Partida Rol por web

El hogar del Sr. Méndez, el auror desaparecido quedaba en un barrio céntrico de Madrid, por lo que fue muy sencillo llegar cogiendo el metro de Madrid. Podrían haberse aparecido en la puerta o en el interior de su casa, pero podía ser arriesgado ya que Madrid era una ciudad llena de muggles y además al no conocer el lugar podrían aparecerse en el interior de algún mueble o de una pared y sufrir una grave descomposición.

No tardaron en llegar a la puerta del portal del edificio en el que vivían. Se encontraba en el Barrio de Salamanca, una de las zonas más ricas de todo el centro de Madrid, cerca del Parque del Retiro. 

El edificio tenía un hall de entrada muy amplio y en su interior había un hombre que parecía ser algún tipo de guardián.

Buenas tardes, les saludó poniéndose en pie, saliendo de la garita y colocándose en el medio del pasillo para impedirles la entrada. ¿En qué puedo ayudarles?

El viaje en metro le hizo recordar a los subtes de Buenos Aires, sólo que la infraestructura y los vehículos eran mucho más modernos. El resto era igual, la cantidad de gente, los empujones pasivos, las no miradas, si no fuera por el acento de los pasajeros hasta podría haberse sentido como en su casa.

Cuando llegaron al portal no pudo evitar silbar de admiración, el tipo estaba forrado si podía pagarse un palacete en ese lugar, el cual imaginaba era el equivalente de Barrio Norte en su ciudad natal. Cuando el guardia de seguridad salió a interceptarlos al pasillo imaginó cien formas de pasarlo, mundanas y mágicas, pero eso no los ayudaría a resolver el misterio. ¿Presentar credenciales mágicas? útil si el guardia no era un simple mundano o si sabía del oficio del inquilino, ridículo si no lo era.

Miró a sus compañeros, quizá a ellos se les ocurriría algo que les permitiera sortear ese primer obstáculo en la investigación.

Gheorghe sacó de algún lado un bastón. No le habíais visto cojear, pero ahora parecía hacerlo. Era un bastón muy grande como correspondia a alguien de su altura, y grueso, quizás por todo el peso que parecía necesitar, de algún tipo de madera de aspecto noble. La parte inferior parecía ensancharse como un pantalón de campana y la empuñadura en vez de ser el típico semicírculo era una teminación en forma de bola un tanto extraña. Como bastón no parecía la cosa más cómoda del mundo ni tampoco la más práctica.

Cuando llegó a donde estaba el portero Gheorghe dudó un momento. No era el tipo más carismático ni simpático del mundo, y espero a ver si alguna de las chicas tomaba la iniciativa. Por experiencia propia, una chica joven y guapa tenía más fácil sacar información que un tipo que parecía medir dos metros y medio.

Mientras iban llegando al hogar del Auror desaparecido Jurina iba haciendo fotos y videos con su móvil, al mismo tiempo los iba editando, la chica caminaba casi sin ver a donde iba y con tranquilidad, incluso si le hablaban respondía naturalmente, constatándose de la practica que tenia en el manejo del móvil junto a hacer otras cosas. Al llegar a la casa la observa unos momentos:

No esta mal, no es mal sitio

Algo que no esperaban sucedió en ese intante, el portero del lugar apareció, parecía que los hombres se habían quedado algo atrás, así que ella sonríe levemente mientras se inclina y dice:

Buenos días, venimos a ver al señor Méndez, ¿seria tan amable de indicarnos como podemos llegar a su residencia?

Durante el trayecto en transporte público, Evangeline miraba a Jurina, y su manejo de las redes. Eso hizo que ella también sacara el móvil, y comentara con ella el feed de su instagram, y lo que natural que aparecía en las stories y fotos de Instagram. Ella siempre había pensado que había gente que había nacido para ser influencer. Lo que nunca creyó es que fuera a conocer a una en su vida.

-Me gusta mucho esta foto- le comentó, señalando su móvil-. Too beautiful.

