Partida Rol por web

Hay Muchos Traseros que patear :D (III)

PLANETA EMERSON. BORDE EXTERIOR

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01/02/2016, 10:46
Katherinne Boldian.

La tensión aumentaba. Todo parecía estar fuera de control y aunque asustada, me sentá pletórica por el otro. ¿Berenice? No la conocía pero sabía que era. Aún así se negaba a decirme nada. Sentía el miedo, la expectación de todos. Cogí la caltimplora al vuelo sonriendoo a Sara.

- Gracias doctora!!! - dije bebiendo con ansiedad

Lance seguía tenso. Yo también. Me notaba tensa a punto de saltar como un gato. La rabia inicial había dado paso a una tranquilidad relajante y serena. Lance seguía insistiendo en una explicación. Dudaba de mi identidad. Hasta yo lo hacía!!! Cuando colgó su arma y tras recoger una bata, comencé a acercarme lentamente a él. Devolví la caltimplora a la doctora y con una lentitud deliberada mientras me iba abrochando los botones me fui acercando a él… hasta quedar casi a su lado.

Por alguna razón dejé uno de los últimos botones sin abrochar. ¿Había sido un acto deliberado? ¿Por qué hacía aquello? Ya sabía la respuesta!! Ya me la había dicho!!! Aspiré aire con fuerza, notando el olor a sudor de Lance. Notando la tensión. De forma lenta, me acerqué a su oreja…

- Soy yo Lance…Y soy ello!!! Creo… ¿Que quieres que te diga que te convenza? ¿Que te expliqué mi llegada a este agujero de mierda y como me miraste la primera vez…? ¿Que te hable de como solucinas los problemas? ¿De tu eterna batalla dialéctica con nuestra querida doctora…? ¿De tu arte con el cuchillo? ¿De como has intentado siempre enseñar a los demás lo que es ser un buen solado…? - dije en voz alta para luego acercarme un poco más a su oreja. Dejé que mis pechos, medio descubiertos, le rozarán el musculoso brazo antes de susurrarle solo a él – ¿Que te dije que te quería y tú me rechazaste… otra vez? ¿Es eso lo que quieres Lance? ¿Te sirve eso Lance?

Me separé de él. Tensa. No sabía por que me sentía de aquella forma. Era como una mezcla enfrentada de sensaciones. Terror a lo desconocido. Miedo a esa nueva situación. Pero al mismo tiempo repleta de…¿poder? Terminé de abrocharme la bata y miré a los científicos que habían desperdigados por doquier.

- Hablad!!! ¿Que es Berenice? Quiero todos los detalles… y los quiero ya. Lance ya formuló las preguntas adecuadas. No creo que sea necesario ser más claro.

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02/02/2016, 00:28
Lance “Khan” Svensson.

Kathe se acercó demasiado. Puede que el rifle estuviera desactivado pero su cuchillo no. No se mostró amenazante, pero cuando su compañera se acercó levantó el filo y lo posó sobre la lustrosa piel de la nueva y mejorada Kathe.
—No te acerques más —ordenó, sin dejar cabida a dudas o preguntas, y no sabía que le inquietaba más, si que Kathe hubiera reconocido que ya no era cien por cien humana o que desease flanquear las defensas que él había levantado.
—No me sirve de nada, Kathe. Y olvídate de esa mierda. Por lo que a ti respecta, estoy de luto. Solo somos compañeros…o eso quiero seguir creyendo—terminó por bajar el arma, se apartó de ella y se colocó en un lugar donde pudiera controlar a los cerebritos, al nuevo caparazón y, muy a su pesar, a Kathe.

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06/02/2016, 16:35
Director

-Lo se porque he…convivido con ella un tiempo. O estudiado, como prefieras. Es una de sus capacidades, la regeneración y mejoras de tejido o material. Se duplica, se multiplica. Pero no es ella –respondió el cerebrito.

-Se lo explicamos a ellas dos –la mujer de mediana edad señaló a Turk y a Sara-.

Kathe no convenció del todo, o nada, a Lance. ¿Cómo iba a hacerlo cuando esa cosa, o una parte de ella, se paseaba en su interior, se había fusionado con sus células, las había invadido, optimizado su funcionamiento? ¿Qué era ahora Kathe? Ni la propia marine podía responder a esa incógnita.

-Kathe, deja de frotarte contra Lance. Eres un marine, recuérdalo. Aparta esas gilipolleces para otro momento –soltó Turk.

-Berenice es un ente que no tiene parecido con nosotros. Aprende, asimila, y actúa conforme a nuestro comportamiento. De hecho…Consideramos que es una forma de pensamiento, digamos que “virgen”. No tratamos con una mente superior, una criatura que ha evolucionado de la materia hasta llegar a ser pura energía. No. Sino que es así en su origen –añadió la mujer.

-Es una especulación, por supuesto. Basada en nuestras observaciones y lo que extraemos de nuestras charlas. Por eso su comportamiento es tan diverso. Le hemos hecho tragar mucha mierda de nuestra civilización –señaló el hombre.

-O simplemente ha jugado con nosotros. Nos ha estudiado. Ni siquiera es seguro que su otra parte esté muerta. Yo, al menos, tengo mis dudas –dijo la chica más joven, sorbiéndose los mocos.

-Es decir, que no tenéis puta idea de nada. Es libre, nos puede arrancar la columna vertebral si le da la gana o filtrarse en nuestros cuerpos. Genial. Bienvenida al club de lo capullos, Berenice –bufó Sebas.

Turk intervino.

-Ahí tienes tus ropas y armadura, Kathe. Olvida esa bata y ponte tu equipo. Sigues siendo una marine, componente de este equipo. ¿O alguien tiene una idea mejor? ¿La sedamos y la metemos en esa cápsula, doctora? ¿Le partimos el cuello?

