Partida Rol por web

El equipo de asalto se reúne para debatir los pormenores de la misión, entre ellos hay un civil, un científico, que debe acompañar al equipo.

El experto
Informe de misión

1/I. Año 0. M41

Éste es el contenido del mensaje de socorro. Su autor está visiblemente aterrado y proporciona información limitada. Suponemos que había intrusos en la nave, aunque es posible que ya no queden. También hay unas interfencias extrañas.

---Mensaje de auxilio procedente de la SCS Ejulve, código de transmisión C4GU3NT0D0. Jeremy Davies, departamento de desarrollo armamentístico---

...¿Hola? Nos están matando...alguien...las puertas...y ahora corren. Eran muchos. Están casi todos muertos. Le dije al capitán que no...pero él que sí y luego la explosión. Están aquí...les oigo. Ellas también están, lo saben. ¿No hay nadie ahí abajo? Estamos aquí ¿Hola? ¡Ayúdennos! Vino el bum y luego las muertes, y los gritos. El caos y las armas. Todos llevan armas, se pelean. Bárbaros. El piloto, bueno..el piloto nada. Que vengan. Ya no hay nadie. No más armas por favor...las naves no...y ellos...después del bum...todo se acabó. El gas nos mata. No hay equipo en la nave. Es...mi gas.Lo siento, nunca debí... Es el fin.

---Fin de la transmisión---

El general se sentó en una silla y cruzó los dedos tocándose la frente con ellos.

Bien, dejando a un lado la presencia de organismos hostiles me preocupa la posibilidad de que haya traidores a bordo, de ahí los combates entre tripulantes. Sin embargo, el señor Linus dispone de información acerca de ese gas que nombra Jeremy Davies, científico de a bordo, y que arrojará algo de luz sobre el asunto.

El Doctor Linus sacó una placa de datos y guardo silencio unos instantes, bien por mantener expectación o bien por tener cuidado de elegir las palabras apropiadas.

El gas es una neurotoxina, es posible que sea una variante en fase de prueba del TH-72, toxina que figura en los registros de a bordo. Debemos pensar en la posibilidad de que sea una variante más eficaz del mismo, se transmite por el aire y sólo por el aire, al menos en su configuración original. Una exposición prolongada lo convierte en letal. 

¿Qué es una exposición prolongada? -preguntó el Inquisidor.

Un periodo superior a noventa segundos, quizá menos. Una exposición de menor duración provocará efectos secundarios como parálisis, pérdida de memoria, esquizofrenia, paranoia, instintos homicidas, tendencias suicidas, apetito voraz, ceguera, depresión o euforia, la verdad es que todo lo que puedan imaginarse. El elenco de consecuencias es amplísimo debido a que afecta a todas las zonas del cerebro. En este caso los efectos disminuyen con el tiempo, pero su duración es de varias semanas. Una cabronada de virus, con perdón. Nadie a bordo debería quitarse las máscaras de oxígeno. Por lo que pueda pasar.

Por si hubiere un accidente disponemos de un potencial antídoto, únicamente para exposiciones de corta duración. Pero ese antídoto se quedará en tierra, no podemos arriesgarnos a que esté en la nave.

¿Alguna otra pregunta?

Con calmados gestos me acomodé mejor en la silla, la rodilla volvía a doler, como siempre pasaba con el frio, sobre todo el del espacio, pero a veces también en tierra. El asiento volvía a crujir mientras cambiaba de postura y me pasaba dos dedos por la blanca barba. Otro pinchazo de dolor, preludio de una tarde de malestar. Maldita rodilla y maldito Menelae... Neurotóxicas. Vaya... Era algo con lo que antes me había enfrentado, a veces los fanáticos se hacían con alguna remesa, o lo que era peor, mutaban algunos agentes para sus propios usos. Era un tema espinoso. Mis dos manos permanecían apoyadas en la empuñadura de mi bastón, que ocultando una hoja de acero de alta resistencia, me servía de apoyo en aquellos días en los que la rodilla se resentía.