Al llegar a la zona residencial, la bruja hizo alguna foto con el móvil por pura inercia, como si estuviera haciendo turismo, y no una labor de investigación. Pensó que era una zona muy bonita y particular de la ciudad, y entendió por las expresiones de admiración de sus compañeros que era una zona privilegiada. Algo así como el Upper East Side de su ciudad. No lo dijo, pero le gustaba mucho más el Upper, aunque no fuera a vivir en su vida en un apartamento de esa zona.

Contempló al hombre que se lee acercó, y asintió a las palabras de Jurina.

-Es por trabajo- se limitó a decir Evangeline, y si el señor podía entender, que entendiera...

El portero alzó la ceja y miró extrañado al variopinto grupo. Era como si se esperase su presencia y negó con la cabeza. Lo lamento, pero el Sr. Méndez no está en su residencia. Comentó el portero. Me temo que no podrá atenderles y tampoco ha dado instrucciones de cuándo llegará. El hombre respondió de forma certera y firme, dando la clara impresión de que no estaba dispuesto a dejarles pasar.

- Verá... el hecho de que esté desaparecido es una de las cosas que queremos aclarar, trabajamos para un familiar suyo que quiere encontrarlo. Necesitaríamos pasar para, al menos, poder hablar con sus vecinos y preguntarles algunas cosas. ¿sería tan amable de permitirnos eso al menos?

El portero parecía que hacia bien su trabajo y aunque eso mostraba que era un buen profesional les hacia tener dificultades, así que aprovechando que Gheorghe había tomado la palabra y el portero le miraba ella da un par de pasos atrás y observa el lugar, fijándose en los rincones y no solo en las personas sino también en las posibles cámaras de seguridad, aprovechando de su 1,66 y sus menos de 50kg no le hacían precisamente destacable en tamaño saca disimuladamente su pequeña varita de color blanco rosado bastante pequeña, con tranquilidad ocmo si estuviera manejando el móvil apunta disimuladamente al portero y pronuncia el hechizo en un susurro:

Confundus

Andrés observaba el edificio en busca de hacerse una idea de como estaba distribuida la planta y dónde podía estar espacialmente el departamento, y mientras lo hacía recordó que había algo que podrían poner en práctica si el portero los echaba con cajas destempladas, sólo necesitaba una foto de cuerpo entero del Auror e, idealmente, un registro de su voz, una grabación sería lo ideal... si tenían el teléfono...

En ese momento escuchó la palabra mágica y se giró a tiempo de ver a Jurina completar el encantamiento, esperaba que hiciera efecto porque de lo contrario tendrían un problema muy grave entre manos.

Daba la impresión de que el  portero sabía algo más de lo que a primera vista parecía.

Evangeline frunció el ceño ante la respuesta del hombre, y se llevó la mano a los labios, pensativa. No entendía por qué el portero sabía que estaba desaparecido, en lugar de, por ejemplo, de vacaciones o ausente por motivos de trabajo. No, sabía que había pasado algo.

-¿Y has contactado con la policía?- preguntó la bruja-. ¿Te dijo algo?

Obvió el ustedeo pasando directamente al tuteo. Era algo que le costaba mucho del idioma, y que lo encontraba ya algo pasado de moda, como old-fashioned, algo que pertenecía a tiempos pasados, donde el respeto se exigía en lugar de ganarse.

Se rascó la nariz al tiempo que observaba a su alrededor, y se fijó en Jurina, que sacaba la varita. Disimuladamente, trató de taparla con su espalda para que quedara tras ella, y así no fuera vista por el portero. Dio un par de pasos despacio hacia su derecha, y miró al hombre, sonriente, esperando su respuesta al tiempo que escuchaba el susurro de Jurina.

Arqueó la ceja pensando si aquel era el mejor hechizo, pero no hizo nada. No era quién para cuestionar los métodos de una compañera, y mucho menos para sugerir los suyos propios. Además, que entendía perfectamente que en aquel continente, la progresista Europa, calificara de poco ortodoxas las maneras americanas de resolver controversias. Paz a través de la fuerza. Y así se llevaba a cabo entre las frías pareces del MACUSA cuando se interrogaba a potenciales enemigos de la comunidad mágica. No había maldiciones imperdonables*.

