Partida Rol por web

Llega al Lago negro con sus dos amigos, había estado en silencio la mayoría del trayecto, se sentía algo cohibida; así que al llegar al lago se sintió bastante liberada y relajada.

-¿Nos se-sentamos cerca de la orilla?-les propuso a los chicos con una sonrisa. 

Caminó hasta el sitio que propuso y se sentó, siendo muy cuidadosa con la túnica y la falda. Les sonrió y con la mano indicó que se sentasen.

-Está tan bo-bonito como recordaba...-dijo alegre-¿No os pa-parece?

Tal vez con esa pregunta podría iniciar conversación.

Me siento al lado de Scarlet, dejo mis cosas a un lado, y saco un puñado de frutos secos. Ofrezco a mis acompañantes, más que nada sé que Alex no ha desayunado.

- Si, es bonito. Aunque me gusta más de noche, sus oscuras aguas parecen tinta.

Espero a que Alex se siente con nosotros, no quería alzar la voz más de lo necesario.

-Por cierto, ahora que ya no está tanta gente a nuestro alrededor. ¿Os habéis fijado en que el director no está? Además el Subdirector y jefe de casa, ha dado alguna orden al prefecto Sly y a la chica rara de pelo azul. Creo que este año están pasando demasiadas cosas, o al menos la gente viene con intenciones de hacer muchas cosas.

Scarlet aceptó un par de frutos secos que ofrecía Spencer y mientras masticaba pensó en lo que él había dicho.

-Ahora que lo dices...es cierto...A-aunque bueno...tal vez el director e-esté atendiendo algunos a-asuntos fuera del co-colegio, llevamos a-aquí menos de un día, probablemente vuelva e-esta semana o la si-siguiente...-dijo tranquilizadora. Pero era cierto que era la primera vez en cinco años que estaban en el colegio que faltaba a la primera cena...-Y bu-bueno...Se ve que Serpens es su prefecto favorito-se estremeció al recordar su encuentro en el tren y agradeció mil veces más que Alex hubiese llegado a tiempo, como siempre, para salvarla-seguramente le ha-habrá encargado que vi-vigile a los a-alumnos nuevos...o incluso a nosotros...creo que el subdi-director nos escuchó cu-cuando Logan propuso ve-venir...Supongo que se verá lo que pasa, si es que pa-pasa algo, tiempo al ti-tiempo, ¿no créeis?

Recordó que tenía dos ranas de chocolate en su túnica y sacó una de ellas. Abrió el envoltorio y esperó a que la rana intentase huir para cazarla al vuelo y partirla en varios trozos. Ofreció un trozo a ambos.

-Tomad, está rico.-se metió uno en la boca y masticó.

Agradeció no engordar comiese lo que comiese (que tampoco es que comiese mucho), pero si no fuese por ello, ya habría engordado bastante por comer tanto chocolate.

Sonrió a los chicos tras terminar su trozo de chocolate.

Alex, ni corto ni perezoso, se tumbó panza arriba junto a sus compañeros. Cruzó los pies, el derecho sobre el primero, y uso sus manos como cojín sobre el césped. Miró al cielo, y luego, incorporando brevemente la cabeza, al lago.

Spencer ofreció frutos secos.

- No, gracias, ya he desayunado- dicho el chico, rechazándolos con un gesto de la mano. No tenía hambre, pues había empezado el día copiosamente. Tenía pensado gastar muchas energías hasta la comida, así que lo necesitaría. Habló del lago, y del colegio, y del señor tenebroso, pero, si bien Alex lo procesaba, disfrutaba muchísimo ser al fin oídos y no voz. No quería romper el momento en que podía guardar silencio, rodeado por el rumor de la naturaleza y los labios de los jóvenes. No precisaba más alimento que ese en aquel instante, pero Scarlet ofreció un pedazo de chocolate.

Alex no pudo aceptarlo ni rechazarlo, porque su gato, Sotek, saltó de la escápula de su dueño, donde normalmente descansaba cual trono a expensas del dolor de hombro de su transportista, para aferrarse con las patas traseras a la muñeca de Scarlet, como si fuese un ratón. Agarró el pedazo de rana entre sus dientes, sin hacer daño a Scarlet pero lamiéndole los dedos y deslizando los dientes entre los mismos. Se deslizó hacia atrás y cerró las fauces, saboreando aquel extraño alimento. No lo había probado nunca, pero si a los humanos y más concretamente a Scarlet le gustaban, ¿por qué no probarlo? Era una rana, pero negra, y parecía energética.