Una vez más hablé con mi tono característico, bajo, con lentitud, con una voz grave y profunda. ¿Los equipos estándar de protección como las mascaras MK-X logran bloquear la toxina o atraviesa los filtros? La pregunta era justa, los encargados de ese tipo de investigaciones solían lograr que incluso las toxinas fueran suficientemente fuertes como para atravesar algunos de los filtros más completos que la tecnología podía proporcionar. Eso sucedía con las bombas víricas empleadas en las "purificaciones" de algunos planetas infestados de Xenos.

En efecto. -Confirmó Linus mientras se ajustaba las lentes oculares.- El TH-72 no se diseñó para su uso militar, sino como elemento de represión de protestas obreras de mundos colmena. Liberando un mínimo de gas en una zona ventilada se lograba someter por completo y con gratificante rapidez a los manifestantes con un mínimo de letalidad. Sin embargo en un espacio cerrado, como una cubierta naval, es mortal.

Nicodemus carraspea antes de empezar a hablar, su parte es la que habrá más adelante y en una reunión con tanto personaje importante se siente un poco fuera de juego. Él ya a combatido a masas de herejes, se ha enfrentado a gases...qué pensaría ese tal Dr. Linus de los tecnoherejes de Sinophia Magna y sus creaciones.

- Disculpe pero no he entendido su respuesta ¿sirven meras máscaras antigás?¿O tendremos que llevar suministros de oxígeno y trajes de aislamiento?

Asiento lentamente ante las palabras del experto. Había algo inquietante en el, algo complejo, enrevesado... No me atrevía a usar la palabra oscuro, pero lo cierto es que rondaba en mi mente. Científicos, accidentes, bajas necesarias, equipo de contención. Eran todas palabras que solían ir unidas y que no presagiaban nada bueno. En fin... Habrá que hacerse con mascaras anti-gas. Esas molestas mascaras...

Había otro punto que no había quedado muy claro. Disculpe señor. Comento mirando a nuestro Jefe Ravenor. En el mensaje señalaba que la SCS Ejulve contenía un "Departamento de desarrollo armamentístico", ¿Pero qué clase de nave es en verdad la Ejulve?, ¿Cuánta tripulación contiene?. Era una pregunta importante, no lo había dicho y no sabíamos con cuantos elementos desequilibrados podríamos contar en la misión. No sería lo mismo mil que cien mil. Más adelante llegarían las preguntas como cual era la misión de la Ejulve, o si había contacto astropatico aun activo en la nave. Pero todo debía llevar su ritmo, como la vida misma.

Destructor ligero Inquisitorial Orgullo del Sacerdote
Designación: Ordo Hereticus, Más allá de la frontera del Sector Escarus.

El lugar era un espacioso despacho decorado con maderas nobles y escenas de temática imperial, entre las que se encontraba la ejecución de un noble majoriano ante una muchedumbre enfurecida, otra de las escenas era más siniestra aún: un cuadro oscuro en que se veía a un joven empuñando una pistola láser ante una horda de mutante en alguna oscura caverna. "Un hombre que no tiene nada aún puede ofrecer su vida", rezaba una placa bajo ella. El Inquisidor Ravenor consultaba algunos documentos en papel sentado en su mesa, tras él había una ventana de observación que permitía contemplar el espacio, ahora lleno de naves de la Armada Imperial con rumbo a Vesper. La mayoría eran naves de trasnporte pero se podía ver un crucero pesado, también habían oído que había un acorazado en la flota, pero no lo habían visto.

Linus puso su dedo índice rodeando su barbilla mientras con el pulgar se golpeaba el labio inferior, parecía estar escogiendo las palabras a utilizar. Miró un par de veces a Ravenor, quien también parecía esperar una respuesta.

El gas original no afectaba al individuo equipado con un simple filtro nasal. Pero un punto importante de su investigación -aquí el adepto alzó el dedo índice- era que fuera necesario el uso de máscaras con oxígeno para no sufrir los efectos, aunque desconozco si la investigación alcanzó ese punto.

