Partida Rol por web

Harvaka 1, Tierra de Piratas.

Capítulo 108. Onrara.

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18/12/2017, 16:16
Ediberto Dolfini

- Me dice que vamos por el buen camino, Daito. – Dijo Ediberto con una extraña sonrisa que se reflejaba en su rostro. – Tan sólo conozco un lugar así. Angarkok, el reino trasgo contra el que Catán entrará en breve en guerra, se encuentra bajo el mar de Tildas. – El señor de Peregasto juntó sus manos mientras mantenía la mirada fija en ningún punto en concreto y meneaba la cabeza como si acabara de encontrarle el sentido a algo.

Dolfini caminó a grandes zancadas hacia Kronan, quien permanecía reposando en aparente calma sobre una de las sillas. El enano que se mantenía al margen de la conversación entre el norteño y Ediberto, alzó la cabeza sobresaltado, cuando se encontró con el noble agachado junto a él. Ediberto le miró a los ojos sin poder ocultar su sonrisa triunfal. Kronan arqueó una ceja tratando de entender que estaba pasando por la cabeza de aquel humano, aunque no tuvo demasiado éxito.

- El elfo, tu patrón... – Dolfini hizo una pequeña pausa para ordenar las palabras que iba a emplear. - ¿Os mandó recoger trasgos para traerlos a la fiesta, verdad?

- Así es. – Respondió Kronan. - ¿A qué viene esa pregunta ahora?

- Era evidente que quería dar la culpa del asesinato del rey a los trasgos. – Continuó Ediberto con su exposición. – Puede que nada tenga que ver, pero… ¿Y sí pretendía que con el magnicidio se iniciara una guerra, como parece que va a ser?

- ¿A dónde quieres llegar? – Preguntó Zelandor. – Creo que te sigo pero…

- Lo que trató de ensamblar son las piezas de este rompecabezas. – Interrumpió Dolfini. – Anwalën quiso culpar a Angarkok de la muerte del rey. Eso provocaría la guerra, pues la tensión entre los dos reinos era ya de por su prebélica. – Ediberto dio una palmada y señaló a Daito mientras continuaba con sus deducciones. – La guerra se librará en el exterior y eso obligará a que los ejércitos de Angrakok abandonen su ciudad enterrada bajo el mar. Si Onrara ha visto que Elsabeth se encontrará bajo tierra y bajo el mar la sitúa en Angrakok. ¡Anwalën estará con ella! ¡Habrá menor vigilancia en el reino trasgo, gracia a la jugada del elfo! ¡Todo cuadra Daito! ¡Tú destino es ese! ¡Vuestro destino es Angrakok!

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18/12/2017, 17:06
Onrara

La habitación a la que fue conducido el gran trasgo se trataba de una especialmente pequeña y oscura sólo iluminada por la tenue luz de varias velas. El olor a incienso era intenso en su interior y a parte de una mesa redonda cubierta por un mantel rojizo hasta el suelo y dos sillas, poco mobiliario más había en su interior a excepción de un aparador de gran tamaño y baldas dispuestas por todas las paredes llenas de los objetos más variopintos.

En cambio, los amuletos, fetiches, talismanes y reliquias, abundaban por doquier. Piedras unidas a colgantes, plumas de diversos tamaños y colores, candelabros, velas de todo tipo, ramilletes de ajo y verduras secas, una báscula, un mortero, algo de leña, un caldero, sacos que contenían hierbas secas, setas o semillas, una jaula vacía, el cráneo de una cabra, diversos frascos de vidrio llenos de ungüentos o pócimas, algunos tomos polvorientos y un sinfín de otros objetos abarrotaban la estancia dando una sensación de que fuera aún más pequeña de lo que era.

Nada más entrar en la habitación, el gran trasgo percibió que la adivina le miraba con cierta timidez y captó cierto rubor en sus mejillas, las cuales se sonrojaron nada más verle. Onrara parecía nerviosa, más que lo había estado cuando llegaron de forma improvista y más que cuando le leyó el porvenir a Daito.

