Partida Rol por web

La ventrue interrumpe su espera de la respuesta de Judex para llevar la mano al interior de su chaqueta y coger el móvil para contestar la llamada.

-Es Rage, el sheriff...-informa al ver el nombre en la pantalla aunque el tremere también puede leerlo.- Será mejor que conteste...-se separa de él con aire disgustado ante el frío silencio de su acompañante y coge la llamada.

Llamadas. Ve y termina ya con ese tema de los lupinos. Yo y tengo una idea de los planes de batalla.

Iré a reunirme con el tercero seguro tiene algo importante que aportar a esto. Ve con cuidado 

-Al parecer la camarilla tenía efectivos en el territorio de los lupinos. Obviamente se los han merendado, imperdonable. La tregua se derrumba, malditos inútiles...no podemos luchar una guerra con tantos frentes, he acordado con Emilio que mañana iré a Trinidad, habrá parlamento. Descansemos porque mañana podría mi ultimo día en esta existencia...- se ríe volviendo a sentarse sobre su amante, echando el teléfono en el lado contrario del sofá. No era un pensamiento amargo ni descabellado, ambos sabían que todo se podía torcer en el momento más inesperado pero quien no arriesga no gana. Y era el momento del riesgo...tal vez siempre lo era.

CAPITULO I

Segunda Noche

Justo antes de que los últimos rayos del sol se consuman en el firmamento, en uno de los más oscuros y fríos rincones de aquella habitación un extraño portal se abre paso agrietando aquella realidad.

La arconte Agatha Amary aún yace descansando ajena a aquella actividad extraordinaria, una voz resuena en la mente de Judex acompañada de otras mil más llamándolo a cruzar aquella línea. 

Entrecierro un poco los ojos. Se supone el tercero había asegurado el lugar. Tendría que poner mis propios rituales?

Esto no parecía un juego. -Quienes sois y que es lo que queréis?

La misma voz le responde al arconte mientras que la intensidad de aquella magia parece ampliar el portal y las voces que le acompañan decrecen.

-Es el momento de que tu participación defina el curso de la guerra que está por iniciar, traspasa el umbral que el tercero te reclama en su mesa.-

Miro un momento a mi compañero dejo una nota y camino hacia el umbral.

Esta bien es el momento de ser algo mas que un espectador. Veamos en que puede quedar todo esto dejar de ser solo uno mas y ser lo que marque la diferiencia-digo antes de traspasarlo

La enorme reja de la entrada principal se abre dejando pasar un vehículo negro blindado el cuál ingresa rápidamente hasta las escalinatas de la fortaleza, el ghoul llama a la puerta principal de los arcontes minutos después de que se cerrara el portal de la tercera capilla.

-General Judex... solicitan su presencia en el Eliseo.- Después del aviso se escuchan los pasos del sirviente alejarse hacia el salón principal.

Miro a mi alrededor elijo algunas armas y armaduras de plata mágicas y le pongo mis rituales . Y doy órdenes a mis sirvientes guardianes mágicos, gárgolas y demás que guarden el lugar solo la arconte y yo podemos entrar.

Me vínculo telepaticamente con ellos para poder darle órdenes cuando me vaya.

Luego uso un ritual para hacer invisible a una de las gárgolas Goliath.

Y le doy órdenes de que sobrevuele el lugar del Eliseo que me siga volando siendo invisible no pasa nada y volará alto y siempre puede fusionarse en algún alféizar y parecer una estatua.

Luego llamo a un Ghoul y le digo que me lleve al Eliseo.

Un fornido ghoul enfundado en un inmaculado traje negro y con un transmisor en el oído le abre la puerta trasera del lujoso vehículo negro blindado. Enseguida se pone en marcha dejando atrás la Fortaleza Douglas para en breve internarse en la zona metropolitana de Regina.

