Partida Rol por web

Silencio también.

-¿Eh, hola?, ¿Estás ahí, cielo? Bueno, no se si estás molesta. Te escribí y no dijiste nada. Mmmmm. Mira, siento haberme ido sin dejarte una nota ni nada, pero tenía que estar en la ciudad para antes de ayer. He tenido que pisarle. Y luego la reunión con ésta gente, y todo eso. Ha estado feo, no se volverá a repetir.

Hizo una pausa.

-Bueno, tengo una buena noticia. En realidad, dos. He firmado para la serie, me van a meter como villano en ésta temporada. Todavía no ruedan, comienzan en un par de meses, pero estarán con la preproducción. Lo bueno es que lo hacen en un estudio aquí en San Fierro. Tienen previsto rodar en varias partes del mundo, hasta en la India, que bien. A ver si podemos volver, por que me encantó.

Todavía no decía nada.

-También he aprovechado para hablar con uno de los coproductores. Está metido en una serie de polis, tipo criminalista. Me ha ofrecido un papel importante, y es trabajo para algunos meses, depende de los guiones y las temporadas que hagan. Le he dicho que me lo pensaría, pero que tendría una respuesta pronto. Y no se, como me decías que tenía que subir el caché, y hacer cine serio... Pero es curro. No se, quizá el caché lo tenga con la serie de los Tchaikovsky, pero de mientras está bien tener algo más o menos fijo. Por cierto, coincido en el rodaje con antiguos compañeros, entre ellos mi ex. En fin, cosas que pasan, ¿No?

Queen puso el modo “indignadisssima” ON. Escuchó con las cejas arqueadas, tan solo salió de sus labios un “Hmmm” y un breve “Oh”, tendrían que hablar largo y tendido del tema.
“Ha estado feo, no se volverá a repetir.” ¿En serio eso era todo lo que tenía que decir? ¡Tócate los cojones Mariloli! Pero el recopetín llegó al final “Por cierto, coincido en el rodaje con antiguos compañeros, entre ellos mi ex. En fin, cosas que pasan, ¿No?” y lo suelta tan tranquilo ¡Vaya huevos!
Respiró hondo, hubo un silencio, tenía tal cabreo que no le salían ni las palabras.
-Tu sabrás…- soltó enigmáticamente en un insólito cliché femenino, suspiró haciendo memoria -yo también tengo noticias. Mi tío nos regala un viaje a París por la inauguración de nuestro primer restaurante en Europa, ayer me quedé esperando para decírtelo, se supone que es nuestra luna de miel…- hizo una pausa dramática con toda la mala leche del mundo –pasado mañana tengo reunión en los Santos para un trabajito, no se cuando, el finde hay barbacoa con los del taller y a partir del lunes estaré ocupada varios días, lo digo por tus padres- ¡ZAS! –no se cuanto se van a quedar ni que van a hacer pero no es el mejor momento para que anden zascandileando- hazte cargo de ellos que para eso son tus padres chaval, tu las has liado pues ahora te toca desliarlo –por cierto, esta noche he organizado una noche de chicas en casa: Mary, Wook, Irina, Audrey y tu hermana, tú verás que haces- ¿Eso iba por esa noche, por las series o por lo de la ex? –Te dejo que tengo que conducir- dijo secamente y colgó.

Como a la morros de pato esa (la ex) se le ocurriera si quiera ponerle ojitos a su marido la dejaba calva como una pelota de bolos.

Una a una, fueron llegando a la fiesta. En principio, no venían demasiado arregladas, por que para ir a Harmony, o sea, el culo del mundo, tampoco tienes que vestirte de punta en blanco. No. Fue más una de esas fiestas de, "comenzamos de tranquis y se nos va la mano". Y la mano se fue pronto, sin duda alguna.

Corrieron ríos de alcohol, rieron, comieron como cerdas y hablaron de intimidades y chorradas varias. Unas querían bajar a San Fierro, a continuar la fiesta en algún local, otras querían llevar la fiesta allí, poniendo la música a todo trapo y despelotándose en la piscina. Triunfó primero esa opción, y hubo ahogadillas, risas y cachondeo.