Disponen de trajes de vacío con oxígeno para esta misión -informó Ravenor-, además de máscaras adicionales por si fueran necesarias. En esta placa de datos -empujó una única placa sobre la mesa- están los objetivos que deben cumplirse. Hay un pelotón de guardias imperiales equipándose en este momento para asegurarse de que son bien recibidos en la Ejulve, y para que contengan a posibles rebeldes.

A Linus no le hizo feliz la idea de que se enviaran soldados a la nave, y guardó un incómodo silencio ante las preguntas de Pontius. Ravenor fue el encargado de responder, no sin dirigir una prometedora mirada al adepto del Ordo Xenos.

Es una nave donde se hacen los experimentos que no es seguro hacer en un planeta del Emperador. Se calculan de tres a cinco mil tripulantes, de ellos un considerable número son adeptos al cargo de las investigaciones. No deberían representar una amenaza seria en caso de enfrentamiento.

Disculpe Inquisidor -intervino Linus-, pero muchos de esos investigadores están bajo las órdenes del Ordo Xenos. Su pérdida podría suponer...

¿No es acaso el Ordo Xenos parte de la Inquisición? -increpó, sin alzar el tono de voz pero escupiendo cada palabra- ¿Y no es el deber de la Inquisición eliminar a los enemigos del Imperio entre sus propias filas? Si esos investigadores son rebeldes su muerte no supone una pérdida para el Imperio, sino un triunfo.

No sabemos -intentó el adepto en un tono más sumiso- si esos hombres están con los rebeldes...

Exacto, no lo sabemos. Por eso deben averiguarlo.

"Si esos investigadores son rebeldes su muerte no supone una pérdida para el Imperio, sino un triunfo...." Las palabras resonaron en mi cabeza gloriosas. Oh... claro que no supondrá una perdida... Estoy seguro de ello.  Una sonrisa peligrosa afloró a mis labios mientras pensaba en aquella idea mientras con la mano izquierda me alisaba el uniforme oficial de las tropas de seguridad especial. Seguía sonriendo aun cuando de mis labios escapó un: "Alabado sea el Trono Dorado", al escuchar la palabra "Emperador". Mi mano se fue involuntariamente a mi pelo y lo echó hacia atrás en un movimiento fluido, lo que hizo que algunas partes quedaran un poco en punta. Era un gesto compulsivo de entre los que tenía e intentaba controlar.

Y lo averiguaremos. No lo dude, Señor. La idea de que nos acompañara un destacamento no me desagradaba en gran medida. No era la primera vez que operaba con soldados instruidos, en la Real Armaduke era común descender a algunos lugares a recoger o cazar sujetos Psíquicos latentes con tropas auxiliares. ¿Dispondremos de equipo... ofensivo, Maese Ravenor? Mi mirada se volvió dura, mientras la sonrisa crecía aun más. En todos los años que llevaba trabajando para aquel hombre, pocas veces nos había dejado al descubierto. Si algo tenía el Maese Inquisidor Ravenor, eran recursos y buenos contactos.

!La placa! La idea restalló en mi cabeza como un latigazo. ¿Se nos permite transferir las ordenes de misión a nuestras placas individuales? Pregunté extrayendo la mía, un modelo ornamentado y compacto, de uno de los bolsillos de la guerrera.

Nicodemus pone mala cara ante la idea de tener que llevar traje de protección...ese tipo de ropa dificulta el movimiento y cualquier perforación puede ser fatal...además llevar un grupo de guardias imperiales con gatillo fácil puede convertir esto en una masacre...

- Disculpe señor, dice dirigiéndose al inquisidor. Si me lo permite recomendaría que los guardias llevaran armas cuerpo a cuerpo adicionalmente a sus rifles láser.

