Partida Rol por web

Camina junto a Henri, de camino a Hogsmeade, aceptando la invitación que le ofrecían.

- Pues debería tener más cuidado como trata su mano, sobre todo si piensa tener más tratos con Fiore - le dice a él, mirandolo todo, como escapada a las clases y a todo lo malo que estaba pasando, y protegiendose del frío que les llegaba como la nieve - ¿Cómo estás tú?

Si la trata con mucho cariño- le contesta - Yo no habría ido a la enfermería hasta después de la excursión.

Caminaban un paso por detrás del resto del grupo, lo suficiente para tener algo de intimidad. Hacía frío, pero el aire puro de la nieve hace que se sienta liberado, este curso el ambiente del castillo le desagrada un poco , por mucho que lo intente no acaba de sentirse a gusto en el colegio,

Bieeen- Dice aunque su tono desmiente sus palabras, él sabe porque no está bien y en ese momento se da cuenta que aún no le ha contado nada a Katie, podría excusarse en que no han tenido un momento libre, pero sabe que es mentira, porque su amiga ha dedicado muchos de sus ratos libres de esta semana a enseñarles a Ashton y a él el conjuro de la gorgona. No lo ha hecho porque hablar de ello le pone enormemente triste.- Bueno, en realidad no estoy bien.

¿Te acuerdas de mi primo Hugo? - sabe la respuesta, porque otros años le ha hablado varias veces de él, e incluso le ha enseñado alguna foto que le enviaban sus tíos. -Este verano demostró aptitudes y los hombres de negro vinieron una noche a casa y se lo llevaron.- sus ojos se vuelven vidriosos, como casi siempre que habla de este tema, aunque por primera vez no llegan a saltársele las lagrimas.- No pude hacer nada, bueno, en realidad me quedé de piedra, ni siquiera pude levantar la varita para defenderlo.- Sabe que no hubiese tenido ninguna oportunidad contra los magos del ministerio, pero también sabe que tendría que haber hecho algo.

Así que como puedes ver, muy muy bien no estoy. Simplemente lo llevo. La mayoría de nosotros tiene problemas parecidos, creo que desde fuera podría vérsenos como a un grupo de terapia.- señala con la cabeza al resto de la orden junto a los que caminan - Aunque algunos de ellos prefieren guardarse sus problemas para ellos solos.

Se ríe cuando Henri se muestra sarcástico al sentir el frío de la nieve. Pero para Katie, tenía un significado purificador. Era como viajar en escoba a altas horas de la noche, en madrugada. O al amanecer. El aire que te da es capaz de llevarse todo lo malo.

- ¿Tu primo Hugo? Espera... ¿Qué clase de aptitudes, quién era ese tipo? - le pregunta, asustada, cubriendose la boca de la sorpresa. Cada uno llevaba su propia carga

Sí, Hugo- parpadea conteniendo las lagrimas que crecen en el interior de sus ojos al recordar aquella noche. - Este verano demostró tener aptitudes mágicas latentes. Conforme pasaban los días hacía cosas que solo podemos hacer los magos, si hubiese sido un hijo de magos habría recibido la carta de admisión, pero mis dos tíos son muggles....Y lo único que recibimos fue la visita en mitad de la noche de un mago del ministerio que se lo llevó sin decir palabra. No sé quien se lo llevo, no lo vi más que un segundo.

Me pongo enfermo cuando pienso donde lo tendrán encerrado.- por su cabeza pasa la frase si aún sigue vivo, pero la descarta rápidamente, no quiere pensar en esa posibilidad.

Los derroches de sinceridad eran un alivio y desahogo para el alma.
Aquello era demasiado por lo que había vivido. Y la fortaleza en la que se erigía una persona se derrumbaba a veces. Las lágrimas pugnan por salir en desahogo, y Katie no puede hacer otra cosa que intentar abrazarlo.

Podían buscarlo, podían intentarlo. Pero no era el momento. Ahora necesitaba una mano amiga.

Henri se abraza fuertemente con Katie, es reconfortante poder contar en los momentos dificiles con amigos como ella. Permanecen unos segundos abrazados, - Gracias - le dice al oído cuando se siente preparado y se sueltan. No es necesario decirse más palabras entre ellos dos y continuarón caminando detrás del grupo.

Minutos después ya habían llegado a Hogsmeade - ¿Por donde queréis empezar?- les pregunta a todos.- ¿Vamos de tiendas a comprar artículos prohibidos?  ¿O preferís tomar unas cervezas de mantequilla en las tres escobas?