Finalmente la adivina le mostró una vacía silla a Gorbagog y acabó por sentarse en ella. Sobre la mesa reposaba una bola translucida de un material similar al vidrio y algunos huesecillos pertenecientes a la columna de algún pequeño animal, esparcidos sobre ésta. Una vez tomó asiento agarró los huesecillos y los volvió a lanzar quedando desperdigados sobre la mesa de manera aparentemente aleatoria.

No funciona así, me temo. – Desveló Onrara tras las preguntas del gran trasgo sin alzar la mirada que mantenía fija sobre los huesos. - Las preguntas vienen luego...

Fue entonces cuando miró a los ojos del gran trasgo y le agarró la mano notando éste un leve pinchazo en el dedo. Onrara la agarró con fuerza impidiendo que Gorbagog retirara la mano, llevándose el dedo herido a la boca y saboreando la sangre que emanaba de éste.

Los ojos violeta de Onrara se pusieron en blanco y agarró con mayor fuerza la mano de su cliente posando la otra mano sobre la bola sin llegar a tocarla. Del interior de la bola surgió una extraña luz que envolvió en un halo luminoso a la bruja. Extraños movimientos en el cuello y las articulaciones de la mujer se empezaron suceder de pronto. Movimientos antinaturales, movimientos que causarían gran dolor a quien los padeciera y que sin embargo no parecían notarse en el cuerpo de la gran trasgo.

- Gorbagog. – Dijo la mujer con una cavernosa voz. – Veo dolor en tu futuro. Veo fracaso en tu devenir. Una larga cruzada que no te llevará al lugar que te corresponde, pero aunque a ti te proporcionará desgracia, ayudará a otros. Tú futuro está junto a Daito, en las profundidades del mar, en un amplio y oscuro lugar. Creo que se trata de un sistema de túneles… - Frunció el ceño. - …si, ahora lo veo claro. Viajarás a un enorme reino bajo el mar. ¿Qué más deseas saber? ¡Rápido!

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18/12/2017, 21:02
Nadja la Roja

Miro todo lo charlatenes que se habían vuelto lo demás y estuvo escuchando -Tienes mucho que aprender chico- le dijo a Tulius -No crees en la magia, es completamente comprensible, pero tendrás que hacer un esfuerzo esta vez, no quieres creer a nuestra anfitriona, no lo hagas, pero mírame ¿dirías que soy una pirata? no tengo pata de palo, ni parche en el ojo y soy mujer, tuve todo un barco lleno de hombres a mis ordenes- suspiro y se acaricio el vientre, recordando que seguramente esa vida se había acabado para ella -En esta misión que vamos a emprender, necesito que habrás tu mente, si lo que nos ha contado nuestro amigo Kronan es cierto, ese elfo usa magia, y si no abres tu mente y das crédito a lo que veras, seras el primero en caer y en poner en peligro nuestro plan y como ya dije, no dejare que nadie haga eso- lo miro fijamente -¿Entendido?

Luego siguió un largo rato sin decir palabra y miro a Daito cuando salio, la expresión de este la desconcertó un poco, más sus palabras, por suerte Dolfini servia para algo, más que para fardar y lucirse, y arrojo luz sobre el asunto -no es ninguna tontería o que dice señor Dolfini...- se quedo pensando - pero ese elfo no parece tonto, algo tendrá preparado, claro que contamos con el factor sorpresa-

 

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19/12/2017, 15:20
Tulius

Tulius permaneció atento a la exposición de Nadja. Sin duda tenía razón en muchas de las cosas que acababa de decir. Gente mucho más experimentada que él había rebatido con argumentos su posición contraria a la magia. Primero fue el enano y luego Zelandor, quienes cuestionaron su actitud. El mismo Gorbagog le reclamó una mente más abierta y finalmente la capitana le dio un buen motivo para tratar de no creer únicamente en las primeras apariencias, pues en muchos casos las cosas no son como aparentan y el raciocinio humano no puede alcanzar a entender todas las fuerzas por las que se rige la naturaleza.

