Partida Rol por web

Escuché en silencio la contestación de Deidre. Mi mirada estaba fija en su rostro. La tensión de la comisura de sus labios solo era superada por la fijeza de su mirada.

Nunca había sido fácil de convencer, al menos no tanto como su hermana Kaitlin. En eso tenía razón. Pero últimamente estaba resultando una misión imposible. Y ya estaba empezando a dudar de que solo se tratara de la 'falsa' ruptura entre nosotros.

- Dei... - su nombre escapó con un susurro de entre mis labios. Mi mano, que ya estaba de camino hacia la suya, no tardó en rodear sus blancos nudillos, con el objetivo de minimizar la tensión que rodeaba a su varita. Con la otra acaricié el contorno de su mandíbula, cogiéndosela con cuidado para obligarle a mirar en mi dirección. - Cuéntame qué te pasa.

Deirdre tardó escasos segundos en mirar finalmente a los ojos de Oliver. Estaban cerca pero la tensión que había entre ellos impedía que nada más pudiera surgir en aquellos momentos.

Algo positivo fue que la rabia en la chica había disminuido considerablemente y Oliver pudo notar que la mano que aferraba con tanta fuerza la varita se relajaba. Cuando la chica habló lo hizo casi en un susurro:

- Ya no sé quién eres, Oliver.- tragó saliva para deshacer el nudo en la garganta que se le había formado.- Estás interpretando tan bien tu papel de amigo de nuestros enemigos que ya no sé lo que piensas. Incluso no dudas en dejarme en evidencia ante mi hermana. No soy capaz de reconocerte.

No me esperaba esa respuesta. Me pilló tan desprevendio que, por un instante, la fuerza y fijeza de mi mirada quedó sustituida por un expresión enternecedora. Solo duró un momento. Pronto, esa señal de debilidad quedó sustituida por una sonrisa, igualmente tierna aunque mezclada con una pequeña dosis de diversión.

- ¿Y no es esa la idea? - mis palabras eran suaves, y seguían acompañadas de leves caricias en su rostro. - Sabes perfectamente lo difícil que es cambiarles su opinión sobre los Slytherin. Conmigo han bajado la guardia, pero no debemos confiarnos. Si ven que no estoy de su parte cuando se trata de ti, volverán a sospechar. - Conforme hablaba había acortado la pequeña distancia que había entre los dos. Me encontraba tan cerca de ella que podía respirar el embriagador aroma que siempre me había reconfortado tanto. Espere unos segundos, obsevando a Deidre. Entonces, rompí la barrera y posé un beso sobre la parte de su rostro que hasta hace apenas unos segundos había estado acariciando. - No dudes de mi, Deidre. Tengo muy claro a quien le debo lealtad. Y nunca serán esos Gryffindors.

Y las tornas habían cambiado. Los que hasta hacía un momento dejaban en sus manos el castigo por cruel que pudiera ser sin tener conocimiento alguno todavía de quién podía ser el culpable ahora se negaban a que aplicara sus propios métodos de conseguir información mientras que la que se negaba a lo primero aceptaba lo segundo. La expresión de Carrie se tornó aburrida. Nada de aquello tenía demasiado sentido para ella pero algo le decía que acababa de despertar un punto de fricción interno antes de empezar y lo último que le interesaba era estar en medio de otra disputa más.

- Voy a hacer las cosas a mi manera - terminó por afirmar sin más -, puesto que para mí el fin justifica sobradamente los medios, más con éste fin. Así que me parece que la decisión está de nuevo en vuestras manos.

Se sentía en un dilema. Por una parte le acababan de dar pruebas de lo fácilmente manipulables que eran y su mente trabajaba ya a toda velocidad sobre maniobras de distracción. Pensaba crear toda una trama falsa más consistente aún que la que se traían entre manos y mucho más fantasiosa. Eso les encantaría. El problema era que sería mucho más sencillo hacerlo desde el interior.

Pero una parte de sí contemplaba esa opción con terrible desgana. ¿El problema? La aburrían. Eran terriblemente aburridos. Cada palabra que salía por su boca era soporífera para ella hasta el extremo de llevar al menos diez minutos deseando marcharse sin decir ni una palabra. Y eso le hacía desear que no la aceptaran en el grupo, a pesar de lo mucho que facilitaría sus planes.

La mirada de Leo, tan sorprendida, me pilló desprevenida. Sobretodo cuándo luego dijo de manera cortante, sin lugar a "peros", que no se podía torturar a nadie.

"Pero si es lo que acabo de decir yo...¿Es que estaba hablando en otro idioma?" - vale que mi acento de Liverpool y el suyo irlandés eran como la noche y el día, pero en 5 años nunca había habido problemas de comunicación...