La hermana de Golan resultó una tía de puta madre, que terminó contando anécdotas de su infancia, de lo más diverso. De los veranos rurales, tirándole piedras a las niñas y haciéndose rozaduras al caerse con la bicicleta. Al parecer, fue un niño bastante puñetero y rebelde, un auténtico dolor de cabeza para sus padres. Salieron también intimidades y recuerdos de todas las presentes, sobre todo, por qué no decirlo, de sus novios y antiguas parejas. Salió el tema de la ex de Golan, y del paquete que le había pillado, cuando se pasó un poco con el whisky. Quedaron entre ellas en un pacto de damas, que le iban a ir gastando putadas. No sabría de donde le venían, y se rallaría mogollón.

Queen insistió en bajar a la ciudad, y tocar las narices a los Gao en algún local de Chinatown. Pero la verdad es que estaban todas tan pasadas de rosca que no era prudente coger el coche. Eran demasiadas para que Gupta las acercara a todas a la ciudad, y decidieron seguir de tranquis, a su rollo. Terminaron durmiendo cada una tirada en un sofá, sillón o tumbona diferente. En un punto indeterminado de la noche, cuando Queen se levantó a hacer pis, escuchó unos ruidos raros y se asomó al salón, solo para pillar de refilón una escena de sexo lésbico entre Sarit e Irina. Le dolía demasiado el tarro para montar un pollo, así que volvió a la cama y allí murió tranquilamente.

Amaneció casi a mediodía, con una resaca a juego. Algunas de las chicas se habían ido, por que eran formales o tenían cosas que hacer. Abajo, en el salón, se escuchaba a Mary hablando con la hermana de Golan, cuchicheaban. No le extrañaba, por que tenían de qué cuchichear. Irina se había ido hace poco, o eso creyó entender cuando bajó, despeinada, resacosa y agujetosa. La miraron y se rieron. El reloj marcaba las 12:45.

Se acordó del móvil, y de que no lo había dejado enchufado en el cuarto. Al parecer, la había llamado Golan de manera insistente, o eso decían las chicas. Lo encontró entre unos cojines, al 50% de batería. Efectivamente, tenía como 5 llamadas perdidas del número de Golan, y un Guassup que no sabía muy bien si revisar o no. No se había presentado allí en toda la noche, y eso la mosqueaba un poco.

Sin embargo, mientras hacía un brunch, le picó la curiosidad y miró el mensaje. Y el mensaje casi le hizo caerse de la silla, para mal.

Había una foto extraña, echada con poca luz y desde un ángulo raro. Pero definitivamente era Golan, aunque estaba casi de perfil. Su cara era un mapa, llena de golpes, ensangrentada. Parecía atado a una silla, aunque como era una foto casi de busto, no podía apreciarse muy bien.

Por un momento creyó que se trataba de una broma, pero el mensaje que había a continuación no bromeaba en absoluto.

-Nihao
-¿No quieres hablar conmigo? A lo mejor ahora si.
-Fuiste muy imprudente, mira que casarte en el extranjero... Que golpe más bajo.
-Pero no te preocupes, estoy en vías de solucionar ese problema.
-¿Quieres salvar a éste saco de mierda israelí?
-Cada vez que te llame y no contestes, pasarán cosas.
 

Tenía la esperanza de que al llegar a casa Golan estuviera allí y sin mediar palabra se reconciliaran haciendo el amor antes de que apareciera la panda de “señoritas”, no tenían que hablar tenían que verse. Pero no se vieron, ni hablaron, ni nada y eso solo hacía sentirse peor a Queen. Pensó que estaría con sus padres y era mejor no interrumpir con llamadas, aun así no dejó de darle vueltas al bolo, fluctuando entre lo depresivo y lo explosivo, en cualquier caso la presión de la olla iba en aumento y con ello la cantidad de alcohol y las ideas locas. Se empecinó en ir en busca de Gao a seducirle o vete tu a saber, estaba calentica y no en el buen sentido de la palabra, pero las amigas hicieron de buenas amigas y convirtieron la juerga en terapia de grupo estilo chicas. Comer, beber, compartir intimidades y acabar de uno u otro modo medio en pelotas.
El caso es que al final acabó por perder el sentido completamente agotada.