Fuera como fuera, Tulius había recibido una lección por parte de casi todos y tuvo que tragarse sus palabras y empezar a mirar más allá de lo evidente. Aquel camino que emprendía en esos momentos cobraba ahora mayor transcendencia para él, pues lo que creía desde el principio como una mera misión por la supervivencia propia, podía acabar convirtiéndose en una experiencia vital que le cambiara a él y la visión que tenía del universo, para siempre.

- Entiendo lo que decís. – Dijo en un susurro casi imperceptible. – Trataré de haceros caso. – Habló sin levantar la mirada del suelo, pero seguro de la determinación que había tomado.

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19/12/2017, 15:24
Ediberto Dolfini

Dolfini esbozó media sonrisa tras escuchar las palabras de Nadja en referencia a lo que acababa de comentar. Aquella mujer se había mostrado algo fría con él desde el principio, más incluso desde la charla que tuvieron tras la reunión en Peregasto previa a la partida. Sin embargo, que le diera la razón y reconociera aunque sólo fuera por esa vez que Ediberto podía estar en lo cierto, le reconfortaba en cierta manera.

- Todo encaja Nadja. – Repirtió Ediberto. – Creo que no me equivoco demasiado cuando digo que vuestro destino esta en Angrakok. El mío está en la superficie, al frente del ejército catanés. – Se frotó las manos. – Va a ser una aventura trepidante. – Afirmó con un extraño brillo en su único ojo.

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19/12/2017, 21:08
Nadja la Roja

Realmente sentía mucha lastima por Tulius y mucha ternura, era como un niño al que acababan de reñir, paso por su lado y le acaricio el pelo casi maternal y en un susurro dijo -se que lo harás- luego distraidamente sin mirarlo se sentó nuevamente, no quería estar más del tiempo debido de pie, se le empezaban a acentuar algunos síntomas del embarazo y no quería empeorarlos, más ahora que iban a tener jaleo, parecía.

Miro a Dolfini -si, todo parece empezar a encajar, pero veamos que nos cuenta su amiga a los demás. creo que todos tenemos papel aquí- cruzándose de brazos.

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20/12/2017, 11:36
Gorbagog, alias "Scipio Luciusis"
Sólo para el director

- ¿Encontraré allí a Elsabeth? - inquirió el humano-trasgo. - ¿La encontraré o no? - preguntó algo más ansioso e irado a la pitonisa, que parecía que se iba por las ramas con información fútil que desde luego no interesaba mucho al gran trasgo.

Me da igual por dónde pase o por dónde acabe, si al final no encuentro Elsabeth. ¿Me quiere ella? Sin eso nada tendría sentido. Así que se lo volvió a preguntar: ¿Me ama Elsabeth de verdad? - insistió a ver si esta vez respondía. En teoría ahora era el turno de las preguntas.

Aunque ¿qué garantía tengo de que su respuesta sea cierta? - pensó Gorbagog.

 

 

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20/12/2017, 16:05
Onrara

- Lo que más ansías está al final del camino que marca tu destino. – Habló de nuevo de forma críptica aquella mujer perteneciente a su misma estirpe. – Tu camino es de desesperanza Gorbagog. Tu vida nunca será lo que tú quieras que sea. Has elegido un camino de dolor. Un camino de desesperanza que se retroalimenta con tu fracaso. Te auguro un final aciago.

De pronto los ojos de la pitonisa que habían permanecido en blanco durante todas sus visiones regresaron a un tono violáceo. Onrara soltó la mano de Gorbagog y fue en ese momento cuando el gran trasgo notó que la palma de la mano de la mujer estaba empapada de sudor. De su frente también caían regueros de sudor aunque no hacía calor en el interior de aquella pequeña habitación. La mirada de la gran trasgo estaba algo descentrada, lo que denotaba desorientación en la adivina. Meneó la cabeza y pudo al fin centrarse en la persona que tenía delante.

