Partida Rol por web

Al golpear a la criatura, me quedo con esa pose desafiante que aveces me caracteriza. Mi mirda penetra en los oscuros ojos del demonio, intentando estudiar su siguiente paso. La lucha de miradas tan solo duras unos instantes, cuando ese ser decide ocultarse con la niebla. Primero creo que debe de ser una táctica suya para el combate, pero al ver que tarda mas de lo esperado llevo a cabo una acción inconsciente; Mi mano izquierda busca la herida reciente, noto algo viscoso y resbalidizo, lo que me indica que estoy perdiende liquido vital. -¿¡DÓNDE ESTÁS!?. SAL QUE TE VEA...- Grité hacia la niebla, pero no obtenía otra respuesta que no fuera el silencio.

No había que perder mas tiempo, eché un fugaz mirada hacia el reloj y corrí hacia el interior del edificio, dejando un último mensaje a mis mascotas -Polillas, mariposas y todo insecto volador. Seguid su rastro..-

Por telepatía me comuniqué con mis amigos, y les dije que buscaran al ser que se acaba de escapar.

Alan le pide a los insectos que busquen al ser que se escondió en la niebla. Mientras tanto, él entra corriendo al museo y de allí hasta el panel en donde, insertando un código ya conocido, se encuentra en la oficina central. Las laptops están en la enorme mesa, sin embargo hay un desorden y varias de ellas yacen rotas. Entonces ve a Ludwig, tumbado en el suelo, sobre su propia sangre. Las luces de emergencia se apagan y encienden y forman una especie de espectáculo infernal.

Los insectos no han vuelto todavía y no parecen saber nada del demonio o bien lo están persiguiendo. Hay una puerta que da a un pasillo, por este se recorren varias habitaciones. En una de ellas estaban los niños que se encontraban a resguardo de la Organización.

Siguen avanzando por el ducto de ventilación, Eva siempre tiene presente que la niña es su prioridad, pero tiene que saber qué pasó con los otros pequeños. Entonces llegan a la parte que está sobre la habitación en la que guardaban a los niños. La bruja hace señas a la chiquilla para que guarde silencio y, apoyándose sobre sus codos, llega a mirar hacia abajo, hacia el cuarto.

Allí sólo hay una persona y no es un niño. Parece ser un zombie, está revisando todo lentamente, como los zombies suelen hacerlo debido a su limitada movilidad y, de tanto en tanto, se agarra la cabeza con las manos.

Eva se detiene y apoya una de sus manos en el talón de la pequeña para que también lo haga.
Observa lo que hay bajo ellas entrecerrando ligeramente los ojos, pues no parece haber nada útil o importante ahí abajo lo cuál complica las cosas... ¿quién sabe donde podrían estar los niños?

Descarta pronto la idea de intentar interrogar a ese zombie, pues los dotes mentales nunca son sus fuerte así que será mejor no perder el tiempo con él a menos que ella las encuentre... y aún así debería bastar con sencillamente correr.

Eva tira con suavidad de la niña para deshacer parte del camino recorrido y salir a cualquier otra habitación cercana que se encuentre vacía. Lo importante es resistir y protegerla hasta que pase la hora, sólo con eso  salvarían a la ciudad... quizá incluso al mundo.

No pierdo el tiempo, e introduzco rápidamente el código que me permite entrar a las oficinas centrales. Al entrar el lugar no puede ser más siniestro, todo parece indicar que ha habida una dura pelea por la sala.

Entrecierro los ojos al ver una silueta envuelta en su propia sangre. -Ludwing..- Prefiero no entretenerme en registrar el cadaver para ver cual ha sido la causa de su muerte, seguramente sea mas que evidente. Manteniendo una fija comunicación con mis insectos, finalmente decido que regresen a mi cuanto antes, ya que he permanecido demasiado tiempo sin ellos.

Sin más, me introduzco en el pasillo vigilando de reojo cada una de las habitaciones que me rodean. Cuando me doy cuenta de que en una de ellas estaban los niños que mantenían a salvo, me detengo para abrir su puerta.

Hay una sola habitación cercana. Desde allí la bruja baja y espera revisar el lugar para indicarle a la niña si es seguro. Es una especie de oficina: hay un escritorio con tres cajones, una computadora encima de él. Una lámpara eléctrica está iluminando, de manera intermitente, el sitio. Hay un bote de basura al costado con varios papeles. Una puerta verde da a la habitación anterior y una marrón a un armario amplio donde se hallan artículos mayormente de librería. El techo está iluminado por un tubo de neón que se encuentra también en el estado de la lámpara y, finalmente, hay uno de esos botellones de agua con el consabido vasito de plástico. Parece que no hay nada malo en el lugar.