Miró a Sara y a Lance.

-¿No, verdad? Tenemos a Kathe con un alien en sus venas; una tormenta en aumento. Y hemos de regresar a la base con nuestra superior inconsciente. Y el trasto que nos trajo aquí estropeado. Hasta, que, precisamente lo repare Sebas y Kathe cuando se den las circunstancias propicias.

Se giró hacia los científicos, inquisitiva. El hombre meneó la cabeza, negando.

-Te han preguntado, Berenice, ¿qué eres, qué quieres? –alzó la voz Turk.

Transcurrieron unos pocos segundos. Luego, sobre sus cabezas, comenzó a formarse una bóveda celeste: estrellas, galaxias, nebulosas, sistemas solares, planetas…La sala entera se transformó en un improvisado planetarium. Planetas desconocidos, sus lunas y satélites orbitando en derredor vuestro. Incluso estrellas fugaces, meteoritos y cometas.

Fascinante y sobrecogedor. Sin embargo, no reconocíais a qué cuadrante, zona o lugar del universo pertenecía la asombrosa proyección en la que estabais inmersos.

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07/02/2016, 13:25
Lance “Khan” Svensson.

—No tienen ni idea de nada, Sebas. Han tenido a esa cosa encerrada en un frasco de cristal, la han llamado Berenice y han jugado a que era su mascota. Hablaban con ella, la alimentaban y la estudiaban. La tiraba la pelota y ella se la devolvía —escupió a un lado —. Sois todos unos idiotas. El mono en su jaula erais vosotros.
Pensamiento puro, energía virginal, inmaculada. “Dios”, ¿Por qué no? Podía hacer con ellos lo que quisiera. Podía matarlos si así lo quería. Había destrozado a uno de los cerebritos. ¿Por qué? ¿Por su agresividad? ¿Por eso estaban las armas desactivadas? Berenice conocía la naturaleza del hombre, sabía que terminarían matándose entre ellos. Y eso no servía a sus propósitos. ¿Pero, qué podía querer de ellos un ser tan excepcional?
Turk ordenó a Kathe que tomase su armadura. Era un marine, en parte. La otra mitad de su ser era algo contaminado. ¿Qué parte predominaba? No le gustaba. No se fiaba de Kathe igual que no iba a fiarse de la mujer que surgiese del siguiente capullo.
—Nadie va a regresar a ningún lado…—masculló, se acomodó.
Berenice respondió. Un espectáculo de luz se posó sobre todos ellos. ¿Era real o estaba dentro de sus cabezas? Si estiraba la mano, tocaría las nebulosas, los planetas, los astros…o se escaparían entre sus grandes dedos, pues eran pensamientos, sueños, aire. Quedaba claro, Berenice quería regresar a casa. Miró a la mujer madura, a la jefa de los cerebritos.
—¿No eran tan amigos? Dice que quiere volver a casa. ¿A dónde la estabais llevando, bruja? Habéis jugado con algo que no comprendéis.
No siguió por ahí, no serviría de nada. Miró las estrellas, era imposible encontrar su estrella. No de aquella manera.
—Tiene que haber un ordenador de navegación a bordo, Turk. Deja que vaya y lo repare, Berenice podrá indicarnos cuál es su estrella en el mapa estelar, con coordenadas de navegación—la miró con expresión de ¿Se te ocurre algo mejor para ganar tiempo?

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08/02/2016, 12:20
Sara Robles

Es obvio que lo que hay dentro de Kathe no se puede matar matando a Kathe. Simplemente se mantiene flotando entre ellos y hace lo que quiere. Alza una ceja ante las explicaciones de los científicos. Así que han estado jugando con ella y encima quieren que no le tengan miedo... pues van listos.

-Sí, ha tragado mucha. Estando encerrada en una jaula de cristal mientras vosotros la estudiabais y si el otro ente era como ella, lo más probable es que no esté muerto y la hayáis separado de su pareja.

Está hasta los cojones de esa gente. Pero tiene que mantenerse calmada para no reventarles la cara por gilipollas. Así es como es el ser humano: finge ayudar a los demás cuando lo que de verdad están haciendo es manipularte y aprovecharse. Es lo que han hecho con "Berenice". Y es que ella parece que quiere volver a casa en algún punto del universo desconocido para ellos. No le suena ni una de las estrellas que allí hay.

-Turk, deja que vaya. Hemos venido en misión de rescate y creo que tenemos que salvar a "Berenice" del gobierno y de los científicos.

Mira hacia el planetarium.

-¿Alguien le ha preguntado de verdad como se llama o le habéis puesto vosotros el nombre?

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10/02/2016, 12:10
Katherinne Boldian.

Las miradas de todos no acabaron de incomodarme, aún así avancé hasta donde estaban las batas y comencé a abotonarme una con la mirada picarona que siempre había mostrado. Lance me miraba receloso. Aquello me dolió más que cualquier cosa. Lo miré unos instantes y acabé bajando la cabeza. Algo salvaje me recorría el cuerpo y no sabía como aceptarlo, como asumirlo… Me sentía por momentos pletórica de fuerza… pero al mismo tiempo sentía la inseguridad que a veces me había asaltado.

La cortante voz de Turk me hizo mirarla… Aquella cabrona se creía mejor que los demás. Era un soldado excepcional, con unas puntuaciones excelentes, pero no se daba cuenta de que al final estaba en el mismo agujero de mierda que nosotros.

- Si…señor!!! – le dije de forma burlona cruzando nuevamente la sala hasta donde estaba mi uniforme en el suelo.