Anton permaneció en silencio, escuchando las preguntas de sus compañeros. Así que tenían que abordar una nave de desarrollo de tecnología y un grupo de guardias imperiales les echarían un cable. Eso estaba bien, un poco de músculo equilibraría la balanza a su favor si en el interior del aparato había rebeldes o gente armada. Lo que no le parecía tan bien era que les acompañase el civil, ese tal Linus, al que no conocía. Con sus compañeros no había problema, pero del otro no sabía nada, ni como reaccionaría ante un combate u otras presencias... peores.

- Espero que esos guardias sean profesionales, probablemente existan en el interior objetos que no reaccionen muy bien ante los disparos. Ya me entienden.-

comentó el tecnosacerdote. De todos modos, la misión podía ponerse interesante, sí señor. Montones de datos y tecnología probablemente desconocida para Slavick se amontonarían en el interior de la nave y el tecnosacerdote pensaba echarle un buen ojo a todo, grabarlo en su memoria y placa de datos y aprender cuanto pudiera de la experiencia.

- Como sugiere mi compañero Stahl, creo que deberíamos de contar con algunas armas más decentes de las que portamos ahora. No me gustaría quedar indefenso ahí, y seguro que en esa nave hay armas serias con las que la tripulación podría defenderse en un hipotético asalto.-

El Departamento Munitorum ha preparado un equipo que considera adecuado para el abordaje espacial. Cuando esta reunión termine podrán...

Una pantalla se encendió y Ravenor descolgó un vox de mano.

Que siga esperando. Intento salvar sus tanques.

Colgó el vox y prosiguió. Se tomó un instante.

Los guardias imperiales asignados son tropas probadas y bien pertrechadas, con un equipo apropiado. Se les han entregado instrucciones detalladas y están a su cargo. Podemos confiar en su lealtad y dedicación. Eso es mucho en esta sala...

La coletilla final de Ravenor me dejó un poco extrañado. Ja-ja-ja-ja. Me reí por lo bajo con una risa seca y aspera sin casi separar los labios que mantenían la misma sonrisa que al comenzar. ¿Que habrá querido decir con eso? Miré arqueando las cejas de reojo tanto a Slavick como a Nicodemus. Bueno, con Maese Ravenor nunca se sabe... Asentí ante sus palabras, sin cuestionarlas en ningun momento, tal y como me había enseñado siempre la experiencia. ¿Así que era eso? La misión prometía ser complicada, y desde luego entretenida. Mi mente bullía impaciente, mientras intentaba retenerla con los ejercicios que ya había repetido millones de veces.

Alcé la placa de datos con la información sobre la misión hasta la altura de mis ojos, como si estuviera intentado ver su capacidad de transparencia a contraluz con los focos del techo de la elegante estancia. Así se hará Maese. Si mis compañeros no tienen otras preguntas... nos pondremos a ello. Por cierto, ¿Donde podemos recoger el equipo? Tengo que recoger de mi taquilla mi Hellgun y diversos objetos antes de partir...

Nicodemus escucha las palabras del inquisidor, quizá demasiado celoso de las GI o no queriendo decir en público su verdadera opinión....tema zanjado, esperemos que realmente estén entrenados...una cosa es combatir contra un ejército y otra contra gente exaltada y descontenta...

- Una pregunta más, ¿qué lugar ocupa el Dr. Linus en la cadena de mando de la misión?, pregunta a Ravenor para luego mirar a Linus, no se ofenda doctor pero no quiero discusiones en mitad de un combate sobre quien la tiene más grande.

La más grande es la vuestra -parecía haberlo dicho como una broma pero su mirada era seria, no le había gustado la metáfora-, esta es una operación del Ordo Hereticus. El Dr. Linus está como consejero del Ordo Xenos. Aunque confío en que valoren su opinión. 

Podrán recoger su equipo de camino al hangar D24. Los encargados del equipamiento les están esperando, si necesitan algo más de lo proporcionado no duden en pedirlo. Pero el tiempo corre, quiero la Ejulve asegurada antes de que entablemos combate con la flota vesperiana, y los mandos de la GI quieren inutilizado el Dradis.

El ex-arbitrador asiente a la respuesta, le agradaba esa situación.