Su sabor fue decepcionante, así que tragó, más por la pereza de tener que escupirlo y quedarse sin mimos de la chica más adelante. Se sentó, ojeando el mar. No le gustaba el agua, pero había que reconocer que el paisaje era bonito.

Volviendo a la realidad, Alex, al fin, se atrevió a decir algo, más por participar y no parecer un bulto muerto que por interés.

- Volverá- dijo el chico, refiriéndose al Señor Tenebroso-. Siempre que se va, vuelve- añadió. No hizo comentarios subjetivos sobre su opinión, pues no conocía a Spencer lo suficiente como para saber si podía o no confiar en él, y menos después de su tropiezo inicial.

- El Basilisco y Serpens no me preocupan- se ahorró decir "tampoco", pues sólo un necio consideraría poco preocupante a Lord Voldemort-, los TIMO y mi hermana, sí.

Con doce años, y al ritmo que van los chavales del presente, a su hermana la debían perseguir así a ojo un mínimo de tres mirones, y eso sólo significaban problemas, tanto para la chica como para Alex. Venía al pelo un comentario sobre la relación que Alex daba por supuesto que existía entre Scarlet y Spencer, pero no quería convertirlos en tomates con patas, así que se cayó.

No entendía por qué, pero todos parecían hablar de que aquel año estaba siendo distinto. Para Alex era un año más, no distinto de cuarto, donde ya se habían incluido sus cambios más recientes, como la incorporación de su hermana a la academia. Cierto es que aquel año había un incremento en la profundidad de su relación con Scarlet, y parecía haberse distanciado un poco de todo el mundo, volviéndose algo más frío salvo en el carruaje, donde ejercía el papel de bufón, pero salvo por esos detalles era un año normal y corriente.

Suponía que si lo decían era por algo, así que lo preguntó.

- Logan dijo lo mismo. Que este año había cosas diferentes. ¿Vosotros también tenéis nuevas metas?- con también no se refería a sí mismo, que tenía pensado hacer lo de todos los años, sobrevivirse a sí mismo y a los demás, sino a Logan.

Scarlet rió divertida cuando Sotek comió de su mano.

-¡Eh, eso no e-era para ti!-le dijo al gato riéndose-Pero espero que te haya gu-gustado.

Acarició al felino con delicadeza, le rascó la cabeza y detrás de las orejas y recorrió con los dedos desde la cabeza hasta el lomo del gato, disfrutaba del tacto suave del pelaje. Siguió hablando mientras seguía mimando a Sotek.

-¿Metas?-Scarlet nunca se había preguntado sus metas para cada año, en el tren se había dado cuenta de que quería ser profesora...Se puso pensativa, meditando su respuesta. Su meta personal era superar esa dichosa timidez que tanto la limitaba, pero por lo demás, no sabía que hacer.-Pues...no me lo pla-planteé...Este año, es-espero superar mis TIMOs con bu-buena nota...Y por supuesto, pasar un año genial ju-junto a vosotros, mis amigos-recalcó la palabra amigos, mientras miraba a los dos chicos por igual. Porque sintiese lo que sintiese por ellos, ante todo eran eso, sus amigos. Otra meta sería aclarar sus sentimientos por Alex y Spencer, pero viendo como se iban desarrollando los acontecimientos...cuando pensaba que uno iba cogiendo ventaja, el otro llegaba y le igualaba...¿Por qué tenía que ser todo tan repentino y complicado?

Dejó de acariciar a Sotek y se puso de pie. Se quitó los zapatos y los calcetines y dijo:

-U-un momento, a-ahora vengo...-y comenzó a andar descalza hasta la orilla, justo donde la tierra se volvía húmeda y el agua le rozaba los pies.

El agua estaba fría e hizo que un escalofrío recorriera su espalda, dejándole la piel de gallina; pero pronto esa sensación se pasó y se convirtió en una sensación incluso agradable. Cerró los ojos y abrió un poco los brazos, abriendo las manos. Dejó que la brisa que corría por los exteriores la acariciase y juguetease con su pelo. Respiró hondo y sonrió un poco. Se volvió a los chicos con una sonrisa y dijo:

-El agua está a-algo fría, pero es a-agradable.-sonrió.

Alex, sonriendo, se incorporó parcialmente. Sotek quería ver por qué era tan interesante el agua para una chica como Scarlet, si no podía ni beberse y parecía sobrar en aquel estanque gigante, pero su dueño lo frenó acariciándole el lomo con una mano. Las caricias eran lo único que calmaban al pequeño rey de ojos esmeraldas.