Alan accionó unos botones y entró en los pasillos interiores. Allí la cosa no pintaba mejor, las luces de emergencia titilaban con intermitencia. Indicaban la presencia de enemigos adentro. Al fondo estaban las salas en donde se estaba protegiendo a los niños. Se veía una puerta a la derecha que daba a un closet, una a la izquierda que daba a otro pasillo y hacia el fondo estaba la sala de los niños, precisamente por allí se oía venir un gorgoteo, como si alguien arrastrara sus pies por una sustancia líquida. También había ductos de ventilación, tanto arriba como abajo.

Al bajar la bruja mira alrededor ceñuda, incrédula ante el hecho de que esa parte de la Organización reuslte ser en realidad tan pequeña. Parece ser que ese despacho abandonado es bastante seguro, así que ayuda a bajar a la pequeña recibiéndola en brazos y se sienta con ella en la esquina más oscura, abrazándola y manteniéndole sujeta además de protegida.

-Pronto pasará todo...- le susurra mientras le acaricia con suavidad el cabello para tranquilizarla y se mira el reloj con cierta impaciencia.
Sólo deben aguantar unos minutos más y la pesadilla terminará de forma definitiva, lo más seguro parece ser pasar desapercibidas hasta que la hora límite del ritual termine, aunque le gustaría saber donde y cómo se encuentran el resto de sus compañeros...

En estos momentos no quería ni pensar, ni decir nada. Creo que me habían identificado, y se que hay alguien escondido por estos oscuros y terrorificos pasillos. Con cautela, mi intención es avanzar hacia el pasillo del final, a sabiendas de que alguien o algo me está observando.

Alan avanza por el pasillo, atento a cualquier movimiento. Trata de percibir algo alrededor pero no tiene éxito así que sigue caminando y espera tener suerte. Entonces siente un ruido abajo, proviene del mismo suelo sobre el que está caminando. Alan se detiene, no tiene armas pero puede usar sus poderes o simplemente huir si las cosas se le van de las manos. El ruido aumenta, es como un gorgoteo, como cuando alguien mueve agua. Al principio no entiende de qué se trata hasta que mira hacia abajo y ve que una mano está saliendo del propio piso.

Eva se queda con la niña, escondida en la habitación. Mira su reloj y nota que son lazs 3:10, falta muy poco para la hora, eso tanto la tranquiliza como la preocupa... No tiene una mejor idea de qué hacer, cree que todo lo demás las pondría en riesgo. Abraza a la pequeña y se queda allí, quieta, tratando de mantener la tranquilidad. La niña no dice nada, también parece preferir el silencio pero Eva puede sentir los pequeños latidos de su corazón lleno de temor por su destino.

Al distinguir la hora en su reloj, Eva no puede evitar sonreír algo más esperanzada. Apenas diez minutos y la pesadilla habrá terminado con éxito dado que la pequeña sigue en sus brazos.

Por desgracia no todo es bueno y todavía no sabe lo que ha podido ocurrirles a ninguno de sus compañeros, lo cuál la preocupa enormemente... pero aún así tiene clara su responsabilidad principal y cuando la hora pase podrá intentar buscarles y ayudarles, deseando fervientemente que todos sigan vivos... aunque por degsracia ya ha habido algunas bajas.

Mira el teléfono móvil, muy tentada, pero al final acaba por silenciarlo y mantenerlo apretado en su mano sin utilizarlo. La descubriría demasiado y enviar un simple mensaje no le parece apropiado. Es probable que haya algo más a parte del zombie y el monstruo del exterior para haber conseguido destrozar las oficinas de esa manera.

Sigo andando, el tiempo también sigue andando a sus anchas como hace siempre. Me veo perdido, completamente perdido, pero se que tiene que estar aquí dentro mis compañeros, al menos Eva y la niña que trajimos con nosotros.

-Joder, ¿dónde coño se han metido?-

No hay sonido, no ha ruidos extraños, nada. Nada que me indique que puedan estar aquí, pero de pronto esa sensación se olvida por una mucho mas terrorífica. Una mano humana y viva sale de las baldosas del suelo como si intentara agarrarme, o eso creo. Con la mirada trato de buscar algo contundente, como una tabla de madera o similar, en su defecto, utilizo mi bota para golpear la mano y ver la reacción de la misma.

