Partida Rol por web

Entro en la clase buscando con la vista un lugar donde sentarme. Veo que Liliana me señala el asiento libre junto a ella, invitándome a ocuparlo y me dirijo hacia ahí. En el camino paso cerca de Laura que le está dando un beso a Cormac. Parece que al final no fue tan mala idea lo de que se lo pidiera, pienso inocente sin captar el verdadero significado de ese beso. Cuando llego hasta Liliana dejo caer mi mochila junto al pupitre y ocupo el asiento a su lado. Saco el libro de pociones y los utensilios y me vuelvo hacia ella. 

- ¿Qué tal la noche, Lil? ¿El sueño reparador ha surtido el efecto deseado?- pregunto, ofreciéndole mi mejor sonrisa. 

El profesor se halla soltando un discursillo de bienvenida con su habitual jovialidad. De pronto escucho mi nombre y me vuelvo hacia él. ¿Está alabando mis habilidades de baile?, pienso entre orgulloso y extrañado. Me sorprende la naturalidad con la que menciona el hecho como si nada fuera de lo común hubiese ocurrido la noche anterior. 

- Créame profesor. Ni yo mismo lo sabía.- digo algo azorado, con el carmín asomando en mis mejillas. Entonces, menciona una cena. Me doy media vuelta para mirar a Eve, a la que también acaba de invitar, con la ceja alzada. 

- ¿Qué es eso de la cena de Eminencias? ¿Sabías algo?- Por mucho que le de vueltas, no me entra en la cabeza por qué diantres estoy invitado a una cena de Eminencias. Que Eve lo esté es comprensible: es una alumna modelo...pero mis notas de comienzo de curso han sido bastante flojas hasta el momento. 

Todavía no he recibido una aclaración cuando Carrie hace su entrada. Abro los ojos por la sorpresa. Una de dos: o los médicos de San Murgo son la hostia o el veneno no fue tan potente como pensábamos. Aunque no le profeso mucho aprecio, en el fondo me alegro de que esté bien. No le desearía la muerte a ningún alumno de Hogwarts, por repelente que sea. Aparto mi atención de la Slytherin y la centro en mi libro de pociones. Poción del olvido...¿qué pretende? ¿hacernos olvidar la situación que vivimos anoche?, pienso desconcertado. No me parece el mejor momento para enseñarnos esta poción. Sobretodo si realmente algún alumno estuvo implicado. Podríamos estar proporcionándole el arma perfecta para hacer olvidar a todo el mundo el intento fallido de asesinato masivo de la fiesta. 

Como no creo que deba discutir mi opinión con el profesor en estos momentos, delante de tanta gente, me limito a hacer lo que se nos ha mandado. Le paso algunos de los ingredientes a Liliana y coloco el caldero sobre el fuego. 

- ¿Empezamos?

Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que por poco no reaccioné ante la llegada de Carrie a clase. Por supuesto, las inservibles palabras de Slughorn habían tenido en mi el mismo efecto que un hechizo realizado con una varita partida en dos. Seguí con la mirada a Carrie conforme se acercaba a su sitio habitual, aunque no pronuncié ni una palabra. Mi mirada estaba tan fija en ella que, si desprendiera calor, hacía rato que habría atravesado su piel.

Solo las última spalabras del profesor me hicieron volver a la realidad, en cierto modo. Porque los torpes movimientos de mis dedos y las dificultades para hacer las cuentas mentales solo vaticinaban el desastre. Miré de reojo a Jack, observando lo que estaba haciendo. Parecía que no iba tan mal. - Creo que vas a tener que externalizar tus entrenamientos a otras áreas... - le comenté medio en broma, aunque en el fondo no podía evitar recriminarme lo que me estaba ocurriendo. Era inaceptable. - Solo falta que el imbécil de Peter lo haga mejor que tú, Oliver.

Entré a clase con el grupo y, tras terminar por ubicarme con Leo en nuestro sitio habitual, me dispuse a prestar atencion a Slughorn. Sonrei, al ver que hacia alusión a Kyle, a Eve y al propio Leo, y que los habia invitado a todos a aquella famosa cena suya de eminencias - No te quejaras... ahora sois privilegiados... - bromee con Leo, dándome cuenta entonces de que, al parecer, era la única a la que parecia no haber invitado.

Sin embargo, preferi no comentar nada al respecto. Suponia que Slughorn tendría sus motivos, lograra yo entenderlos o no. Lo cierto es que hacia tiempo que habia dejado de frustrarme en aquel colegio a ese respecto. Si algo me habia enseñado mi estancia en Hogwarts era que, en mas de una ocasion, el juicio de los profesores no tenia necesariamente que coincidir con el tuyo propio.