El joven mago tuvo que contenerse las ganas de lanzar un conjuro de empuje y tirar a Scarlet al río, ya que eso hubiese supuesto que la chica se mojase de pies a cabeza, empapándose la túnica, que se le marcaría al cuerpo, dejando ver su silueta, la cual....

Con una pequeña sacudida de cabeza, Alex se sacó por los oídos aquellas imágenes tan perturbadoras para su cordura. Siendo Scarlet como una hermana para él, aquello era bastante impropio, por lo que lo desechó antes de que pudiese darle más vueltas y acabase convirtiéndose en una montaña con representación física a escala.

También reprimió el impulso de acercarse, ya que, estando Spencer delante, si su teoría era correcta sería muy ofensivo que Alex se tomase esas licencias con su novia. Alex no tenía problemas de acercamiento, pero de ahí a sacar a la chica en volandas ante su pareja, había un paso, por mucho que ella consintiese.

Alex, visiblemente contento de ver a la chica internándose en el agua, habló en voz alta.

- Cuidado, está prohibido entrar en el lago, y me sé de un Basilisco que probablemente quiera castigarte aunque metas sólo el piececito- pronunció la última palabra con rintintín, visiblemente satisfecho de ver a la chica haciendo un amago de romper las reglas. No es que el chico amase la anarquía o la desobediencia, pero estando en el colegio del terror más valía tomarse unas pequeñas licencias en aras de mantener la sonrisa.

Lo cierto era que a Alex no le importaría coger su escoba voladora y marcarse un vuelo rápido sobrevolando el lago. ¿Había algo más maravilloso que cabalgar el cielo en una escoba roji-azul con un océano bajo los pies y las murallas a los largos? Para Sotek, obviamente cualquier otra cosa, pero para Alex probablemente sólo la súbita resurrección de su tía o el infarto espontáneo en el corazón de Lord Voldemort.

Cojo distraído un pedazo del chocolate qu eme ofrece Scarlet, mientras ella las "matase" primero todo iba bien.

-Ya bueno, pero ¿Si no vuelve? No es que me preocupe por Lord Voldemort, al fin y al cabo, es el mago más poderoso conocido y tiene ciento y pico años de sabiduría y experiencia.- "Y con un poco de suerte habrá buscado su propia perdición y muerto en el proceso." Deseo con todas mis fuerzas.-El problema radica en sus segundos al mando. Él creía en que los más poderosos, ambiciosos y leales, debían ser sus respaldos. Eso significa que en la mesa de profesores, como mínimo, tres o cuatro se considerarán los candidatos más oportunos para sustituirle.-Fiore a la que veremos en breves sin ir más lejos, o el Basilisco.- Personas dispuestas a cualquier cosa por el poder. Así que, son como la jauría de perros de un cazador, pero sin cazador y sin correa.

"¿Es posible que Alex sea tan despreocupado por lo que ocurre a su alrededor como aparenta?". Mi tío siempre me decía que como en las varitas el núcleo de las personas, no se aprecia a simple vista.

-No sabía que tenías una hermana, ¿Que te preocupa de ella?.- hasta donde sabia los Blair eran sangre pura, así que no podía tratarse del mismo problema que el de Henri o Ashton.- obviamente puedes contar con cualquiera de nosotros si necesitas ayuda estudiando.-me ofrezco solícito.- Este año tengo algún proyecto en mente, aunque voy a tener que sacar tiempo de donde no lo hay para hacerlo todo.- Sonrío a Scarlet con complicidad. -Algunos Hufflepuff me han pedido ayuda con un tema en extramuros.-Ella me dijo en su momento que le había comentado al Griffindor lo de sus padres, pero yo no lo iba a sacar a relucir.- Así que estaré ocupado casi siempre.

Los actos de Scarlet me resultan divertidos, así que me reclino y me apoyo en un codo disfrutando de la escena. Le sonrío mientras la veo en el agua. Es como una ninfa.

Por la forma de hablar de Spencer, Alex dedujo que el chico tenía, al contrario que Logan, una visión bastante realista del régimen. Estuviese o no de su lado, hablaba sin tapujos, examinándolo como si fuese el cadáver putrefacto de un dragón fallecido en el banco, por lo que Alex optó por desatar la primera de las cadenas y hablar con la misma crudeza, no por revelar su ideología, sino por hablar desde la verdad objetiva.