- Carrie, el fin puede justificar los medios a veces, pero nadie tiene que sufrir sin motivo alguno - "ni por tu diversión" - Así que esa clase de medios no. Engaña a quien quieras, espía a quien quieras, seduce a quien te de la gana... Haz lo que quieras para conseguir la información como siempre has hecho pero nada de hacer daño a nadie inocente. Si no, no sólo quedarás fuera de la misión, sino fuera del colegio. Tenemos permiso para investigar eso pero hacer daño a otros alumnos está fuera de propuesta. Y no creo que quieras que te expulsen del colegio y te quiten la oportunidad de encontrar al culpable, ¿o me equivoco?

No creía que a Carrie le importase el colegio en absoluto, pero sí sabía que aquí tenía gente, amigos o "súbditos", mientras que fuera del colegio era una niña malcriada que lo tenía todo pero a nadie. No creía que fuese a destrozar eso cuándo además aún era menor y por lo tanto toda magia la tenía prohibida fuera del colegio por culpa del rastro. 

Una sonrisa burlona se dibujó en los labios de Carrie cuando Eve dijo lo de que sedujera a quien quisiera. Ladeó la cabeza, cada vez más divertida mientras seguía hablando. Qué poco la conocían, que poco calada la tenían en realidad, aún creyendo que sabían más de su forma de ser de lo que en realidad sabían. Negó con la cabeza lentamente con su expresión tornándose paulatinamente seria e impenetrable.

- Os habéis equivocado de colaboradora pues - no comentó nada más sobre las suposiciones que había hecho; tenía plena confianza en sus métodos y en su capacidad de mantener las narices de los profesores lejos de sus asuntos, fueran cuales fueran sus métodos -. Me parece que aquí se acaba todo lo que podría haber sido pero nunca será - se encogió de hombros con laxitud, empezando ya a distraerse al pensar en las ganas que tenía de coger la cama -, y como habéis dicho, es tarde y peligroso rondar por los pasillos a estas horas cuando nos han dicho que volvamos a nuestras respectivas salas comunes así que buenas noches.

Y sin más se marchó del lugar con paso lento, como si aquello hubiera sido un simple encontronazo casual y no la reunión que había tenido lugar.

Embelesada por las caricias de Oliver, Deirdre terminó de calmarse y todo asomo de peligrosidad se esfumó. Suspiró hondamente, dejándose llevar por la voz del chico y aceptó el beso en la mejilla. El brillo que desprendían sus ojos llamaba a la pasión, si bien, ella no hizo ningún asomo por besarle. Tenía claro lo que en aquellos momentos había entre ellos, o más bien lo que no podía ser posible que hubiera.

- Me alegra escuchar tales palabras.- permaneció dos segundos más mirando directamente a los ojos del chico, antes de levantarse.- Buenas noches.

Y sin más dilación se marchó hacia su dormitorio, con caminar más calmado.
 

Pero qué iluso eres, Oliver. Sigue confiando en mí, que es justamente lo que pretendo. Cuando menos lo esperes... y siguiendo órdenes de Carrie Lewis, te mataré. Te mataré por haberme engañado con Lestrange, te mataré por haberme dejado en evidencia delante de mi hermana, te mataré... por el bien de mi amada amiga.

El tiempo en Hogwarts pasó sin muchas más novedades. Una semana después de la fiesta de Halloween, salió en la revista del colegio los premios sobre el mejor disfraz, el rey y la reina del baile y un par de premios más destinados claramente a hacer pasar por un mejor recuerdo aquella noche que en vez de haber sido feliz y divertida se había transformado en un completo caos. Por una parte, el mejor disfraz se lo llevó Carrie Lewis gracias a perfecta transformación de sus piernas en cola de serpiente, el rey y la reina fueron, asombrosamente, para los dos elfos domésticos, Kyle y Liliana. Probablemente fue debido a la gran exhibición de baile que hicieron. El premio a la pareja más llamativa y dulce de la fiesta fue para Eve Colleman y Duncan McKenzie. Finalmente el premio al traje más tenebroso fue para Kaitlin y Leonard. Además, hubo una mención especial para la prefecta de Ravenclaw gracias a su colaboración durante los momentos de confusión.

Además, y tras el incidente de la serpiente venenosa, se extendió el rumor de que Kyle O'Brien hablaba pársel y que mantenía contacto con serpientes, lo que resultaba una conexión bastante clara con las Artes Oscuras y, por tanto, la mayoría de los estudiantes le relacionaban con el atentado tóxico a todo el colegio. El colegio se había dividido en ese aspecto. Muchos le miraban con miedo, otros, los más cercanos a él, lo hacían como siempre y había unos cuantos que andaban recelosos. Sin duda Kyle O'Brien no se encontraba en una situación que pudiera considerarse cómoda y posiblemente él sería el más aliviado si el culpable fuera descubierto de una vez por todas, cosa que aún no había pasado.