Me volví a desnudar y me lo puse en silencio. Notar la tela ruda y con olor a sudor de mi ropa me relajó. Noté como la tranquilidad me recorría el cuerpo ante aquel mero contacto. Sonreí ante aquella idea tan estúpida y simple. Pero la verdad es que me sentía reconfortada con aquella ropa. Mientras me vestía escuché lo que los científicos hablaban del ser que me había invadido.

Al parecer habían jugado con aquel ser y no tenían ni puta idea de que diantres pasaba. Le preguntaron que quería, y este les contestó con un holograma a todo lo gran de la sala donde varios sistemas se veían, con infinidad de planetas moviéndose.

- ¿Cuál es el tuyo Berenice? – dije desde mi posición… Me levanté ya uniformada. – Si es cierto que quieres volver a casa como dicen… ¿cómo te podemos ayudar? – me abstuve de preguntarle lo que más me quemaba la conciencia. ¿Qué pasaría conmigo cuando ella se fuese?

Dejé pasar unos instantes… antes de decir.

- Puede ser una buena idea analizar esos computadores en búsqueda de información. A menos que nuestros queridos científicos quieran facilitarnos el trabajo y darnos la información que necesitamos saber… o a menos que nuestros queridos “amigos” quieran hacernos partícipes de sus planes. – dije mirando al aire y a los planetas que se movían.

Evité la mirada de Lance. Aquellos ojos acerados seguían taladrándome buscando quien era yo… que era yo. 

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10/02/2016, 19:02
Director

-¡Eso no es cierto! ¡No es cierto! ¡Nunca estuvimos de acuerdo con los planes de la corporación ni de los asesores militares! ¡La sacamos de allí! ¡Perdimos amigos! ¡Y algo pasó, alguien nos traicionó, y se tuvo que improvisar! ¡No fue nuestra mascota! ¡La sacamos de allí, queríamos liberarla!

Fue la joven llorosa. Escupió su ira y su frustración sobre todos los marines.

A casa. Resultó evidente para Lance. También para Sara y Kathe. La extraña Kathe.

La mujer madura, la bruja, ignoró la pregunta de Khan. Sí que le dijo algo a Kathe.

-No te pasa nada. Te ha mejorado. Reparado, entendería ella. Esa es una de sus cualidades más valiosas y estudiadas. Puede curar cualquier enfermedad y potenciar tus genes. Una Maravilla.

Su compañero sí que replicó a Robles.

-Berenice sabe y puede hablar. Pregúntale tú, doctora. Nosotros somos unos monos idiotas. Ya has escuchado a tu amigo.

La situación seguía encallada. Tocaba buscar un ordenador en condiciones. Pero Sebas no vio tan claro el asunto:

-Ey, colegas, un momento. ¿Estáis hablando en serio de salvar a una cosa de la que no tenemos puta idea? ¿De algo que se ha cargado a este tío como quien va a mear y que jode el funcionamiento de nuestras armas? Tíos, ¿es que el único sensato aquí soy yo? A ver, no me toquéis los huevos, lo mismo nos está manipulando. Qué se yo, ¿qué puede pensar un alien? Vamos a hablarlo un poco, ¿no?

Miró y comprobó de nuevo su fusil.

-Por no mencionar que estamos en una mierda de planeta desértico sin opciones de salir de él.

El ente, la criatura, Berenice, no contestó a Kathe. La proyección siguió allí, modificándose imperceptiblemente, modificando posiciones de planetas y sistemas solares, desapareciendo unos, tomando su lugar otros. Los científicos cerraron la boca, agobiados. La más joven rompió a llorar de nuevo. Turk iba a decir algo, sin embargo crepitó al voz de Misha en la radio.

-Chicos, noticias desde la base. Me llega entrecortada la voz de Halli, solicitan informe. ¿Qué le digo, Turk?

-Que estamos en misión de rescate, salvando a una inteligencia no humana, y a unos capullos de científicos –contestó con algo de sorna Turk.

-¿Qué?

-Que no respondas nada. Mantén el canal abierto sin establecer comunicación. Robles, hazle un análisis de sangre a Kathe.. Vamos a comer algo, y nos relajamos todos. Cuando amaine la tormenta, Kathe y Sebas repararán el blindado. Pasaremos la noche aquí, nos dará tiempo en pensar qué hacemos y cómo. Hay que tener en cuenta todas las posibilidades. Debemos regresar a la base. Con “algo” no humano, inteligente, desconocido. Letal. Asombroso.

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11/02/2016, 00:18
Lance “Khan” Svensson.