- Mis visiones no son nítidas. – Dijo Onrara. – Nunca lo son. No son comprensibles para la mayoría de las personas. Yo trato de interpretarlas y en ocasiones fallo, me equivoco. Pero en tu caso, Gorbagog… - Chasqueó la lengua. - …me gustaría decirte otra cosa, pero creo que Elsabeth no te ama. No al menos en la forma en la que querrías. Siento defraudarte, aunque quizás me equivoque… - Hizo una pequeña pausa. – Se acabó tu tiempo, dile a la mujer que entre.

Notas de juego

Sal al exterior y llama a Nadja... es su turno.

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26/12/2017, 10:55
Gorbagog, alias "Scipio Luciusis"

Gorbagog salió algo entre apesadumbrado y contrariado de la sala.

- Nadja, puedes entrar - dijo algo triste y entonces rompió a llorar. Aunque se aferró a la mínima esperanza que le quedaba para pensar en seguir adelante.

- No tengo porqué seguir con esto, pero lo haré - comentó al resto del grupo.

 

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26/12/2017, 14:13
Nadja la Roja

Miro al gran trasgo y como instintivamente, cuando se echo a llorar como un niño, lo abrazo -¿que te ha dicho? nunca habría esperado verte así, sabes que los demás, por lo menos yo, por mi parte no dejare que te pase nada ¿que es tan terrible?- realmente tenía curiosidad que era lo que podía asustar a un gran trasgo tanto, sabía que su amor era algo atípico y seguramente no fuese correspondido, pero... sabía que le tocaba, pero esperaría a que el trasgo se tranquilizase.

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28/12/2017, 13:17
Gorbagog, alias "Scipio Luciusis"

Me dijo... me dijo - repitió Gorbagog entrecortado a Nadja - me dijo que Elsabeth no me quería, al menos en la forma en que yo quisiera. Me dijo que mi destino era funesto y albergaba mucho dolor, pero que, sin embargo, encontraría lo que buscaba en el final del camino - dijo aferrándose a su esperanza.

Dicen que la esperanza es lo último que muere. - rumoreó Gorbagog.

El gran trasgo finalmente se tranquilizó pues aunque sufriera todo acabaría bien. Y con esa fe viviría desde entonces. No era la primera vez que veía oscuro el final del camino y sin embargo su esperanza siempre le había llevado a buen término.

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28/12/2017, 14:36
Nadja la Roja

Acaricio la cara del trasgo, secando sus lagrimas -El amor es algo muy complicado y la vida en si ya es muy dura, yo creo que deberías quedarte satisfecho cuando a ella se le ilumine la cara cuando en el grupo que va a rescatarla vea tu cara, ya que a mi no me conoce y a muchos de nosotros tampoco, pero ver una cara conocida la reconfortara, al menos te considera un amigo y considerara que la has rescatado, yo creo que es suficiente- lo miro sonriendo -no tienes que desanimarte, y si, la esperanza nunca muere- le guiño y se dispuso a entrar 

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29/12/2017, 08:58
Director

Tras el inesperado y tierno abrazo que Nadja le dedicó a Grobagog y al consuelo que trató de proporcionarle se introdujo en la estancia a la cual había sido llamada. Antes de abandonar la sala donde había esperado su turno, pudo captar como en el rostro de Dolfini se hallaba cierta sonrisa bobalicona y en el de Daito algo de sorpresa tras el bondadoso acto que acababa de presenciar.

Mientras cruzaba el umbral de la puerta, un pensamiento surgió en su cabeza. Que distinta era de aquella Nadja que dirigía no hacía demasiado tiempo a una banda de despiadados piratas que no conocían el remordimiento. Que distinta era de aquella Nadja que planeara cerca de dos años atrás el hundimiento del navío de Sid con gran parte de su propia tripulación abordo por tal de hacerse infinitamente rica.

Aquel plan causó una disputa con el capitán mestizo. Una disputa que acabó con el pobre Sid atado y amordazado en su camarote tras haber sido drogado por ella misma. No se fiaba de que durante al abordaje de la fragata Sofía, los remordimientos del bueno de Sid Ben Jezheri dieran al trasto con su plan maestro y ya fuera por ese miedo o simplemente por tal de mantener a salvo a su viejo amigo, le disculpó de estar presente durante el abordaje.