Al despertarse extrañó a Golan, se había acostumbrado a dormir con él y esa vez no es se hubiera ido antes, es que ni siquiera había dormido allí. Ver las sábanas intactas le recordó la situación, los reproches… su primera pelea y pintaba fea… abrazó la almohada buscando su olor.

Segundo día de resaca…

En bragas y camiseta más que levantarse reptó escaleras abajo, madre de Dios, aquello parecía la colina de la hamburguesa. Emitió un quejido similar a un dinosaurio moribundo para anunciar su llegada.
Ver las llamadas perdidas la tranquilizó un poco, por lo menos había dado señales de vida y seguro que insistía porque quería volver a casa. Bendita ignorancia que tan felices nos hace…
Sacó zumo, leche, café en polvo, bacon, huevos y salchichas, tenía un hambre de caballo. Mientras ponía la sartén al fuego decidió que era el momento de responder a los mensajes, una chica debe hacerse derogar pero solo lo justo.

-Pero que c…- al principio no entendió muy bien lo que veía, la resaca y la sorpresa la desconcertaron de primeras. Cuando al fin entendió que pasaba se le cayó el plato al suelo rompiéndose en mil pedazos, por un segundo creyó que se desmallaba, le dio un bajón de tensión (de esos de sudor frío y pitido en los oídos) e instintivamente buscó apoyo en la encimera –hijodeputa!...- balbució llevándose una mano a la boca, le vino una arcada. Con el gesto desencajado miró a Mary –tiene a Golan… ese hijo de puta tiene a Golan…- de pronto le subió el color a las mejillas, encendidas entre la rabia y el miedo. Estiró el brazo enseñándole el teléfono.

Conmoción y pavor. El café que casi se atraganta, y mirar el móvil atropelladamente. La mexicana abrió la boca como si no se lo pudiera creer. Se sentía en parte responsable del asunto, por que ella había tocado los cojones al chino como la que más, reventándole un restaurante y atribuyendo el golpe al terrorismo islámico.

-Pinche puto guajolote cabrón -soltó de corrido- Ese pinchi puto, ese escuincle cabrón...

Sarit no entendía del todo, no de momento. Pero el teléfono acabó en sus manos finalmente, mientras Mary hablaba.

-Llama a tu amigo el cojo, carnal. Al Lester ese, el de Las Venturas. Si están usando su sesular lo puedes rastrear. Y vamos a por esos cabrones, les parto la pinche madre si hase falta.

Ovarios le sobraban.

Miró la foto del móvil sin entender. Por que estaba borrosa, y por que no quería creérselo. Escuchó lo que hablaban, mientras el corazón le palpitaba fuertemente en el pecho. La reacción inmediata fue mirarlas, escucharlas. Nosequé de un chino, parecía un secuestro. ¿Cosas de mafias y dinero, terroristas quizá? Ella estaba acostumbrada a vivir en el ojo del huracán, pero allí estaba pasando algo más.

-¿Ésto va en serio, tienen a Golan? -preguntó, indignada- ¿Quién, cómo...?, ¿Por qué?

La mexicana sabía que se estaban metiendo en otro marrón más. Pero no tenía ganas de, encima, estar soportando a cuñadas histéricas. Así que habló muy clarito, por que para ella la vida era blanco o negro. O lo tomabas o lo dejabas.

-Mira bonita -señaló la casa- ¿Que te crees que ésto es solo por negosios legales, eh? Noooo. Hay que ensusiarse las manos, y lo sabes bonita.

Negó.

-Los pinches chinos tienen la guerra declarada a los coreanos en la costa oeste, chava, y Queen no es la excepsión. Ella es una mujer de éxito y eso les toca mucho las bolas... chinas. Nosotros les jodemos los negosios, ellos van a lo personal. Hase tiempo que pensamos que haser con esos pinches cabrones por que son una fuente de putos problemas. Y ahora la han cagado, chava. Han ido a lo más santo, que es el matrimonio. Por que ese pinchi jefesillo de la mafia china, Gao, está loquito por ésta chava y la quiere solo para él. Y matará a tu pinche hermano solo para intentar quedarse con ella. Así que, nomás, o nos ayudas o te apartas y nos dejas haser. Por que la polisía no va aser una pinchi mierda por que están comprados, y lo sabemos güey. Lo sabemos bien.

