Partida Rol por web

_Gracias -agradeció con una sonrisa-.

Tomó una caja de chocolatinas, le habían gustado las del tren, no así su efecto.

_Quizás podamos conseguir más suero, nos sería útil en algunas de estas chocolatinas. Fue buena tu idea.

La familia de Alana estaba en mejor condición que la de Madelain, por eso a la chica no le costó aceptar una caja de chocolates.

_¿A dónde ahora? Te sigo, pero deja ya de dilatarlo, cuéntame qué has descubierto.

-Dí de forma afortunada con un libro sobre los centauros -dijo andando, tras comer una rana de chocolate que intento patalear de forma fútil. Le echó un vistazo al crómo que le había tocado- La sociedad de los centauros es bastante cerrada hacia los magos pues les ven como profanadores de la magia, y como seres que se creen superiores a las demás razas mágicas por el simple hecho de ser humanos. Por esto no suelen relacionarse con los humanos salvo que estos muestren respeto y demuestren que sus acciones no buscan el mal. Pero, en estos momentos rechazan todo contacto con la sociedad mágica humana gracias a ya sabes quien. Necesito encontrar algun centauro que dé el beneficio de la duda a los humanos, pero no puedo esperar encontrar eso buscando en libros. Tendré que aventurarme al bosque prohibido y esperar que la colonia de allí aún viva y no me evite del todo.

Arrugó el envoltorio de la rana.

-Y que no se pongan hostiles, por supuesto.

Masticó una segunda, volviendo a ojear el cromo con curiosidad.

-Ahora, lo que dices de la sección prohibida puede ser de mucha ayuda. Pero desde que tomé el libro hace dos años, las medidas de la biblioteca se han vuelto muy estrictas e intuyo que sus mecanismos de defensa nocturnos habrán aumentado. Yo usé poción multijugos y tomé el libro, y cuando lo consulté previamente estaba bajo los efectos de la misma, por ende cubrí mis huellas totalmene. Ahora...creo que el orden de acción debería ser encontrar el retrato o foto de ese hombre -evitaba usar palabras y nombres concretos solo por las dudas, había quedado bastante alerta luego del episodio de Potter- y con ello seguramente pueda brindarnos algun conocimiento o preparación para la prisión. Si conseguimos la empresa allí, los centauros tendrán un motivo fuerte para creer en mi.

Alex era el líder natural de aquel grupo, siguiendo sus indicaciones fueron primero a la tienda de bromas. Donde todos los demás veían simples artículos de broma, Henri fantásticos juguetes para compartir con su primo durante las vacaciones sin contravenir el decreto para la razonable restricción de la magia en menores de edad.

A pesar de que estas Navidades no fuesen a hacerle falta, el Hufflepuf compró más o menos lo de siempre, una oreja extensible, algunas bombas incendiarias y bengalas del doctor filibuster, junto con una caja de galletas canario, pués el pequeño Hugo podía pasarse tardes enteras jugando y riendo al ver a Henri convertirse en un enorme pájaro amarillo.

Lamentablemente para Henri, las compras que otros años le aportaban alegría no lo hicierón en absoluto en ese momento.

Scarlet sonrió como respuesta al mensaje de Henri y asintió, decidida a su propuesta. La casa de los gritos era un buen lugar para hacer la poción, el único inconveniente que le veía era que tendría que dejarla desatendida durante toda la semana, ya que a Hogsmade sólo iban un día. Pero... si no era ese sitio, ¿dónde si no?

-Me pa-parece un buen lugar...pero... bu-bueno, su-supongo que tendremos que pre-preguntarle a Spencer... él es que ma-manda en e-esto.-bromea y ríe por lo bajo.

Después deja que el chico la suelte del brazo y vaya por libre, no quería retrasar a nadie.

Scarlet se deja guiar por el grupo hasta llegar a la tienda de artículos de broma. La chica no sentía especial interés por esos objetos, por lo que decidió dar una vuelta por la tienda por si veía algo que le gustaba... pero no, nada le llamaba la atención. Por lo que, decidió esperar fuera a que los demás terminasen de hacer su compras. 

