Partida Rol por web

Tras haber descansado os dirigís en un coche blindado hacia el lugar de los hechos. Solo sabéis que tenéis que acabar con el "Experimento 88" y si podéis sellar el lugar. Para ello os han dado cuatro dinamitas y vuestro equipo reglamentario. Conduce un soldado raso muy amigable llamado Raynard. Os cuenta su vida aunque no le llegáis a echar mucha cuenta. Entre el traqueteo del coche y los nervios no os apetece escuchar tonterías, aunque el tipo os cae bien. El mando de vuestra expedición fue concedido a Werner. El conductor os avisa de que pronto llegaréis.- Estamos cerca.- dice sonriendo.- ¿Qué se esconde en ese lugar? no nos dice nadie nada.- Dice a Werner.- Tu eres el que está al mando, ¿no?.- Se ajusta las gafas.

Hibamos todos dentro de un coche blindado. El chofer era un joven soldado raso que nos habló durante todo el camino, seguramente era su primera misión ya que se le veía emocionado. No le presté atención y revisé mi equipo. Tenía mi MP40, tenía balas, tenía una cantimplora con agua, herramientas necesarias, un peine, mi máquina de afeitar y un bolsito con 4 dinamitas, dispuestas a destruir por completo el "Experimento 88", no sabía que era lo que nos hibamos a encontrar, pero tampoco me importaba, estaba seguro que lo que sea, era por el bien del III Reich y la nueva Europa. Sonreí al ver mi uniforme y luego miré a mi equipo: Wolf, Bruch y el débil de Fritz. Hiba a hablarles cuando me interrumpió Reynard, el chofer.

- Silencio soldado, esta misión no es de tu incumbencia. Sigue manejando, tu aporte en esta misión será reconocido por el Fuhrer - Miré a mis hombres y proseguí - Preparen sus cosas, vamos a llegar en un momento -

Mientras nos conducían al complejo ensimismado en mis pensamientos, constataba el peso del Stg-44 que tenía en mi regazo mientras a su vez repasaba mentalmente la lista de lo que llevaba... 6 cargadores más 3 extra en la bolsa panera de la que cuelga a su vez la cantimplora de un litro de agua, la maldita p38 clavándose en mi costado con su cargador extra en la funda y dos más en los bolsillos pectorales de la guerrera en los que porta prendida la medalla de herido negra y la maldita pala plegable con la bayoneta adherida al conjunto, mi máscara antigás en su lata con su capa por si ocurriese algo indeseable y por último, unido a mi A de combate la marmita con una ración de comida, un poncho de camuflaje con uno de los camuflaje de las SS y la pequeña bolsa accesoria donde llevar los pertrechos varios...

Tal que así, pero con los cargadores del Stg en vez del Kar:

El viaje estaba siendo demasiado relajado para mi gusto, la idea de atacar una posicion de la que no sabiamos practicamente nada me era bastante desagradable. Mientras el conductor no para de hablar compruebo mi caravina sin hacerle demasiado caso, ya me gustaria estar en su pellejo.

Una vez asegurada mi arma mis pensamientos se desvian hacia nuestro objetivo, el esperimento 88, el numero dificilmente parece casual. Me pregunto que clase de cosa sera...

Sin mucho más que decir, y cortado por las palabras del soldado raso al mando, el conductor se para y os deja salir. Os encontráis ahora entre una especie de jungla, y al fondo hay una puerta de metal de rejas que da acceso a una cueva, que suponéis que es donde tenéis que ir. El problema es que tiene dos palancas, una a su derecha y otra a su izquierda. El suelo no se ve claramente, debido a unas extrañas enredaderas que se entrecruzan bajo vuestros pies. Están secas casi. Reconocéis que esta no es la fauna natural del lugar, algún maleficio o poder tiene que haber ahí dentro que haya llegado a hacer crecer plantas tan exóticas en un clima tan dispar. Las palancas están en el suelo, y son bastante largas, casi como vuestra altura.

Fritz escuchaba hablar a aquel soldado. Le caía bien, pero prefería no entablar amistad. Al fin y al cabo, acabaría yéndose de aquí. Habían puesto al mando a Werner. Le parecía bien. Era muy diferente a él y bastante cuadriculado, pero extrañamente le caía bien por haber simpatizado con su idea. A esas pequeñas cosas se aferraba incluso sin quererlo. No dijo nada durante el camino ni a la llegada, pasando desapercibido y metido en sus pensamientos.

-Verdaderamente excitante, estoy deseando ver qué es ese experimento. Un animal? Un híbrido de hombre y animal? Un ser creado de la nada? Un conjunto de ellos tal vez? 

Se apeó del vehículo junto a sus compañeros. Observó las extrañas plantas y se posicionó frente a la puerta.

-Eso son enredaderas? Al menos lo parecen. Aquí crece eso? Qué han hecho aquí? No parece natural. Y ese sistema de apertura... Va a ser divertido cómo éstos cabezas huecas intentan abrirla. 