Dejó un momento para que asimilara todo eso. Era mucha información.

Hizo un gesto con la mano como si hubiera escuchado demasiado. A ella los rollos del hampa le sobraban. Era un asunto de familia, y así lo veía ella. Si ella tenían esos negocios, y estaba casada con su hermano, era un asunto de la familia. Eran negocios de la familia. Y la familia, en Israel, tira mucho. Tira carros y carretas.

-Basta.

Calló un momento, con el rostro serio, las miraba con enfado evidente.

-Me da igual todo eso. Tienen a mi hermano y es, en parte, vuestra culpa. Pero no soy una maestra echandoos la bronca, no. Soy la voz de vuestra puñetera conciencia. Si habéis metido a mi hermano en éste embolado, tendréis que sacarlo de él. Y si la policía no va a ayudar, tendré que ayudaros yo, por que a mi hermano no lo va a matar nadie. No si estoy yo aquí para remediarlo.

Negó con vehemencia, dejando el móvil en la mesa.

-Ésto es Estados Unidos. Tendréis armas, ¿no? O sabréis donde conseguirlas.

Queen potó en el fregadero mientras Mary explicaba, más mal que bien, la situación. Bebió agua del grifo y se refrescó la cara, la resaca desapareció de un plumazo.
Se peinó hacia atrás recobrando el control y poniendo el cerebro a trabajar a la velocidad del rayo, las primeras ideas le venían a la cabeza cuando Sarit empezó a sonar como un Pepito Grillo tocapelotas.
¿Es que en Israel es tradición ir a casa de la gente a faltarles el respeto?
Dio un palmetazo con ambas manos en el acero para luego avanzar como un miura hacia su cuñada y cruzarle la cara de un sopapo –¡¿Quién te crees que eres?!- exclamó sin soltarla de la camiseta –mira niña, mi familia vino a américa huyendo de la mafia, trabajó muuuy duro y honradamente para levantar la empresa, pero los chinos odian a los coreanos y además quieren mi empresa para blanquear el dinero de sus negocios sucios. Han corrompido polis, contratado sicarios, manipulado, extorsionado, dado palizas, robado… a mi madre la tiraron en el bosque para que se la comieran las alimañas- clavó sus ojos en los de Sarit –si he vuelto de Corea ha sido para acabar con este asunto de una vez por todas. Golan supo desde el primer momento en que andaba metida y aunque intenté desalentarle para protegerle él decidió seguir conmigo- apretó los puños estrujando aún más la camiseta –yo no tengo la culpa de que un psicópata chino esté obsesionado conmigo- resopló -esto es mucho más complicado de lo que puedas imaginar, llevamos dos putos meses jugándonos el pellejo, he destapado una maldita célula terrorista, colaboro con la puta poli, hago malabares para hacer lo que hago sin volverme un puto demonio así que, a mi me hablas con respeto!!!- la agarró del brazo y la llevó a la puerta de la armería, tecleó la clave y abrió la puerta para mostrarle el interior –¿Quieres ayudar? Pues a este nivel estamos apostando- la empujó dentro –y ahora si hemos terminado con los discursitos y los reproches es hora de ponerse manos a la obra- iba a salir cuando se acordó de algo, posó una mano en su hombro y le habló al oído –por vuestra culpa lo último que hemos hecho Golan y yo ha sido discutir. Si le pasa algo ¿A quién deberá entonces pesarle la conciencia?- eso sonó a “no pienso olvidar ni perdonar” y riete tu de Lion Neeson en “Vendetta”… aunque Golan iba a salir de esa vivo aunque para ello tuviera que dejar China vacía de chinos.
Salió de allí para enchufar el móvil y empezar a mandar mensajes como una loca

Guassup para grupo “Chop Suei”

-Han secuestrado a Golan
-Michael ncesit l tlf d Trevor
-Lester, si t doy un nº m lo pueds triangular?
-Luis t apuntas?
-Q dics tito?
-Os adjunto l mensajito d Gao

Entonces dio un toque el móvil de Golan, si respondían pondría el manos libres

La hermana se había quedado un poco impactada por aquello. Aunque se podrían haber liado a hostias, no era plan. No era a ella a quien quería partir la jeta por aquello, desde luego. Se quedó dentro de la armería, pensativa.

