Partida Rol por web

El hombre se siente ligeramente abrumado por todas las preguntas. Pero va contestando poco a poco. 

- Emm... - Saca un papelito - Aquí tiene la dirección de la casa Crosswell, por si quiere ir a verla. Están arreglandola obreros, asi que hasta más tarde de las 18:00 es mejor no pasa por allí, y creo que sería mejor que pasaran mañana. Si quieren pasar aquí la noche, yo les cubriré todos los gastos. - Saca la cartera y extiende un billete de 50$ a John Kellemport - Comenzaré dándoles 50$ a cualquier otro que se apunte.

Se aclara la garganta. 

- Respecto a la situación de Peter... No conoce a nadie en esta zona. Sus padres han muerto, y no tiene ninguna familia. Asi que sus relaciones sociales son mínimas actualmente, por no decir nulas, a eso me refería con antisocial, esta en un entorno muy nuevo. - Vuelve aclararse la garganta - El cómo murieron sus padres es algo que yo no le preguntaría, no creo que se lo tomara con mucha tranquilidad, y su tía nunca me comentó demasiado sobre su muerte. 

Espera un segundo y suspira...  Tampoco tengo excesivo tiempo, debo volver a Boston. - Saca una tarjeta de su cartera. - Este es mi número de teléfono, podrán contactar conmigo aquí, si finalmente... están interesados. - Alza la vista expectante... 

-Yo estoy interresado -saltó de repente el capitán, que hasta entonces parecía dubitativo, poniéndose en pie-, pero me gustaría  saber qué clase de sucesos han ocurrido en la casa, según Peter. Y debo volver a Boston, necesito coger algunas cosas.

El hombre agarra de nuevo la cartera, y extiende otros 50$ al capitán, añadiendo también otros 10$ más. 

- Con esto cubrirá el viaje de ida y vuelta a Boston, junto con algo más de dinero por si tuviera algún otro gasto. Si va a volver usted a Boston, Señor Kellemport, puedo ofrecerle la misma oferta. Ya he dicho cubriría yo con los gastos, aunque espero que la investigación dure lo mínimo indispensable.  Ah, respondiendo a cuando murió el familiar de Kellemport, fue hace ya mucho tiempo... Cuando él era todavía un niño. Pero la herencia pasó de familiar en familiar hasta su tía, que murió hace dos meses y por juegos del destino, Peter ha adquirido de nuevo la mansión Crosswell. 

Peter... está convencido de oír fuertes golpes por la noche en la casa, no tiene claro de donde vienen... Pero esta convencido de que además de los golpes alguien habla, y oye voces. 

Pienso que solo necesita convencerse de que no hay nada allí... Muestrenle que solo está confundido... 

Muy bien. No se preocupe por mis gastos del viaje a Boston señor Ulrich... John hace un ademán negativo con la mano.

Gira la cabeza hacia el alemán: Herr Kapitän, si le parece bien podemos quedar mañana por la mañana a eso de las 11 o 12 horas para ver el pueblo. Después podríamos inspeccionar los alrededores de la casa. Y luego cuando se marchen los obreros pasamos a visitar al señor Crosswell. ¿Alguien más se apunta?

John guarda rápidamente el bloc de notas y el bolígrafo después de haber terminado de apuntar a toda velocidad las últimas palabras de Simon. Su mente ya estaba divagando acerca de todas las posibilidades que ofrecía el caso. Mañana por la mañana iba a tener un duro día de labor investigativa...

-Está bien, yo también los acompañare. Acto seguido me pongo en pie.

Sonriendo, y con un rostro un poco más aliviado, sonríe. 

- Gracias caballeros. 

Dirige su mirada  hacia las otras dos personas de la mesa, esperando una respuesta. 

Permanecí atento a todos los datos aportados por el señor Ulrich, sin hacer ningún tipo de juicio por el momento. Acostumbrado como estaba a tratar asuntos paranormales, era del todo posible que esa casa pudiera estar encantada. Tampoco era de extrañar, que el joven Crosswell, padeciese de alguna afección esquizoide.

- Interesante - Añadí, dando un breve sorbo a mi taza de té humeante. Con el pañuelo blanco me sequé ligeramente los lábios. - acepto participar en este nuevo caso. Lamentablemente, debo regresar a Boston esta misma tarde, pero estaré de regreso para reunirme con ustedes mañana al medio día. Mantendré una conversación con el señor Crosswell acerca de esas supuestas voces que oye. Podría ser que el chico padeciese de algún tipo de afección Psicologica. Estoy graduado en Psicología, además de Teología, y os puedo asegurar que la mayoría de los casos que investigo son el producto de una mente enferma. También es cierto que no siempre es así. - termino esta frase con un tono de misterio y estudio las reacciones de los presentes. En especial la del señor Kellemport - Hay cosas caballeros, que no se estudian en la universidad, y son tan reales como el suelo por el que andamos. 

Tampoco hay que descartar esos puntos tan rápidamente. Es un hecho que hoy en día hay muchos sucesos extraños sin explicación. Podría ser tan sencillo como que la casa tiene termitas o tan dramático como que al han construido encima de un cementerio indio. Tomo aire, aún incrédula de la increíble aventura que se nos acerca. En mi caso, estaré encantada de aportar todo lo que pueda a esta aventura.

