazer "Rapáz"

Tras hablar con mi segundo a bordo, éste junto con dos hombres baja y se dirige al astillero, yo bajo donde Samuel, los Kemitas, la Veneta herida y Cott. -Bien, señor Samuel, Creo que los guardias deberian echar un ojo a la empalizada; si te lo digo es por nuestra seguridad también, y os estamos informando que hemos visto varios orcos en las inmediaciones....-

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14/04/2010, 09:23
Director

La mañana va pasando bastante agitada en Aguas Bravas; la villa se encuentra revuelta por la llegada del Cuervo y de sus marinos, y la noticia se extiende al mismo tiempo que la clara luz del sol que se levanta desde el este. En el puerto, grupos de rederas sentadas en los muelles trabajan tejiendo instrumentos de pesca para sus maridos, y en el ancho río Quirón las pequeñas velas triangulares de las barcas de pesca salpican el tranquilo azul de la superficie del agua. Las puertas de la empalizada se abren, y grupos de trabajadores del campo salen para arar los cultivos que rodean el exterior del pueblo, cotilleando acerca de los recién llegados. Algunos guardias son enviados por el alcalde electo de Aguas Bravas a patrullar la empalizada, más por deferencia al encantador capitán que por dar crédito a sus palabras; los orcos siempre han estado al otro lado de las Montañas de la Ventisca, a parte de pequeños grupos que se internan en los bosques para realizar algún pillaje, así que la gente no da mucha importancia a los rumores sobre ellos.

El grupo se encuentra en el muelle, junto al navío, y Ripps, el diminuto contramaestre, sale del barco con los dos piratas más educados para comprar material en el astillero. Los demás piratas obedecen a su capitán, aunque hay alguno que protesta torciendo el morro; "Pues el bien que baja, bien que beberá si quiere...".

(Sigue...)

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14/04/2010, 09:35
Ripps Mediopalmo

El segundo de a bordo se acerca al capitán cuando baja por la pasarela; "Capitán, iremos por lo necesario para ir adecentado el barco, pero tiene que saber que las reparaciones llevarán mucho tiempo... semanas seguro. El velamen se ha perdido todo, y esos caragorrinos han incendiado también parte de la cubierta, ando con miedo de que la madera esté débil y algún marino pueda acabar en la bodega sin escaleras, no sé si me entiende... sea como sea, voy pallá. Traeremos material y empezamos ya mismo.".

(Sigue...)

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14/04/2010, 09:38
Samuel

El joven alcalde asiente a Ripps, sorprendido de su pequeño tamaño, pero tiene la suficiente educación como para no comentar el asunto. "Hay allá en el astillero carros y carretas varios, para traer maderos y clavas y cosas de construir. Yo no sé de números y barcos, pero aseguro pueden prestarte uno para traer las cosas que allá compréis, aseguro".

Luego, mientras Ripps se despide y se marcha con los dos tripulantes, echa un vistazo a la Veneta algo sorprendido. "¿Y no tiene un poco cara de rariesposa vuestra amiga?, ¿con orejas en punta y todo eso?. Bueno, veniros conmigo que acá tenemos un cura bueno arreglando huesos...", os dice guiando a Layla, al kemita que lleva a Moriela, y a Rapaz. Cott se va en otra dirección.

(Sigue...)

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14/04/2010, 11:54
Rodderick

La taberna de la Trucha es un viejo tugurio de marineros, pequeño y viejo, de una sola planta y dividido en cocinas y sala. En la sala, de disposición alargada, el mobiliario es de madera vieja y gastada. Uno de los lados está ocupado por una barra en la que tres lugareños están bebiendo cuencos de vino y charlando con tranquilidad. Pegadas a la pared del otro lado hay cuatro mesas redondas vacías, y una ocupada por Rodderick, que te hace un gesto amable para que te sientes. Al fondo te parece ver dos sombras calladas entre las sombras, hombres corpulentos que no abren la boca.

"Cuanto tiempo, ¿eh amigo?. Me alegro de verte por aquí, últimamente viajo mucho y paso por muchos sitios aburridos como el villorrio éste, así que encontrarme con una cara conocida me alegra la existencia", sonríe sin humor. "Menuda gente traes contigo, ¿eh?. Desde luego no parecen granjeros, y creeme que sé oler cuando se cuece algo grande. Y alrededor de vosotros se cuece algo grande. Algo que puede ser útil para alguien en el mercado de la información, como yo".