Lester: Éstas cosas por el móvil no, joder. Que parecemos novatos.
Michael: ¿Han secuestrado a tu marido? No jodas.
Michael: Dame tu dirección y voy para allá con Trevor, lo recojo yo.
Lester: Si puedo, pero te lo mando por correo.
Michael: Lester, te recojo, si no esto va a ser un cachondeo.
Lester: Me llevaré una línea segura, necesitamos unos teléfonos satélite.
Michael: Ok, tu mandas.
Gun: Perdón, ¿Ésto es lo que creo que es?, ¿Han secuestrado a Golan?
Gun: Le diré a Min que se acerque con gente, para echar una mano.
Gun: Estoy reunido, pero voy donde haga falta en cuanto termine.
Michael: Ya estoy en el coche. Les, haz una maleta y me paso primero a por ti.
Lester: Ok. Espero que todo ésto se nos compense, por que no soy la madre Teresa.
Gun: El dinero no es problema, caballeros.
Luis: ¿Trabajo, entonces? En ese caso, me apunto.
Michael: Bien. ¿Ves, Les?
Lester: Si, si. Dame un minuto.

Descolgaron. La voz fría del hijo de puta al otro lado.

-Vaaaaya, vaya. ¿Que estaba, dormida?

Bueno, tenemos un pequeño problema, señorita Choi. Un problema de incompatibilidades. Por una parte, no quiero hacer daño a nadie, pero por otra, siento que no se decide a dar el paso. O los negocios, o el idilio. Por eso, voy a forzar una decisión. Podemos seguir como hasta ahora, pero lamentablemente, el señor Fehr se irá del país en unas vacaciones muy largas... permanentes.

O puede reunir en seis horas todas las escrituras de propiedad de Gozushi y la concesión del solar de la Ópera de San Fierro, y traérmelos en persona al lugar que yo le diga. En tal caso, no tendría inconveniente de devolvérselo, aunque está un poco maltrecho... Creo que se ha dado unos cuantos golpes. En éste caso, si no hay interferencia alguna ni juego sucio, consideraré que han salido de mi vida. Por lo tanto, no más carreras, ni humillaciones. Cualquier ataque contra nuestros intereses me haría tomar medidas drásticas... Y para que vea que no voy de farol...

Sonido de mover el teléfono, y la voz de Golan, algo ajada, triste.

-Cariño... soy yo. Estoy... -tosió- Estoy vivo, todavía. Ellos...

Le quitó el teléfono.

-¿Que me dice, señorita Choi?, ¿Será razonable, o vamos preparando los servicios fúnebres?

La ostia, sentía su fría sangre de lagarto incluso por teléfono. Tragó saliva al escuchar la voz quebrada de Golan, reprimió el llanto y cualquier sonido similar a un sollozo, no le daría esa satisfacción a Gao. Conteniendo la respiración se le escaparon un par de lagrimones.
-Pues sí, anoche no pude conciliar el sueño, yo quería visitarte antes del pentatlón pero no fue posible. Que cosas eh? El uno pensando en el otro…- adoptó ese tono formal extraeducado que empleaba siempre con él –me siento decepcionada, lo que tenemos va más allá de lo que ponga en un papel ¿En serio te has ofendido? ¿Dónde queda la excitación del juego? La persecución, la conquista…- sus palabras contradecían directamente a su cara, le daba un asco horrible decir esas cosas, puto chino de los cojones… -¿Juego sucio? ¿Humillaciones? No se por qué dice eso, siempre he respetado los términos de nuestro acuerdo. Me rompes el corazón… de verdad es así como quieres ganarme?- esperó en silencio si Gao efectuaba algún otro movimiento

Se rió al otro lado de la línea. Fue un buen intento de apelar a lo sentimental, o de presentarle un premio. El problema es que no puedes chantajear a una persona sin sentimientos.

-Hay reglas no escritas, señorita Choi, y ésto las rompe radicalmente. ¿Una familia feliz? Se puede alejar de San Fierro, pero no puede evitarme eternamente, no. El juego se ha acabado, estoy cansado, hastiado por tantos contratiempos. Nada personal, más bien profesional. La Tríada exige resultados rápidos.