Estaba apunto de decirle algo más a Leo cuando, de repente, me quedé sencillamente boquiabierta- Carrie... - susurré, mirándola, como quien acaba de ver a un fantasma. Y lo cierto es que, a pesar de la estupefacion inicial, senti una enorme sensacion de alivio al verla alli, con peor aspecto que de costumbre, claro está, pero en perfecto estado - Menos mal.. - acabe por decir, mirando a Leo con una pequeña sonrisa, al ver que habia vuelto y que no habia nada de que preocuparse.

Y, mucho más animada, me dispuse a hacer aquella poción, despues de las indicaciones de Slughorn. Y es que, independientemente de todo, una pocion del olvido era algo muy, muy util.

Lei, corte, troceé, machaque, movi y observé aquella pocion durante todo el tiempo que fue necesario.- ¿Como lo llevas, cielo? - acabé preguntando a Leo, observando mi propio caldero, en el que su pocion parecia tener bastante buena pinta. Estaba segura de que aquello era una pocion en toda regla. Y de no haber cometido ningun fallo a la hora de elaborarla.

Despues de las ultimas pociones realizadas, podria decirse que no se me daba nada mal aquella asignatura.

La cara de Leo fue un mapa según escuchaba las palabras de Eve según marchaban hacia la clase. Él no se lo esperaba, y miró hacia atrás en un par de ocasiones, por si volvía a ver a Duncan allí y corroborar las palabras de Eve. Y tras acabar la explicación, y con los ojos aun como platos, acabó por incorporarse. Joder... Me alegro, la verdad. Duncan es un gran chico, me alegro por vosotros. Lo cierto es que después de ayer... bueno... quizás las señales si estaban allí. Se encogió de hombros, entrando en la clase, ocupando su sitio clásico y levantó la mano saludando a Peter.

¿Qué pasa, tío? Lo saludó, comenzando a sacar las cosas de la mochila. Buenos días, profesor Slughorn. Dijo, mecánicamente, mientras sacaba las cosas de pociones de la mochila. Miró de reojo a Kaitlin, mientras se quitaba las gafas de sol, y las dejaba sobre la mesa. En su lugar, se puso las de lectura, abriendo el manual de pociones, pasando paginas mientras el profesor iba invitando gente. Con Kyle e Eve fuera de combate aquella noche, les tocaría cenar con Duncan, Will y Peter. Mayoría Leona, así que cenarían en la mesa roja. A pesar de que Leo estaba seguro que la mejor comida era la de la mesa de Ravenclaw.

Veamos.... Comenzó a decir, cuando escuchó la puerta abrirse. Ya estamos llegando tarde... Comenzó a pensar, cuando escuchó el susurro de Kaitlin, y le obligó a darse la vuelta, mirando a Carrie. Tiene una pinta horrible. Tengo que hablar con ella. Pensó, volviendo la vista hacia el caldero cuando el profesor llamó su atención al pronunciar su apellido.

Alzó una de las cejas cuando habló de su secreto. Suponía que, a esa altura, el asunto de la animagia era de dominio público, al menos, para los profesores. Así que eso solo le dejó otra opción. ¿Cómo se ha enterado? Se preguntó a sí mismo. Gracias profesor. No dijo nada más, no quiso dar vueltos a la especulación o las preguntas.

Comenzó a añadir cosas al caldero, con más o menos maña. Encendió el fuego, y vio sus gafas de sol junto al caldera, y al recogerlas, se les escapó de las manos, y dejando que cayeran dentro del caldero. Se quedó mirando al caldero durante unos segundos, lanzando un largo suspiro. Joder. Que putada. Pensó, sacando las gafas -o lo que quedaba de ellas- del caldero. Espero que reparo haga algo con esto... Negó con la cabeza, lanzando un largo suspiro.

Céntrate, Leo. Por suerte, echó las gafas a la mochila antes de que alguien se diera cuenta. Fatal ¿Y tu? Preguntó a Kaitlin, mirando su caldero, y luego a ella.

Miré a Leo de reojo un instante. Juraria que acababa de ver caer algo dentro de su caldero, aunque estaba tan enfrascada en el mio que no me fijé en si realmente habia sido producto de mi imaginacion o no. Sin embargo, cuando me confesó que la cosa no iba bien, lo miré, con cierto aire preocupado, dejando la cuchara junto al caldero después de remover la pocion una última vez.

-Yo... creo que me ha salido bien... No parece nada raro... - dijo, mostrándole su caldero, ladeando una diminuta sonrisa en su rostro- ¿Quieres que te eche un cable? ¿Dónde esta el problema? - se ofrecio, inclinándose ligeramente para ver el caldero de él.

Eso si, sin perder de vista el suyo. Ya sabia lo que era perder injustamente en aquella clase por culpa de otros.

Las horas fueron pasando y los calderos fueron hirviendo preparando la poción mandada.