Lissy se estiró como una gata cuando llegaron a Hosmeade, salir del catillo era reconfortante y además en aquel pueblo siempre podía encontrar cosas interesantes que hacer, había pensado visitar algunas tiendas para comprar algo y luego tomarse un par de cervecillas, por lo que la propuesta de Henri fue muy bien recibida a oidos de Lissy.

-Las dos cosas me parecen estupendas Henri...podríamos ir primero de compras y luego tomar las cervezas de mantequilla.¿Qué clase de artículos vais buscando?

Alex caminaba con un aire distraído, callejeando entre el blanco del suelo como si fuese a trazar allí su propia obra de arte. Parecía bastante entretenido, quizás porque estaba en un efímero pero suficiente estado de vaporoso contento. No en vano, estaba con sus amigos disfrutando de unas horas de descanso.

- Capitalismo y cerveza de mantequilla- apuntó el chico-. ¿Hay algo mejor que podamos hacer aquí?- guiñó un ojo y asintió contento de si-. Supongo que primero llenar los bolsillos y luego el estómago es una buena idea. Alex la aprueba- bromeó hablando en tercera persona.

Scarlet caminó cerca del grupo, un poco más atrasada que los demás, más que nada por timidez... No estaba acostumbrada a ir en grupos tan grandes y se sentía cohibida al estar rodeada de tantas personas, por eso dejó un espacio de medio metro entre ella y el grupo, lo suficiente como para escuchar los planes que proponían y no sentirse agobiada por estar en el centro. 

Mientras caminaba, fue fijándose en los escaparates de las tiendas donde pudiesen vender alguno de los ingredientes que necesitaba. Tal vez Henri pudiese ayudarla más tarde... o podría ir luego con Spencer y buscar con él. Escuchó que el grupo quería ir a comprar y luego a tomar unas cervezas de mantequilla a las "Tres escobas"... ciertamente, ella prefería un buen chocolate caliente, pero tampoco le desagradable el sabor de aquella bebida. 

La muchacha siguió andando, sin perder de vista a los demás. 

Llegar al pueblo no resultaba excepcionalmente impresionante al cabo del segundo año, pero eso no evitaba que pudiese ser útil. Habitualmente llegaba con la bolsa llena de dinero y me iba con ella llena de cosas. Esta vez no sería diferente, grajeas, ingredientes para poción que aún no sabíamos donde encontrar, y otras cosas que podían ser útiles en la vida de un estudiante metomentodo, entre las que se encontraban las orejas extensibles y los petardos de grabación, que sustituían la explosión por aquel sonido que decidieras copiar.

Iba solo, como era habitual, así que fuí directo a hacer mis compras y a por un rincón en las Tres Escobas, que fuera tranquilo, donde pudiera seguir con mis apuntes sobre las personas que me rodeaban.

Perfecto, empecemos por el consumismo. - comento a sus compañeros - Lissy, nunca planifico mis compras, prefiero dejar actuar al destino. Aunque una visita a Dervish y Banges y otra a la tienda de bromas son clásicos que nunca pueden faltar.

Se dejó caer hasta donde caminaba Scarlet, que parecía rezagarse mirando escaparates y la cogió por el brazo para que no se quedase atrás- ¡Vamos! Las compras no esperan a nadie.

Una vez cogido del brazo de Scarlet, al oido le pone al día de los últimos acontecimientos.

¿Te acuerdas de la lista de ingredientes desconocidos?- le pregunta- Pues ya no son desconocidos, están todos localizados, aunque posiblemente tengas que hacer otra visita a la biblioteca con Spencer para encontrarlos, porque de unos pocos solo tengo claro el libro en el que aparecen....Y no solo eso. Ya he encontrado un lugar para hacer la poción sin que nos molesten. - deja unos segundos para ver su reacción. - ¿Qué te parece usar la casa de los gritos?

Llegaron a Hogsmeade. Se la veía muy distinta a Alana, muy bella sin el uniforme verde encima. También Madelain estaba distinta, con ropa cómoda más que elegante y con algunos detalles muggles.

_Bueno, aquí estamos. Si lo que buscas es tranquilidad, podríamos ir a la Casa de los Gritos. No creo que vaya a haber demasiada gente allí escuchándonos -agregó con una sonrisa-. O a Cabeza de Puerco. Solo he pasado por la puerta pero me han contado que se pueden encontrar allí cosas de lo más variadas. Quizás tengamos suerte y escuchemos o veamos algo que pueda servirnos o al menos darnos ideas. Además creo que no te lo he dicho, pero aprendí a usar el Induere Vestem. Sirve para vestirnos como queramos. Puede ayudarnos a confundirnos con la gente si hay algún problema. ¿Bueno, a dónde quieres ir?

