Partida Rol por web

- No, no puedo. dijo Ethan al conocer la premisa y el peligro que suponía realizar lo que les estaban pidiendo. Él no estaba capacitado para eso, él no podía ponerse meterse en el fuego, no era un héroe. Le habían dicho que allí podían ayudarle con sus capacidades especiales y sin embargo, le estaban exponiendo a un peligro mortal. Además, tenía la mente nublada, estaba aún bajo la influencia de la medicación que le habían puesto. Dió un paso hacia atrás sin darse cuenta.

- ¿Qué? ¿Cómo? No puede ser. su mente estaba enfangada, ya no iba a morir gente por su capacidades, sino que podría morir por su inacción. No sabía que era peor, estaba confundido. Se llevó las manos a la cabeza con desesperación y gritó a Señor Stedman lleno de frustración. - ¡Van a hacer que mueran todos incluso nosotros!

Estaba tan perdido y fuera de lugar que no escuchó lo que Hunter decía.

Ithan temblaba. Cada músculo de su cuerpo se tensaba como si estuviera a punto de romperse desde dentro. El zumbido del helicóptero, las luces, las órdenes, la pantalla aún grabada en su memoria con ese loco envuelto en fuego y carcajadas... todo le parecía un mal sueño. Un maldito sueño del que no podía despertar. Sintió cómo su respiración se aceleraba. El corazón le golpeaba en el pecho como una jauría enloquecida. Su garganta estaba seca y su piel ardía como si las llamas del sótano ya lo hubiesen alcanzado.

"No soy un héroe"... La frase retumbaba en su mente como un eco amargo. Él solo quería aprender a controlar lo que llevaba dentro, no lanzarse al infierno. No quería matar, no quería lastimar a nadie. Ni siquiera estaba seguro de poder contenerse si lo hacía. El frenesí estaba al acecho, y lo sabía. Pero entonces... vio a Gwen, firme a pesar del temblor en su voz. A Hunter, desafiante, suspendido por esos apéndices mecánicos como si fuera parte de una película. Ellos tenían miedo también. Pero se movían. Actuaban. Aunque no supieran cómo iba a terminar todo.

Y él... ¿iba a quedarse ahí como un cobarde?... Entonces bajó la mirada a sus manos. Las vio temblar. Sus uñas más largas de lo que deberían. El cambio nunca estaba demasiado lejos. Pero si dejaba que el miedo decidiera por él... ¿qué sentido tenía todo lo que había soportado para llegar hasta ahí?

 - Joder…  - murmuró entre dientes - Joder, joder, joder… -

Sintió las piernas rígidas cuando dio un paso hacia adelante. El helicóptero vibraba con fuerza. El interior del hangar zumbaba con el rugido del motor y las respiraciones tensas de los demás. Dio otro paso. Y otro. Aunque su cuerpo gritaba que diera la vuelta y se escondiera bajo tierra. Se detuvo al borde de la rampa del helicóptero. Una ráfaga de aire le golpeó la cara, como si el mundo le dijera: “Este es el momento.”

 - No quiero que mueran por mi culpa - dijo en voz baja, como si se hablara a sí mismo más que a los demás. Y entonces, alzando la vista, agregó con más fuerza - Voy a intentarlo… pero si cambio, si pierdo el control... ¡aléjense de mí! - 

Sus ojos brillaron con un destello dorado por un segundo. La bestia lo había escuchado. Estaba despierta. Pero por ahora, obedecía y con un gruñido contenido, subió al helicóptero.

Y mientras se alejaban hacia el helicóptero, el director Steman hizo una leve mueca de aprobación.

-Alea iacta est.

-Bueno, parece que saben desplegarse rápido y la telépata ha conseguido concentrarse en situación de estrés. Control, me debes dos pavos.

El robot asistente de Stedman sigue mirando con su enorme lente naranja la pantalla gigante de la sala blanca, atento a cualquier cosa que pueda pasar.

EPÍLOGO:

Ha pasado una semana desde los eventos de Hawthorn Heights y Stedman está mirando atentamente las grabaciones de la misión, sonriente al ver como el hombre lobo, la telépata, el simbionte y el loco mecanizado han colaborado para salvar una decena de vidas y reducir en un abrir y cerrar de ojos a un loco demente como Luciérnaga.

De pronto, un ayudante de Mr. Stedman se acerca y le susurra algo al oído. Rápidamente el jefe de la AMD canvia de canal en su monitor y ve las imágenes en directo de uno de los satélites de la agencia.

Stedman se queda sin habla al ver a un tipo humanoide volando a velocidades supersónicas y dirigiéndose hacia algún lugar indeterminado de los Estados Unidos. ¿Cómo un ser como él puede volar sin alas ni motores? ¿Y cómo su piel puede aguantar tal velocidad sin desintegrarse?

-Maldita sea, Control. Avisa a los chavales, ¡YA!