La mayoría de las pociones fueron un desastre mientras que las otras simplemente eran pasables. Todas... menos una.  Una sonrisa de orgullo se extendió por el rostro del profesor cuando se paró en la mesa de Leonard, Peter y Kaitlin:

- ¡Fabuloso! Señorita O'Hare, es usted una maestra. Esta poción es de niveles muy avanzados y usted la ha llevado a cabo con facilidad. - en la mesa de Carrie se puede escuchar a Deirdre decir "¡Por favor...!" y poner lo ojos en blanco mientras apoyaba la cabeza en la mano.- ¡Cuarenta puntos para Gryffindor! Y...- saca un pequeño bote con un líquido transparente y se lo pone en la mesa.- Veritaserum para la señorita. Seguro que le sirve para jugar un rato. Y por supuesto, la espero esta noche en mi cena junto a la señorita Lewis, Colleman, Van Dijck, el señor O'Brien, Carrow, O'connor y... su hermana de este curso, sí. ¡La clase ha terminado!

La clase había transcurrido de acuerdo a sus expectativas, convirtiendo cada paso de la preparación de la poción en algo soporífero. Sencillamente no estaba concentrada, los ojos se le cerraban mientras tiraba la cola de tritón. ¿O eran ojos de escarabajo? Ni siquiera sabía lo que acababa de añadir al caldero.

En otra ocasión seguramente hubiera bostezado descaradamente y tal vez incluso se hubiera marchado pero no ese día en el que no deseaba que la vieran mostrando la debilidad que en realidad sentía así que siguió removiendo el contenido de su caldero con la mirada fija de quien intenta que sus ojos no se cierren a traición.

Lo consiguió. O algo más o menos parecido. En realidad la poción no tenía tan mala pinta aunque no estaba demasiado convencida de que funcionara realmente como poción del olvido. La miró tentativamente para finalmente negar con la cabeza para sí misma y vaciar el caldero con un gesto de la varita una vez Slughorn la hubo evaluado.

Finalmente se levantó con la sensación de haber perdido el tiempo y colgándose la mochila en el hombro con toda la intención de dejarse caer en uno de los sillones de la sala común de Slytherin o mejor, en su propia cama. No se molestó en pasear su mirada helada como de costumbre, simplemente la dirigió a sus dos amigas y les hizo un leve gesto de cabeza antes de que las tres se dirigieran hacia la puerta.

Para ser sinceros, no esperaba lo que sucedio al final de la clase. Habria esperado que Slughorn le diera el premio a algun Slytherin, o que alguien en la clase, Eve, por ejemplo, hubiera hecho una poción mucho mejor que la mia. Lo que no esperaba es que, tal y como habia sucedido en la clase anterior, mi trabajo volviera a ser el mejor de la clase. Eso tenia que significar algo... quizás, despues de todo, no se me daba tan mal lo de las pociones...

Sonreí a Leo abiertamente, y luego al profesor Slughorn, inclinando ligeramente la cabeza, en un cabeceo educado- Gracias, profesor Slughorn. Me esfuerzo todo lo que puedo... - dije, antes su retahila de cumplidos, con una sonrisa radiante. Sin embargo, fue cuando me dio el "premio" cuando casi me fue imposible ocultar mi mueca de sorpresa. ¡Veritaserum! Aquello era increíble.

Volvi a mirar a Leo, tan contenta que no podia borrar aquella enorme sonrisa de mi rostro. Cuarenta puntos para Gryffindor, mi magnifica pocion del olvido y un frasco de veritaserum. No estaba nada, nada mal.  Y, para colmo, Slughorn habia acabado invitandome a mi tambien a la fiesta. Suponia que, en mi caso, aquella pocion era lo que le habia llevado a tomar aquella decisión, aunque seguia sin entender cual era exactamente su criterio- Claro, profesor. Alli estaremos. - acabe por decir, educada de nuevo.

Y, en cuanto nos volvimos a quedar a solas, me lancé a los brazos de Leo, incapaz de reprimir mi felicidad- ¡Leo! - exclame, sin que fuera necesario añadir nada mas. Y, aproveche aquel abrazo para susurrarle algo mas en el oido, antes de volver a separarme- Vamos a embotellar un poco de esta... Tenemos cosas que hacer... - dije, señalando hacia la puerta, con un ligero cabeceo para, acto seguido, buscar a Eve y Kyle con la mirada. - Y ahora si que tengo que ir a por Copérnico... - advirtio, alzando un dedo, aunque aun sonriente.

Leo.... veritaserum... eso significa que puedes llevartela si tienes intencion de hablar con Carrie...
 