Al ingresar a la ciudad esta enseguida se percibe herida debido al humo derivado de un enorme incendio en su bosque cercano y algunos edificios que aunque separados por varias avenidas estos arden también deliberadamente, al ingresar a las primeras calles Judex puede percibir que Regina se encuentra sitiada por varios grupos de personas que vandalizan, y golpean o roban  a cualquier ciudadano que ose salir de su casa. 

El caos reina en la ciudad mientras que los gritos feroces de grupos enfrentándose y arrojando bombas molotov, piedras o incluso realizando disparos al aire hacen que el chofer comience a conducir de manera ofensiva. El automóvil de vez en cuando tiene que esquivar vehículos incendiados, los cristales blindados y polarizados no permiten visibilidad alguna al interior del coche, sin embargo recibe varios golpes de piedras o proyectiles que al paso de aquellas turbas lo agreden solo por el hecho de pasar a gran velocidad por aquel lugar.

El coche negro ingresa a un subterráneo el cuál los conduce hacia a la entrada de un aparcadero con varios subniveles.

Un guardia vestido con uniforme de policía bancario les detiene ante la entrada con barra automática.  Al reconocer al vehículo y sin perder tiempo levanta la barra y permite el ingreso  el coche serpentea por entre varios vehículos de lujo.

Se detiene en uno de los cajones y enseguida el chofer desciende para abrirle la puerta del arconte para que esta descienda al frente unas puertas de elevador lo esperan abiertas.

El elevador parece tardar en subir dando la impresión de que el Eliseo se encuentra en alguna de las altas torres del centro de negocios de la ciudad.

Al abrirse las puertas una amplia y lujosa estancia se abre paso, a unos cuantos metros un módulo de recepción con una agradable mujer recibe al arconte con una sonrisa.

Sin decir una palabra la mujer al reconocer al arconte añade. -En un momento lo recibirá el senescal Bocafuego.-

No demora mucho en aparecer la nerviosa figura del senescal Rodrígo Bocafuego, el cuál recibe al arconte Judex con una inclinación de cabeza en señal de respeto -Su señoría... que grata sorpresa verle nuevamente.- aunque finge una especie de sonrisa no puede ocultar el nerviosismo que viene arrastrando desde que salió de la antesala al trono de Regina.

-Justo la magna príncipe Imelda ha convocado a una reunión urgente ante los terribles hechos que se han desatado esta noche en Trinidad y El Dorado, incluso ya han avanzado a los límites de Victrix Imperialis, enseguida le anuncio...- El senescal regresa apresurando el paso a la antesala por donde apareció.

La Fortaleza Douglas

Imponente una enrome construcción se alza imponente a lo lejos.

Una enorme reja de hierro oxidado con un gran monograma con 3 iniciales familiares forjado en metal se alzan a la entrada de un serpenteante camino que sube perdiéndose en un denso tramo boscoso.

Una pesada neblina obstaculiza la visibilidad en varias partes de aquella enorme construcción tornándola tenebrosa y misteriosa en medio de aquella caótica noche. 

Al detenerse la furgoneta a unos veinte metros de la entrada principal algo rompe la realidad y un agujero mágico se abre por el cuál traspasando aquel portal la imagen alta y extraña de un Kiasyd hace su aparición.

El rugido de un potente motor de motocicleta acercándose alerta a la inusual reunión.

Al detenerse la furgo el propio Chad se despabila, todo el trayecto pareciera haber ingresado en un pesado sopor que pareciera de alguna manera calmar su alocada mente, un leve escalofrío recorre su espina dorsal y lo hace temblar por un breve momento para después dejarse llevar nuevamente por la irresistible locura la cuál hace que sonriente quite el seguro de las puertas traseras y de un punta pie las abra para descender, hace un par de movimientos de calistenia antigua rayando en lo ridículo pues bien sabe que sus músculos ya no sirven. De pronto observa las puntas de sus pies, se da cuenta de que esta descalzo y las uñas de sus dedos amarillentas y descoloridas parecieran rasgar aquellas tierras.

