Partida Rol por web

 Al torcer a la derecha os adentráis por un pequeño pasillo que da paso a una cocina con un olor a podrido bastante importante. Hay restos podridos de comida y utensilios de cocina desordenados y los cuales parecen haber olvidado hace mucho tiempo lo que es la palabra "brillo".

Hay dos puertas al sur, una puerta al este y otra al oeste. En la pared norte hay unas ventanas sucias desde las que se consigue ver, a duras penas, el laberinto de setos de la parte de atrás de la mansión.

Que alguien mire la puerta que tenemos a la izquierda, yo miraré la de la derecha.

Ragstar sólo va a asomarse para ver qué es lo que hay tras la puerta, una vez que sepa lo que hay tras todas las puertas preguntará por cual seguir.

Da igual cual sea el grupo de compañeros, el problema siempre es el mismo, todos quieren ser la voz cantante, pero al final ninguno se atreve a dar el paso... salvo quizas el enano, pero tampoco es demasiado sorprendente esto. Al fin y al cabo, los enanos son conocidos por su cabezonería.

Al ver como Rhakarn se posiciona junto a la puerta por proia iniciativa creo por un instante que terminará lo que ha empezado, ir por un camino diferente, pero al final, simplemente se queda plantado. ¿A que espera? Ni lo se ni me importa, no se donde se creen que estamos, pero hemos irrumpido en una mansión encantada guardada por mil y un hechizos mágicos y a saber que criaturas. No podemos perder el tiempo debatiendo, pensando y votando que hacer. Hay que actuar y si no lo hacen, me temo que tendré que ser yo.

Poniendo mi mano sobre el hombro del brujo, le insto a hacerse a un lado y realizo una rápida inspección a la puerta en busca de cualquier mecanismo, símbolo o trampa que pueda activarse al intentar abrir, de no encontrar nada, tengo claro el intentar abrir la puerta. Con ambas abiertas, podremos hacernos una mejor idea de para donde ir.

Jigna comprueba que la puerta de la izquierda, la que él estaba investigando, no contiene trampa ni cerrojo, pero... está ligeramente más fría de lo normal.

Ragstar, por su parte, abre la puerta de la derecha y ve que esa habitación, bastante más grande que la cocina, es en realidad un comedor en ruinas. Aunque el mobiliario está destrozado, todavía quedan en pié dos mesas robustas de madera. En las paredes, de piedra vista, todavía cuelgan algunos jirones de los blasones de la familia Kincep, podridos por el paso del tiempo.

Los restos de una comida reciente comienzan a pudrirse sobre la mesa y varias zonas del suelo.

En esta parte no está más que un salón destrozado por el tiempo, lo único que hay que merezca la pena destacar es que hace poco que alguien ha estado comiendo aquí. No creo que hayan pasado más de 5 días. Vosotros habéis decubierto algo?

Ragstar deja la puerta abierta para que sus compañeros puedan ver el interior. Poco a poco se dirige hacia la puerta que ha llamado la atención de su compañero Jigna.

¿Algo que merezca la pena?

tras una rápida inspección, comrpuebo que no hay ningún tipo de cerrojo o trampa. Un poco más calmado, dirijo mi mano hacia el pomo dispuesto ha abrirla cuando un esclaofrío recorre todo mi brazo. Del pomo emana un extraño frio que no concuerda con la temperatura a la que nos encontramos ahora mismo en la casa.

Tsk, lo que faltaba, Mas Magia.

Cuando me dispongo a revelar lo que he descubierto, veo al Ragstar girado hacia nosotros, la puerta de la que se encargaba está abierta. Escucho lo que el enano tiene que decirnos de la habitación y al terminar, observo que se dirije a mi.

Nada bueno. A simple vista no hay ningún tipo de mecanismo o trampa que pueda saltar si la intentamos abrir, pero... acerco mi rostro al pomo sin llegar a tocarlo y exhalo un poco de aire. Como bien esperaba, el frio hace qeu el aire se muestre como un vaho blanquecino. Entonces me vuelvo a incorporar. ...La puerta, está extrañamente más fria de lo normal, si es una trampa mágica o simplemente una habitación helada, no estoy seguro.

Me alejo de la puerta por si algún mago decidiera intentar averguar la clase de magia que impregna la sala. Una vez me echo a un lado, me vuelvo a girar hacia mis compañeros.

Bien, ahora toca decidir, enemos dos puertas, una con un peligro potencial, otra vacía. Nuestro objetivo es encontrar a los jovenes desaparecidos del pueblo. Sin embargo, tenemos que dar pro echo que no se han raptado solos, alguien o algo ha debido traerlos aquí. Intentar rescatarlos sin haber acabado con la amenaza puede ser una locura. De seguir vivos, no se como podríamos sacar a 6 jovenes sin alertar a lo que sea que vive aquí. Es por eso qeu creo que deberíamos hacer frente a lo que sea que nos espera tras la puerta fria. Quizas no sea nada, pero si es un peligro, no me sentiré a gusto dejándolo a mi espalda para que nos salte cuando le plazca.

Ya he expresado mi opinión, he expuesto mis motivos ¿Escucharan algo? ¿O esto se volverá nuevamente en un "Cada uno hace lo que le da la gana"?

Mirando a Jigna asiento dandole la razon, susurrando, cuando estes listo entramos, nos encargaremos de lo que halla tras la puerta... dice sacando el baston de detras de su capa para estar listo lo antes posible ante cualquier suceso.

 -Aparta. -ya se echaba en falta el tono despectivo del eladrin.