Aún así, se impresionó bastante cuando Spencer dijo el nombre del Señor Tenebroso en voz alta. Era sólo un nombre, sí, pero estando en medio de sus dominios al borde de un sitio prohibido y rodeado por sus mortífagos decir su nombre en alto era ponerse una diana en el pecho. Dudaba que el chico tuviese permiso, si es que alguien lo tenía, para llamarlo por su falso verdadero nombre, el recompuesto de Tom, pero eso ya era problema suyo. O confiaba en el silencio de Alex o le daba igual lo que pusiese hacer con esa información. Supuso que, por desgracia, las dos.

- Si el Señor Tenebroso- comenzó, respetando las insanas reglas de subterfugio- no vuelve, no creo que El Basilisco, Fiore y los demás sean peores que él. Lo veo imposible- ¿Había algún ser más abominable y aterrador que Lord Voldemort? Probablemente ese fuese el Bogart de Alex, o el cadáver reanimado de su tía, vete a saber-. En todo caso se pelearían por el control del castillo y nos pillarían en medio como peones en el tablero de ajedrez- Alex siempre enfocándolo todo a ese deporte, a falta de un nombre más honorable por el que llamarlo-, pero digo yo que serán más inteligentes que eso. Opino que lo mejor es apartarse de su camino en caso de que se muevan por el tablero.

Quizá fuese una opción cobarde, pero era la más adecuada de cara a la supervivencia individualista. Sobrevive a los demás y a ti mismo, y que cada uno salve su bote y el de los suyos. No se puede estar cuidando siempre de la tercera persona del plural, o acabas en llamas. Alex lo sabía de cursos inferiores, y con el paso del tiempo fue reduciendo sus intentos de vana heroicidad.

- ¿Mi hermana?- seguí, pues había más respuestas que dar. Lo cierto es que Spencer tenía conversación interesante, a diferencia de otros. No le conocía mucho, pero seguro que era agradable. Quizás algo frío y difícil de ganar, pero útil para el séquito, palabras heredadas del tinte de la conversación, pues Alex hubiese dicho aceptable en el grupo de amigos, si no estuviese en modo clínico- Tiene doce años, hay que preocuparse. Aún es una cría, y ha heredado la belleza de mi madre, no como yo- mintió haciéndose el modesto, más por no sonar ególatra que por no creérselo. Había que tener autoestima-. Hombre que se le acerque, hombre que hay que vigilar- resopló-. Sí, soy asquerosamente sobreprotector- miró de reojo a Scarlet, a sabiendas de que ella sabía de lo que Alex hablaba. Para algunos era agradable, pero para otros llegaba a ser asfixiante, como tener a una estatua de mármol tras la oreja, vigilando. En general, cuidaba de su hermana en todos los aspectos, pero al ser su hermano mayor, el tema de los hombres era el que más le preocupaba- ¿Lo que tienes en mente es de dominio público o privado?- preguntó, más por curiosidad que por meterse donde no le llamaban. Conociendo a Spencer, respondería a esa pregunta sin problemas y sin andarse por las ramas.

Paradójicamente, Alex prestaba más atención al que creía novio de Scarlet que a la propia chica, por mucho que tuviese más relación con ella que con Spencer y tuviese temas de conversación más privados de los que hablar. Alex pensaba que seguramente a ella le gustaría ver cómo los dos hombres, a falta de llamarles renacuajos, se llevaban bien. Y hacer feliz a Scarlet era una de las múltiples metas de Alex. Spencer no es que lo estuviese poniendo muy difícil. Más allá de su tropiezo inicial parecía tratable.

-¿Crees que no serán peores? Peones, liebres ¿Qué más da? Si comienzan entre ellos una lucha de poder, seremos despedazados por igual. No tenemos donde escondernos o adonde apartarnos. Si te gusta el ajedrez, sabrás que el único escondite posible, es sacrificar otras piezas. ¿Estas dispuesto a sacrificar otros peones? Si te salvas tu mismo, ¿estarías dispuesto a sacrificar a tu hermana?

Me quedo mirándole con seriedad. Había sido duro con mis palabras, pero su idea de "Sálvese quien pueda" dejaba en muy mal lugar a muchos. Me había sentado como un tiro. Seguía mereciéndose mi respeto, pero esa política no me gustaba. Tampoco soy de los que están dispuestos a sacrificarse a si mismo, o a meter las narices en problemas ajenos. Pero era perfectamente consciente de que la unión hace la fuerza.