En cuanto a noticias llamativas, las diferentes especies de citas que Carrie Lewis y Peter O'Reilly habían tenido fueron los sucesos más comentados por el colegio; Lo que más llamaba la atención no era que la Slytherin hubiera decidido darle tales oportunidades al pelirrojo Gryffindor, si no más bien que Peter hubiera logrado captar su atención. El Gryffindor parecía muy cómodo en su nueva situación de centro de atención y caminaba sonriente por ser capaz de estar al lado de una de las chicas más atractivas del colegio según su parecer. Se creía un chico con suerte.

Ahora, justo el día en que empezaban las vacaciones de Navidad, los alumnos de sexto curso se encontraban en el Gran Comedor desalojado para que tuvieran lugar las primeras prácticas para Aparición antes de partir hacia sus respectivas casas. Se habían dispuesto unos aros en el suelo, separados por escasos metros unos de otros. Del profesorado estaban todos los jefes de las casas y se estaba esperando a que la directora llegase con la coordinadora de las prácticas de Aparición.

Durante este tiempo que ha pasado, el grupo de investigación fue capaz de interrogar de forma exitosa a dos personas obteniendo interesantes resultados. Visto lo visto, el uso de Veritaserum fue más que útil.

Por un lado y a los quince días después del baile, Kyle, Eve, Leonard y Kaitlin fueron capaces de hallar el modo de interrogar a Katherine Lestrange. Ésta, sin percatarse de las reales intenciones, accedió a tomar un zumo con ellos una tarde. Gracias a este interrogatorio en el que la chica no pareció siquiera sospechar de que le habían dado una poción de la verdad, se aclararon bastantes cosas.

Katherine: - Yo no tuve nada que ver con lo que ocurrió en la fiesta. La verdad es que debo admitir que me asusté muchísimo. No sé... el veneno no es algo que deba tomarse a la ligera. Nos podían haber matado a todos de no ser porque un error nos salvó la vida. Fueron momentos de confusión y de miedo. Por suerte todo se solucionó y nadie salió verdaderamente lastimado. En cuanto a Oliver... sé que él no pudo haber hecho algo así. No solo porque tengo plena confianza en él, si no también porque no se separó de mí en ningún momento de la fiesta y parecía realmente afectado al ver que teníamos la lengua negra. A decir verdad... no me fijé en si alguien pasó más tiempo del debido merodeando por la zona del ponche, el vino o la cerveza de mantequilla. La verdad es que había muchísima gente por todos lados.

Por otro lado...  bueno, en cuanto a lo sucedido en la cabaña de Hagrid, me temo que en eso sí que tengo algo de culpa. Debo admitir que era una broma que teníamos pensada tanto Bonnie como yo. No sé, nos pareció divertido el hecho de que el propio Hagrid que tanto nos había hecho sufrir con esos animales en quinto comprobase la peligrosidad de las criaturas. Aunque al final fuimos Oliver y yo. Cada uno tiramos una caja cargada de escregutos al interior de la cabaña. Nunca imaginé que Hagrid fuera a ser tan tonto como para tocar a los animales o enfrentarse a ellos sin tener cuidado. Os aseguro que dañar la integridad del profesor nunca fue nuestro objetivo. Solo queríamos que se tratase de una simple broma. Alguna vez pensé en disculparme, pero el tiempo pasó y terminé por dejarlo pasar. Al fin y al cabo Hagrid está bien, ¿no?

Pero sobre lo de Bikkel... a nosotras no nos miréis. No tuvimos nada que ver. Nosotras somos bromistas pero hacerle eso al gato de Eve... eso es un nivel de crueldad que ni Bonnie ni yo aspiramos alcanzar. Lamento no serviros de especial ayuda en este asunto. Lo cierto en que como no soy de tu casa, Eve, no tengo ni idea de quién pudo ser.