Su mente era como un antiguo motor de explosión, escupia odio y bilis sobre los cilindros de su rencor, giraba el cigüeñal de las circustancias, explotaba la mezcla, ensodecedora, dentro de su cabeza, escupía humo, pólvora quemada y mal carácter. Así, la perfecta máquina que era podía seguir en moviento, hacer lo que debía hacer. A veces se colaba un líquido que no podía comprimirse dentro de uno de los cilindros de su lógica...y entonces estallaba, todo se iba a la mierda. Y eso fue lo que sucedió cuando habló la científica, la más joven de todos ellos.
La cogió por los hombros y la puso en pie.
—¿Qué has perdido amigos? ¡¿Qué has perdido amigos?! ¡Asesina! ¡Has matado a buenos hombres! ¡Has matado a mis compañeros! ¡Ellos vinieron aquí a socorreros! ¡A ayudaros! ¡Y los volasteís la tapa de los sesos! ¡No tienes ningún puto derecho a quejarte! ¡¡¡Querías jugar a liberar al marciano y ahora gente buena está muriendo! ¡No es un puto juego, niña!
La soltó, sus manos temblaban. Cada vez le costaba más controlarse. No era miedo, no era odio. Era la mecha que necesitaba. Quería que todo estallase, que todo se fuese a la mierda de una vez por todas.
—Asesinos, es lo que sois. Habeís asesinado un buen puñado de gente honrada para satisfacer vuestra curiosidad intelectual. Me daís asco...
Apretó los dientes, también los puños. Su sangre era nitrógeno puro liberado dentro del tanque de su maquinaria de violencia y muerte. Él no era mejor que ellos, eso lo tenía claro, pero él no trataba de esconder lo que era. Al menos era auténtico.
También tenía para la bruja.
—¿Y si Kathe ya estaba bien como estaba? ¿Quién coño se cree que esa cosa para hacer algo que nadie la ha pedido? Era su cuerpo, joder. Era su mente. ¿Con qué derecho la ha "mejorado? Yo digo que me gusta ser como soy. Feo, odioso, imperfecto...humano. Y si esa cosa entra dentro de mí, prefiero que me peguen un tiro a vivir siendo algo que no soy...—miró a Kathe, de soslayo "Mierda, veo que sabes como tratar a las mujeres. ¿Qué crees que pensará ella?". Él problema no era que no apreciase a Kathe, el problema es que no sabía si Kathe era la Kathe que él conocía. Ni siquiera podía mirarla como antes. Todo en Kathe era una gran y resbaladiza interrogante. Ahora, por mucho que esa cosa la hubiera mejorado no había podido hacer con sus encantos, Kathe seguía teniendo la mejor delantera de toda la sección.
—Sebas, lo que dices tiene sentido. Pero yo lo veo así. Si no mandamos a esa cosa a su casa, se queda aquí, con nosotros. Nos deja a su merced. Desarmados, expuestos a que nos cambie o a que nos fría el cerebro. Yo la prefiero lejos. ¿Qué tiene una motivación oculta para ir a ese sitio? Pues muy bien, pero no me interesa mientras se vaya fuera de aquí —le explicó a su compañero, luego se giró hacia la bruja —. Aunque eso puede que os fastide vuestros planes de tener un amigo que es pensamiento puro.
Escucharon a Misha, el gran jefe quería saber que tal les iba. Joder, ojalá pudiesen enviar a ese almidonado cabrón junto con esa cosa, a la quinta estrella a la derecha más allá a tomar por culo. Turk dijo que pasarían la noche allí. Fantástico, pensó, pero se guardó sus pensamientos para él. Todos menos uno.
—No vamos a volver a la base llevando a esa cosa con nosotros, Turk. Pondría en peligro a los demás, y ya ha muerto demasiada gente. Tenemos que solucionar esto—se giró hacia Robles —. ¿Tú que dices doctora? ¿Estamos en cuarentena? ¿Estamos contaminados, en peligro de contagiO? ¿Es "Berenice" un virus mental?
Miró al techo, se sentía tonto elevando al voz, hablando con esa cosa. Era como hablar con dios. Mal, porque nunca te escuchaba, peor si llegaba a responder.
—Si quieres que te ayudemos pon algo de tu parte, no sabemos donde quieres ir. Ayúdanos, o te vas a quedar en Emmerson de por vida.

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15/02/2016, 23:48
Sara Robles

Mira a todos los presentes. Sus compañeros se van pasando pelotas y no hay nada claro, salvo que Berenice está ahí entre ellos y que puede matarlos con solo pensarlo. Si tiene que decidir, prefiere llevarla a casa a que se quede merodeando por el mismo lugar que todos ellos y que acabe enfadada por no poder volver a casa y los mate a todos.

De todas formas, las peticiones de algunos son un poco estúpidas... ¿qué va a conseguir tomando una muestra de sangre? No van a encontrar nada... nada que ella pueda ver con su equipo. Tendrían que analizarla en un laboratorio especializado y entonces ya se vería.

-Solo hay una forma ahora mismo de salir de aquí y si Berenice ha estado dentro de Kathe, lo sabe. Por eso nos muestra el cuadrante al que quiere ir. 

Les mira a otros, de arriba abajo. 

-Dejaos de peleas ahora y poneos cómodos porque vamos a pasar una noche estupenda. Una tormenta de arena nos despejará las ideas a todos y mañana con la luz del sol ya veréis que bien se ve todo.

Obviamente, no se cree nada.

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17/02/2016, 12:02
Katherinne Boldian.

Escuché lo que decían de mi. La tensión era palpable, pero a pesar de todo aún no había estallado la tormenta. La explicación sobre mi mejora despejó muchas dudas, sensaciones que había tenido desde mi aparición. Notaba más los olores, los ruidos del exterior ahora eran más perceptibles. Incluso los colores de los panees destrozados parecían haber adquirido diferentes tonalidades. Por no hablar de mi cuerpo. Notaba un mayor vigor, era una sensación rara de explicar. Sonreí para mis adentros sintiéndome más felina que nunca. Pero a Lance no parecía gustarle aquellos cambios. Su repulsa a los cambios que pudieran haberme sucedido quedaban claramente definidos.

- Mensaje recibido Lance!!! El bicho raro de Kathe se mantendrá alejada de ti… Pensé que por un momento… Da igual!!! Déjalo!! - Y me alejé del grupo, malhumorada y con un claro gesto de rabia.

Al parecer todos me veían ahora como una amenaza. Ninguno lo decía abiertamente, pero de forma velada se presnet´ñia lo que sentía cada uno de ellos. Podía notar la frustración creciente en su interior. No solo notaba a aquel ser en su interior, sino que había perdido la confianza de los demás. Aquello tal vez le dolía más que cualquier otra cosa. Ante los últimos comentarios de Lance no pude evitar explotar.