Karl se paró ante la puerta, observándola a ver si averiguaba cómo se abría, aunque no pensaba mover un dedo de momento. Mientras tanto, repasaba mentalmente su equipo por lo que pudiera suceder.

Llevaba el fusil Kar (Del que pensaba deshacerse no muy tarde), una pistola que le habían dado y que estaba intacta con todas las balas, cuatro dinamitas, y el cuchillo que cogió del prisionero judío. 

Karl deduce que la puerta se abre tirando de una de las dos palancas, pero ¿De cuál?

Salto del coche una vez este se para, ciertamente las enormes palancas son bastante extrañas.

-¿Es que nos vamos a meter en la casa de unos gigantes?- Pregunto señalando a una de las palancas.

-Mmm.. parece que sólo podrá hacerse tirando de una de las palancas, aunque no sé cual es. Aún. Lo interesante del asunto es... Qué ocurrirá si se tira de la palanca equivocada? Estoy deseando verlo. 

Fritz creyó sonreir para sí mismo, pero se sorprendió sonriendo de verdad mientras miraba la puerta y las palancas. Cuando se dió cuenta del detalle, borró la sonrisa inmediatamente y se puso a disimular. Verificando el Kar, sacando el cargador, tirando del cierre, como quien está ocupado. Y sin dejar de mirar de reojo a sus compañeros. 

Uf, esta misión va a tener su miga siendo bajo tierra... Menos mal que tengo una linterna  (al palpar donde debería de tener una descubro que no tengo) Pienso antes de bajar el último del vehículo no porque sea cobarde sino que como veterano espero no ser el primero en recibir...

Observo como un par de pajaros vuelvan hacia una rama proxima para dar de comer a sus crias. ¡Que bonito momento para estar vivo!

Bajamos del vehículo sin siquiera mirarnos, se notaba ansiedad y nerviosismo en el equipo. Miré las extrañas plantas que crecían en el lugar e hice un gesto a mis compañeros para que se detuvieran. Fritz miraba las palancas intentando encontrar algo y sospechosamente Wolf se mantuvo detrás, al parecer tenía miedo de lo que pudiera pasar. Mientras tanto Bruch miraba un extraño pájaro tropical que voló en cuanto escuchó el ruido que hicimos al bajar.

- Soldados, tengamos cuidado con los movimientos que hagamos. Los científicos que trabajan para el Fuhrer no dejan nada descubierto y son expertos en trampas. - Miré a Fritz y continué - Fritz!, ¿Que son estas palancas?, intenta descifrar como abrir la reja, ya que con las armas no eres de utilidad, veremos si puedes aportar con tu cerebro. - Luego de la vergüenza que sufrió durante el entrenamiento, claramente no podía contar con Fritz para batallas, pero si para situaciones como esta, donde el cerebro tenía más protagonismo. Luego miré a Wolff y Bruch.

- Bruch, cubre a Fritz mientras investiga como abrir la reja con las palancas. - Recordé el pequeño gesto de cobardía que había visto en Wolff al bajar del vehículo - Wolff, atento a las indicaciones que te de Fritz, un soldado Ario no siente miedo jamás... -

Me agaché y con el cañón de mi Mp40 moví las enredaderas que estaban bajo nuestros pies por si llegaba a encontrar alguna escotilla o un suelo falso. Todavía no confiaba realmente en las capacidades de Fritz, ahora era su oportunidad para demostrar si servía para esta misión.

-En serio? Vaya por dios, se acabó la diversión. Qué será mejor? Serles útiles o hacerlo mal para que no me manden hacer nada? En ésta ocasión cederé. Yo también quiero entrar cuanto antes. No soy bueno con las armas, psé, ya lo veremos. No nos precipitemos. Puedo decidir por mí mismo en cualquier momento. 

Fritz con la cabeza agachada, se recoloca las gafas con el dedo mientras mira de reojo cómo Bruch se coloca tras él. Sin apenas moverse, gira la cabeza hacia Wolff y le habla apuntando con el dedo a una de las palancas.

-De momento sólo he podido averiguar que la pu, puerta se abre tirando de una de las palancas, pe pero no sé cu, cual.

Luego se acerca hacia más cerca de la puerta, buscando debajo de las misteriosas plantas, e investigando las palancas más de cerca, mirando por los recovecos a ver si encuentra algún mecanismo diferente en una que en la otra o algo que le indique cual puede ser la idónea. -Y si pruebo con "ábrete sésamo"? Sonríó mentalmente. 

-Quizas sean las dos a la vez Karl- Digo sonriendo- Seguro que nuestro alegre chofer puede ayudarnos con esto-Digo mientras miro sonriente al conductor.

Cuando Volker mira hacia atrás ya no había coche ni chófer. Él había hecho su trabajo que era llevaros y luego siguió su camino.

-Algunos si que son rapidos. Podria haber sido un buen piloto de stuka- Digo mientras observo la carretera.

Viendo el tamaño de las dos palancas deberemos de abrirlas entre los 4, además de que no sería descabeyado pensar que estén electrificadas...