Partida Rol por web

Mientras que Spencer no consigue encontrar nada de interés en los papeles, Alana encuentra un libro en la estantería que no recuerda haber visto en la biblioteca y que parece bastante sospechoso: "Lugares Ocultos y otros sitios". Y a Madelain no le da tiempo de ver que es lo que tiene en las manos así que se lleva unos cuantos papeles que hay en los cajones. Los pasos de los profesores se escuchan cerca, quizá les quede 1 minuto o menos para llegar a la clase de MAO y entrar en el despacho.

No les queda tiempo para nada más.

Madelain solo hizo tiempo para manotear unos cuantos papeles sin llegar a fijarse siquiera de qué eran. Una lástima, le hubiese gustado mucho poder pasar más tiempo allí para revisar todas las cosas tranquila pero posiblemente ya no volviera a tener una oportunidad.

_¡Vamos!

Madelain abrió la puerta y se asomó para ver si veía gente acercándose, o si se escuchaban voces o pasos, darse cuenta desde dónde provenían.

_¿Spencer, habías hablado de un pasadizo secreto? Creo que sería buen momento para ir allí.

-Es de subida, no de bajada.-respondo malhumorado, tanto esfuerzo para nada.-¡Vamos! Podemos colarnos en clase de adivinación de los de tercero o bajar por las escaleras de Barnabás, no creo que suelte prenda, es demasiado malhablado, más si le prestas atención. 
 

Me acerco a la salida, cuando se me ocurre una idea. Era jugármela a una carta, pero tal vez tuviera suerte. Abriendo de una patada el cofre más cercano lanzo un último hechizo

- ¡Bauleo!- mirarlo todo con más calma después era mi intención, pero las cosas en vez de recogerse, decidieron salir disparadas de sus respectivos lugares de orden y concierto y volar agresivamente por la habitación. 

Si, era el día en el que lamentaría no haber tomado un trago de suerte.

Alana guardó un libro específico dentro de su túnica, sujetandolo con una mano con firmeza.

-Estamos cerca del salon de inicio, tu veras, te sigo. Reduccio -susurro la ultima palabra sobre un libro, que se hizo pequeño como una habichuela y desaparecio en uno de sus bolsillos.

Antes de salir, apuntó la varita hacia atras, al umbral del despacho.

-Avis -dijo sin ímpetu, pero de forma eficiente Porque a parte del desastre llenar el despacho de pájaros? A parte de que todo el caos posible ayudaría, por un deje de venganza. No olvidaba el castigo del Basilisco. De hecho, recordandolo, pronunció algo mas girando fugazmente la cabeza para apuntar bien al centro de la estancia con increíble precisión antes de echarse a correr tras el resto sin mirar atras.

-Incendio

Probablemente alguien cuerdo se detuviera a apagar el despacho en lugar de perseguir sombras.

Spencer había intentado hacer algo. Era creativo, pero no le había salido para nada bien, incluso a Madelian casi la golpea uno de los objetos que salieron volando. Antes de que ella pudiera repetir el hechizo para mejorar los resultados, Alana ya estaba creando un terrible caos invocando pájaros y prendiendo fuego el lugar.

Que nos nos agarren porque esto ya no es una travesura, ya se convirtió en vandalismo puro. Terminaré conociendo Azkaban pero no de la forma en que lo imaginé

_Vamos, vamos.

La chica de Ravenclaw les hizo gestos para que avancen, ya que aún no había nadie a la vista. Los seguiría a donde decidieran ir, pero no pudo evitar compartir un pensamiento que le surcó la cabeza:

_Ya que estamos en esto no estaría mal aprovechar la confusión para visitar la sección prohibida de la biblioteca...

"locas, toooodas locas"

- Dudo que la bibliotecaria abandone su puesto si no es la propia biblioteca la que está ardiendo. Sencillamente vayámonos a un lugar tranquilo.

Lo cierto es que me iba de allí a paso rápido y sin mirar atrás. La habitación empezaba a oler a pollo asado, pájaros en pánico, llamas que empezaban a extenderse... Se nos había ido de las manos. Ahora solo podía cruzar los dedos para qu eno me pillarán en ninguna relación con todo ello.

Dejar que los pájaros se carguen la culpa del desorden en el despacho podría haber sido aceptable, pero el incendio se está propagando deprisa y ya se escuchan las voces de los profesores en el pasillo, justo a punto de girar la esquina. Justo cuando salen del despacho y el aula, los profesores giran la esquina solo para ver a tres alumnos vestidos con la túnica de Gryffindor, pero quien sabe si alguno de los profesores les habrá visto tan bien como para reconocerles bien y es que el pelo de Alana es fácilmente reconocible.

Madelain sabía que ir a la biblioteca era un riesgo, pero creía que entre los tres podían llegar a sorprender a la bibliotecaria y probablemente no habrían ni alumnos ni profesores cerca. Pero era cierto que lo más prudente era ir a algún lugar tranquilo, por lo que siguió los pasos de Spencer. A pesar de ello miró a Alana por si tenía alguna otra idea.

Alana esperaba que el humo y el fuegoy los brillos del fuego hubiesen cubierto lo suficiente su cabellera, pero de todas formas ella seguía en clase. Incluso si iban a interrogarle tenía dos casas y un docente a su favor, al igual que Madelain y Spencer. El giratiempo realmente era un artilugio engañoso. De ultima podía instar o dar la idea de que alguien tomó su aspecto para confundir, despues de todo el tema de la túnica solo podía sembrar mas confusión.

-¡Fumos!

Conforme corrían, Alana iba dejando una cortina de humo muy conveniente.

-¿Cuanto falta? ¡Glacius!