Sobre lo de la supuesta tercera Kaitlin o Deirdre... bueno... quizás ahí sí que os pueda ayudar un poco. Digamos que Bonnie y yo estábamos planeando hacer una gran travesura. Teníamos pensado colarnos en la sala común de Slytherin y para ello necesitábamos un pelo de alguien de allí para finalizar la poción multijugos que habíamos realizado. En un principio el objetivo fácil era Oliver, ya sabéis por qué. Y por ello mismo le quité uno rápidamente de la túnica. Si bien... bueno, ¿Qué queréis? El pelo era pelirrojo aunque no largo. Quizás se cortó por algún motivo. Y cuando hicimos la poción y Bonnie se la bebió se transformó en Kaitlin y Deirdre. Nos pareció divertido el hecho de que se pasease por ahí haciéndose pasar por Deirdre. La perdí de vista durante media hora y cuando volvió traía consigo a un camaleón. ¡Ninguna de las dos supimos que era el camaleón de Kait! Porque ella nunca lo pierde ni nada por el estilo, así que nos lo quedamos y lo cuidamos. Si bien... bueno, cuando vimos que era de Kait y fui a buscar a Bonnie para que me lo diese... bueno, ella se había asustado porque podían relacionarla con los ataques y esas cosas, por lo que bajó a las mazmorras y lo tiró por allí. Cuando Oliver me encontró yo estaba buscando y me ayudó a encontrarlo. Por suerte esos animales no caminan apenas... de hecho no hacen nada de nada... Oliver se ofreció a dárselo a Kait y ahí terminó todo. Pero si estáis pensando que hemos usado más poción multijugos no fue así. Aquella fue la única vez y ya veís en qué la usamos. Cambiamos el plan de entrar en la sala común de Slytherin por el de pasearnos por los terrenos haciéndonos pasar por Deirdre. La verdad es que la gente la teme muchísimo... pudimos hacer todo lo que nos vino en gana.

Y.. desde luego no tuve nada que ver con la broma del champú. Es cierto que no nos costaría entrar en ciertas salas comunes, pero desde luego las adivinanzas no son lo nuestro. Lo siento Kyle, pero yo no fui y Bonnie tampoco. Pero vamos, si es cierto lo que dices al parecer tenemos competencia. Ahora tengo ganas de averiguar quién logró tal obra maestra.

¿Algún sospechoso decís? La verdad es que yo siempre tiendo a mirar a Deirdre O'Hare. Pero supongo que soy totalmente parcial en este asunto. Y bueno... a ver... ¿Cómo lo diría? O'Brien también ha ganado muchos puntos en esto de ser el centro de toda sospecha.

En cuanto a Sean, los resultados no fueron ni la mitad de interesantes que tras el interrogatorio a Katherine:

Sean: Yo no tuve nada que ver con lo del veneno. Lamento no poder ser de ayuda. No vi nada ni nadie sospechoso en la fiesta y yo me la pasé sentado, aburrido y deseando que terminase. Esas cosas no me van... prefiero una buena dosis de biblioteca. Por cierto... Kyle, sé que no confiarás en mí, pero debes tener cuidado con Liliana. Tiene un rollo raro con Carrow. El año pasado les vi liándose en la biblioteca más de una vez y este año ella se puso nerviosa en una ocasión en que él la sorprendió. Creo que a ella le gusta Carrow bastante. No creo que lo vuestro funcionase. Ella está demasiado enganchada a él.

No sé nada del ataque a Hagrid. Aunque ví a Bonnie corriendo por los terrenos desde la ventana de la biblioteca. Aunque esa chica siempre corre. Supongo que porque se mete constantemente en líos.

¿Tú gato? ¿No pensarás que yo he tenido nada que ver? No me gustan los animales, pero tampoco los maltrato. Además... ¿por qué habría de ir a por tu gato? Por otro lado... tampoco vi nada sospechoso aquella vez. Lo lamento.

Sobre tu camaleón... ni idea Kaitlin. Pero al menos ya lo encontraste, que algo es algo. Y está bien. No creo que debas preocuparte más por ello la verdad. Aunque si tan preocupada estabas... podías haberme pedido ayuda. Sé que soy callado, pero somos amigos. Te puedo ayudar sin pedirte nada a cambio.

¿Lo del champú? Lo siento. Es verdad que yo como compañero tuyo tengo acceso a todo lo que hay en la habitación. Pero me paso el día en la biblioteca, así que no tuve nada que ver y tampoco vi nada. ¡Si hasta me pasó desapercibido el hecho de que tenías una serpiente debajo de la cama!

Y ahora... si me disculpáis... tengo un par de tebeos que quiero leerme antes de bajar a cenar. Nos vemos chicos.

Las puertas se abrieron nuevamente cinco minutos después y la profesora llegó acompañada de una chica joven que caminaba con andar resuelto y seguro junto a ella.

Parecía simpática y saludó a un par de los presentes con la cabeza mientras se dirigía a la zona donde el resto de profesores esperaba. El profesor Longbotton sonrió de oreja a oreja al verla y ambos se fundieron un caluroso abrazo. Después pasó a saludar con muchos respetos al resto de profesores presentes en el lugar antes de darse la vuelta y colocarse frente a los estudiantes.