-Ten en cuenta que el Señor tenebroso.- Sonrío burlesco al decir su nombre.- valoraba el conocimiento y el poder. Conoce...- Cambio el tiempo verbal por si está vivo.-...el honor y el respeto, cree en el orden. Sus manos, por llamarles de alguna forma, puede que no. El año pasado ya murió un profesor y se sigue sin saber el motivo.

Dejo las palabras en el aire, que elucubrase sus propios pensamientos. Le hago un gesto a Scarlet para que venga a la orilla. No era buena idea que llegase a clase de encantamientos mojada, a saber que se le ocurre a Fione para reírse de ella un rato.

-¿No crees que si la agobias te terminarás ganando el odio de tu hermana?- Cambiando de tema.-Deberías conseguir que fuera otra persona, o tu relación con ella empeorará rápidamente. No es que yo sea un experto en relaciones sociales, precisamente. Pero es lo que me ocurriría si alguien no me dejase crecer y aprender a mi manera.Yo si fuese tú intentaría conseguir la ayuda de algún fantasma, son los espías más efectivos que hay en el castillo.

Alguna vez había recurrido a ellos para enterarme de lo que ocurría en el castillo.

Alex, tumbado boca arriba, estaba bastante relajado, y su conversación estaba bien, pero notaba como su sangre hervía cual estofado en el caldero conforme Spencer decía algunas cosas.

Demasiado sincero.

Eso explicaba por qué no se consideraba especialmente experto en las relaciones sociales. La gente así tenía a la vez una virtud y una maldición. Muchas veces, por mucho que duela pensarlo, es mejor callar o velar la verdad, o esa era la ideología de los Blair y de la mayoría de la gente a efectos prácticos. Escupir según qué verdades por el gaznate podían desembocar en consecuencias más que negativas, y el instinto de supervivencia de Alex le gritaba que a veces la mejor estrategia social era ejercer, sino un modelo de arpía, uno de moderado. De ahí que no hiciese comentarios al respecto. Tenía que llevarse bien con él, y su supuesto defecto, por llamarlo así a ojos del sangre limpia, era salvable con un poco de paciencia y comprensión.

Inspiró hondo un par de veces, mirando el cielo. Ya no se acordaba ni de Scarlet, y no reparó en el gesto de Spencer hacia ella. Con ella simplemente Alex no se ponía tan trascendental, ni se ponía a pensar de forma externa en aquellos temas. Con ella ejercía el rol de padre y hermano mayor, ligeramente incestuoso a nivel neuronal, lo cual era bastante asqueroso y repulsivo en los pensamientos superficiales del joven. No se podía ver como una hermana pequeña a una sangre sucia cuyas pecas de la nariz te baten el corazón bombeando la sangre al estómago, creando polillas de luz.

Esperó a que Spencer dejase de hablar, y cuando le llegó el turno en aquel fructífero debate, seleccionó todas las opciones que salían en la pantalla imaginaria y las fue respondiendo una a una.

- Mi hermana- comenzó cerrando ligeramente las manos sobre el encrespado cabello, de pura rabia, si bien su voz era tranquila y sosegada, con el fuego escondido dentro- no es sacrificable. Ni lo será nunca- aclaró-. Sería estúpido garantizarlo, pero temo que si tuviese que elegir entre mi hermana y yo, tendría que sacrificarme a mí. Ella, al menos a mis ojos, tiene más valor para el mundo, y la quiero más que a mí mismo- aquello era revelar una debilidad, pero que se pudra el mundo, si no podía decir eso en voz alta, confirmándose como un chico que en el fondo se detesta a sí mismo por blandengue, frágil, e inútil, no tenía sentido seguir moviéndose por el conjunto de tableros que componían la vida-. Además, elegirme a mí sería como casarme con un dementor, venderle mi alma a un horrocrux o condenarme a permanecer despierto por las noches- ¿Podría alguien dormir sabiendo que ha sacrificado a la persona más querida por salvar el propio pellejo? Sólo los monstruos, y Alex seguía siendo un ser humano en plena adolescencia física y hormonal-. Pero probablemente, si me das a escoger entre un desconocido y mi pellejo, me escogería a mí, o en su defecto, a uno de los míos- para Alex era lógico, más pesaban la sangre y los lazos que la filantropía.