- ¿Contaminados? ¿En cuarentena? ¿Te parece importante eso? Da igual lo que quieras hacer… Como has podido observar esa cosa se mueve como quiere y a donde quiere. Igual necesita un huésped para moverse… ¿Es eso lo que insinuas Lance? Tal vez tengáis que dejarme aquí y marcharos vosotros!!! Tal vez tengáis que pegarme un tiro…!!! Y cerrar así cualquier duda sobre mi humanidad!!! ¿Y que pasará Lance!!! ¿Que hará ese ser doctora? Buscar otro huésped? ¿Morirá? Vamos!! Acabemos con esto!!! – grité sacando el cuchillo de combate y colocándomelo en el pecho me acerqué a Lance, - ¿lo harás tu campeón?

La voz coinciliadora de la doctora me calmaron relativamente. Mantuve la mirada de Lance, solo unos instantes. Aquellos ojos fríos y cortantes como cuchillos eran peor que cualquier cosa. Al final bajé el arma y me alejé fuera de la vista de nadie, a algún pasillo lateral. De pronto me sentía aislada, sola y necesitaba estar así. Sino me querían cerca, así sería. “Maldito bastardo!!! Podrías ayudar un poco y decir que coño quieres!!! Se que estás ahí!!! Joder!!! Tenía que haberte dejado en esa cabina hasta que te pudrieras…". Le grité al ser que habitaba en mi. Sabía que no contestaría. Igual yo también era un ser despreciable para él…como al parecer lo era para todos. Y entonces me eché a llorar.

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17/02/2016, 13:28
Lance “Khan” Svensson.

—No, con eso no te mataré —respondió Lance, Kathe era muy teatreara poniendo su propio cuchillo sobre su pecho —. Si te mato lo haré con este —dijo, extrayendo el suyo de la vaina, un arma no reglamentaria que más parecía un machete aserrado que un cuchillo de combate —. Quizás es eso lo que buscas —dijo, acercándose —. Yo te mato y tú me vuelas la cabeza, como a ese pobre diablo. Dos por uno.
Y no le importaba, quizás era mejor morir a manos de una compañera, o de lo que quedase de ella, a esperar a pudrirse en la nave o en el Emmerson.
Sus ojos la contemplaron, grises, impávidos, no había emoción en ellos. Eran un erial, como Emmerson, había tormenta y dolor, nada de empatía. No sabía que creer. Su implacabilidad confrontaba directamente con la lealtad hacia sus compañeros. Era Kathe, podía verla, sentirla, olerla. A la vez, no lo era, era como un sueño, un engaño, una muñequita de plástica sacada del sueño perfecto de dios. Era más esbelta, más guapa, seguramente más fuerte, más inteligente. “¿Dónde están tus imperfecciones, Kathe?” se preguntó. ¿Cuándo empezaría a cambiar realmente? ¿Podía una mente humana controlar el cuerpo nuevo que se le daba o cambiaría para estar en sintonía con él? Entonces ¿Cuántos de esos valores que hacían de Kathe ella misma se diluirían en el adn alienígena? Mierda, si solo supiera que una parte de ella era Kathe…pero ya le habían engañado, y no le daban respuestas claras. No podía evitar pensar que estaban jugando con ellos.
Kathe terminó por irse. O al menos lo intentó.
—No sé a dónde coño te crees que vas Kathe, Berenice, o como quieras que te llames ahora. No te vamos a perder de vista. Turk parece que confía en ti, y yo lo haré cuando sepa que queda de la vieja Kathe en ti. No me mires así, no sé si eres Kathe o una cosa con la careta de Kathe. Si a mí me pasase lo mismo espero que actuaseis igual —Iba a ser una noche muy larga a interesante —. Seré tu sombra, Kathe. Allí a donde vayas, yo también iré.

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19/02/2016, 08:52
Katherinne Boldian.

La frialdad de Lance heló mi ya malherido corazón. Su dureza, la tranquilidad con que había sacado su arma y me había amenazado de forma velada. Su gélida mirada habían traspasado mi corazón dejándolo tan helado y vacio como el suyo. Todavía no había entendido lo que pasaba. Todavía no era consciente de lo que yo sentía a pesar de habérselo dicho. Nada podía cerrar las heridas de su mente y su corazón…y el parecía deleitarse rompiendo los de los demás. Mientras me alejaba la voz de Lance resonó en el silencio que había seguido a mi ataque de rabia.

-Kathe, Lance… Soy Khate. Siempre lo he sido. La misma que siempre estuvo a tu lado. La niña mimada de la base. La imbécil frívola y estúpida que está en boca de todos… Solo esa Lance!!! Haz lo que creas conveniente!!! Pero deja de machacarme con tus malditas dudas. Casi preferiría morir ahora mismo a seguir viendo esas caras que tenéis y seguir escuchando tus palabras… Una careta dice!!! Gilipollas!!! - y seguí avanzando hasta un pasillo lateral donde buscaría un lugar donde echarme un rato. Antes de llegar al recodo, me volví a parar, - Si vas a venir conmigo, por lo menos no sigas torturándome con tus palabras!!! A veces… callado estás mejor!!!

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20/02/2016, 00:35
Lance “Khan” Svensson.

