Partida Rol por web

Amanece en el campamento mestizo. Os encontrais en vuestras cabañas (para algunos esta a sido la primera noche que han pasado en ellas, para otros no tanto XD), mientras a vuestro al rededor vuestros "hermanos" se esfuerzan por desperezarse.

Como sabeis hoy hay una sesion de entrenamiento en el bosque, cuyo premio es librar a la cabaña del ganador de cualquier tarea durante una semana. No podeis perder... a menos que os guste pelar patatas y lavar platos claro.

Nada mas amanece bostezo perezoso y salgo de la cama, vistiendome sin prisa para llegar a la forja. Aun es temprano y hay poca gente por el lugar.

Abro los ojos lentamente.

Cómo he podido despertarme tan pronto...

Me pregunto anonadado dándome cuenta de que estoy tirado en el suelo en lugar de en la cama. Abro un armario sin mirar y saco un par de calcetines. Era una de las raras veces que me tocaban unos del mismo par. Después de vestirme salgo de mi habitación saltando por encima de todos los trastos, un odisea que ni Ulises podría lograr y esquivando a mis hermanos para que no me echen la bronca por millonésima vez me escaqueo hacia la armería.

Después me hago con un arco para practicar un ratito y después volver a encerrarme, así que me dirijo al campo de tiro, donde estaba casi seguro de que me encontraría con Jackie, una de las pocas amigas que tengo en ese campamento.

Aun es muy pronto, pero la pesrpectiva del entrenamiento hace que me levante desganadamente, tras refrescarme la cara con agua me muevo hasta la zona de entrenamiento con la intención de calentar un poco los músculos y terminar de despertarme antes de que comience la prueba.

Jackie se despierta y se queda dando vueltas un rato en la cama, mientras sus compañeros van preparándose. Ante el ruido de sus compañeros mete la cabeza debajo de la almohada y presiona un poco sobre los oídos, aislando así el ruido de ambiente. 

Súbitamente recuerda que hoy tienen prácticas en el bosque y decide que ya es hora de levantarse. Se despereza cual felino y bosteza repetidas veces. Acto seguido, empieza a vestirse con la ropa adecuada para el entrenamiento. 

Una vez vestida sale de la cabaña a buscar su arco y unas flechas y se dirige al campo de tiro. Allí seguramente estaría Eneas, a no ser que se hubiese quedado dormido, cosa típica en él.

Como no esté en el campo, le despertaré con un cubo de agua helada...

Una vez en el campo de tiro, encuerdo el arco y lo tenso con una flecha en él. A punto de disparar estaba cuando veo a Jakie, me giro hacia ella sin destensar el arco y levantando la mano exclamo -¡Hola Jackie!- La flecha sale mal disparada y se clava a mis pies.

La vuelvo a coger rascándome el cogote con la punta por el accidente debido a mi descuido digo -Vaya, perdona...- Vuelvo a cargarlo y me giro mientras espero a que Jackie llegue a mi lado lanzando la flecha a la diana.

Damian se pone en pie de un salto en cuanto llega la hora. Está acostumbrado a despertarse temprano y quedarse un minuto de más en la cama le supone un suplicio. Recoge sus ropas y se va a darse una ducha de agua fria, para despertarse. Se viste y sale corriendo, con su mochila y el equipo necesario para la  prueba directamente hacia la zona de entrenamiento, no sin antes parar a coger un poco de comida para desayunar.

Tal y como llega a la zona de entrenamiento, deja caer su mochila al suelo, acabandose el desayuno y mirando alrededor, con el ceño fruncido, a ver quien hay por la zona

Jackie se lleva la mano a la frente. 

Este chico un día se mata...

Camina tranquila hacia él, con algo que parece una sonrisa. Por las mañanas no puedes pedirle mucha simpatía a la chica, suele tener mal despertar. 

-¿Qué pasa, Eneas?-saluda mientras prepara el arco-Es raro verte tan temprano, ya iba a ir a por un cubo de agua para despertarte.-dijo mientras disparaba a la diana. 

-Nunca has visto mi habitación ¿verdad?- Pregunto imaginándome a Jackie vadeando por todo el desorden de mi habitación haciendo equilibrios con el cubo de agua, la imagen me dibujó otra sonrisa, disparo otra flecha y termino -Además ¿por qué querías despertarme de esa manera...?- Pregunto con voz de circunstancias.

-Estoy esperando a que mi cabaña se quede vacía para volver- Contesto, pensaba quedarme ahí todo el día pero no mientras mis hermanos y hermanas estuvieran de cuerpo presente. Por supuesto, había recibido el aviso de la actividad del bosque... pero ni me acordaba.

"Vaya, No esperaba encontrar compañía tan temprano"

- Hola compañero, tenia intencion de practicar con la espada ¿te apetece probar tus fuerzas conmigo?

-No, no la he visto.-dijo preparando otra flecha. Disparó y acertó en la diana. 