- Buenas tardes, chicos y chicas. Mi nombre es Hermione Granger y seré vuestra instructora durante las doce próximas semanas sin contar con las vacaciones de Navidad y al mismo tiempo formaré parte del tribunal que os examinará para daros la licencia de aparición una vez llegue el momento de la verdad. Pero por el momento y hoy mismo, entrenaremos. Así pues, ¿empezamos?-  hizo una pequeña pausa y después comenzó a pasearse por la sala.- Quiero que os coloquéis a un metro de un aro y lo principal es que tengáis presentes las tres D: "Destino", "decisión" y "desenvoltura". Tenéis que tener bien visualizado el destino en vuestra cabeza, después tomar impulso a lo que os recomiendo en un principio que flexionéis las piernas ligeramente y sin moveros ni un ápice y decididos, contar hasta tres mentalmente y lanzaros usando vuestro poder y habilidades. En un principio es muy complicado e incluso una vez controlado puede ocurrir una despartición. ¿Alguien sabe lo que es la despartición?*- hizo una pausa para que alguien respondiera y tras ello continuó.- Pues bien. Vuestro primer destino es aparecer en el interior de vuestro círculo. Intentadlo a ver qué tal os sale. Recordad, hace falta decisión y confianza.

- Seguro que somos los primeros Gryffindor en ganar el premio al disfraz más tenebroso. - Comentó a sus compañeros, sobre todo a Kaitlin, mientras hacía tiempo en el gran comedor. Dio un par de saltitos, preparándose, nervioso para las practicar para aparecerse. Miró primero a un lado, a Kaitlin y le juñó el ojo, con una media sonrisa, y luego miró hacia el otro lado, levantando el dedo pulgar para dar apoyo y ánimos tanto a Eve como Kyle. Quizás más a este último... no creía justo que la gente lo tildara de amigo de las artes oscuras por hablar pársel.

Volvió a mirar a su alrededor, buscando a Peter con la mirada y tras cruzar la vista con varios compañeros a los que saludó uno a uno, bien con inclinaciones de cabeza, gestos de la mano o exagerando palabras para que le leyeran los labios.

En silencio, mientras esperaba al instructor de aparición, Leo se dedicó a observar los cambios en el Gran Comedor para aquella prueba. El vacio reinante en la sala, los aros en el suelo, los alumnos preparados, los jefes de las casas observando cómo iban a desarrollarse los acontecimientos.

Dirigió su mirada hacia Longbottom, durante unos segundos y acto seguido buscó a su tía entre los profesores... momento en el que la puerta se abrió. Leo se giró, mirando hacia la puerta como entraban las dos mujeres. Lo cierto era que esperaba que se aparecieran allí mismo. No puede aparecerse dentro del colegio. Aunque supongo que para que nosotros hagamos las pruebas, quiten la salvaguarda... ¿Entonces podrá entrar quien quiera? Se cruzó de brazos, pensando sobre ella solo unos segundos. Los que pasó la profesora y se abrazo a Longbottom.

- Buenos días, Directora McGonagall. Buenos días, profesora Granger. - Saludó, estirándose y llevando las manos a la espalda, prestando atención ahora a las palabras de la instructora de aparición. Doce semanas, tres meses. Genial, si todo va bien podré tener la licencia para el día de mi cumpleaños. Pensó, sin abrir la boca.

La siguió con la mirada, mientras hablaba, atendiendo como pocas veces se le había visto fuera de una clase de Defensa contra las artes oscuras. Tres D. Destino, Decisión, Desenvoltura. Parece fácil... Demasiado. Y a Leo las cosas fáciles le hacían sospechar de que no lo eran tanto. Nunca lo eran.

Pero cuando preguntó que era una despartición, Leo levanto la mano. - Al efectuar la aparición, un mago debe tener claro donde viajaran todas las partes de su cuerpo, como una unidad. Si no es así, alguna parte de su cuerpo podría aparecerse en un lugar incorrecto... en pocas palabras, una parte del cuerpo se queda atrás, o simplemente aparece donde no debe. - Explicó tal y como recordaba del manual. Aparecerse era una de sus grandes prioridades aquel curso.

Cuando tuvieron permiso para aparecerse, cogió aire, y siguió las instrucciones de Granger al dedillo. Miró al círculo que aparecerse y cerró los ojos, memorizándolo. cogió aire, haciéndose una idea mental de sí mismo, y acto seguido, volvió a recurrir al círculo al cual debía ir. Flexionó las piernas, preparado para tomar impulso.

Se concentró. Tomó aire, sin moverse, y se lanzó, desapareciendo del lugar en el que se encontraba y apareciendo en la parte interior del circulo... con bastante precisión. Miró hacia abajo, quedándose de cuclillas y poniendo los codos en las piernas. Soltó un largo suspiro, ligeramente mareado, pero eufórico por el éxito. Con una amplia sonrisa, miró a su alrededor, a ver cómo iban los demás.