Con interés, se echa hacia delante en la mesa. "Te voy a contar un secreto. ¿Sabes?. Hay orcos en las inmediaciones. Pero un huevo de orcos. Un puto ejército de ellos, nunca había visto tantos juntos, y también sé que persiguen algo. Pero no sé lo qué... todavía".

Rod se echa atrás ahora, poniendo los pies sobre la mesa. "¡Posadero¡, ¡Un par de pintas y unas frituras de pescado¡", grita el cofrade. Y luego continua susurrante. "¿Qué te parece si me vas informando de lo que sucede en ese grupo de amigos que tienes?. Estoy muy interesado, y a tí te podría convenir tener un amigo como yo. Alguien como yo tiene información muy valiosa, que podría serte útil. ¿Qué me dices?. ¿Iniciamos un negocio tú y yo?", dice mientras el posadero os planta dos toscas jarras de cerámica llenas de espumosa cerveza sobre la mesa.

Notas de juego

Es tu turno ;)

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14/04/2010, 12:10
Director

Moriela abre los ojos lentamente, totalmente recuperada. Está en una sala de madera, con muebles gastados sin barnizar, tendida en un catre con colchón de paja. Un símbolo sagrado, una mandala, es el único adorno que tiene la habitación.

Instintivamente, la joven veneta enfoca su pierna malherida; está tan perfecta como hace unas horas, y no hay ni rastro del tremendo tajo propinado por el orco. Junto a ella hay dos extraños sureños, un hombre y una mujer, Intisaar y Layla, así como un tipo estrafalario, Rapaz, y un chico con aspecto de campesino, Samuel.

Un hombre mayor delgado y frágil, con una pobre túnica de lino, habla desde la puerta que comunica a la sala principal del templo de la Compasión construido en la aldea, una estructura de madera con un alto campanario y el techo muy alto. "Bueno zagala, ya andas bien. Ya os dije, el filtro curativo siempre funciona. Aunque era el último y llevaba tanto tiempo cogiendo polvo en la sacristía que temía hubiera perdido el efecto curador. Ahora perdonarme, pero me dijeron de marinos heridos en vuestro barco, voy pallá a curarlos un poco con mis artes. Mágico no soy, pero algo podré hacer por ellos, ya lo creo", dice mientras se marcha renqueando.

(Sigue...)

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14/04/2010, 12:21
Samuel

"Ya sus dije que era el mejor barbero del mundo, además de cura", sonríe el joven alcalde la ciudad. "Pero a la salida tenéis que dar limosna buena, o si no andareis torcidos todo un mes, muy mala suerte si no agradeceis sus servicios. La plata ayuda al Compasivo a ayudar a los pobres y enfermos, ¿sabéis?", asiente.

Luego ayuda a incorporarse a la joven veneta, aunque se le ve algo suspicaz cuando mira sus orejas puntiagudas. "Mucho malegro de que ya estés bien... al principio tenía miedo de que esas orejas de rariesposa trajeran mala suerte, pero ya me avisó el pater que no, que qué va, que sólo una poca de sangre tienes rara, nada más... ¿como es tu nombre, entonces?. ¿Y qué andais pensando hacer ahora que andais todos bien?".

Notas de juego

Vuestro turno ;)

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14/04/2010, 12:30
Moriela

   La veneta se dejó ayudar por Samuel, mientras intentaba poner en orden sus pensamientos. No estaba muerta: la debilidad de su cuerpo y la confusión de su mente la hacía sentir muy viva. Tampoco había sido raptada por aquellas criaturas porcinas, como había temido un latido de corazón antes antes de caer derrumbada en el suelo. Aquellos piratas habían conseguido derrotar a las bestias y la habían llevado a algún pueblo para que la curaran. Aunque no veía por ninguna parte al hombre que se había lanzado a protegerla. No todo estaba perdido, y había tenido muchísima suerte de dar con gentes tan amable. Pero Moriela no era una ingenua: la suerte y el destino eran dos ramas del mismo árbol.

   La druida parpadeó, volviendo a la realidad para contemplar el rostro inquisitivo de aquel pintoresco lugareño. 