Sonrió satisfecha. Miró a Eneas y continuó hablando.

-Pero me encantaría verla...-dijo guiñándole un ojo. Le gustaba hacerle bromas al chico con esas cosas, era consciente de lo nervioso que se ponía respecto a relaciones sociales se refería y le gustaba incomodarle así hasta que ella le revelaba que era broma. Pero teniendo en cuenta lo despistado que es, seguramente no pillase la broma y le diese otro sentido.

Sonrió otra vez mientras volvía a disparar. 

Mira al cielo y suelta un suspiro, levantando ligeramente los brazos

- Parece que al fin hay alguien que habla mi mismo idioma. Soy Damian, Damian Flynn - Tiende la mano mientras se agacha, rebuscando en su mochila hasta dar con la espada corta. Cuando la encuentra, la toma por la empuñadura, listo para empezar, pero sin sacarla de la vaina

- Cuando digas.

Al escuchar el comentario y ver el guiño de ojo de Jackie, la flecha de Eneas se fué tan desviada que se clavó en un árbol a quince metros de su diana.

-P-pero Jackie...- Tartamudeo nervioso y rojo como una fresa, quizás mal pensando su comentario, o puede que fuera una broma como tantas otras veces, pero con Jackie nunca se sabía cuando estaba de broma y cuando no -E...es broma ¿verdad?- Pregunto de nuevo, más nervioso por momentos.

Intentó contener la risa para alargar la broma, pero al ver la cara de Eneas tan roja y tan nervioso no pudo contenerla y empezó a reírse sin parar. 

-Claro que es broma, idiota-dijo aún riéndose. Le despeinó el pelo como le hacen a los niños pequeños y continuó:-Deberías haberte visto la cara, desde luego, si estabas dormido, te he despertado a base de bien-siguió riéndose-. Tú sí que sabes alegrarme las mañanas, Eneas.

Le sacó la lengua de forma burlona y siguió disparando.

-Será mejor que vayas a por esa flecha extraviada, si no lo haces puede que Quirón se enfade y a ver como le explicas el por qué.-soltó una risa.

-Y tú sabes como despejar el sueño de la gente, desde luego- Digo mucho más cómodo ante la confesión de que era una broma.

Suspiro más aliviado y voy a por la flecha, cuando la saco tenía la punta rota así que la desecho -Me mandará a limpiar los establos... como siempre, como odio a esos caballos alados- Digo temblando ante la posibilidad de subirme a uno de ellos -Prefiero una hidra... al menos no vuelan

Para entonces el pelo ya se había puesto en sus sitio, no había forma de despeinarme era algo que me exhasperaba completamente.

- Me llamo Alcander Terrac

Da un fuerte apretón a la mano que le tiende Damian

- Ahora mismo, en esa zona de ahí, ¿condiciones?

- Apenas llevo unos dias aquí. Así que diria de no desenvainar el arma...más que nada para no acabar troceados. Por lo demás, me da igual. ¿Paramos cuando estemos cansados o uno se rinda? - Empezó a andar hacia la parte indicada por Alcander, visiblemente impaciente por empezar.

-No creo que te mande a los establos por algo así-opinó ella. De vez en cuando, cuando castigaban a su amigo, le ayudaba o le hacía compañía, dependiendo de lo solidaria que se sintiese.-. Nunca entenderé tu miedo por las alturas, a mi me encanta volar en esos caballos.

Se dio cuenta de que había tirado casi todas las flechas, así que fue hasta la diana a recoger las que había tirado. 

-¿Cómo crees que será el entrenamiento de hoy?-preguntó mientras volvía. 

Enfrascado como estaba en terminar la coraza que dejó a medio hacer el día anterior Johan deja volar el tiempo. Al acabar los protectores de los hombros Johan decide tomarse un descanso. Johan coje sus pertrechos y da una vuelta hasta llegar al campo de tiro donde ve a un par de campistas bromeando y disparando a la diana. Johan se sienta cerca saludandoles con la mano.

-¿No es muy temprano para agujerear dianas?- Digo medio en broma medio en serio

-¿No te acuerdas cuando esa arpía intentó devorarme? Me castigaron por no avisar que me quedaba el año entero en el campamento ¡Eso se debería dar por supuesto!- Exclamo ofendido -Te gusta casi tanto como al resto de mis hermanos, sin embargo prefiero mantener los pies en la tierra... es más estable.

La miro extrañada a su pregunta -¿Cómo? ¿Qué entrenamiento? A mí no me habían dicho nada- Mentira, si lo habían dicho pero no me acordaba, recogí de nuevo mis flechas y lancé una que dió en el centro de la diana -Me pregunto si podré hacerlo cuando el objetivo se mueva...

-Hola Johan, mejor que recibir broncas de tus hermanos porque tu habitación no huela a Chanel ¿no?- Saludo al recién llegado. Johan era uno de los mejores herreros del campamento aunque no tenía tan buena relación con él sí me era conocido.