Spencer, sin lugar a dudas, tenía derecho a taladrar a Alex con la mirada, y a juzgarle. Cada uno tenía su propia ideología y su forma de proceder. Quizá Spencer, al menos en apariencia, fuese más humanitario que Alex, si bien el segundo se había pasado años intercambiando golpes por desconocidos, pero no estaba dispuesto a mentirle en ese aspecto a Spencer. Si quería sinceridad, en este aspecto al menos tenía que dársela. Si iban a llevarse bien, aunque Alex sólo lo hiciese por Scarlet, el chico consideraba que el Ollivander tenía derecho a saber qué esperar de alguien como el sangre limpia.

No hizo comentarios sobre el señor tenebroso. Eran pensamientos demasiado profundos y subjetivos, demasiado airados y desagradables, impropios de un fiel al régimen, como para contarlos en voz alta a un prácticamente desconocido, por mucho aval que tuviese de la pecosa al linde del lago presente. Alex tenía todo tipo de gritos para el Señor Tenebroso, un ser y antiguo hombre que había dejado de ser un humano para convertirse en el avatar de la herrumbre.

- Puede que mi hermana me acabe odiando, pero seguirá siendo mi hermana- sentenció, como si eso bastase para solucionarlo todo-. Prefiero hacer las cosas por mí mismo, sin ayuda de terceros, mientras sea capaz. Sé que estaría bien sin mi custodio, pero como hermano mayor no puedo evitarlo- Alex se aferraba a la familia como quien se agarra a un hierro medio suelto en mitad de una riada-. Igual llega a molestarla, o igual no- no era un imperativo universal tomarse a mal la protección de Alex, si bien era una posibilidad factible-, pero seguiré siendo su hermano.

Alex era el modelo de chico que tiene en la cabeza grabado que la familia es la familia sin importar qué. Así seguía siendo un sangre limpia tras tanto tiempo, y conservaba unos valores familiares de titanio reforzado. Hubiese preguntado a Spencer si tenía hermanos, pero siendo un Ollivander, se imaginaba la estampa, y acertase o no, casi era mejor no ponerle en una situación desagradable.

- Prefiero no hablar de mi familia- añadió al final, a sabiendas de que si su tía salía por algún lado acabaría pitando la tetera. Y tampoco era plan de ponerse familiar con un recién conocido con Spencer, al que aún estaba tanteando-. Has dicho que el Señor Tenebroso valoraba el conocimiento y el poder, y que conoce el honor y el respeto- Alex pensaba que el honor y el respeto estaban subordinados al conocimiento y al poder, pero ese era un tema en el que no quería entrar, así que lo omitió- ¿Por qué? ¿Ya no valora el conocimiento o el poder?- preguntó, redundante, para asegurarse de que su preguntaba quedaba más o menos claro. Alex no sabía por qué Spencer lo decía, así que preguntaba, como un niño pequeño cuya madre le intenta explicar matemáticas sin éxito.

Eso sí, lo que Alex no pasó por alto es que Spencer no había respondido a su última pregunta. No había dicho si sus planes eran de dominio público o privado, y omitir de forma tan directa una pregunta simple y no demasiado vinculante ni reveladora tenía que significar algo. ¿Qué? Eso daba igual mientras no trabase una buena amistad con él. Los demás podían hacer lo que quisieran.

Desde la orilla no escuchaba del todo bien la conversación que estaban teniendo los jóvenes...Pero escuchó que hablaban sobre el señor tenebroso, ideologías y demás temas polémicos, y frunció el ceño en dirección a los chicos. Spencer le indicó que volviese, ella le hizo caso, y aceleró el paso en cuanto escuchó que Spencer hablaba sobre la hermana de Alex y el caracter sobreprotector del chico. Para él, su hermana pequeña era más que sagrada y Spencer no tenía pelos en la lengua y seguramente habría dicho algo que, aunque fuese sincero, no parecía que a Alex le hubiese sentado del todo bien.

A medida que se acercaba, dejó de fruncir el ceño; si quería cambiar de tema, lo mejor era hacer como la que no había escuchado nada.

-¿De qué ha-hablábais?-preguntó "como quien no quiere la cosa" y volviendo a sentarse. Como no tenía con que secarse, se puso de espaldas a los chicos para no salpicarles, y apoyando una pierna sobre la otra sacudió el pie derecho-¿Seguís hablando de vu-vuestros objetivos para el curso?-se puso el calcetín y se calzó el zapato derecho y repitió lo mismo con el pie izquierdo.