Con un movimiento vertiginoso, apuntó el conjuro al suelo donde estaba la cortina de humo, tras de ellos. Sin embargo levantó algo mas la varita, y por momentos temió haberle dado mas que al suelo, a uno de los persecutores...lo cual seguía sumando al peso del castigo que iban a ponerle si le atrapaban, que ya sospechaba sería una expulsión directamente.

Los profesores habían llegado más pronto de lo que esperaban y ese era un problema serio. Alana actuó rápido y cubrió el escape con una cortina de humo, ¿pero sería eso suficiente? Eran profesores, y aunque no les cayeran bien, en realidad eran grandes magos. Había que tomar todas las medidas para el caso.

_¡Muffliato!

Era la primer medida, evitar que escucharan lo que pudieran tramar durante el escape.

_Spencer, te estamos siguiendo. Trataré de hacerles más difícil la persecución. ¡Aguamenti!

Un Aquaeructo ya hubiera sido demasiado, Madelain solo quería un poco de agua que esparció de un lado al otro del pasillo para que resbalaran si atravesaban la cortina de humo. Esperaba que Spencer tuviera algún buen lugar a dónde ir.

Bajando por las escaleras detrás del Retrato de Barnabás, guío la escuadrilla de guerrilleras hacia abajo. Usando escaleras secundarias, llegamos hasta el gran comedor, y lo pasamos de largo. Sólo había un sitio donde estaríamos tranquilos hasta que se pasase el tiempo que necesitábamos que transcurriese, las cocinas. Además como los duendes tenían prohibido el contacto con los alumnos, nos obviarían con tal de no meterse en problemas. 

Sabía que la entrada estaba cerca de la entrada a la casa de los Hufflepuff. Así que busque el cuadro del bodegón. 

- Señoritas, bienvenidas al lugar más ingrato de Hogwarts, las habitaciones del servicio.

Consulto entre mis apuntes la contraseña que nadie se había molestado en cambiar en años. Al fin y al cabo,¿Qué alumno tendría interés en ver un Duende doméstico? 

-Aunque sea tendremos un sitio para leer tranquilamente lo que ha sobrevivido al asalto.-Comento intentando encontrarle el lado positivo a la situación.

Alana al entrar se quedó unos momentos en completo silencio, indicando al resto que hicieran lo mismo. Escuchó nerviosamente si había pasos o alboroto aún y luego soltó un gran suspiro, comenzando a arreglarse bien sus coletas.

-¿Que tienes ahí? -preguntó a Madelain. Luego, sacó un objeto pequeño como un guisante del bolsillo.

-¡Engorgio!

El lugar elegido por Spencer era apropiado, les sería útil, nadie molestaría allí.

_Eso también me gustaría saberlo. Solo he podido manotear un montón de papeles, no sé si habrá algo útil.

Madelain sacó los papeles y comenzó a buscar entre ellos alguna cosa que pudiera ser de utilidad. Lamentaba no haber podido tener más tiempo para revisar todo cuidadosamente. En ese momento escuchó la voz de un elfo doméstico, provenía de la cocina.

_Bien, veamos lo que tenemos, y luego... ¿Qué les parece ir a saludar a los elfos domésticos? Recuerdo que viven muchos años. Alguno quizás pueda ayudarnos con el trabajo de historia, podremos tener la versión de alguien que estuvo aquí hace cien años...

En los papeles no parece haber nada importante. Todo está escrito en letra pequeña y cuidada, que parecer la típica de un profesor como el Basilisco, pero lo que parecen palabras sin sentido, al leerse un poco más de cerca se pueden apreciar palabras puestas aleatoriamente unas junto a otras y también números, y la mayoría no pasa del 5.*

En cuanto al libro que Alana ha conseguido, refiere a lugares ocultos y como encontrarlos. Hay un capítulo especial sobre Azkaban en el que explica que la prisión mágica está en una isla y que muchas barreras bloquean su entrada y la ocultan a la vista de todos, salvo de aquellos que han estado allí o de los que conocen de su existencia y su paradero exacto. Habla tambien de como encontrar sitios ocultos, hechizos y conjuros.

Niego con un gesto de la cabeza la propuesta de Madelaine.
-Nos meteremos en líos si los molestamos, y también a ellos porque se verán obligados a chivarse.

Miro con curiosidad los documentos

-No sabía que el Basilisco estaba interesado en hacer predicciones.- Señalo los garabatos con números.- Eso es Aritmancia. -Alana estaba en esa clase, pero Madelaine no.- Aunque bastante desordenada, teniendo en cuenta que hay tablas para hacer los cálculos ordenadamente Con esos valores tan bajos, no tengo claro que es lo que pretendía predecir, pero es algo cuyo final está cerca. 

-O bien empezando. Y opino lo mismo de los elfos, sus amos no somos nosotros sino a lo sumo los profesores y autoridades del colegio, si les preguntan nos delatarán -dijo dandole la vuelta a uno de los papeles. Pasó un tiempo mas leyendo por encima el libro.

-Este texto...creo que ha valido el riesgo. Es un comprendio mas que valioso de sitios ocultos, será de mucha ayuda... -sonrió levemente, satisfecha.

Miro a la Slytherin mientras saco mi cuaderno y una pluma de cuervo. Era un pequeño objeto que permitía escribir sin necesidad de tintero, e iba perdiendo el color a medida que lo hacía. 

-Bien, que te parece si yo hago una regresión a partir de los números para saber que estaba preguntando y tu haces una progresión para saber cual es la respuesta ¿Eh?

Realmente la oferta era mas por cuestión de consideración y organización, ya que antes de terminar de hablar ya estaba haciendo cálculos.