-El suelo esta podrido.- luego sonriendo levanta la mirada hacia la fortaleza. -¡Ah!... una nueva entrada para el abismo, ¿Alguno de ustedes conoce al diablo?... ¿no?... bien... aquí le llaman el Tercero, y esta ávido de conocernos.- Escucha el motor de la motocicleta y hace una mueca de enojo. -El puto cazador... por ahora, necesitaremos todo el fuego a nuestro favor pero si logramos regresar del abismo... esa bolsa de zumo es mía.- El Malkavian regresa la mirada a sus pies. -¡Oh! necesito unos zapatos.-

De pronto observa como se rasga la realidad con un hoyo en la nada del cuál sale el Kiasyd Jorge Lara, su rostro se alegra. -¡Magia Azul! ¿También fuiste invitado a tu hora final?, me alegro, pensé que te habías adelantado...- se encoge de hombros -No todos lograremos salir de esta.- esta última frase la dice sin ningún tono emocional como prediciendo el final para cualquiera de los presentes.

El resto del camino fue mas o menos tranquilo, pero al llegar a nuestro destino quedó claro que íbamos a tener un escenario imponente para una batalla épica.

Al bajar de la furgoneta y mirarme a mi mismo no pude evitar reírme, había vuelto a la forma de rubia tonta que había escogido al principio de la noche, solo que en aquel momento tenia la ropa completamente destrozada por haber usado mi forma de combate. Sin duda en aquel lugar parecía un personaje sacado de una peli mala de miedo.

Entonces apareció aquel portal y poco después quien lo había convocado, sin duda no era un rostro que me apeteciese ver, pero en aquel momento de deber estaba por encima de los temas personales. Pero antes de que pudiese decir nada, se escuchó el sonido de una motocicleta a nuestra espalda, y aunque estaba casi segura de quien era, me puse en guardia por si acaso.

—Parece que ya está aquí nuestro inusual aliado, tranquilo Chad, cada cosa a su tiempo. Como dices, lo primero es ver si logramos salir de esta y después… ya veremos quien queda después.

Bien si ya estamos todos los invitados que empiece el puto baile que mi gatillo está inquieto, mi espada sedienta y yo tengo un hambre que soy capaz de secarme una puta vaca como mero entremes. - digo mientras cargo mi rifle y acomodo el resto de las balas en mi bolsillo.

Esta noche no había más que empezado y las cosas ya estaban fuera de control, sea lo que sea que nos aguardara dentro de esa maldita casa, estaba claro que la sangre iba a correr a raudales.

El trayecto que atraviesa la ciudad en llamas es bastante complicado sin embargo tiene lógica lo que dijo el mago, acelero y enfilo directo hacia la terracería que serpentea hacia la colina de la fortaleza.

Al llegar hasta la entrada de aquel boscoso y tenebroso lugar acelero para alcanzar la cumbre de la colina por el enrevesado camino hasta llegar a la entrada a los terrenos de aquella misteriosa mansión, paso de largo el oxidado enrejado metálico el cuál ya estaba abierto y al frente observo otro vehículo y una panda de chupones mal encarados esperando a unos cuantos metros de la entrada principal.

Disminuyo la velocidad hasta detenerme por completo a unos cuantos metros de aquellas bestias de oscuridad. Antes de apagar el motor hago rugir la moto, una vez inerte y apagado el vehículo desciendo quitándome el casco y me giro a la alforja trasera desde donde saco una pesada mochila y la cargo conmigo hasta colocarme al frente de aquella peligrosa pandilla.