- A lo mejor nos da tiempo a visitar todas las tiendas... Y después, cerveza de mantequilla, ¡genial! - bromea, dejandose llevar por el optimismo que desprendían todos, libres por fin de la prisión del colegio.

Deja escapar algo de aliento para ver el vaho escapar de sus labios, como si estuviera fumando. Hacía mucho que no jugaba a hacer eso, desde que era más pequeña.
Parecía ser un buen día.

-Yo me reservo el dinero para los dulces, que los artículos de broma no son lo mío... pero podemos ir a ver que novedades tienen en las tiendas y esas cosas... quizá encontremos algo interesante. Así que andando...

Las calles del pueblo están bastante animadas con todos los alumnos de Hogwarts que han decidido pasar la mañana de compras en las calles del pueblo... seguramente muchos se queden por ahí todo el día, para alejarse un poco del ambiente ponzoñoso que tiene el castillo, aunque nadie se atreva a reconocerlo.

-¿Quién nos guía?

Alana contempló el colorido escaparte de Honeydukes con interés, como evaluando lo expuesto mientras escuchaba a Madelain.

-El Cabeza de Puerco es un sitio con mucha historia, pero desde hace tiempo también con muchas orejas. ¿Sabes que se rumorea que ahí se planearon por lo menos dos revueltas? es un buen sitio para traficantes y esa clase de gente, creo que quedaríamos bastante desentonantes en ese ambiente...además de que me hace temer por mi salud el olor que sale de la puerta. Hmm, podríamos comprar algo aqui, y caminar por los alrededores del pueblo, son tranquilos. Luego de hablar hasta y podemos pasar por Las Tres Escobas, ahora que lo pienso hace mucho que no me tomo tiempo para salidas por diversión.

Al escuchar la palabra "revuelta" los ojos de Madelain se abrieron y su cara se iluminó por un momento.

_¿Quedaríamos desentonantes en un lugar donde se planean revueltas? ¿Estás muy segura? -preguntó con sarcasmo y una sonrisa en los labios-. ¿Al menos dos? Los muggles tienen un dicho: "la tercera es la vencida". Lo sé lo de los traficantes, en realidad por eso quería ir allí. En el resto de los lugares no podríamos conseguir nada interesante, sabes que la escuela vigila el comercio incluso aquí. Y lo de la casa de los gritos lo sugerí porque podía ser divertido. No conozco a nadie que haya entrado y allí podríamos seguir practicando magia. Imagino que será más cómodo que en el baño de damas, como hemos estado haciendo hasta ahora. Pero te propongo esto. Si no quieres ir allí, caminemos por donde tú quieras, o compremos cosas aquí como sugeriste. Pero para tomar algo pasemos de Tres Escobas, vayamos a Cabeza de Puerco. Si queremos una revuelta, mejor estar en el lugar donde se planean, no? Bueno, yo te sigo. Y puedes ir contándome sobre tus avances.

Alex escuchó a sus compañeros, pero no fue hasta que Chris terminó cuando dio un par de pasos a pierna cruzada y clavó los pies por delante. Con una senda palmada, el chico habló con voz taimada y de animador.

- Si nadie lo hace, qué remedio. Pasemos de lo menos comestible a lo más comestible- sugirió en tono resolutivo-. Artículos de broma, dulces, y taberna.

Y continuó el camino encauzando hacia la primera tienda en cuestión. Aunque no lo pareciese, Alex no sentía demasiado apego por los artículos de broma. Quizás le hiciesen ilusión, pero no solía comprarlos ni tampoco usarlos. No sólo le parecían una forma muy gratuita de ganarse un castigo, sino que solía preferir no estar en el castillo en posesión de esos artilugios, por legales que fuesen. Era una cuestión de seguridad. Se había acostumbrado a hacer sus propias bromas, de ahí que Rictusempra fuese su conjuro más brillante. No necesitaba trucos materiales.

-Dos jovenes en un antro decadente, estoy segura, pero de acuerdo. Donde quieras. -dijo con cierto aire despreocupado. Si el truco era que nadie sospechara de ella, lo estaba haciendo genial con esa actitud relajada en la salida. Dentro de la tienda de dulces compró una caja de ranas de chocolate y otra de als chocolatinas del tren.

-Si quieres algo para ti puedes tomarlo, van por mi parte.