Hubo un pequeño silencio.

-Bien, me he cansado. Veo que no puedo tenerla, por que usted ya ha dado su corazón a otro. Y si no es a él, será a otro. El caso es que me ha burlado, y eso si me sienta mal, personalmente. Por eso tengo a su marido aquí sentado, aunque ha dado guerra, no se crea.

Algo parecido a una pequeña risa.

-Ésto va de otra cosa. Va de negocios, y de los coreanos. Los coreanos que me molestan, y que han campado a sus anchas. Y eso se va a terminar, y muy pronto. Traiga lo que le he pedido, o cuando se acabe el plazo, le mandaré otra foto. Y una foto es todo lo que tendrá de él.

La llamaré una hora antes del plazo, para darle el lugar del encuentro. Sea puntual.

-AAAAAAAH!- clavó el puño en la pared cuando se acabó la llamada por no estrellar el móvil contra el suelo, en esa posición se quedó un momento cabizbaja, dejando a las lágrimas caer aunque fuera sin mohines ni sollozos –te voy a matar cabrón de mierda…- apoyó la frente.
Respiró hondo varias veces, se secó las mejillas con el dorso de la mano y volvió a coger el teléfono

Guassup grupo “Chop Suey”

-Kiere todas ls scrituras d propiedad d Gozushi
-Y la concesión dl solar dla Ópera d San Fierro
-N 6 hrs…
-Dice q llamara 1h ants
-Para concretar l lugar

Guassup para Ladlow:

-Gao tiene a mi marido
-Voy a tomar medidas
-T apunts?

Nunca estaba de más tener en plantilla a alguien que sabe falsear escenas del crimen.
Acto seguido fue hacia un armarito lacado en un lado del salón. Abrió las puertezuelas, dentro había un retrato de su padre, otro de su madre y una figurilla de la reina Seondeok, encendió una varilla de incienso y enrollándose un largo rosario en la muñeca se sentó delante. Dijo algo en coreano, una breve plegaria, con la que se les venía encima mejor tener a tus antepasados echando un cable. Hizo una reverencia y regresó donde Mary pendiente del teléfono

Gun: Le vamos a dar otra cosa.
Gun: Los chicos van de camino.
Lester: Ya tengo la localización, pero el teléfono ha comenzado a moverse. Menos mal que soy un tío rápido.
Lester: Se habrán llevado el móvil desde el zulo hasta otro sitio, pero tenemos la dirección del zulo.
Lester: Es un modus operandi clásico.
Lester: Ahora hablamos en casa.
Michael: Ese es mi Les.
Luis: Dadme una dirección. ¿Hay que llevar mucha artillería encima?

Se ha añadido a Trevor Phillips a la conversación.

Trevor: Me habíais pillado cazando con Cletus.
Trevor: ¿De que va ésto?
Michael: Les y yo vamos para tu casa, es un trabajo, de los que te gustan.
Trevor: ¿Acción?
Michael: Muchos caballeros orientales que esperan ser pasados por la picadora.
Trevor: Suena genial. ¿Hay botín?
Lester: Claro, a ellos ya no les hará falta.
Trevor: Geeeenial. Voy para la caravana.

Ladlow: ¿Ya habéis empezado?
Ladlow: Mierda, es prematuro.
Ladlow: No puedo ser visto ahí, pero puedo quitaros de encima la respuesta policial.
Ladlow: Sed rápidos, de todos modos.

5 minutos después.

Ladlow: Dime donde es, quizá puedo acercarme. Confiarán en mi.

La hermana no perdía el tiempo. Había salido del shock y se estaba armando, de momento algo ajena al plan. La que si estaba atenta era Mary, pero más bien, le interesaba su estado. El de ella. A la batalla hay que ir con la mente despejada y dejando de lado el odio, o podías cometer imprudencias y terminar con los pies por delante.

-¿Estás bien, carnal?

Sabía que no, así le dió un abrazo.

-Tienes a los mejores contigo, ¿Si? Si está bien, le traeremos de vuelta. Y si no... destruiremos esa pinche cloaca turística llena de chinos. Pero yo estaré a tu lado todo el tiempo, ¿Si? Séntrate, te nesesito fría como el asero.