La falsa Kathe hacía muy bien de la aténtica Kathe, claro que, ¿Quién le decía que la falsa no era la auténtica aún siendo otra que ya no era? Mierda, tenía que dejar toda esa basura filosófica a un lado o terminaría con una camisa de fuerza y un sombrero hecho con papel albal. La siguió, por supuesto, por desconfianza, porque era su deber...y porque quizás, aún entre la multitud, Kathe era una de las pocas personas que le hacían compañía de verdad. Fuera o no la auténtica.
Había algo latente debajo de la ira de Kathe. Un sentimiento, quizás, redentor, liberador, pero él no sabía verlo. Era torpe en ciertos campos. Para él la psicología femenina era como jugar a tomer el té con herramienta industrial.
La dejó que se echase. Él vigilaría. A ella, las paredes, el suelo de rejilla, el piloto fundido de un indicador, los fantasmas de su cabeza. Siempre atento, siempre vigilante, el soldado perfecto.
—Al menos coincidimos en algo Kathe —dijo después de un prolongado silencio, su mirada estaba estática, sus labios secos —. Yo también preferiría estar muerto —se rascó la mejilla, un afeitado perfecto. No duraría, como todo lo bueno de la vida —. Si, hubiera preferido morir a venir a Emmerson...

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21/02/2016, 19:45
Director

La joven que agarró por los hombros Lance, estaba fuera de sí.

-¡No somos asesinos, no lo somos! ¡Suéltame! ¡No podíamos controlar al sintético, él tenía sus directrices! ¡Estás loco, eres un animal! ¡Suéltame!

Khan lo hizo, por propia iniciativa. El era el más alterado de todos; lo sabía, su sangre transportaba lava en forma de ira ascendiendo hacia su cerebro. La pregunta era: ¿cuánto tardaría en llegar la erupción?

-Es tu opinión, soldado. ¿Le has preguntado a tu compañera Khate? Además, no tiene sentido qué te hagas esas preguntas. Ya ha sucedido, ya es. Las cosas son como son. Esto lo enseñan en la escuela. -Fue el comentario de la mujer impedida a las cuestiones que se planteaba Lance acerca de la mejora de Kathe.

Se sucedieron réplicas y contra réplicas. Lance no se fiaba de Kathe. Probablemente no era él solo, sin embargo sí que el único que lo demostraba sin ocultar sus intenciones y pensamientos. Discutió con Kathe, siendo mudos testigos el resto, marines y científicos. Los planetas giraban, se mecían en su órbita alrededor de soles desconocidos. Berenice, la cosa, la criatura o alien no les ayudaba mucho más.

-Si no podemos regresar, Lance, tú dirás qué hacemos. ¿Qué dices Turk? –preguntó Sebas, a la vez que se encendía un cigarrillo.

-Ya lo he dicho. Parece tenernos en sus manos. Pensaré en algo -miró a Khan-. No quiero una solución de tu estilo. Tranquilízate. Y tú, Sara, sobra el sarcasmo. Ahora necesitamos ideas y apoyarnos unos a otros. Ayúdame, Sebas.

Ella y el marine pusieron el cadáver del científico dentro de una cápsula, y la cerraron.

La tensión entre Kahte y Lance crecía. Podría acabar muy mal. La situación actual no aparecía en ningún manual del ejército. Berenice tampoco se comunicaba de forma directa con su, en apariencia, “huésped”.

-La única opción que tenéis es fiaros de nosotros. Y en ningún momento lo habéis hecho. Ahora no podéis regresar a vuestra base, tampoco quedaros aquí. ¿Nos vais a matar o lo hará ella? No podemos ofreceros una solución satisfactoria –señaló el científico.

-Entonces calla –le cortó, Turk- No deseo escuchar más sandeces.

-La sola oportunidad que tenemos todos es confiar en ella. Cuanto antes lo comprendas será mejor –insistió el hombre.

-No es un virus mental. Ninguna prueba demostró tal cosa. Aunque quien sabe de lo que realmente es capaz –intervino en ese momento la joven, más calmada, tras ver que el objetivo de Lance era Kathe y no ella.

De la matriz formada por el universo que ocupaba toda la sala surgió un pequeño vórtice. Fue aumentando su tamaño, girando vertiginosamente, formando un cono hasta el suelo. Daba la impresión de que estuviese hecho de la misma materia que Kathe y Lance vieron en el receptáculo ocupado anteriormente. Pero ahora brillaba con los colores de aquella galaxia artificial. Una silueta se dibujó con claridad, poco a poco, apareciendo y desapareciendo, a intermitencias: un cuerpo humano femenino. Se perfiló por completo, acabó por definir sus contornos y una mujer desnuda se presentó delante de los ojos de todos los presentes. Se cubrió con ropas creadas de la nada, camisa, pantalón y botas militares. Aunque no era extremadamente bella, su fisionomía de rasgos agradables y suaves, junto con unos grandes ojos almendrados de color violáceo, ofrecían confianza, sugestionaban los sentidos positivamente al contemplarla.

Y habló. Sonó igual que la música de los ríos, el mar, el cielo en el crepúsculo o la noche en la Tierra de hace un millón de años. Primigenia y sin mácula. Envolvente. Señaló alrededor en las alturas.

-Pertenezco a lo que vosotros llamáis Universo. Soy Universo. Su energía es la mía. Y la vuestra. Existo ahora. Existía antes del tiempo. Me habéis dado conciencia de la mía propia. Vosotros. Humanos. Unidades de carbono. Seres incompletos. Universo único cada uno de nosotros.

Miró hacia el cadáver:

- Hablo con los vocablos que me habéis enseñado. Él no era quien pensabais que era. Traición. Su muerte la aprendí de vosotros. Castigo. La no vida. Concepto de muerte.

Se giró hacia Lance y Kathe, caminó en su dirección.

-La muerte es regreso al núcleo. A la esencia del principio. Regeneración, transformación. Es vuestro deseo. Me liberasteis. Puedo transmitir agradecimiento, conceder la muerte.

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22/02/2016, 21:00
Lance “Khan” Svensson.