Todo parecía correcto, y estaban listos para entrar en acción, así que sin nada más que añadir, me puse en pie y me alisé la guerrera oficial estirandola desde abajo y luego pasando las manos por ella para dejarla lo más lisa posible. Habia que cuidar los pequeños detalles desde luego. La mano se fue involutariamente al pelo de nuevo, pero se detuvo a medio camino. Esta vez si me habia dado cuenta del gesto, y lo interrumpí para sacar del bolsillo interior de la guerrera un paquete de lho. Saqué un pitillo y lo coloqué pillado por mi oreja. No se podía fumar en presencia de Lord Ravenor. Era algo que le desagradaba. Asentí como mi compañero Nicodemus, esperando ver si el tecno-sacerdote Anton tenía algo que añadir.

El experto
Equipamiento

Salieron del despacho de Ravenor al pasillo A21 de la cubierta del Administratum. Un amanuense les acompañó hasta un pequeño vehículo utilitario idóneo para moverse por el interior de la nave. Recorrieron con relativa rapidez la distancia que les separaba de la armería. Se cruzaron con otros adeptos y algunos marinos que comprobaban posibles desperfectos internos de la nave. Un tecnosacerdote estudiaba el flujo de gas de una de las tuberías con un aparato que sólo Anton pudo reconocer.

Un vocoaltavoz anunciaba la necesidad de personal en este o aquel lugar de la nave, ordenaba a la tripulación sellar las escotillas de presurización y tener a mano un equipo de oxígeno suplementario. No estaba previsto que la Orgullo del Sacerdote interviniera en la batalla, pero se tomaban medidas de seguridad.

El amanuense detuvo el vehículo frente a un elevador.

La armería está en la cubierta B. -Esperó a que los acólitos descendieran antes de añadir- Que el Emperador os guíe.

El ascensor tembló al ponerse en movimiento, acompañando el ascenso de un repiqueteo metálico. Cuandos e detuvo y las puertas se abrieron se toparon de frente con cuatro guardias equipados con armadura de malla y escopetas correderas. Se pudieron tensos cuando los acólitos llegaron y uno de ellos, muy servicial, les franqueó el paso hasta la armería. Un administrativo canoso, manco, con un electrotatuaje del 12º de Dillius y una medalla en torno al cuello les recibió.

Inquisidor Ravenor, Ordo Hereticus. Orden de pertrecho del material GH-23/b. ¿Son ustedes? Firmen aquí.

Confirmada su identificación se les entregaron cuatro cajas metálicas de gran tamaño que se abrieron al pulsar en su cerradura, desplegando su contenido mediante brazos mecánicos. El hombre se apoyó en una mesa mientras les mostraba el equipo, dando algunos consejos.

A menudo una escopeta es el arma más eficaz, sus perdigones machacan al enemigo y salpican los mamparos con su sangre. Las granadas de fragmentación también son muy letales, pero al mismo tiempo son traicioneras, en los estrechos pasillos de la tripulación la onda expansiva suele alcanzar a los dos bandos. Recomiendo usarlas contra enemigos en parapetos. ¡Ah, sí! El lanzallamas...bueno, sólo diré que es mejor no ser el quemado. El fuego gravedad cero es...es caprichoso. Hay que tener cuidado con él.

El tecnosacerdote echó un ojo al armamento. No se había dejado nada al azar, los acólitos iban a abordar una nave pero lo harían con estilo, sí señor. Un vasto arsenal ante sus ojos hizo que la mente de Slavick funcionara a tope, analizando mecanismos, calibres y materiales.

- Fiuuuuuuuuuu... Menudos juguetes ¿Eh caballeros?-

dijo a sus compañeros.

Con esas armas y la ayuda de la Guardia podrían enfrentarse a cualquier cosa que se les echara encima. Salvo un demonio, aunque Slavick esperaba no encontrarse algo así en su inspección.

-¿El doctor ha recibido algún tipo de formación militar o es lego en la materia?-

inquirió.