Bueno, no sé muy bien lo que estoy buscando, pero en lo primero que me fijo es en los cristales, quiero ver qué se ha roto y cómo puede haberse roto. Después miro el contenido de alguna caja cercana y me fijo en las paredes, por si hubiera alguna mancha con forma de cara o algo por el estilo, cosas de ésas de las casas encantadas.
Agarro uno de los candelabros de los pasillos, lo enciendo y trato de ayudar al Kapitän iluminando desde la entrada.
La habitación no tiene mucho, parece que en principio fue un almacén y que allí guardaban algunas cajas, la mayoría se han caído, o están desperdigadas por el suelo, y buena parte de su contenido ha sido robado ya a estas alturas.
Los cristales del suelo provienen de una gran cantidad de vasijas y jarrones, que se encuentran rotos por el suelo, es difícil saber si se cayeron de manera intencionada, o acabaron ahí como muchas otras cajas... Ese sitio es deprimente.
- No parece que haya mucho por aquí, Herr. Vayamos a otra de las habitaciones. - sugiero a mis compañeros.
- Usted delante. - voy siguiendo a Herr Kapitän y alumbrando el camino para que no haya percances. Sigo a mi compañero y le dejo hacer para que vaya dibujando el mapa a su gusto.
-Sosténgame esto, por favor, vater -dijo el capitán tendiéndole el reflector-. Así podré seguir dibujando.
Kintana se apodera de otro candelabro se coloca detrás del grupo, dejando a la señora Terman que vaya delante suyo.
- Este lugar es un verdadero desastre. - Comenta con desagrado e intentando no tropezar con nada ni mancharse la ropa. Kintana empezaba a pensar que tal vez, todo aquella histora de la casa encantada, no fuese más que producto de una mente enferma. Tan solo esperaba que el resto de la casa se encontrase en mejor estado que aquella desvencijada habitación. - Si, aqui parece que no hay nada. Mejor si continuamos por otro lado.
¿A qué puerta os dirigis? La siguiente a la izquierda o la siguiente a la derecha? Ved el mapa si queréis para ver a lo que me refiero...
- No se preocupe, yo se lo sostengo Herr. - digo mientras agarro el reflector. Con el reflector en una mano y el candelabro en otra procuro ponerme a la par que el Kapitän y voy avanzando mientras iluminamos con cuidado por dónde caminamos.
Yo diría de ir por la primera a la derecha (ya que creo que por la primera a la izquierda se ha ido Peter y deberíamos dejarlo para el final).
En cualquier caso como dije sigo al Kapitän, así que la que él decida estará bien.
La siguiente a la derecha me parece bien.
Les sigo, sin decir mucho, ya que en estos momentos no puedo aportar mucho.
Los tablones del suelo de esta habitación han sido completamente destrozados, mostrando los cimientos de piedra desnuda a seis metros bajo el nivel de la entrada. El suelo parece suficientemente seguro. Paredes llenas de estanterías, se abre ante vosotros, aunque apenas hay un puñado de libros en ellas, la mayor parte de de los libros probablemente han sido robados, o fueron tirados por su decadente estado.
(Id describiéndome si alguno busca algo en concreto en la habitación o que miráis cada uno).
Herr Kapitän continúa su mapa:
John se acerca a examinar alguno de los libros. Me interesa ver la temática y sobretodo intentar calcular cuánto tiempo llevan allí. Ojeo alguno por si acaso hubiera algún papel antiguo perdido entre sus páginas...
Tirada oculta
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 26 (Exito)
a ver qué descubro...
¡Libros!, pienso, sintiéndome más cómoda. Doy un par de pasos en su dirección y me coloco al lado de John. Con los libros sí que me entiendo.
Con cuidado de no tropezar, observo los escasos libros de la estantería por si hubiese alguno de temática religiosa.
El capitán, de inclinaciones menos intelectuales que sus compañeros, levantó la vista del cuaderno para observar los tablones de madera, los cimientos, y lo que pudiera ver del piso inferior. Quería ver si la madera estaba estropeada y si el suelo había sido destruido por un derrumbamiento, una explosión o a martillazos.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 78 (Fracaso)
Jarl no veo ni el tato.
Husmeando entre los lirbos, encuentras una pila de estropeados papeles cuyo largo título es: "Quiénes eran las brujas: El papel social de las acusadas en los juicios europeos por brujería", por el Profesor R. A. Horsley de la Universidad de Miskatonic, Massachussets. Las páginas están pegadas entre sí a causa de la humedad y la pdoredumbre, y solo algunas siguen siendo legibles. Una frase parece haber sido remarcada:
Bajo la costumbre de la ley del siglo dieciseis, los sanadores y las parteras constituían hasta más de la mitad de los juicios de brujería en cieras zonas de Europa.