   —Mi nombre es Moriela, buen hombre —replicó la veneta, aunque con su mirada hacía partícipe de su respuesta al resto de congregados allí. Ellos no eran como el pueblerino y el sacerdote, así que debieron estar presentes en la batalla. Con un nudo en la garganta, intentó encontrar palabras de agradecimiento a todos ellos—. Os debo la vida, a todos. Fueran cuales fueran vuestras razones, librasteis una terrible batalla por una desconocida, sin esperar una verdadera recompensa. Y me habéis traído aquí, arriesgándoos a que os persiguieran esas criaturas para que pudiera recibir ayuda. Y tú, buen hombre, has empleado unos recursos para curarme que estoy segura que reservabais para algo importante. Estoy en deuda con vosotros. Espero tener la oportunidad de saldarla algún día. 

Notas de juego

Jefe, te mandé un privado sobre una cosa que necesito saber.

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14/04/2010, 19:29
Intisaar

 

Tras depositar a la malherida en el lecho que le indicaban, Intisaar había permanecido en un segundo plano. Aún embozado, había optado por situarse junto al dintel de la puerta, los brazos cruzados ante sí, la espalda apoyada contra la pared de madera. A pesar de su actitud relajada, sus ojos penetrantes no se perdían detalle de los movimientos que se producían a su alrededor y todo en su posición daba a entender que estaba dispuesto a saltar ante cualquier sospecha. Sin embargo, al ver que la veneta recuperaba la consciencia tras su mágica recuperación la vida pareció volver a él. Descruzando los brazos salvó la distancia que le separaba del lecho y se situó junto a su hermana al tiempo que retiraba el velo que le cubría el rostro de tal forma que éste quedó enrollado entorno a su cuello. Por primera vez desde el encuentro en el bosque su rostro quedó al descubierto y, a pesar de que carecía de la belleza de su hermana, sí que impresionó por su aspecto. Terso y joven, tenía una piel morena curtida por la arena del desierto y unas facciones duras y solemnes como las piedras de la Ciudad Sagrada. Sus ojos estaban delineados en negro con kohl, de tal forma que el verde esmeralda de sus pupilas brillaba aún más, pero era su cráneo, que llevaba totalmente rapado, lo que resultaba más exótico. Un único pendiente dorado con un ank pendiendo de su oreja derecha constituía todo su adorno. Inclinando la cabeza en gesto solemne en dirección a Moriela dijo:

 

-Bienvenida al mundo de los vivos, señora. Dad las gracias a la Diosa que en esta noche aciaga ha guiado nuestros pasos hasta vos.  En cuanto a la deuda…ha sido reconocida y sellada. Que el viento sea testigo de ello- añadió de forma críptica al tiempo que se llevaba los dedos a los labios y los alzaba ligeramente hacia lo alto, haciendo el gesto para los juramentos sagrados que se empleaba en el desierto.

 

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15/04/2010, 19:25
Renden Cott

Tamborileo con los dedos sobre la mesa mientras pienso qué decirle. Me guste o no, gracias a él no estoy muerto, y tarde o temprano reclamaría algo a cambio. 

-Tenemos un trato -le digo secamente, luego mi voz baja a un susurro-. Parecéis saber bastante sobre esos jodidos cerdos. ¿Estás trabajando para alguien? -sacudo la mano en el aire-. Olvídalo, da igual.

Apoyo un brazo en el respaldo de la silla y respiro profundamente. 

-No sé qué es lo interesante de mi nuevo grupo de amigos. Dos kemitas, un pirata y una veneta. Una horda de tus condenados orcos nos atacó de camino al pueblucho este.  Hirieron a la veneta. Probablemente ya ha muerto.

Tomo una de las jarras y me la llevo a la boca en un breve trago. Limpio la espuma de mi boca con la manga de la camisa. Miro a aquellos hombres corpulentos con gesto desconfiado, pero en seguida mi vista vuelve a posarse sobre Rodderick. Apoyando la cerveza en la mesa, me inclino hacia mi viejo amigo y le digo en voz baja.

-Sabes, al pirata le parece que los orcos van tras la veneta.

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16/04/2010, 03:46
Âllazer "Rapáz"

Estoy apoyado contra la ventana, mirandome las uñas, y cuando la Veneta, Moriela como se presenta, despierta, me acerco unos pasos con una sonrisa traviesa. -Deuda?- Se ilumina mi mirada, quizás un pensamiento lascivo recorre mi mente, pero lo alejo al recordar a ésos orcos.