Una vez tenía puestos ambos zapatos se dio la vuelta, mirándolos. Scarlet notó que Alex, aunque estaba en una postura tumbada y relajada, parecía algo alterado, seguramente por el comentario que hizo Spencer sobre su hermana. Le miró y le sonrió de forma tranquilizadora, intentando tranquilizarle aunque fuese un poco.

Había ido asintiendo mientras Alex me daba sus puntos de vista, incorporándolos a lo que ya sabía de él. 

-Si, justo en eso estábamos.- miento, tampoco tenía sentido repetir la conversación desde el inicio. Sé que Scarlet es lo suficiente mayor para que no sea necesario protegerla de la verdad, pero con lo que nos conocía sabría nuestros puntos de vista sobradamente.

No había tenido tiempo para contestar todas las preguntas de Alex, pero dadas las circunstancias lo dejo pasar. 

- No pretendía alterarte, hasta este año yo no tenía a quien proteger.- Digo en tono bajo mientras Scarlet nos daba la espalda. Eran temas puntiagudos y era fácil que alguno se enfadase. Solo esperaba que Alex no se lo tomase como algo personal. Aunque no compartía todas sus opiniones, que defendiera sus ideas con tanta pasión había hecho que se ganase mi aprecio. Algo que obviamente no iba a admitir, ni aquí, ni ahora. Entre otras cosas porque si se picaba conmigo y volvíamos a hablar de estos temas, me seguiría respondiendo con plenas emociones en sus palabras. Retomo el tono normal de antes.-Le comentaba a Alex que mis objetivos de este año eran un secreto, pero que como me has dicho que es de confianza, si me gana a un duelo en el club este jueves, los compartiré con él. Todo amistoso, por supuesto.

Le dedico una sonrisa divertida y sincera, quería instarle algo de espíritu competitivo, pero en ningún momento se trataba de una bravuconada. Con mi constitución de papel de fumar mojado, no le iba a ofrecer otro tipo de duelo, aunque tal vez en un futuro pudiésemos jugar una partida de ajedrez explosivo.

Scarlet sonrió al escuchar la proposición de Spencer a Alex. Al final parecía que no se iban a llevar tan mal como creía. Su sonrisa se ensanchó y comentó:

-Bu-bueno, pero intentad terminar de una pieza; me sentiría mal venceros  a los dos si e-estais en mal e-estado...no tendría ta-tanto mérito-bromeó.

Tenía ganas de que empezase el club de duelo. Ser tímida y tartamuda tenía sus ventajas en ese sentido, la gente en el club solía pensar que era frágil y débil...pero cuando se enfrentaban a ella podían comprobar que podía ser una gran contrincante que no se daba por vencida. A la hora de batirse en duelo, Scarlet dejaba de lado su timidez y sus reservas y simplemente lanzaba hechizos y contrahechizos efectivos. Sin embargo se preguntó si sería capaz de combatir contra Alex o Spencer, aunque el club de duelo no tenía como finalidad causar daño o humillar al contrincante, en parte se conseguía involuntariamente. Los hechizos podían causar algo de daño físico, y nadie se siente bien perdiendo, menos aún en público. No quería ni imaginar que le causaba daño a cualquiera de los chicos, tenía miedo de que algún hechizo se le escapase de las manos y perjudicase más de la cuenta a sus compañeros.

Sacudió la cabeza, alejando esos pensamientos y se aseguró a si misma que haría lo imposible para evitar eso.

Que se preparasen los demás duelistas, porque con ellos no tendré piedad.

Se sorprendió ante este último pensamiento, no solía ser tan tajante ni tan competitiva...pero, en el fondo, quería hacere valer y demostrar lo buena que era. Quería dejar de depender de sus compañeros y su protección.

Finalmente, decidió que sería mejor pensar otra cosa, así que preguntó:

-¿Y tú, Alex, que me-metas tienes? ¿Nos las dirás o ta-también tendremos que retarte en un duelo pa-para averiguarlo?-dijo divertida. Estaba de buen humor, le encantaba ver que se llevaban bien.

Les dedicó a ambos chicos una sonrisa sincera y llena de felicidad.

Alex se levantó de un salto. Había escuchado bastante por aquella mañana, teniendo en cuenta que tendría que soportar en breves una eternidad de Historia de la Magia. Pero arqueó una ceja ante aquellas nuevas palabras dedicadas al duelo mágico. Era como el Quidditch, algo que a todo el mundo parecía gustarle, salvo a Alex. No era un fan del club de duelo, la verdad. No era malo en ese aspecto, y tampoco un genio, pero eso no lo hacía más atractivo. No le suponía un reto interesante, aunque entendía que para gustos, deportes. A cualquier otro podría aburrirle el ajedrez o el vuelo con escoba si no era para jugar a Quidditch. Y aunque a Alex le gustase, no eran tampoco opciones mejores que las demás.