- Verá... el hecho de que esté desaparecido es una de las cosas que queremos aclarar, trabajamos para un familiar suyo que quiere encontrarlo. Necesitaríamos pasar para, al menos, poder hablar con sus vecinos y preguntarles algunas cosas. ¿sería tan amable de permitirnos eso al menos?

No. Sentenció el portero sin dar más explicaciones. Desde luego que estaba dispuesto a no dejarles pasar. No parecía fiarse de ellos. 

Jurina se dio media vuelta y echó un vistazo al portal, efectivamente era un edificio con cámaras de vigilancia y lanzar un conjuro podría suponer cierto riesgo y desvelar el "Gran Secreto". En caso de querer ejecutar el conjuro que quería lanzar, provocaría tener que buscar la cinta de grabación y eliminar las posibles pruebas que desvelasen quienes eran realmente.

Andrés tenía un plan en mente, y recordó que en el expediente estaba la foto del auror desaparecido y también el teléfono fijo de su casa. No sería raro que tuviera un mensaje de voz en su contestador, así que era probable encontrar una grabación de su voz. 

-¿Y has contactado con la policía?- preguntó la bruja-. ¿Te dijo algo?

Sí, la policía vino aquí. Comentó. Pero lo que me dijera, o me dejara de decir, no es de vuestra incumbencia. Y si sois tan amables, dijo dando un par de pasos hacia el frente, os pediría que os marcharais y dejarais de venir a curiosear.  

El lugar estaba plagado de cámaras, lo cual hacia que no fuera muy prudente usar la magia allí realmente el auge de las cámaras era un autentico incordio ya que no podían usar su magia en momentos como ese. Desde donde estaba algo mas atrás coloca la mano sobre el hombro de uno de sus compañeros y dice:

Bueno… creo que sera mejor marcharse, parece que nuestro amigo no esta aquí. Supongo que es mejor volver otro día o buscarle en otro sitio

Tras lo cual empieza a caminar en dirección a la salida del edificio.

Andrés asintió ante el comentario de Jurina y la siguió hacia afuera del edificio, y una vez estuvieron todos reunidos habló - Puedo hacerme pasar por él, sólo necesito su descripción y una muestra de su voz, supongo que llamar a su casa y que atienda el contestador serviría, pero tendremos que esperar a que cambie el turno de guardia, éste tipo ya nos vió juntos y sospecharía si los hago pasar conmigo.

No estaba por la labor de admitir un no por respuesta, pero sabía dónde estaba, y lo que implicaba que pudiera saltarse la norma a su parecer. Eran un equipo. No trabaja sola por mucho que prefiriera hacerlo, y había aceptado las reglas del juego cuando aceptó resolver el asunto junto con aquellos magos. Por lo que la idea descabellada de usar la maldición imperius se descartaba por completo.

Ella tenía su propia opinión acerca del uso de la magia para según qué cosas, pero no había ido allí para comparar los sistemas mágicos, sino para resolver una desaparición. Luego ya en su hogar podría discutir acerca de la mojigatería que tenían los europeos con según qué cosas.

Asintió ante las palabras del portero, y frunció en entrecejo un poco harta de su actitud, pero no dijo nada. Se limitó a seguir a sus compañeros, y los miró alzando las cejas, buscando alguna idea nueva.

Escuchó la opción que daba Andrés, y asintió con la cabeza. Podía ser una opción interesante. Pero no terminaba de entenderla del todo. Lo achacó a carencias en el idioma, y se recriminó el no haber estudiado más durante el vuelo.

—I don’t get it —dijo, ladeando la cabeza—. ¿Hacerte pasar por él? ¿Transformarte? —preguntó, impresionada—. ¿Qué hechizo usarás?

Se sentía algo perdida, pero totalmente expectativa ante las capacidades del joven mago.

Georghe se alejó del guarda. De buena gana habría tirado para adelante y que el guarda lo parase si podía, pero con tanta cámara... además no era precisamente una persona discreta cuya descripción pudiese pasar por alto la policía.

Ir en grupo también tenía sus inconvenientes, no había pensado en ello, pero interrogar a un guardia cuando eran varios no era sencillo, una persona aislada lo habría tenido más fácil, aunque algo le decía que en este caso tampoco habría servido de mucho.