Si, ciertamente había cambiado mucho. La isla la había cambiado. Había hecho que sus prioridades en la vida mutaran de una forma  extraordinaria. Sin duda alguna Mayuul había influido muy positivamente en ella. La había vuelto mejor persona. Daito tenía también gran culpa de ello y sin duda, el bebé que portaba en su interior, ya fuera de Mayuul o de Daito había acabado de transformarla para siempre.

La habitación a la que accedió era una bastante pequeña y sólo iluminada por la luz de algunas velas. El olor a incienso era intenso en su interior y a parte de una mesa redonda cubierta por un mantel rojizo hasta el suelo y dos sillas, poco mobiliario más había en su interior a excepción de un aparador de gran tamaño y baldas dispuestas por todas las paredes llenas de los objetos más variopintos.

En cambio, los amuletos, fetiches, talismanes y reliquias, abundaban por doquier. Piedras unidas a colgantes, plumas de diversos tamaños y colores, candelabros, velas de todo tipo, ramilletes de ajo y verduras secas, una báscula, un mortero, algo de leña, un caldero, sacos que contenían hierbas secas, setas o semillas, una jaula vacía, el cráneo de una cabra, diversos frascos de vidrio llenos de ungüentos o pócimas, algunos tomos polvorientos y un sinfín de otros objetos abarrotaban la estancia dando una sensación de que fuera aún más pequeña de lo que era.

Nada más entrar en la habitación, Nadja percibió que la adivina le miraba con cierta fatiga. Onrara parecía cansada. Sin duda alguna mucho más de lo que lo estaba antes de empezar a realizar sus predicciones. Podía ser que fuera todo fachada, pero también era posible que realmente, aquel oficio fuera agotador y también era evidente que aquella mujer necesitaba un descanso.

No obstante la adivina le mostró una vacía silla a la capitana y ésta acabó por sentarse en ella. Sobre la mesa reposaba una bola translucida de un material similar al vidrio y algunos huesecillos pertenecientes a la columna de algún pequeño animal, esparcidos sobre ésta. Una vez tomó asiento agarró los huesecillos y los volvió a lanzar quedando desperdigados sobre la mesa de manera aparentemente aleatoria.

- Nadja, la roja. – Dijo sin mirar a la clienta que tenía delante. – Voy a proceder a leer tu porvenir.

Fue entonces cuando miró a los ojos de la pirata y le agarró la mano notando ésta un leve pinchazo en el dedo. Onrara la agarró con fuerza impidiendo retirara la mano y llevándose el dedo herido a la boca para saboreando la sangre que emanaba de éste.

Los ojos violeta de Onrara se pusieron en blanco y agarró con mayor fuerza la mano de su clienta posando la otra mano sobre la bola sin llegar a tocarla. Del interior de la bola surgió una extraña luz que envolvió en un halo luminoso a la bruja. Extraños movimientos en el cuello y las articulaciones de la mujer se empezaron suceder de pronto. Movimientos antinaturales, movimientos que causarían gran dolor a quien los padeciera y que sin embargo no parecían notarse en el cuerpo de la gran trasgo.

- Seguir a Daito hasta los confines del mundo, hasta el lugar nunca bañado por el sol, un lugar húmedo y oscuro plagado de peligros, sólo te traerá… - Onrara frunció el ceño y apretó los dientes como si le hubiera dado una punzada de dolor. - …muerte. – Sentenció. – Tu propia muerte, la de alguien a quien amas o la del niño que crece en tu interior. 

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29/12/2017, 12:00
Ediberto Dolfini

Una vez se cerró la puerta tras de Nadja, Dolfini risueño como un pajarillo al amanecer. Su sonrisa delataba que alguna ocurrencia le rondaba la mente. Sin duda, su sentido del humor era algo peculiar. Un humor irreverente, un humor negro que no a todo el mundo caía bien. Ese momento no era para bromear. Instantes después de que la pitonisa le revelase al norteño una cuestión de tan vital importancia y que implicaba una decisión tan difícil y que podía implicar la diferencia entre la vida y la muerte propia o de alguien cercano, era momento para la reflexión.

