Partida Rol por web

Liam Murray era un tipo de acción, no tenía preguntas, alla donde le dijeran el iba y hacía lo que tenía que hacer. Sin embargo escuchó con antención la pregunta que había formulado el cabo. Era importante ir y hacer cumplir las ordenes, ¿pero como volverian?.

Aguardó de brazos cruzados en su silla escuchando todo lo que los demás decían. No le hacía mucha gracia estar rodeado de ingleses, pero era por una causa mayor. Y tenía que olvidarse de Irlanda por un tiempo al menos y concentrarse en librar al mundo de la amenaza nazi.

Cooper asiente a la pregunta mientras se pasea de un lado al otro. -Obviamente, no hay aún instrucciones exactas, pues dependerá del tiempo y método de asalto que se acuerde en el terreno con la resistencia. Sin embargo, en términos generales, tendremos que viajar a través de la planicie helada hacia el oeste, hasta la costa, a una población llamada Sauda. Son casi 200 kilómetros, por lo que calculamos, en ese terreno, unos seis a siete días de viaje. Una vez en Sauda hablaremos con la resistencia local, cuyo contacto nos proporcionará la de Rjukan, para que nos saquen de allí en barco hacia Inglaterra.-

Tras la respuesta, os mira de nuevo, a la espera de alguna pregunta más antes de dar por terminada la sesión.

Anderson se lleva la mano al mentón y asiente despacio y continuadamente, con aire pensativo. Está estudiando todos los detalles de la misión, el qué van a hacer, el cuándo van a hacerlo y, lo más importante, cómo va a ser. Tras escuchar las palabras de Cooper y la pregunta de cabo Hunt el teniente cambia de posición en la silla para estar más cómodo y se aclara la garganta para tomar la palabra.

- Entiendo. Saltándome la llegada y considerando que todo eso va a ir bien... Tengo una duda respecto a cuando nos 'escondan' nuestros colegas los noruegos. ¿Crees que habrá vigilancia nazi en el mismo? ¿Podremos estar allí normalmente cuidándonos de llamar la atención o tendremos que meternos en algún sótano esperando a que llegue la hora? - preguntó James

-Somos un grupo de treinta comandos, Anderson, dudo que nos vayan a esconder en un sótano. No, el plan es acampar en el exterior, en una zona poco o nada vigilada. Será un bonito ejercicio de supervivencia que contarán a sus nietos.-

Risas, de nuevo. El Mayor Collingwood da una palmada y da por finalizada la instrucción. El tiempo apremia y debéis estudiar los detalles de los mapas hasta conocer la zona a la perfección, además de tomar alguna lección de esquí alpino.

Dos semanas más tarde, de madrugada, subís a los bombarderos Halifax con el corazón en un puño, pero optimistas y entusiasmados de la idea de combatir de nuevo a los nazis en su terreno.

Horas más tarde, lamentando la pérdida de vuestros compañeros, os disponéis a trazar la mejor ruta para dirigiros al punto de reunión establecido con la Resistencia..

Siguiendo el plan del teniente, os dirigís hacia el oeste, atravesando la nieve helada por el frío. Hardangervidda es una planicie dura, rocosa, pero con grandes llanuras que permiten un desplazamiento rápido en esquíes. La ruta del teniente se inicia con una suave cuesta hacia arriba que os permite un esfuerzo constante pero no excesivo.

La noche empieza a ofreceros un ligero viento que levanta polvo de hielo, llenando la loma de una neblina brillante que se adhiere a la cara. POr fin alcanzáis el punto aproximado en el que la ruta de Anderson gira hacia el sur, al punto de reunión. Aquí la bajada es fuerte, hacia el valle del río Kalhov. Este es el punto más alto antes del glaciar homónimo, por lo que la bajada es fuerte y en muchos puntos, incluyendo al cruzar un camino cubierto de nieve y el propio río, debéis dejar de deslizaros para pasar esos puntos andando.

Sin embargo, calculáis que ha merecido la pena. El teniente os ha metido así por un falso valle primero y ahora os cubre el cañón del río, mucho más pronunciado hacia el este. Incluso si los alemanes provenientes de esa dirección os viesen, que es complicado, tendrían que subir primero hasta vuestra posición y luego bajar casi por donde lo habéis hecho vosotros o dar un tremendo rodeo para intentar cogeros por delante. Parece que llegar al punto de reunión antes que cualquier nazi será sencillo. ¿Llegarán también los de la Resistencia?

Ahora os toca una cuesta arriba, cansada, sin duda, pero no excesiva. POco a poco, ascendéis. Allí estáis un poco más al descubierto y seguís vigilando el este. ¿Qué es aquello? Parecen linternas. Aunque están lejos y al otro lado del cañón del río, juraríais que hay alguien moviéndose hacia donde cayeron vuestros paracaidas, pero sólo lo veis un momento, pues procuran no encender sus luces más que esos segundos. ¿Quién será? ¿Resistentes llendo a buscaros a ese punto? ¿Nazis? En cualquier caso estáis cerca del punto de reunión. Lleváis una hora y cuarto de camino y calculáis que os quedan quince minutos más.

-Mi teniente, ¿ha visto las luces en el punto de impacto?- Thomas intentaba hablar bsjo, peor el siseo producido por los esquíes al deslizar en la nieve tapaban prácticamente el burdo intento de comunicación.

Espero que no sea Krauts aquellos que estén donde aterrizamos. Sino, el rastro a seguir sería más que suficiente para acabar todos en figurillas y en una tumba anónima. Intentemos llegar lo antes posible. Nos ahorrará problemas.

El descensó en esquí había sido más que satisfactorio para el curtido soldado irlandes. Recordaba que cuando empezó a esquiar en la instrucción no se le daba nada bien y más de una vez acabó rodando por el suelo. Pero al fin había logrado aprender y ahora disfrutaba de aquel bello paisaje mientras se deslizaba suavemente entre el hielo y la dura nieve blanca.

La subida en cambió se las prometía más dura, lentamente comenzaron a ascender por la pendiente y de pronto todos pudieron ver unas luces en el lugar que habían abandonado anteriormente.

Menos mal que a los ingleses no os dió por quedaros a tomar el té... Bromeó Liam en voz baja. Bien era cierto que podían ser amigos, pero no quería quedarse allí para comprobarlo ni mucho menos.

Con paso firme pero ansioso por lo que habéis visto, llegáis al punto de reunión. Quien quiera que lo escogió sabía lo que se hacía. Una explanada en un punto desde el que se domina una importante porción de terreno alrededor, pero con una zona de rocas a unos 100 metros de vuestra posición, en un extremo, que permite esconderse con facilidad, incluso montar un campamento oculto. Parece que sois los primeros en llegar, no se ve a nadie en en sitio.