—Llamar animal a un animal como yo no me hace más manso precisamente —contestó a la jovenzuela, estaba cansado de insultos. Era un marine, joder, exigía respeto. Había recorrido media puta galaxia jugándose el pellejo para que fulanas como esa pudieran tener las manos limpias y la creencia de poseer una superioridad moral. No iba a aceptar algo menos que un “Señor”.
Respondió a Turk.
—Estoy tranquilo, Turk. Soluciona las cosas a tu manera. Si todo falla, cuenta conmigo. Soy el plan B.
Los científicos seguían dando por culo. Iban de eruditos, ellos sabían lo que hacer, lo controlaban todo, debían confiar en ellos, en…Berenice. Si, claro, no iba a aceptar esa mierda de unos tipos atados y amordazados. No se mordió la lengua con ese hombrecillo.
—No, no es la oportunidad que tenemos todos. Es vuestra oportunidad, cerebritos. No sé a quién le habéis robado la mascota, pero debe de estar muy enfadado con vosotros. Por no hablar de que seréis juzgados como cómplices de asesinato por al muerte de varios marines. Así que estáis jodidos. Si, ella es vuestra única oportunidad. Los demás aún no hemos tocado fondo —terminó su argumentación escupiendo un gargajo bien líquido, aquello expresaba muy bien lo que opinaba de esa gente.
El espectáculo de luces seguía. Aquello no era nada artificial, pensó. No era como una de esas salas de ciber striptease, todo láseres, curvas y neón. Estaba vivo, la palpitante mujer, Berenice. Parpadeó, un sueño cubierto de estrellas, el deseo plagado de luz, contaminado por la esencia eterna del universo. Sonrió cuando la mujer desnuda tapó su desnudez. Si era Dios, era tan humano como ellos. Y aun así no podía dejar de mirar su divino rostro. No era la puta más guapa con la que había bailado el Mambo Jambo pero tenía un algo, un no sé que morboso, una chispa de magia que le tenía hipnotizado. “Te sugestiona, idiota”, se dijo a si mismo. “Ella no es real. Solo ves lo que deseas ver”.
Apartó sus ojos de ella igual que si le hubieran estafado. Pero su voz…sonaba como las nanas que le cantaba su madre de pequeño. A la vez, era algo antiguo, la tonada que una verdadera Madre entonaría al acurrucar la creación.
—Es preciosa…—masculló, absorto.
Por suerte para él, era más un hombre de acción que de emociones. Atendió a las palabras. Creyó comprender. Volver al núcleo. Si claro, con la cabeza reventada. ¿Y la gloria? ¿Y el deber? La muerte era algo buscado, pero no de aquella manera. Sería como aceptar una inyección letal solo porque se había cansado de vivir…
Se dirigió a él. También a Kathe. Conceder la muerte. Volver al estado origen, a la nada. Se puso delante de Kathe, protector. Aquello lo hizo por instinto.
—Aquí nadie quiere tu muerte, nadie quiere regresar al núcleo. ¿Entendido? —Mantuvo fijo la mirada en ella, tenso, el sudor frío resbalando por su raspada mejilla —. Nadie más va a regresar al núcleo, aunque lo desee, vas a estarte quietecita ¿De acuerdo?
Todo el mundo tenía pensamientos suicidas, pasaba malas rachas, deseaba morir. Berenice podía interpretar aquello como una llamada de auxilio. Le hacía gracia la condenada. Era una diosa, o algo similar. Tenía capacidad para hacer lo que desease y sin embargo, iba vestida, castigada al traidor…estaba atada a las leyes humanas. Se inclinaba ante ellas de una manera primitiva.
—Nuestro deseo es volver a casa, Berenice, pero ya hemos olvidado donde queda. Y tú…creo que tampoco lo sabes —señaló. Ella era el universo, parte de todo, no podía volver a si misma. ¿O si? —. Así que estos perros te dieron la conciencia. ¿Qué putada, eh? —Miró a Turk, luego a Robles, se encogió de hombros. Si ellas sabían que decir, que lo hicieran la etiqueta nunca había sido lo suyo —. ¿Sabes lo que es un marine espacial? Somos la ley, el brazo armado de la justicia. Acabas de matar a un hombre. No te culpo, pero tienes que entregarte. Son las leyes. Mírate. Tu ropa, tu cuerpo, tienes que aceptar las leyes del hombre, ya las aceptado. Así que baja aquí. Tranquila, eres inocente, pero hay que cumplir el protocolo…
Volvió a mirar a sus compañeras. ¿Por qué no? ¿Y si dentro del juego mental que era la consciencia de Berenice la hacían creer que debía inclinarse ante las leyes del hombre? ¿Acaso no hablaba su lengua, acaso no llevaba ropas? Si se comportaba como una prisionero porque creía que así debía comportase sería más manejable.

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23/02/2016, 17:34
Katherinne Boldian.

Las palabras de Lance sonaban sinceras… Demasiado!!! Palabras llenas de amargura que mostraban lo atormentada que estaba la mente de aquel hombre. Aún así no me consolaban. Ya nisiquiera me permitía marcharme y dejarme llevar por mi pena. Tenía que seguir sintiéndolo cerca, escuchando su ruidosa respiración. Desestimé los pensamientos!! Ya me lo habían dejado claro, con la boca chica. Era una marine y tenía que actar como tal. Como sino pudiese sentir las miradas de todos en mi. Evaluándome y midiendo los riesgos. Posiblemente, si volvíamos a la base me pusieran en cuarentena, como si de un bicho raro fuese.