El abrazo había sido demasiado. Oliver había mantenido la compostura durante todo el proceso, desde la apertura de las puertas hasta su llegada a la altura de los profesores. Se había entretenido en observar su tersa y cuidada figura, intentando obviar la desquiciante y desmerecida actitud altanera y orgullosa de la profesora Granger. Pero XXXXXXX

- Tal para cual - masculló Oliver, asegurándose de que solo era oído por los más cercanos. Sin dejar tiempo a que la profesora valore la respuesta de Leonard, echó a andar hacia uno de los aros situado al lado de su compañero. Tras mirarle un instante y asentir con la cabeza en señal de apoyo cerró los ojos y se concentró. Destino, decisión y desenvoltura. Estaba claro. Por desgracia, hacía mucho tiempo que las cosas habían dejado de ser fáciles para el joven Slytherin. Cuando volvió a abrir los ojos, y tras necesitar un tiempo para ubicarse, pudo comprobar que había conseguido colarse en el interior. Aunque no en el centro.

- Nada mal, O'Connor - comentó tras observar la situación del Gryffindor. Tras eso, echó un vistazo a su alrededor para ver las prácticas de sus compañeros.

- Y seguramente los últimos- respondo al comentario de Leo sobre los disfraces. El que tantos premios y halagos hubiesen recaído en nuestro grupo de amigos había supuesto una pequeña alegría. Aún así, mi ánimo había estado más bien por los suelos en los últimos días. Desde lo de la serpiente, parecía que todo aquel que antes me había visto como una buena persona, había dejado de hacerlo. ¿Cómo era posible que el hecho de poder hablar un raro idioma te calificara automáticamente como mago tenebroso? Miro a mi alrededor, comprobando que efectivamente la mitad de la sala me miraba con miedo y desconfianza. Si ya de por sí mi autoestima nunca había sido muy alta, esto había conseguido minarla muchísimo más. Aún así, en el fondo no me importaba. Mis amigos seguían ahí a mi lado, algo que agradecía profundamente y todo lo que me preocupaba era que Rita estuviera bien.

Cuando la directora entra en la sala, hago una mueca recordando lo cerca que estaban ya las vacaciones de Navidad y el destino que aquella mujer me tenía reservado. Con la tontería, no había tenido tiempo de comentarlo con mis amigos, pero tenía que hablar con ellos cuanto antes, para que no me incluyesen en sus planes. Al posar la vista sobre quien le acompaña, el rostro me resulta familiar, y cuando su nombre sale de su boca, mis dudas sobre de qué la conozco se disipan por completo. Pues claro...

Escucho atentamente sus explicaciones. Tres pasos...parece fácil. Creía que tendría más complicación. Claro que con la magia nunca se sabe. El más sencillo hechizo puede requerir una veintena de pasos y, sin embargo, el más complicado puede sólo tener uno. La respuesta de Leo a la pregunta de la profesora me deja algo preocupado. ¿Qué se supone que pasa después? Si tu cuerpo queda separado en dos....¿cómo cojones lo vuelves a unir? Mi pulso se acelera un poco ante el nerviosismo. No quiero conocer la respuesta a esa pregunta en mi propia carne. Espero a que Leo y Oliver tomen la iniciativa y cuando veo que ambos logran realizar la aparición con éxito, alzo el pulgar hacia Leo para felicitarlo y cierro los ojos concentrándome en verme a mi mismo en el interior de uno de los círculos. 

Cuando los abro, sigo en mi sitio. ¿Nada? ¿No me he movido ni un milímetro?

-Si, la verdad es que es un poco parádojico. - dije, riendo, cuando Leo comentó lo del concurso de disfraces. Lo cierto era que el recuerdo de lo sucedido la noche de Halloween aun seguia muy vivo en todos nosotros y aquello habia sido una buena forma de quitarle hierro al asunto.

Habían pasado ya unos días desde la cena con Slughorn y nuestra conversación con Carrie y, desde entonces, lo cierto es que ninguna de las partes habia intentado ningun acercamiento más. Quizás era mejor así. Quizas, despues de todo, era imposible resultar el agua con el aceite, por mucho que nos empeñáramos por el bien de todos.

Por el resto, habíamos tenido nuestras pequeñas victorias, y nuestros pequeños fracasos en todo aquello. Y algunos descubrimientos curiosos, como darme cuenta de que el chico tétrico que siempre me miraba y que jamás me hablaba, Sean, había resultado un conversador bastante capaz y, lo que es más, me consideraba incluso su amiga. Lo cierto es que me sentí un poco mal, en el momento en el que me ofreció mi ayuda. Quizás habia sido injusta con él. Y por eso, desde entonces, me rondaba la cabeza la idea de darle una oportunidad como colega.

En cualquier caso, todo aquello debería esperar. Ahora habia llegado uno de los momentos más esperados por todos, sin duda: nuestra primera clase de aparición.