Dibujó una sonrisa temblorosa, ni un minuto habían tardado todos en organizarse para ayudarla (aunque fuera por dinero). Enjugó una lagrimilla con el índice y tomó de la mano a Mary, negó con la cabeza –No- susurró y escondió la nariz como una cría cuando la abrazó –Ya… ya lo sé…- se le notaba la emoción en la voz –es solo que… le quiero tanto y tengo mucho miedo…- necesitaba llorar ese rato, soltar la mierda mental para así luego poder concentrarse.
Un rato después, no mucho, lo justo para desahogarse apoyó la cabeza en el respaldo, inspiró, expiró –Ya está… ya está…- sonrió mocosa a su prima –gracias…- le estrechó una mano afectuosa –necesitaba… pffff- hizo gesto como de echar fuera –ya sabes- se pinzó el puente de la nariz, descansó la vista dejandola perdida en el infinito –voy a cortarle la cabeza- afirmó –y la enterraré en mi jardín. Cada día lo regaré para que se lo coman los gusanos y cuando solo quede el cráneo, lo limpiaré y lo guardaré en un estuche lacado y cuando me siente a meditar lo haré mirando directamente a sus cuencas vacías- inspiró, luego giró la cara hacia su prima –¿Te parece lo suficientemente frío?- le guiñó un ojo. Lo que Mary no sabía es que para los chinos (taoístas) era sumamente importante enterrarse “enteros”, si les faltaba algún miembro los dioses les negaban la reencarnación y por tanto la redención. En el caso de Gao eso supondría ir directo al infierno. Todo un mensaje para su padre y las tríadas en general, Queen los mataría en esta vida y los condenaría en la siguiente.

Guassup para Ladlow:

-No es x gusto
-A Gao s l ha ido la pinza
-:(
-N seguid t mando la dire
-Gracias

Sarit salió de la armería que parecía un terminator
-¿Dónde crees que vas? Bastante me odian ya tus padres como para encima meter a su hija en medio de una ensalada de tiros. Ni de coña- palmeó el brazo de Mary –Dile algo!- meneó la cabeza como diciendo “menudas ideas de bombero” –Bueno… voy a ducharme, que huelo a perro, y a arreglarme para la batalla-

Se duchó y echó un buen rato. Necesitaba quitarse de encima toda aquella suciedad de la fiesta, de la resaca y del temor. Frotar su piel hasta que sacar de ella el miedo y la rabia. Se vistió luego "para la guerra", pues no iba a otra cosa. Chaleco antibalas, perneras antibalas y protecciones para los brazos, que le habían costado un dinero en lo de Mirko. A no ser que le diera por ponerse un casco militar, la cabeza siempre era una zona difícil de proteger y te recortaba la vista o la audición. Sobre éstas protecciones, la mera ropa interior, una camiseta y el mono que llevó en el asalto al casino. Sobre él, irían las cartucheras, pistoleras y demás atalaje.

Mary se pertrechó a su lado, en silencio. Cuando llegó a la ciudad no podía creer, siquiera imaginar, que la pequeña "prima" a la que no le ataba la sangre, y a la que casi no conocía, iba a ser su mejor amiga hasta la fecha. La miró un momento, mientras se ponía uno de los leggins, por que había venido con una falda, y no iba a pelear con eso. Parecía una especie de versión porno de una agente secreto, o una chica de calendario. Sonrió, por que le hacía gracia. Ella no ocultaba para nada su sexualidad, es más, estaba orgullosa de ella, y de que fuera especialmente exhuberante.

Fueron llegando los conjurados. Primero Luis, acompañado por Shabad, pues vivía más cerca que el resto. Hablaron un rato sobre el problema, mientras la hermana de Golan se mantenía preparada y sin bajarse del burro, silenciosa. En otras circunstancias, López habría hecho comentarios a las chicas, que estaban bastante guapas, así tan badass. Pero el asunto era serio, y él era un profesional.

Vino con la artillería en el maletero de su deportivo, armas conseguidas por su primo, que era traficante, y también por Yusuf, que podía comprar cualquier cosa. La más impresionante era, sin duda, la escopeta con munición explosiva, que parecía capaz de destruir coches, helicópteros o lo que se terciara con unos pocos disparos.

Después, llegó el trío de Los Santos.