No obstante, no había compartido los detalles de su entrevista con Dolfini ni con ninguno de los presentes y a decir verdad, no tenía del todo claro que aquello que Onrara le había revelado fuera a suceder realmente. Quizás por ello cuando vio venir a Dolfini deseoso de compartir con él una chanza, no le paró los pies.

- Tendrás que mantener vigilado al trasgo. – Le susurró. – Ya quiere llevarse al catre a tu prometida y ahora Nadja... – Habló en un tono casi imperceptible para acabar con una carcajada al más puro estilo de aquel nada empático y en ocasiones cruel noble catanés amante de la diversión.

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29/12/2017, 12:00
Tulius

Nada más dejar marcharse, fue Tulius quien se acercó hasta Gorbagog posando su mano sobre su hombro y mirándole en silencio tratando de transmitirle que estaba con él, que estaba allí para lo que hiciera falta. La amistad que unía a gran trasgo y humano era sincera. Se conocían desde hacía casi siete años y prácticamente todo lo que Tulius sabía del manejo de la espada había sido gracias al que durante tantos años conociera como Scipio.

- Tranquilo, amigo. – Dijo Tulius. – Verás cómo todo sale bien. – ¿Ha dicho algo más aparte de lo que ya nos has contado? ¿Algo que pudiera ser relevante?

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29/12/2017, 14:08
Nadja la Roja

Entro admirando todo el entorno de esa pequeña habitación, nunca había creado demasiado en la brujería, pero sin duda, si esa mujer no lo era, tenia un entorno muy conseguido para parecerlo. Espero un momento a que sus ojos se acomodasen a la tenue luz y cuando vio que le indicaba asiento, se sentó, lo que ocurrió luego la perturbo un poco, parecía que con su sangre la bruja había entrado en una especie de trance con contorsiones imposibles y finalmente habló.

No le pareció tan malo el resultado de la visión hasta que esta implico a su bebe, realmente nunca había pensado en tener niños, pero ahora ya estaba hecho y estaba creciendo dentro de ella, ya no estaba tan segura de no querer tener ese bebe, cuando se sentía sola él le hacia compañía, se hacia notar cuando quería y le alegraba, perderlo seria realmente un golpe muy duro para ella, pero... tendría que hablar con los demás y Daito también debería tomar parte en esto, si aun quería seguir ocupandose del bebe, después de todo, muchas cosas habían cambiado desde que hablaron el bebe y de ellos.

-¿La única manera de evitar eso, es no ir?- se atrevió finalmente a preguntar.

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01/01/2018, 22:41
Onrara

Onrara miró a Nadja a los ojos mientras fruncía el ceño. No lo hacía porque la pregunta le hubiera molestado o porque se hubiera enfadado por alguna razón que era ajena al entendimiento de la pirata, sin más bien debido a que la pregunta le había pillado desprevenida. Se notaba que no estaba segura de la respuesta que tenía que darle a su clienta y tuvo que parar a pensar por unos instantes. - Lo cierto es que no se cómo responderte. - Desveló finalmente la gran trasgo.

- Leo el porvenir de la gente. Eso debería darles una oportunidad de cambiar su futuro, pero lo que está escrito está escrito. No sé puede cambiar. Onrara suspiró a la vez que bajaba la mirada.

Volvió a mirar a los ojos de Nadja e inmediatamente volvió a retirarla. La pitonisa se puso en pie dando la espalda a Nadja y se rascó la cabeza, para finalmente volver a sentarse frente a ella y agarrarle de las manos. - Aprendí a dominar el don que Ella me otorgó gracias a un gran maestro. - Dijo Onrara sin dejar de mirar a la infinidad verde de los iris de la capitana y sin soltarle las manos. - Mi mentor, fue un ser poderoso. Un ser que pertenecía al mismo tiempo a pasado, presente y futuro... Un guardián del tiempo... - Sonrió de forma melancólica.