-Yo la verdad es que soy un completo ignorante en asuntos esotérricos, pero he oído toda clase de historias extrañas a lo largo de mi vida. ¿Y quién sabe si son verdad o no? Si la désima parte de lo que cuentan los marineros es sierto, vivimos en un mundo realmente aterrador. Yo prefiero fiarme sólo de mis ojos, de mi brújula y del sentido común, pero no descarto nada. Y les dirré una cosa: tal vez les parezca una tontería, pero me sentiré más seguro si entro en esa casa armado, y es lo que pienso haser.

El capitán cogió su abrigo de la silla y se lo puso.

-Bueno, entonses, ¿quedamos todos mañana por la mañana, tal y como propone Herr Kellemport? Si alguno de ustedes vive en Boston y dispone de medio de transporte, yo preferirría que nos encontráramos allí, no conozco el horario de los trenes. Por mi parte, cuanto más temprano mejor, así aprovecharemos mejor la jornada.

La intención de llevar un arma por parte del capitán, me parece un tanto desproporcionada, ya que ni tan siquiera sabemos si la casa esta encantada o nó. De todas formas, no digo nada al respecto en consideración a la edad y experiencia de aquel hombre. No importa si en una casa encantada las armas no sirvan de nada. El capitan parecía hablar con la franqueza de quien esta acostumbrado a enfrentarse a dificiles situaciones, si aquel hombre consideraba oportuno llevar armas, no había ley que lo prohibiese. 

El hombre observa mientras hablais, y discutis sobre lo que le ocurre a la casa, pero sin tomar partido. Finalmente... aprovecha un segundo de silencio para comentar: 

Muchas gracias por su colaboración y ayuda. - Extiende 50$ a los que aún nos los había otorgado - Mm... pues... Yo creo que iré marchandome, ya que salvo que tengáis algo más que preguntarme, creo que no tengo mucho más que hacer aquí. Podéis contactarme en mi número de teléfono, si necesitáis cualquier cosa no dudéis en llamar. Confío en que puedan colaborar juntos, y que este desagradable asunto se termine cuanto antes. Os rogaría también que no atormentarais demasiado a señor Crosswell, dejadle tranquilo, a fin de cuentas es quien firma vuestros cheques. De nuevo, muchas gracias por todo, y ha sido un placer. 

Hace una leve inclinación de cabeza, y salvo que alguien le interrumpa, comenzará a ponerse la gabardina, el sombrero y el pañuelo para salir de nuevo a las frías calles de Devenham. 

-Buenas tardes, Herr Ulrich -se despidió el capitán con una leve inclinación de cabeza-. El gusto es nuestro.

Como no tenía nada más que decirle a aquel hombre, se volvió hacia sus nuevos compañeros de trabajo.

-¿Alguno de ustedes va parra Boston, además del Vater Kintana?

- Yo tambien me dirijo a Boston, Herr Kapitän. - le respondo al marino - Pero tengo que recoger antes cierto equipo y he de pasar por un sitio... si no va usted con prisa le puedo acercar. - Miro luego al resto - O a cualquiera de ustedes.

John revisa con la mirada a sus nuevos colaboradores intentando evaluar sus capacidades... le cuesta decidir si podra confiar en ellos en caso de que haya problemas.

Creo que es una feliz coincidencia. Yo también tengo que ir, ¿no es extraño que no nos hayamos encontrado en el tren cuando veníamos? Comenta con felicidad. Sally no necesita mucho para encariñarse con la gente, y encontrarse rodeada de personas la hace sentirse especialmente contenta.

- En tal caso - continua diciendo el padre Garibay poniendose en pie. - propongo que compartamos medio de transporte. Así tendremos la oportunidad de unificar criterios antes de llegar a casa de los Crosswell. 

Al padre Garibay le pareció una buena idea viajar en compañía de aquellos señores, así tendría la oportunidad de conocerles mejor. Si iban a trabajar juntos en ese caso que parecía tan lucrativo, prefería saber con quien iba acompañado. Aunque solia trabajar solo, en numerosas ocasiones había realizado trabajos en compañía de otros profesionales. Aunque solitario, el Padre Graribay sabía trabajar en equipo. 

-Yo he venido en coche, pero voy para Cambridge, ¿asique si les parece bien nos veremos allí mañana, a la hora que les parezca bien?  Comentaba Ryan mientras miraba a sus compañeros.

-Ecselente, ésa erra presisamente mi idea, Vater -dijo el capitán- ¿Les parese bien si nos encontramos con el Señor Ryan mañana a las 11 frente a la casa? Ya hablaremos los de Boston de cómo encontrarnos -hizo una breve pausa, mientras e mesaba la barba; tenía la sensación de que se olvidaba de algo-. Por sierto, no he tenido ocasión de presentarme, Herr Ryan, soy el Capitán Von Helmholtz. Bueno, técnicamente ya no soy capitán, perro estoy acostumbrado a que me llamen Herr Kapitän.

Y en cuanto a la comida, no se preocupen, les prepararé unos sándwiches deliciosos me enorgullezco mientras me levanto. Dejaremos la tarta de manzana para cuando resolvamos este misterio miro divertida a mis compañeros. En el fondo me siento un poco fuera de lugar: todos ellos hombres de mundos y yo, una simple ama de casa. 

Estirándole la mano al Capitán. -Encantado, yo soy el Medico Ryan Anderson.. Bueno pues si les parece bien a las 11:00 nos veremos frente a la casa.

- Completamente de acuerdo. Si les parece bien podemos ponernos en marcha. - dije levantandome y recogiendo la gabardina y el sombrero.

Me dirijo hacia la entrada del bar y espero a los que quieran venir conmigo para acercarles en coche a Boston.