Andrés miró alrededor para cerciorarse de que nadie los miraba directamente, y al no poder asegurarlo prefirió dejar la demostración física para más adelante - Soy metamorfomago, - dijo usando una voz extremadamente parecida a la de Gheorghe, - y con algo de práctica puedo imitar tambien su voz - esta vez la voz sonaba casi como la del jugador de baloncesto, se señaló el cuello y pudieron ver que se había ensanchado y estirado levemente, y mientras miraban volvió a la normalidad y luego se afinó adquiriendo características claramente femeninas - Adoptar la forma completa ayuda mucho pero me va a tomar tiempo imitar su voz desde una grabación, lo mejor será que hable lo menos posible. - Esta vez era una voz muy parecida a la de Raven la que salia de sus labios.

Sonrió y su cuello volvió a la normalidad - Lo ideal sería conseguir también alguna grabación que nos permita ver cómo se mueve, pero si hago las cosas bien bastará con que pase apurado y reconcentrado por el lobby y le dedique un saludo al portero antes de subirme al ascensor.

- Mmmmmmm.... si te han andado buscando la policía y unos tipos muy raros, dudo que puedas pasar sin que te pregunte. De hecho será difícil que te deje pasar sin avisar a la policía. En cuanto a la voz, lo difícil será el acento, porque con la voz lo mejor es que la hagas muy muy ronca, como si te hubieses cogido una neumonía o te hubieses pasado la noche cantando en un pub de fumadores. El acento lo puedes disimular también hablando prácticamente a sílabas, que como tienes la garganta muy irritada te cuesta hablar con fluidez. Es lo mejor que se me ocurre. Mmmm, y dándole vueltas, si vas muy despeinado, con la barba de una semana, la ropa sucia, y le dices que es que te fuiste a una despedida de soltero y te has despertado así esta mañana... y que por favor no llame a la policía, que le prometes que los llamas tú mismo en cuanto puedas dormir unas horas, ducharte, afeitarte, comer algo, y ponerte ropa decente... Pero que ahora mismo eres incapaz de hablar con nadie.

Jurina escuchaba todo lo que estaban diciendo apoyada en una pared, tras la intervención del gigantón chasquea los dedos y dice:

¿porque os complicáis tanto? Sabéis que podemos entrar de formas no tan mágicas ¿no?

La chica se queda unos segundos en silencio y a continuación continua:

¿Ese edificio no tiene alguna clase de salida de emergencia o algo así? O bueno, ¿sabéis lo que son los repartidores? Andrés, das perfectamente el perfil de un repartidor de esos de Globo, Uber, de Pizzerías y demás. Podemos ir a una pizzería de esas de barrio que no llevan uniforme y aprovechando que puedes cambiar de forma tomar la forma de un chico cualquiera que entrega la piza y subir

Comenta mientras hace una búsqueda de pizzerías de la zona en su móvil.

Adrián negó con la cabeza - El problema de los delivery en estas zonas tan de guita, es que se quedan en la recepción hasta que les dan permiso desde el departamento de destino para subir, no se puede entrar y subir como si nada. Al menos así funciona en Buenos Aires.

Abrió mucho los ojos al ver lo que era capaz de hacer Andrés. Cuando escuchó su propia voz hablando sin ningún tipo de acento español, casi se le saltaron las lágrimas. Qué maravilla de poder tenía el mago, y lo que hubiera dado ella por poder hablar así de bien el idioma.

Se dijo que podía funcionar. Que podía hacerse pasar por el auror desaparecido, y conseguir llegar a la casa.

-Y en Nueva York- puntualizó también Raven.

Se había animado muchísimo con la idea de Jurina, pero se desinfló cuando Andrés añadió lo obvio. El edificio era tan “pijeras” que seguramente no tenían a un guardia armado porque confiaban en el hombrecillo mayor. Y que hubiera tantas confianza era peligroso para su propósito.

-Si, al final, usamos la técnica de Andrés, lo mejor será ya venir mañana o el día después de mañana- dijo literalmente-. Si no, llamaremos mucho la atención. Será mejor irnos.