-Así que a ustedes también les llegó la invitación... bien, entre más, mejor...- coloca la mochila negra en el suelo y luego me inclino para sacar una escopeta recortada del interior, me incorpora abriendo el compartimento de munición para comprobar que esta cargada, se la arrojo a Aurora. -La olvidaste en el "Motobunker"...- le digo de manera socarrona mientras que con un ademán del mentón señalo la mochila. -Aquí también se encuentran las armas del loco, las olvido en mi humvee.- 

Regreso a mi motocicleta para recargarme en lo que nos ponemos de acuerdo y enciendo un cigarrillo. -Cuando quieran ingresar "ladys".-

Al salir del portal me asombra como habia llegado a un lugar donde a la manada parecia que le tomo algun tiempo llegar en sus vehiculos, escucho lo que dice Chad e iba a responder cuando llegaron los demas y un sujeto el cual desconozco pero le hablaba con suma confianza a la lider.

Hice como si suspirara para decir:

-Las peleas ahora mismo pueden esperar, tengo que transmitirles una informacion muy importante dado que corremos mas peligro que solo el Conflicto de quien se hara con el poder de esta ciudad, para transmitir la informacion tambien necesitare la ayuda de Chad dado que el es uno de los pocos en su familia que le puede hacer honor al segubdo apodo de la misma "los visionarios"

No hablaba faltando el respeto ni nada parecido pero era cierto que lo que debia de decir podria cambiar el rumbo de este mundo en esta unica noche o dentro de dos noches.

Tengo que formar la ultima alianza para que luego si quieren matarse lo hagan tranquilamente pero esta noche no.

El cielo vuelve a rugir embravecido como si le impacientara aquella reunión que poco a poco iba conformándose a la entrada de aquella fortaleza.

Cuando todo vuelve a la relativa normalidad el ulular del viento atravesando las copas de los árboles anuncian la llegada de otro vehículo al acercarse cruzando el oxidado enrejado aquella inusual comitiva se percata del arribo de un lujoso y extravagante coche el cuál se detiene a unos metros con los faros encendidos iluminando al grupo.

Del vehículo desciende un par de figuras, su mera presencia infundirá al menos preocupación.

Después de que el chofer de aquel vehículo descendiera sin apagar los faros para abrir la portezuela izquierda trasera de la cuál lo primero que se asoma en un elegante movimiento una zapatilla de diseñador la cuál contrasta al pisar el barro negruzco de aquella propiedad sin poder evitar arrugar la nariz ante tal hecho pero sin darle mayor importancia se alza para salir una poderosa aura, arrogante como maligna. 

Su media coleta sujeta su cabello negro azabache de alguna manera reflejan los relámpagos que de vez en cuando iluminan la escena, sus negros ojos barren el horizonte sin detenerse en ninguno de los presentes en particular.

Se adelante un poco con actitud altiva y espera a que su acompañante también descienda del vehículo por si mismo, cruza los brazos y con un frío ademán con el mentón le ordena al ghoul que regrese por donde vino.

El vehículo arranca dejando a aquella singular pareja.

Con voz altiva y segura se dirige a los presentes.

-Mi nombre es Agatha Amary, primera Arconte representante en este dominio de la Justicar Camille Leduc en Tolouse Francia, sabíamos que la espada estaba hostigando esta ciudad de alguna manera pero nunca imagine encontrar una astilla de su organización en este lugar.-

Hace una mueca de desagrado mientras cruza sus brazos y luego señala a su acompañante. -Él es Judex el poderoso brazo armado de la Justicar Leduc, al parecer esta situación nos ha sobrepasado a todos por igual, por esta extraordinaria y única ocasión dejaremos nuestras enormes diferencias de lado pues el peligro que se cierne pudiera ser el fin de nuestros tiempos.-

Cada vez el lugar se mostraba más concurrido y de pronto llega un auto elegante con dos perros de la camarilla.

Al verlos instintivamente echo mano de mi espada y me preparo para partirlos por la mitad. - ¿Ductus, vamos a confiar en esta zorra o qué prefiere hacer con ellos? - pregunto con todos los músculos tensionados listo para la batalla.