- ¿Has oído hablar de ellos? - Soltó a Nadja y se puso de pie de nuevo. Parecía nerviosa. - ¡No, claro que no! - Negó con la cabeza. - No se porque te cuento ésto. Bueno, lo que quería explicarte es que mi maestro podía ver al tiempo todos los futuros posibles. Llegó a la conclusión de que todos ellos eran reales y las posibilidades infinitas. Con eso respondo a tu pregunta. Si, muy posiblemente no viajando junto a Daito podrás evitar la muerte de la que te he hablado. Pero puede que aún así no puedas hacer nada. Todo depende del futuro en el que te encuentres... Así que mi consejo es que sigas lo que tú corazón te dice, pues vayas o no vayas podrás evitar o no hacerlo el terrible desenlace del que te he hablado.

Onrara sonrió. - Siento no ser de mayor utilidad. Al final estoy tirando piedras sobre mi tejado. Te estoy desvelando que puedo leer uno de los infinitos futuros probables, pero no tiene porqué ser el futuro que te depare a ti, en este universo y a la versión concreta de tu ser en este universo ... Onrara caminó hasta la puerta y la abrió mostrandosela en silencio indicando claramente que deseaba que se marchara. Para cuándo Nadja se puso de nuevo en pie la gran trasgo volvió a hablar. - No atenderé a nadie más hoy. - Dijo. - Marchaos y dile a Dolfini que deje lo acordado sobre la mesita del recibidor. Suerte Nadja.

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03/01/2018, 13:48
Nadja la Roja

Asintió a las palabras de la bruja, ciertamente el futuro era incierto, siempre podía cambiarse dependiendo de los actos de cada uno, pero no estaba de más tener en cuenta las predicciones de la bruja, no quería que su bebe sufriese nada, por lo tanto había decidido algo, que muy a su pesar, no tenia más remedio, y se lo haría saber a todos, era lo justo.

La mujer parecía realmente cansada, era normal que no aceptase a nadie más, asintió -muchas gracias por tus predicciones Onara, le diré a Dolfini que te de lo acordado, gracias una vez más- y así salio de la habitación ,bastante seria a decir a verdad, miro a Dolfini -Le debes algo, ya hoy no atenderá a nadie más- 

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04/01/2018, 16:08
Ediberto Dolfini

Incluso el en ocasiones insensible Ediberto Dolfini leyó mucho más en el rostro de Nadja al salir del encuentro con la pitonisa, de lo que sus palabras podían decir. Si bien era cierto que todavía no había dicho nada, se notaba que una preocupación rondaba por su cabeza. Una cuestión que sin duda debían resolver antes de partir hacia el destino final de aquel viaje que Daito inició más de tres años atrás junto a un grupo muy distinto de compañeros, de los cuales no quedaba ni uno solo de ellos.

- Descuida, encanto. – Respondió Dolfini. – Me podrán llamar borracho, mujeriego e incluso mala persona y muy posiblemente no se equivocarán demasiado. – Explicó Ediberto más a modo de broma que dando por ciertas sus palabras. – Pero Ediberto Dolfini de Peregasto, siempre paga sus deudas.

La expresión de Nadja no varió ni un ápice. Es más, sus ojos no miraron a Dolfini en ningún momento y aquel noble prácticamente estaba convencido de que no había escuchado ni una sola de sus palabras. Los ojos verdes de Nadja miraban fijamente a Daito, con quien sin duda alguna tenía algo que compartir. Algo vital para los acontecimientos inmediatos que iban a sucederse en las próximas horas.

- ¿Qué sucede, querida? – Insistió Dolfini tratando de ser lo más amable que pudo.

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04/01/2018, 16:18
Gorbagog, alias "Scipio Luciusis"

- No ha dicho nada más interesante, mi querido amigo Tulius... sólo algo referente a un lugar lúgubre en cuevas debajo del mar... - respondió algo tarde Gorbagog, que estaba ensimismado en sus cavilaciones, algo distraído y aturdido por las palabras de Onrara.