Mientras tanto, se dedicó a mirar el escaparate de una librería, le gustaba mirar todos los libros apilados uno sobre otro formando torres desordenadas, o también le encantaba ver como esos libros eran colocados alfabéticamente y por temas en unas inmensas estanterías mediante magia. Casi se sintió tentada a entrar un momento a oler el delicioso olor del pergamino... pero no se atrevía, porque no quería separarse del grupo y también porque sabía que una vez entrase, no saldría hasta que fuera la hora de marchar vuelta al castillo.

_Es interesante. Puedo acompañarte si quieres al Bosque Prohibido, si no confían en una puede que al menos confíen en la otra. De todos modos deberíamos consultar antes con el profesor de Cuidado de las Criaturas Mágicas. Y tú me dijiste que te hablabas con la profesora nueva de Astronomía. Ella habló de los centauros en la clase, quizás conozca a alguno. También sé de alguien más que pueda saber, un alumno...

Se encaminaron a Cabeza de Puerco.

_Si ves que es demasiado malo el lugar para ti no hay problema, nos vamos a otro lado. ¿Tienes los ingredientes para hacer más suero de la verdad o multijugos? Si compráramos en cualquier otro lado sin dudas se enterarían en el colegio, en cambio aquí quizás podamos conseguir.

-Traje de casa para ambas pociones, el problema es mas bien su complejidad y el tiempo que toman en crearse...especialmente el veritaserum, me toma muchos intentos hacerlo bien, y espero que no se me acaben los materiales antes. Me quedan apenas dos gotas listas para usar.

Arrugó levemente la nariz al acercarse a la puerta del establecimiento debido a su aroma particular, pero hizo un esfuerzo para normalizarse.

Madelian entró a Cabeza de Puerco y tomó asiento en la primer mesa que encontró, con aire despreocupado, como si todo le diera igual y fuera habitué del lugar.

Miró a su alrededor porque no sabía si alguien iría a servirles o si deberían acercarse ellas hasta la barra.

_Escucha -se llevó un dedo a la oreja y luego lo dirigió apuntando hacia arriba y un costado-. Debemos prestar atención a qué tipo de cosas se hablan aquí. Quizás podamos conseguir las pociones ya listas si es tan complicado hacerlas -explicó en voz baja-.

Ya era casi la hora, Henri fue a la barra de las tres escobas, pidió dos cervezas de mantequilla y las llevó a una mesa un poco retirada donde se sentó a esperar a la guardiana de su equipo. Tal vez no llegará y quedase como un panoli allí esperando, aunque confiaban que no fuese así.

Por mucho que se repitiese que no era una cita, que solo estaba pagando un favor, tenía muchas ganas de estar un rato charlando con la pelirroja. Nora conservaba la frescura que sus amigos y él habían perdido ese verano, el régimen aún no le había arrebatado a ningún ser querido y todavía pensaba que el mundo era un lugar donde se podía ser feliz.

Aunque no pudiesen considerarse amigos, hablar con ella era igual que transportarse a un momento de su vida menos sombrío, en el que las preocupaciones y las cargas que últimamente soportaba desaparecían mágicamente.

-Hola saleroso - le susurra al oído inclinada desde atrás.

Lleva ahí desde hace nada, pero he llegado antes que Henri con la intención de asustarle un poco, como "mala" persona que es, por supuesto. Tras el saludo se sienta frente a Henri y apoya el codo en la mesa para luego apoyar la mejilla en la mano mientras le muestra una sonrisa traviesa.

Va vestida con ropa de calle, un vestido de colores alegres, para el final del verano.

-Y... ¿qué hace un chico como tú en un sitio como éste?

El local es bastante desastroso, mugriento y oscuro... vamos, un lugar donde los alumnos de Hogwarts no irían ni locos a no ser que tengan algo que ocultar. Y por supuesto, ese antro de mala muerte tiene seres de lo mas misteriosos y oscuros, todos ocultos con capas para que no se les vea la cara mientras hacen tratos y transacciones que a saber de que van.

El tabernero, un hombre greñudo, ni se acerca a ellas para tomar nota. Se queda tras la barra limpiando vasos con un trapo más sucio que el suelo mismo.

Eí- contesta sobresaltado mientras se gira a ver quien le ha asustado, en cuanto vé quien a sido una sonrisa se dibuja en su cara.-¡Hola Nora!