Y alli estábamos, en aquella estancia tan acertadamente trasformada para su propósito, con Longbottom y... ¿Granger? Abri los ojos ligeramente al ver alli a la mujer y sonreir, mirando a Leo- Es Hermione Granger... - dije a Leo y a Kyle, comentando la obviedad, más como una expresión de sorpresa que como información adicional. Y entonces escuché su explicación, poniendo cada uno de mis sentidos en ella, con expresion concentrada.

Leo fue quien lo intento en primer lugar, ademas de contestar eficientemente a la pregunta sobre la despartición. Lo cierto es que lo hizo muy bien, mucho mejor que Oliver, a quien se notaba algo desconcentrado. Aún así, su intento fue también más que decente. Por desgracia, no sucedio lo mismo con Kyle, a quien dedique un gesto de apoyo, al ver que no habia conseguido siquiera moverse. Pobrecillo. Desde lo de la cena de Slughorn llevaba unos dias horribles y todo aquello debia estar pasándole factura. Le sonrei, intentando animarlo y pensé en que después deberiamos hablar con él. Casi no habiamos cruzado palabra sobre el tema desde aquel dia.

Y entonces me decidi a actuar, antes de que el resto se me adelantara. Me coloqué en posición, tras felicitar a Leo, con un guiño y una sonrisa, y sonreir tambien a Oliver, asintiendo ante su actuación.

Vamos Kait. Puedes hacerlo. Concéntrate, visualízalo. Vamos.

Y así fue, lo conseguí. Y es que, tras sentir la más horrible sensación que jamás en mi vida hubiera sentido, naúseas incluidas, aparecí alli, en medio de aquel circulo. ¡En medio! Había sido una aparición impecable.

Sonreí, radiante, en dirección a Leo, buscándolo con la mirada, igual que a Kyle y a Eve. Estaba pletórica.

Las últimas semanas habían sido cuanto menos intensivas, o al menos para el cerebro de Carrie Lewis, que no había cesado de trabajar cuando no tramar planes, malévolos o no. Tenía que admitir que el hecho de no haberse aliado con los "chupi-guays" tenía sus impedimentos, puesto que desde dentro le hubiera sido mucho más fácil manipularlos, pero Carrie no era una persona dada a los sacrificios y la charla con tres de ellos a la vez le había convencido que, de no querer morir de sopor o ser traicionada por un ataque de sinceridad aburrida, tenía que actuar de forma más indirecta.

Lo primero era Peter. Aún no tenía demasiado claro cómo utilizarlo o si aquello le serviría de algo pero había tomado la decisión de que era mejor no lamentar su pérdida cuando lo necesitara y que aquel era un punto en el que podía transigir. Había quedado con él, había permitido que la llevara a las cocinas e hicieron un pique-nique a las orillas del lago, bañados por la luz del sol y aderezado con unas gotitas de amortentia. Para más inri y visto el buen funcionamiento que le había dado practicar falsas charlas ante oídos indiscretos, le había susurrado a Jackie en la Sala Común que creía que se estaba enamorando de él, obviamente con Victoria escuchando con atención. Confiaba en que a estas alturas la rubia, creyéndose en posesión del secreto mejor guardado de Carrie, lo habría ido extendiendo por Hogwarts como una penosa debilidad y que incluso habría llegado a oídos del susodicho.

Para continuar había aprovechado el filón de la "tercera gemela". Era tan absurdo como brillante y además ella disfrutaba de cantidades ingentes de poción multijugos para hacer realidad aquel fruto de la mente calenturienta de los "chupi-guays". Se había asegurado de que Deirdre estuviera visible para ir alternando con Zac y Jackie el hacerse pasar por la tercera gemela, de modo que ninguno de los tres estuviera siempre desaparecido. Sabía que en cuanto se pusieran a investigar todo daría sus frutos.

Para empezar habían estado investigando "discretamente" por el pasillo del tercer piso, como si buscaran algo tras cuadros, paredes, estatus, armaduras e incluso una fuente, algo que no encontraban. Se habían asegurado de ser vistos al menos una vez por semana y de que sus prisas por marcharse de ahí fueran cuanto menos sospechosas.

La segunda parte de ese plan había sido aún más brillante. Había ido disfrazada de la "tercera gemela", a la que había empezado a referirse en broma como Deitlin y había cogido un libro de la sección prohibida haciéndose pasar por Kaitlin y utilizando su autoridad como prefecta. Obviamente no valía cualquier libro, no, tenía que ser uno con aspecto y nombre tenebroso. "La desgarradora oscuridad: de cómo invocarla y cómo ahuyentarla sin perecer en el intento" había sido el elegido, una obra oscura, un galimatías sin sentido que ella había modificado para que en manos de los "chupi-guays" fuera un auténtico tesoro*. Aún conservaba el libro, esperando la mejor oportunidad para servírselo como pista. 