-Soy El capitán Âllazer "Rapáz", del Cuervo II. Ésos bichos te querían a tí, puedes iluminarnos de lo que está pasando aqui?- La pregunto haciendo una reverencia al presentarme.

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16/04/2010, 10:12
Moriela

   Moriela inclinó solemnemente la cabeza en dirección a Intisaar.

    —Que así sea —replicó con seriedad. La druida suponía que el khemita había usado una fórmula popular de su tierra natal para sellar la promesa. Ella no conocía la respuesta ritual adecuada, así que trató de darle toda la solemnidad que pudo a su ademán para no insultar al hombre.

   Después giró el rostro hacia el capitán del barco pirata. Si percibió el destello lascivo de su mirada, no dio muestras de ello.

   —Aneth ara, Rapáz —la elfa le devolvió el saludo usando el musical idioma de los venetosRespuestas, ojala las tuviera. Estoy tan perdida en esto como lo estáis vosotros. Soy una pieza importante en un juego que no termino de comprender. Es algo que yo poseo, un regalo entregado a mi por La Voz, lo que querían esas criaturas. Ese algo podía ser la llave de la salvación o la condenación de todo lo que conocemos. Lamento hablar en enigmas, pero yo misma aún no entiendo del todo lo que está ocurriendo.

   Paseó la mirada por los presentes, para ver como reaccionaban ante sus palabras.

   —Lo que sí que tengo claro es que mientras yo esté aquí, vuestro pueblo está en peligro, buen hombre —le dijo al alcalde—. Debo partir inmediatamente. 

Notas de juego

Por cierto, creo que Renden Cott no estaba presente ¿no?

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16/04/2010, 17:21
Layla

La joven sacerdotisa caminaba junto a su hermano, acomodándose al paso de este mientras transportaban a la mujer hasta la morada del curandero local. Su preocupación durante todo el viaje había sido máxima dada la gravedad de las heridas que había sufrido la veneta y no estaba dispuesta a que la acción inoportuna e inesperada de todo el que la rodeaba se interpusiera en sus objetivos. La mirada de la khemita se clavó un instante en los ojos de Rapaz, aquel hombre no entendía nada de lo que sucedía y ella no tenía tiempo para inculcar modales a los piratas, al menos no en aquel momento - La rueda enseña a todo hombre a mantener su lengua y boca selladas ante la sabiduría que otorga Sekhmet. Haras bien en recordarlo- tras decir aquello sus ojos brillaron por un instante con el poder que los años de estudio le habían otorgado, aportando al comentario un tono siniestro.

 

El templo de la Compasión donde se encontraba el cura resultó ser una pequeña sala donde tender a los heridos y ser atendidos por aquellas manos expertas. Layla respetaba todo lo que implicara constancia, trabajo y estudio, aquella no fue una excepción - Gracias por su ayuda, sin ese elixir nuestra amiga habría sufrido peor suerte- dijo mientras se aproximaba lentamente hacia donde Moriela y su hermano se encontraban - Que tus palabras viajen a su destino- concluyó  en respuesta a Intisaar inclinándose sobre la zona herida de la mujer mientras revisaba el magnífico efecto de la poción - El destino ha dispuesto que te encontráramos en el momento oportuno. Pensé que no lograría mantenerte con vida hasta llegar aquí- La voz de Layla sonaba como un leve susurro, dulce y apaciguador - Ya tendremos tiempo de hablar acerca de La Voz y los destinos que se vislumbran entre los astros, debemos partir antes de que esas criaturas nos alcancen de nuevo, espero que podamos hacernos con un medio de transporte mas veloz y menos previsible que la embarcación- dijo mientras sonreía a Samuel en un gesto mudo de clara alusión.

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18/04/2010, 09:44
Intisaar

Cita:

Es algo que yo poseo, un regalo entregado a mi por La Voz, lo que querían esas criaturas

Ante las palabras de la veneta, Intisaar sintió cómo se le erizaba la piel. Desviando la mirada hacia Layla le transmitió en silencio la importancia de ése momento. Por fin, tras meses de búsqueda habían encontrado el objeto de todos sus desvelos y no podía dejar de sentir cómo los hilos del tapiz que tejían el porvenir se iban cerrando sobre ellos, atándolos a un destino común. Un destino que estaba escrito en los astros desde el comienzo de los tiempos y cuyo camino sólo podían recorrer. Percibiendo el temor e inquietud de Moriela, el mesha se inclinó clavando sus pupilas verdes en ella, mirándola con intensidad.

