Partida Rol por web

Ragstabserva la habitación, tres puertas, fácil.

Echemos un vistazo cada uno a una si queremos ir rápido si no, podemos ir de una en una para ver qué se esconde detrás de cada una de ellas. Yo voto por la primera opción.

Dicho ésto se acerca a una de las puertas (la número 3) y espera a sus compañeros, ya sea para que cada unos se posicione delante de las otras o vengan a prepararse para enfrentarse a lo que sea que esté detrás de la puerta.

Svana se coloca junto a Ragstar con un gesto de firme determinación.

-Sea lo que sea que decidamos, lo mejor es afrontarlo juntos.- Comenta la Deva, con lam irada puesta en la puerta, mientras agarra el amuleto que cuelga de su cuello.

Dicho eso, aguardó a que el resto se decidiera.

-La "democracia" del grupo terminará sacándome de mis casillas-

Sin poder comprender por qué deben votar cada pequeo paso que damos, decido actuar en vez de esperar. Al ver a Ragstar dirigirse hacia la puerta de la derecha, yo me fijo en la del fondo (puerta 1) Y me aproximo a ella. Me dispongo a abrirla cuando mi mano se detiene. Hasta ahora, ninguna trampa ha aparecido en las puertas y se podría suponer que en esta no será distinto. pero si hay algo que he aprendido es que, la suposición es la madre de todos los errores. Con este pensamiento en mente, aparto la mano del pomo y como ya hiciera desde el principio, oteo bien la puerta con la determinación de que, de no encontrar nada raro, abrirla.

 Ragstar y Svana investigan las dos habitaciones del norte. Son solo dos pequeñas habitaciones en las que se guardaban utensilios de limpieza y otros trastos. No hay nada de valor.

Jigna se acerca a la puerta del fondo, secundado por el mago Laitnus. Al abrirse la puerta se ve una habitación bastante amplia con escasos muebles, la mayoría de ellos atriles con partituras raídas por el tiempo. Parece que esta habitación era utilizada como sala de música, pero no hay ningún instrumento a la vista.

Unas cuantas sillas destruidas adornan con sus restos el suelo desvencijado.

Al norte de esta habitación hay otra puerta.

Tras revisar varias habitaciones la Deva respira algo mas tranquila, dando gracias a Ilmater por la aparente calma que estaban disfrutando, pero sabía que aquello solo era la calma que precedía a la tempestad y era consciente de que en cualquier momento entrarían en liza con a saber que criaturas o conjuros.

-Parece que por aquí no hay nada, creo que deberíamos continuar avanzando y tratar de asegurar que esta zona está libre.- Dice señalando la puerta del fondo.

Ragstar observa las dos habitaciones de pasada. Al comentar su compañera que deben de seguir, el hace un gesto de asentimiento y se dirige hacia la puerta que falta. Con el hacha preparada para lo que tenga que venir.

Me está empezando a poner nervioso el que no haya nada en ésta maldita mansión, casi estoy por terminar y lanzarme de cabeza contra las dos estatuas de la entrada para liberar tensión.

 El elfo parece divertido al ver la reacción de Ragstar.

-Ja... pareces tenso, perrito.

Veo como el guerrero, al ver la habitación vacía, en vez de calma, su rostro refleja preocupación. Y le entiendo. Es muy extraño que aun no hayamos encontrado nada. A estas alturas, los lobos deberían habernos olido. La pregunta es ¿Se debe a que la magia del lugar inhibe su capacidad olfativa? o como creo, ¿hace rato que nos han detectado y nos tienen preparada una emboscada? Al contrario que al guerrero, yo no exteriorizo esta preocupación, solo serviría para mostrar debilidad y cuando caigamos en la trampa, cuanto más calmados y menos sorprendidos nos mostremos, más posibilidades tenemos de que eso confunda al enemigo y nos de alguna ventaja.

Sin más. me acerco raudo a la puerta del fondo. Tras llegar a aquí, sería absurdo no mirar esta puerta. Nuevamente la investigo y abro si no encuentro ningún problema

Ragstar relaja un momento las facciones y el cuerpo, la frase de desprecio de su compañero le ha sacado de su estancamiento y le hace volver a la realidad.

Sí, estoy tenso, estamos en una casa ajena que debería de haberse desplomado hace generaciones, hemos encontrado unos cuerpos despedazados y a una chica en estado de shock. Salvo un par de estatuas parlantes no hemos encontrado nada que merezca la pena y sin embargo la sensación de opresión sigue siendo muy grande. Me gustaría poder estar como tú, en tu mundo de flores, pero tras una de éstas puertas habrá alguien que queremos que esté ahí y habrá que luchar. Si abro la puerta muy relajado me pillará con la guardia baja y si yo caigo el siguiente serás tú, así que antes de despreciar a un compañero de batalla, anímale un poco, porque de ese modo, si una flecha va destinada a tí trataré de pararla, si alguien se te acerca demasiado mientras preparas un conjuro, lo interceptaré, pero si me pones de mal humor. Puede, y sólo puede que no mueva un dedo por tu vida.

Despues de la perorata, deja de mirar a Laitnus y se prepara para abrir la puerta que queda cerrada. Su cuerpo y su mente están en calma y preparados para lo que sea se esconda detrás de ésta o de otras puertas.

 -¿Animar? ¿Compañero? No te entiendo... Debes estar hablando en "enano" y esa lengua no la domino, ¿sabes?