Cuando se sienta arrastra con su mano derecha la cerveza con mantequilla que había pedido para ella y bebe un trago de la suya- Pues verás...había quedado con una atractiva joven promesa del quidditch que me rescató el otro día de la enfermería.- vuelve a sonreír- no la habrás visto por casualidad ¿Verdad?

Diversión al extremo para acabar en una plácida taberna tomando cerveza de mantequilla. A pesar de no frecuentar la presencia de sus otros compañeros, parecía no ser rechazada por el resto.
Se había acoplado bastante bien, en silencio y sin molestar.

Observa los artículos de broma, intentando buscar la utilidad verdadera en ellos, pero lo da por imposible. Aunque seguro que verían como alguno de ellos caían en los próximos días.

El lugar era más o menos como Madelain se lo había imaginado, puede que incluso un poco peor.

...

Bueno, definitivamente era mucho peor. No se veían las caras de quienes allí se encontraban, había más mugre que en ningún otro lugar que Madelain hubiera visto nunca, etc.

_Definitivamente, si quieres conseguir las pociones ya hechas, este es el lugar -le susurró a su compañera al oído-.

Al ver que el tabernero no pensaba moverse le pegó un tirón a Alana de la manga para llevarla hasta la barra.

_Hola, queremos un... ehhh... ¿qué nos recomienda?

Ya estoy- dijo Henri cuando acabó de comprar aquellos artículos que posiblemente no usara nunca.- ¿Vamos  por los dulces?¿Qué pensáis comprar?  - Intentaba estar de buen humor, pero le estaba resultando bastante difícil, aunque por lo que veía era un estado de ánimo generalizado, pues parecía que a todos les hubiese comido la lengua el gato.

Al ver que Henri parecía satisfecho con las compras, y decide batirse en retirada, Katie se acerca a él. A pesar de lo maleducado, lo mira sospechosamente de cerca y se asoma a la bolsa, para mirar que es lo que ha comprado.

- ¿Estás pensando en armarla en el colegio o algo así? - le pregunta, sospechosamente.

Cuando se da cuenta de que Katie quiere ver que ha comprado, le abre la bolsa para que compruebe la mercancía.-¿Cuando he intentado yo liarla en el colegio?- pregunta con un falso tono de ofendido mientras hace memoría de las veces que lo ha hecho y una genuina sonrisa pícara aparece en su cara. - Vale...No hace falta que contestes a esa pregunta. Pero en mi defensa diré que nunca nadie ha salido herido.

Se ríe al ver que él mismo se desarma ante el ataque directo que le lanzó con la bolsa.

- Mientras no te pillen... - le dice, encogiendose de hombros, deseandolo de veras, pues podían ser muy severos si querían. La prueba evidente era su mano y la de otros tantos que estuvieron en el aula aquel día.

Alexander no compró nada en la tienda de artículos de broma, aunque sí los ojeó. Más bien los examinó con cierto aire interesado y superfluo, como un muggle en un zoo miraba a los animales enjaulados. Alguna vez se encogió de hombros y otra soltó una risilla al ver el funcionamiento de algún chisme, pero poco más. Sólo hacía tiempo en lo que sus compañeros  hacían las compras de rigor.

- Nadie salvo mi vergüenza- interrumpió Alex al pasar junto a Henri rumbo a la salida. Estaba haciéndole la puñeta, claro. Ni más, ni menos-. Cuando queráis vamos a la tienda de dulces. Yo sólo me muero por una cerveza de mantequilla.

Lissy, no se había gastado mucho en los artículos de broma, había decidido guardar un poco de dinero para pastelillos de calabaza, ranas de chocolate y la cerveza de mantequilla, aún así no pudo evitar comprar unas bombas fétidas y alguna que otra broma más. Cuando escuchó a Henry hablar sobre utilizar sus artículos en Hogwarts con Katie estuvo a punto de decir que ella también se uniría si las bromas iban dirigidas a una Ravenclaf en concreto y a todo Slytering en particular... entonces intervino Alex y no pudo evitar mirarlo de reojo, "Deberían nombrarlo prefecto pero por pedante..." pensó Lissy.

- Henri, no le hagas caso Alex no es mal tipo pero sí un poco aguafiestas. Yo no he comprado muchos artículos de broma, sólo unas bombas y algo que explota y grita... pero si el objetivo de las bromas son Madeleine y algún que otro Slytering puedes contar conmigo- le dedicó una sonrisa pícara.