-No temáis, señora, ma Slahsha y yo cuidaremos de vos y os protegeremos con nuestras vidas si es necesario- declaró con solemnidad. Luego se incorporó y, mirando alternativamente a su hermana y a la veneta añadió con acento sureño- Lleváis razón en vuestras palabras, debemos irnos y cuando antes...esos cabeza de cerdo sin duda han visto nuestro avance a lo largo del río mientras venían hacia aquí y deben estar planeando un ataque. No hay tiempo que perder...tenemos que huir...la pregunta es ¿a dónde?- sus ojos brillaron peligrosos y todo su cuerpo parecía estar conteniéndose para no pasar a la acción. Si algo le habían enseñado era a conocer sus limitaciones, y ahora que debía proteger no sólo a Layla sino también a la druida sabía que no había otra solución.- ¿Sabéis de algún sitio dónde podáis buscar refugio y protección?- indagó dirigiéndose a Moriela- Quizás podamos montar algún ardiz para despistar a esas criaturas mientras nosotros nos dirigimos hacia allí- frunció el ceño al contemplar las ideas que se le iban ocurriendo en su mente. 

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18/04/2010, 10:50
Âllazer "Rapáz"

Escucho las palabras de la Veneta y el Kemita, y miro a Samuel... -A ver, haced lo que querais, pero mientras esté mi barco aqui, reparandose, no podemos ir a ningún lado; Y es la mejor forma de viajar.

Parece ser que se tardará una semana en arreglar los daños. En esa semana ésto se puede convertir en un fuerte solido para protegeros, my lady. Aunque yo no soy tan altruista como los Kemitas, puesto que el altruismo no llena estomagos, al menos el mio y el de mis hombres....-

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18/04/2010, 12:07
Moriela

   Moriela dedicó una sonrisa franca a los khemitas. 

   —Ma serannas —les dio las gracias en su propio idioma—. En el peor momento de mi vida aparecisteis con fuego en los ojos, como los protagonistas de un cuento. Fue una tremenda suerte... y la suerte y el destino son ramas del mismo árbol. Aceptaré gustosa vuestra compañía.

   Âllazer:

Aunque yo no soy tan altruista como los Kemitas, puesto que el altruismo no llena estomagos, al menos el mio y el de mis hombres...

   La druida observó al pirata durante unos instantes con el rostro levemente ladeado. El apego a las cosas materiales sólo causaba sufrimiento. Lo esencial en la vida eran todas aquellas cosas que nadie podía arrebatar a nadie. Cualquier niño veneto sabía eso, y sin embargo aquel hombre estaba muy apegado a su barco. Iba a ser difícil que de desprendiera de él.

   —No puedo aceptar la responsabilidad de las vidas de toda esta gente para que tengáis tiempo de reparar vuestro barco, capitán —le respondió en el tono más razonable que pudo—. La mayoría no serán más que personas humildes que jamás han blandido un arma, y los guerreros... ellos deberían luchar por proteger a los suyos, no por protegerme a mi. Por mucho que me gustara viajar en barco, no podemos demorarnos tanto tiempo aquí. 

   Intisaar:

¿Sabéis de algún sitio dónde podáis buscar refugio y protección?

   Moriela negó con la cabeza.

   —Podemos correr pero no escondernos. Mantenernos en continuo movimiento parece ahora el único modo de estar a salvo.

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18/04/2010, 15:37
Âllazer "Rapáz"

-Y qué creés que pasará aunque partas de ésta aldea? Los orcos atacarán igualmente, y entoncés qué? habrás huido de aqui dejandolos desamparados si tán solo son pescadores....- Contesto con una sonrisa traviesa, aunque no falto de razón...

-Estoy deacuerdo, pero discrepo. Estoy de acuerdo en lo de que podemos correr pero no escondernos, pero estoy en desacuerdo en lo de irnos. Propongo quedarnos, esperar a que reparemos el barco e ir a la mar.-