 Tras investigar la puerta norte, Jigna la abre despacio, sabedor de que no tiene trampas. Al abrirse, la puerta da paso a lo que antaño parece ser un salón principal de fiestas. Cadenas cuelgan del techo. Cadenas que en su día soportaban lujosas lámparas de carísimo cristal, hace tiempo vendidas. Parece que el nuevo uso que se le da a la tremenda sala es la de banco de trabajo. Pedazos de piedra y trozos de madera están esparcidos por doquier. Alguien ha estado trabajando y posiblemente su obra sean las estatuas de la entrada y el carromato del granero.

La planta primera está asegurada, aunque nadie sabe si el enemigo puede hacer aparecer cosas de la nada. Por lo menos la sensación de que no les atacarán por la retaguardia la tendrán.

Al escuchar la fría respuesta de Laitnus Ragstar no puede sino sentir lástima por el desdichado. No ha confiado en nadie en su vida y no lo hará, pobre, pero si esa es su voluntad yo no voy a ir en contra suya. Si quiere suicidarse es cosa suya. ¿Y que hablo en enano? Habré visto a muchos, pero ninguno de ellos se ha parado a hablarme en su lengua. Tendrá alguna fijación con ellos.

Bien, ahora sabremos qué son esos ruidos de ahí arriba. Movámonos.

Svana relaja un poco la tensión al comprobar que tras aquella puerta no quedaba nada mas, pero el tono y la preocupación en el tono de voz de Ragstar hacen que la Deva se gire y se acerque hacia él.

- Bien, pero con cuidado, sea quien sea el responsable, seguro que está vigilando todos nuestros pasos, agazapado para atacarnos cuando menos lo esperemos.- Comenta Svana, mientras con paso precavido se encamina hacia las escaleras

 Subís por las escaleras lentamente, aunque apenas podéis evitar que crujan a cada paso. Las telarañas y el polvo os saludan en cada escalón.

Conforme os vais acercando al piso superior, empezáis a escuchar murmullos, como de un hombre hablando con alguien... o consigo mismo.

Cuando llegáis arriba, veis que todo el piso de arriba está dominado por una inmensa biblioteca, llena de libros. Pero los libros no solo están en la estantería, sino también amontonados en el suelo. De pronto, una presencia fantasmal, translúcida y verdosa, recorre la habitación rápidamente, con un libro en la mano, abierto, leyendo. No parece haberse fijado en vuestra presencia.

Al ver la extraña figura, mi cuerpo se paraliza momentaneamente, intentando mimetizarme con los sonidos del ambiente en un intento por pasar inadvertido. No se si ha sido util pero al menos parece que la forma fantasmal no ha reparado en nosotros. Tras un rápido vistazo a la enorme sala, decido separarme del grupo. En esta casa hay algo y si puede estar tan tranquilo y despreocupado o es un necio o alguien muy poderoso. Me preocupa que sea lo segundo. No, seguro que es lo segundo. Ir de frente sería una locura. Haciendo una señal con la mano y con una mirada al grupo, les indico que me voy a separar, intentando moverme sigilosamente por entre las estanterias, para intentar ver mejor la habitación y tener una oportunidad de sorpresa contra la aparición en caso de que se muestre hostil.

Mi cuerpo reacciona como esperaba y moviendome con el viento, me aproximo a la estanteria más próxima esperando no haber llamado la atención de la aparición.

Es extraño, la prisionera del piso de abajo habla de licantropos antropofagos y cuando suben al piso de arriba se encuentran con un fantasma lector.

Por una parte Ragstar siente alivio, pero por otra un gran temor. Los fantasmas no son rivales a los que menospreciar y suelen ser muy fieros. Aunque éste da la sensación de andar perdido en su lectura.

Poco a poco se acerca a su compañera y le susurra. Creo que deberíamos entablar dialogo con ésta entidad. Posiblemente sepa qué está pasando en ésta casa. Probablemente sea un antiguo habitante de la mansión. ¿Qué opinas?

Svana mira a Ragstar con cierto gesto sorprendida ante la idea de "interrogar" a esa aparición, de hecho todo su cuerpo denotaba una tensión apremiante.
Ragstar, estáis seguro? No sabemos como podría salir ese plan, y este tipo de criaturas son de facil enojo. - Le dice antes de actuar.

El sigilo innato de su raza se ve acentuado por su experiencia en la infiltración, permitiendo a Jigna pasar desapercibido hasta la estantería.

Sin embargo, los susurros de sus compañeros llaman la atención del ente, que levanta la mirada del libro y, sin llegar a verlos por la cobertura que habían cogido, pregunta:

-Mm... ¿Hay alguien ahí? ¿Cali, es Usted?

La deva se queda paralizada al oir la voz de la aparición, y mira de reojo al resto de los presentes, aguardando por si alguno de ellos decidía actuar, pero al ver que no lo se deciden, es ella misma quien se adelanta un paso.

- Me temo que no mi señor.- Responde en un tono quedo - Soy Svana, y no pretendía importunarle, espero que no haya sido así- Continúa mientras sale de su cobertura mostrándose al anciano.

 -¿Svana? -el fantasma del anciano se acerca un poco flotando en el aire, todavía sujetando el libro entre sus translúcidas y verdosas manos- No pareces uno de los esbirros de Cali.

El fantasma te da la espalda y vuelve flotando hacia una de sus estanterías.

-Soy Jaccobux Kincep, Señor de esta mansión. Y me gustaría poder decir que es un placer conocerla, Señorita, pero no es cierto. Ha interrumpido Usted mis estudios.

Entonces, como dando por terminada la conversación, vuelve a enfrascarse en la lectura, flotando en el aire.