- ¿En mal estado?- preguntó retóricamente el chico arqueando una ceja. Sonaba burlón- Ni que fuésemos grajeas comestibles- sonrió de medio lado.

Aunque bueno, comestibles, sí, en un sentido figurado.

No hizo menciones a los comentarios de Spencer. Le importaban muy poco los duelos mágicos, pero si al chico le hacía ilusión, lo haría. No tanto por la información, que no era algo que una persona debiese ganarse con habilidad, sino con confianza. Supuso que era sólo una excusa para competir de forma sana, por lo que lo obvió.

- Ya sabéis mis metas- siguió el chico mientras empezaba a caminar hacia el castillo a paso ligero, esperando a que le siguiesen, aunque pudiese parecer que caminaba por el linde del lago. Poco a poco elevaba la voz lo justo para que siguiesen escuchándole con normalidad- estudios, ósea TIMO, felicidad, supervivencia y allegados. ¡Lo de siempre!- exclamó finalmente, como si fuese obvio-. Vamos, o llegaremos tarde a clase.

Sotek, como era menester, precedía al chico, guiándole de vuelta al castillo como un gato lazarillo. Conociendo al gato probablemente pensase que Alex era incapaz de volver solo pese a que el castillo era de todo menos pequeño e invisible.

No parecía hacerle mayor gracia la idea, o no quiso comentar lo que le parecía en alto. "Qué pena". Para mi, el duelo era una de las máximas de la magia. ¿De que servía el conocimiento si no era llevado a la práctica? No es que yo tratase de hacer daño a otros, pero era la mejor forma de entrenar. Pensar rápido, tomar decisiones, actuar con precisión. Hacer pociones y otros artefactos, eran las otras cosas que consideraba el fin de la magia superior. Un encantamiento duraba un rato, o un instante. Pero la magia encerrada en una poción era eterna, hasta que se usaba, y algunas aun así tenían efectos de por vida. Como la poción embellecedora. Artefactos como el Sombrero seleccionador, perduraban a las eras y se convertían en un vestigio de la existencia de un gran mago.

-Por mi bien. - La clase no tardaría mucho en empezar, y esta media hora, se le había pasado en un suspiro.

Scarlet le sacó la lengua de forma burlona a Alex antre su broma sobre las grajeas y rió. Se levantó y se sacudió la falda y la túnica para que se desprendiesen algunas hojitas y ramitas secas que se habían enganchado. Una vez liberada su túnida y su falda comenzó a andar

Aceleró un poco el paso y se puso a la altura de Alex, caminando a su lado.

Ahora que se iban, cayó en la cuenta de que no había pensado en el cumpleaños de su padre desde que salió de la sala común...Al principio se sintió mal, era una fecha que debía recordar, aunque le doliese. Pero luego pensó que su padre lo hubiera querido así...con su pequeña riendose y pasando un buen rato con sus amigos, sin apenas un atisbo de tristeza en su rostro. Si estaba alegre en ese momento era gracias a Alex y Spencer. Así que aprovechó para acercarse a Alex y decirle en voz bajita:

-Gracias, Alex.-probablemente el chico no entendería por qué, pero ella tenía la necesidad de decírselo-Nos veremos en Cuidado de criaturas mágicas y en Aritmancia, ¿no?

Alex asintió.

- Claro- respondió sonriente, con un tono de voz bastante animado-. Y por los pasillos. Y si te portas bien, alguna que otra noche- le guiñó un ojo. Obviamente aquello a efectos reales era lo opuesto a portarse bien, pero así era Alex.

Siguió caminando. En aquel momento tenía una oportunidad en bandeja para quedar con ella en otro momento, pero su cerebro le gritaba que no lo hiciese, y más en base a lo que creía que tenía con Spencer, por lo que calló.

Miró hacia atrás, hacia Spencer, señalándole con el dedo únicamente por lo animado que estaba.

- Y a ti el Jueves en el duelo, aunque aviso que no son mi pasión precisamente.

Siguió caminando, mirando al frente. Le había encantado el hecho de que Scarlet le pusiese a su lado. Qué fácil era hacer feliz a un adolescente. Incluso Sotek pareció notarlo.