Le hice un gesto con el pulgar hacia arriba a Kaitlin, mostrándole mis felicitaciones. Desde luego, llevaba una buena racha en esta asignatura. Debía de haber estado practicando durante el verano. Mire mi poción, que tampoco tenía mala pinta, y me dispuse a rellenar unos tubitos con ella antes de hacerla desaparecer del caldero. Cuando el profesor Slughorn hace entrega a Kaitlin de su premio mi mandíbula cae hacia abajo de la estupefacción. Veritaserum, ¿en serio?. Me pregunto si el premio habría sido el mismo de haber ganado otra persona...

Organizo mis cosas y despidiéndome de Liliana me dirijo hacia la puerta y espero a Eve, Kaitlin y Leo. Tenemos un ratito de descanso antes de la misteriosa cena y deberíamos aprovecharlo al máximo. 

Cuando el profesor se paró delante de la mesa de Leo, Kait y Peter, Leo ya estaba pensando en lo peor. A ver qué excusa me invento ahora... Pensó, cuando el profesor comenzó a celebrar la poción de Kaitlin. La miró, guiñándole el ojo. Bien hecho, princesa. Estas con esta clase que te sales ¿Eh? Le sonrió, llevando la mano a la espalda de ella, dándole su apoyo.

Tras eso, comenzó a recoger sus cosas. Por su parte, tiró la poción, porque si alguien se bebía aquello, era posible que acabara en San Mungo. Y en cuanto vio el premio de la clase, no podía creérselo. Había sido un golpe de suerte... o no. Nunca lo sabría. Y junto las pociones para olvidar, la combinación sería genial para sus planes.

Esos puntos les venían muy bien, pero Leo no tardó en sentirse mal por pensar aquello. Había cosas más importantes, como por ejemplo, lo que había pasado el día anterior. Así que negó con la cabeza, acabando por recoger. Déjame que te ayude... Le dijo a Kaitlin, ayudándole a embotellar su poción, dándole viales vacios.

Acabó por susurrarle algo a Kaitlin, y tras eso, se llevó la mochila al hombro, señalando hacia la puerta, saludando a Kyle ahora en la puerta. Vamos  Y caminó hasta la puerta, quitándose las gafas para leer. ¿Cómo fue, tío? Le preguntó, esperando a los demás.

Parece muy hecha polvo... hablaré con ella antes de la cena. Vamos ahora a buscar a Copérnico.

Aplaudí a Kaitlin ante la perfección de su poción. Al parecer este año las tornas se cambiaban e iba a tener que pedirle yo a ella ayuda en clase... menuda manera de empezar el curso. Lo que me extrañaba era que Slughorn no hubiese retirado la invitación tras mi desastrosa poción. La hice desaparecer casi al instante: cualquiera que bebiera eso seguramente tendría problemas de salud. 

Recogí mis cosas pero antes de ir hacia Kait  y el resto y me llevé a Laura unos pasos hacía el rincón. 

- Esta noche, antes de dormir, es noche de chicas. - le dije con un guiño. Era la chica de mi casa con la que mejor me llevaba y desde primero dormíamos al lado así que de vez en cuándo las dos dejábamos al lado el 'traje de doñas perfectas' y eramos simples adolescentes que cuchicheaban con la otra.

Después me acerqué a mis compañeros aguantandome la emoción. ¡veritaserum!

- Yo te acompaño a por Copérnico. ¡Cormac! - dije dándole un toque en el brazo al chico - ¿Te has fijado en un par de Hufflepuffs de tercero que tienen un camaleón? Se llaman... - mré a Kait para que rellenase el hueco, pues yo no recordaba los nombres - ¿Sabes dónde podemos encontrarles? Creemos que tienen el camaleón de Kaitlin.

Liliana se acercó a la mesa del profesor. Por lo visto, y como era tan apasionada de las Pociones, el profesor Slughorn le permitía acudir a algunas clases de nivel superior y la chica quedaba encantada.

Laura asintió a Eve ante su propuesta. Aunque se verían en la cena y podrían hablar de todo, no veía mal un poco más de fiesta. Después del susto de la noche anterior. En cuanto a Cormac, sonrió contento de poder ayudar:

- Esos dos suelen estar por el lago. Les gustan los bichos y esas cosas así que se pasan el día por ahí a ver si cazan animales.

Kaitlin:-Leo.... veritaserum... eso significa que puedes llevartela si tienes intencion de hablar con Carrie...

Leonard:-Parece muy hecha polvo... hablaré con ella antes de la cena. Vamos ahora a buscar a Copérnico.

Peter recogió con suma rapidez sus utensilios, olvidando incluso el caldero sucio encima de la mesa y salió corriendo, parando a Carrie en la salida colocando su mano sin titubeos en el hombro de la chica:

- ¡Hey, Carrie! ¿Cómo estás? Estaba muy preocupado.

Y sin pensárselo dos veces la abrazó y la levantó unos centímetros del suelo durante unos segundos:

- ¡No pude dormir en toda la noche de preocupación!

- Gracias Cormac, eres un cielo. ¡Pues vámonos!*