Laitnus se acerca a la puerta con su paso casi inaudible, característico de su raza. Toca la madera mientras cierra sus ojos y susurra unas palabras.

-Si... es magia... Pero no creo que sea ofensiva. Es magia elemental básica. Yo no me preocuparía, pero... claro... no soy el más indicado para abrirla, ¿no créeis? -y concluye la frase echandose al lado y haciendo un ironico ademán con la mano, como ofreciendo el lugar amablemente a cualquier otro incauto.

magos, tan arrogantes y tan cobardes al mismo tiempo. Ninguno se atreve a abrir la puerta aun siendo los más indicados para ello.

Ardo en deseos de recriminarlos, pero eso solo crearía brechas en nuestro grupo. Y lo importante ahora no es nuestras opiniones, sino nuestra misión. Me insto a calmarme haciendome ver qeu cuando todo termine, dejaré atras este variopinto aunque absurdo grupo. Volveré a mis misiones en solitario. Pero ahora, tengo que hacer lo más estúpido que realizaré jamas en mi vida. Seré yo el qeu abra la dichosa puerta. Al fin y al cabo, parece que tocar la puerta no activa nada o el inconsciente mago hubiera recibido su merecido.

Ya lo hago yo es mi escueta respuesta a las palabras del mago.

Mis músculos están en tensión, mis sentidos alerta cuando me planto nuevamente frente a la puerta. Desciendo la mano sobre el pomo, tomo una última bocanada de aire antes de sujetar el frio metal y entonces lo giro y abriendo el camino. Mi cuerpo está listo para apartarse si algo me atacase de repente. La puerta, está abierta.

 Al abrir la puerta un aire helado sale de la mal iluminada habitación. Parece que esto es algún tipo de despensa. Colgados del techo hay dos cadáveres casi devorados. Son indudablemente humanos. La falta casi completa de carne impide hacer un calculo exacto de edad o sexo.

En el suelo hay dos toneles abiertos. Uno de ellos contiene un líquido amarillento. Por el olor parece ser cerveza. Pero la falta de espuma y burbujas hace pensar que está aguada. El otro tonel tiene vino, pero el olor deja bastante clara su baja calidad. No hay más puertas que la que habéis utilizado para entrar, y no tiene ventanas.

-Mm... Así que pare esto era... - el mago parece haber comprendido algo- Han utilizado un conjuro de permanencia con uno de frío de area para poder mantener esta habitación como despensa. -después se gira al resto del grupo- ¿Gustáis?

Después del comentario salió de la habitación. Ya no le interesaba nada de lo que hubiera dentro.

Esperemos que no sean algunos de los chicos que estamos buscando.

Ragstar echa una escuata mirada al interior de la despensa. Nada de lo que no haya visto antes en mis viajes.

Sigamos entonces pos la siguiente puerta.

La Deva observó con pena los dos cadáveres colgantes, y rezó brevemente por sus almas. Una terrible ira recorrió sus venas, clamando venganza por aquellos que habian hecho aquello, pero tras unos segundos logró calmarse y salir de aquella habitación.

-Sea quien sea el culpable pagará por esto- susurró Svana mientras se dirigía ala siguiente puerta.

Alguien se ha tomado la molestia de que ésto parezca abandonado desde hace mucho tiempo, pero a cada paso que damos hay más evidencias de que aquí vive alguien y que se lo pasa en grande torturando y matando gente.

Ragstar camina con precaución hacia la puerta del este.

Si alguien quiere mirar la puerta sureste... Creo que se dirige también al salón, pero más vale confirmarlo, yo voy a mirar que hay tras ésta puerta. Al haber visto a su compañero observar la puerta en busca de trampas y encontrar que ésta estaba helada el cambiante echa un vistazo al pomo y a la puerta en general antes de tratar de abrirla.

Ragstar no ve ni oye nada raro en la puerta, con lo que la abre. Se trata de una pequeña habitación con otra puerta al fondo. Hay ropa de servicio roída por el tiempo colgada en las perchas de las paredes. 

Al ver que ningún peligro me aguarda tras la puerta, mis músculos se relajan, la visión de los cadaveres no me perturba, son unos de cientos que he visto. Al final, son todos iguales. Mis compañeros desechan rápidamente la habitación, pero yo entro un momento dentro para comprobar una cosa. Me situo junto a los cadaveres y los observo con detenimiento en busca de características físicas o cualquier colgante o anillo que más tarde nos pudiera servir como identificativo de la persona. Si resultan ser los chicos que habíamos venido a buscar, será mejor tener algo que pueda indentificarlos.

Una vez realizada la inspección, veo al guerrero registrando torpemente una puerta e instando a que registremos la otra, como siempre, al final debo ser yo el que lo haga. Cuando Ragstar ha abierto la puerta, me dirijo a la otra y como ya hiciera la primera vez, registro la puerta en busca de trampas, mecanismos o cualquier rastro de magia para asegurarme. No se si es por el cansancio o por la tensión, pero al inspeccionar la puerta, se me emborrona la vista y de pronto me veo impotente ante la búsqueda. Podria decirlo en alto, avisar a mis compañeros, pero esto solo abriría otro debate.

Al final va a resultar qeu voy ha hacer cosas más tontas que las que ya he echo

Y tras exhalar una pequeña vocanada de aire, retengo el oxigeno en mi interior y abro la puerta, rezando porque esta vez tampoco haya nada.

 Jigna inspecciona los cadáveres. Consigue averiguar que uno es de una chica y el otro de un chico. Jóvenes. Además, hay un pendiente en el fondo del tonel de vino adherido a lo que parece un pedazo de oreja.