Por último y como algo insignificante, estaba disfrutando molestando al personal. Había empezado a mostrarse más respetuosa con Kyle y le había privado del apodo de O'Zebra, fiel a su palabra de que no tenía importancia. En realidad, aunque pareciera que se hacía la maja, sabía que el hecho de que Carrie hubiera bajado el hacha de guerra aún haría sospechar más a la gente de que Kyle se codeaba con el lado oscuro.

Las últimas semanas habían resultado apacibles y tranquilas, aunque podía ser que la casi muerte de Carrie la hubiera calmado. Sin embargo su mirada aburrida pasaba muchas veces a suspicaz observando con intensidad a sus compañeros de Hogwarts, como si intentara averiguar algo en el lenguaje no verbal de los alumnos del colegio, algo que no decían con palabras. Otro de los cambios era que había empezado a tratar a Kyle con el nombre de O'Brien en vez de O'Zebra, eliminando la burla de sus palabras fiel a lo que ya había dicho en la cena de Slughorn: ¿qué importancia tenía que hablara pársel? También había aprovechado para quedar con Peter un fin de semana y verse algunas veces más, aunque su opinión sobre esos encuentros era algo que estaba reservado a sus más íntimos amigos.

Y así podía resumirse más o menos el paso de las últimas semanas de Carrie en Hogwarts, sin más novedades excepto la que ahora la tenía observando con parsimonia el aro de plástico que tenía ante sí y que hacía un momento había desplazado ligeramente con la punta del pie para comprobar si estaba fijado al suelo. Las prácticas de aparición. En realidad preferiría hacer todo aquello con más intimidad, más que por la falta de éxito o no porque no le atraía la posibilidad de sufrir una despartición delante de todo Hogwarts. Y conociendo su capacidad de concentración para ese tipo de cosas, era más que probable que aquello sucediera. Sin embargo, había realizado apariciones conjuntas y aunque no era lo mismo había podido sentir el proceso.

Ignoró la voz de Granger, cerrando los ojos y centrándose más en su recuerdo que en sus instrucciones. No, definitivamente no pensaba adoptar esa posición de gallina a punto de poner un huevo. Y ya podía ponerle las "d" que quisiera a aquello que la única que a ella le importaba era la de "dentro del aro". Lo visualizó. Y estaba tan convencida de que podía hacerlo bien, con su demoledora confianza en sí misma que lo logró. Tal vez no a la perfección, pues no estaba en el centro del aro, y no sin trastabillar un poco, pero se había aparecido sin sufrir un horrible accidente y, siendo su primera vez, era algo notorio.

Sonrió con suficiencia y se afanó en buscar alguna desgracia, pues, la fin y al cabo, aquella era la diversión de aprender a aparecerse siempre y cuando no le pasara a uno mismo.

Tenía la cabeza llena de preguntas sin respuesta y no era capaz de apartarlas. Ni con los premios ni con nada. Y encima estaba el asunto de Kyle. ¿Cómo podía ser la gente tan... hipócrita? ¿Falsa? ¿Cobarde? ¿Cuál era el adjetivo adecuado? Hace unas semanas todos tomaban a Kyle por quién es: un chico amable, justo y divertido. Hoy, era la comidilla de todos en el peor de los sentidos. Eso me cfispaba enormemente pues yo seguía viendo a Kyle por quien era, nada de extrañas asociaciones. Por las barbas de Merlín, hablar pársel no te convertía en el heredero del señor Oscuro, no todo el mundo que hablaba pársel era un mago oscuro por definición. Y eso la gente debería saberlo, joder.

Luego me seguía preocupando el tema de las gemelas y el de Bikkel. Algo no me cuadraba, pero sabía que nadie había mentido por razones obvias. Y luego estaba él... Lo notaba raro este año, pero ahira ya era algo totalmente fuera de lugar. Tenía que investigar más, ¿Pero cómo?

De repente me di cuenta de que mis amigos estaban apareciéndose y que yo me había perdido toda explicación. Bien empezamos Eve. ¿Y si acababa sufriendo una departición por culpa de mi despiste? Decían que era una de las cosas más dolorosas que podías sufrir... En ese momento vi que me tocaba a mí y me coloqué con visible inseguridad en el lugar que tocaba. 

No iba a conseguirlo, estaba nerviosa y no me concentraba. Lo sabía antes de cerrar los ojos y hacer el ridículo delante de todos. Había notado la extraña sensación que había leído mil veces y al abrir los ojos seguía en el mismo sitio. Perfecto, Eve. Perfecto.

Me aparté con rapidez para esconder mi cara entre la multitud, evitando mirar a nadie. Menudo ejemplo, sí, señora prefecta-eminencia-del-club-slug-estudiante-modelo. Menudo ejemplo.