Alan coge lo primero que tiene a mano, es un matafuegos adosado a la pared. Golpea al ser, quien ya sacó medio brazo del suelo para comprobar, que el objeto pasa a través del ente como si se tratase de atravesar un líquido. Es como si esa "persona" fuera de consistencia fluída, como un ser hecho de agua o de algo similar. La sorpresa y furia hacen que el muchacho se sienta por un momento fuera de contexto. En sus muchos años de monstruo no ha conocido algo capaz de hacer eso. Puede seguir luchando o salir corriendo para seguir buscando a Eva.

Más adelante de él hay un par de puertas. Una es cercana y la otra está doblando el pasillo.

Eva siente un ruido cercano. Pasos, tal vez algún golpe, no puede decirlo con claridad. Ante los sonidos la pequeña niña se apretuja más contra ella. Lo que sí puede adivinar la bruja, sin necesidad de usar magia, es que los ruidos no provienen de la habitación en donde vió al zombie sino del pasillo. Del lugar por el atravesaron usando los ductos, esquivando el sector de donde provenía el sonido acuoso.

Eva da un pequeño respingo al distinguir el ruido, sobresaltada sobretodo por el silencio interrumpido que dominaba el lugar.

Observa la puerta con los ojos abiertos de par en par, algo alarmada. Frota la espalda de la pequeña para reconfortarla pero enseguida cae en la cuenta de que probablemente no sea ese maldito zombie... Y entonces podría ser algún superviviente de la oficina o el propio Alan. Aunque también podría ser el monstruo contra el que estaba peleando así que la decisión se vuelve difícil.

-Ven... quédate aquí escondida, enseguida vendré a buscarte, ¿vale?- susurra acompañando a la niña hasta el escritorio dejando que se agazape debajo de él. Parece un buen escondite a menos que la busquen con intensidad.

Deja ahí a la pequeña y después se dirige a la puerta, abriéndola todo lo silenciosamente posible para asomarse con cuidado al pasillo y comprobar quién se pasea por él.

Eva sale de su escondite pero le pide a la pequeña que se quede en el lugar. Da unos pasos en el pasillo tratando de ver algo y entonces ve a Alan luchando con lo que podría ser un hombre... pero hecho de líquido. Su piel es sonrosada y no parece un monstruo sin embargo, cuando Alan lo golpea con un matafuegos, el mismo traspasa al tipo como si estuviera golpeando agua. Eva no conocía esa clase de seres y Alan tampoco, al menos por la expresión de su cara.

Despego el extintor de la pared y me quedo observándole unos instantes como si diera su aprobación de que es contundente. Al ver que esa cosa cada vez se va haciendo mas grande, decido golpearle con fuerza. -Joder, que es esto..-

Sorprendido, dejo caer el extintor al suelo mientras miro a mi alrededor. Lo único que veo son pasillos y puertas, y la tensión hace que me olvide hacia donde conduce cada una de ellas. Me voy alejando de esa mano y me miro el reloj; Marca las tres y diez. De prontos mis ojos distinguen una silueta fácilmente reconocible, -¿Eva?..- al principio me quedo un poco confuso, pero cuando detecto esa mirada azul, no tengo dudas.

-Pensaba que ya no volvería a verte..-

Se que no es la mejor situación para hablar de eso ahora, así que de reojo vuelvo a mirar la mano. -¿Se te ocurre alguna forma de acabar con él?..- Añado, señalando a 'la mano' con un gesto de cabeza.

-¡Alan...!- espeta la bruja sin poder evitarlo, aunque enseguida se lleva una mano a la boca para contenerse.

Demasiado tiempo y esfuerzo les había costado permanecer en silencio y pasar desapercibidas como para ahora descubrirse en un instante, pero probablemente así era... No había podido evitarlo tras observar a su compañero todavía vivo y de una pieza, todo un logro.

-Apártate un poco, el agua conduce la electricidad- afirma con seguridad mientras unos pequeños rayos azulados empiezan a formarse entre sus dedos, hasta que tras unos segundos estira los brazos en la dirección de esa mano. Debería de dolerle al menos un poco...

Mientras lleva a cabo ese ataque, su mirada se desvía de reojo hacia la puerta de la cual acaba de salir. -Alan, asegúrate de que la pequeña sigue ahí- no se fiaba demasiado. Si había más seres como ese podrían haberse colado por cualquiera de las paredes hasta el interior de la oficina.