Escuché las quejas de los científicos, las réplicas airadas del resto de marines. Turk intentaba mantener cierto control de la situación, pero la verdad es que desde que habíamos enrtado en aquel maldito cacharro todo había estado fuera de control. Nada funcionaba como debía de ser. Nada estaba donde debía estar. Desconecté de lo que decían sobre Benerice. Sobre mi. Al final, aquel sinfín de planetas en movimiento comenzaron a moverse de forma más clara, todos se juntaron en una especie de vórtice y de allí los colores comenzaron a brillar como si de un caleidoscopio se tratara. Una figura, vaga e imprecisa comenzó a formarse bajo aquel haz de luz. Y poco a poco se fue conformando en una mujer preciosa, que nos miró a todos.

La miré con los ojos muy abiertos. Sin ser una mujer guapa tenía un atracativo arrebatador. No pude evitar mirar sus curvas, sus labios carnosos. Sus ojos lejanos y extraños, de un tono violeta nada usual, pero que aún así presagiaban solo cosas buenas. Pero lo mejor estaba por venir con su voz. Como un rio de agua cristalina. Suave y embriagadora. Coemnzó a hablar de forma suave, mientras se movía por la sala.

Apenas alcanzaba a entender lo que decía. Solo estaba ella. Ya nada parecía importar. Ni el tiempo, ni los demás. Como si la lacra de mi corazón se hubiese resquebrajado como el cascarón de un huevo. Me notaba ligera. Feliz. Escuché lo que decía sobre su conciencia. Sobre el castigo al que había matado y sobre el agradecimiento a los que la habían ayudado. Lance se antepuso delante de mí para protegerme…¿de qué?

- Deja que yo tenga mis batallas!! – le dije apartándolo de delante mio. – Ya me quedó claro que soy la única que las podrá librar!!

Tras aquello me adelanté hasta colocarme al lado de ese ser de luz que recibía toda una cascada de palabras del escéptico de Lance

- Y yo te doy las gracias Berenice!!! Aunque no se que esperas de mi ni lo que has hecho… De nosotros!! Por mi eres libre de salir ahí fuera y hacer lo que te venga en gana… Te pediría que no dañes a nadie más…con un bicho raro ya es suficiente. – levanté una mano y la fui acercando poco a poco a la imagen de la mujer. Quería tocarla. Sentirla. ¿Sería tangible?

El brazo de la justicia decía Lance... Sonreí ante aquella idea tan idealista y presuntuosa. Justo dicha por alguien que no creía en ella. Lo miré mientras seguía acercándome a la luz que era aquel ser magnífico. No había rencor. Solo pena. Pena por no haber podido atravesar aquella armadura que se había hecho alrededor. Pena por que había reducido su mundo a la autodestrucción y el aislamiento.

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24/02/2016, 21:09
Sara Robles

Están comenzando a ser demasiadas cosas a la vez. Entre los malos rollos entre compañeros, la desconfianza que se ha instaurado, que nadie esté preparado realmente para llevar el mando de esa misión, que una puta tormenta de arena esté sobre ellos golpeando incesantemente la cacharra esa.

Sí... todo ser ve perfecto. Todo es perfecto. Y encima la cosa esa se jacta de ser la esencia propia del universo. No, ella no se deja impresionar por su belleza sencilla o por su bonita voz. Ya tiene bastante con que los otros lo hagan. Niega con la cabeza a todo lo que pasa. Necesita estar en un sitio relajada y estar sola. Nota la tensión que se acumula en los hombros y le comienza a doler la cabeza.

-Necesito tomarme un descanso. 

Sale de esa sala cargada de gente y con aire enrarecido y se pierde por el pasillo.

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27/02/2016, 10:33
Director

Notas de juego

Me faltó detallar que la mujer que aparece es blanca, caucásica, no levita sino que camina sobre el suelo, y ha dejado de brillar. En todo parece una persona normal, de la altura de Sara más o menos. Aparte de ese magnetismo positivo que irradia.

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27/02/2016, 10:34
Director

Los científicos desistieron de hablar más. O al menos de intentarlo con Khan. No había acuerdo posible con él, como tampoco parecía haberlo entre la situación o estado actual de Kathe y Lance. Este recelaba de todos y de todo, como buen soldado estaba preparado para la acción, era un guerrero, debía combatir, debía apresar a esos enemigos de la ley. Leyes que él no aceptaba del todo, que incluso rechazaba algunas de ellas. Que detestaba, Las cumplía.

La mente analítica de la doctora reaccionó de otra manera. Veía las cosas y su posible desarrollo. El camino se estrechaba y, ante la violencia palpitante a su alrededor, las palabras encendidas, la mente inexplicable de Berenice, Sara auguraba el peor de los desenlaces. Lo había vivido antes.

Kathe intentaba asimilar su nueva condición. Aceptaba las mejoras. Desconocía si solo era un mero medio para las manipulaciones del extraño ser. O quizá solo la había mejorado sin ninguna otra intención. Su agradecimiento por lo que ella fizo de forma altruista. Reaccionó de manera emotiva y luego se centró en las órdenes, en su función de marine.

El ente caminó por la sala. Observó perpleja a Lance.

-No muerte. No regreso al núcleo. Contradictorio. De acuerdo[/B].

Dio unos pasos hacia atrás.

-[B]Protección. El llamado Khan se sacrificaría por la unidad persona repudiada Khate. La matarías. Contradictorio. ¿Mentiras? Recuerdo tus deseos. Destrucción, caos, venganza.

Escuchó a Lance. Una treta que podría funcionar.

-Define casa. Origen. Puedo llevarte a tu origen. Libertad. Antes, ahora, hablamos de ese concepto. Matar. Tú lo haces. Lo deseas. Marine. Se lo que es un marine también observó las constelaciones-. No acepto leyes del hombre. Contradicción propia. Mientras estoy aquí soy vosotros. Háblame del protocolo. Mi mente humana odia los protocolos. Estoy aprendiendo.

Berenice no se movió cuando Kathe la tocó. Encontró el tacto de la tela habitual de un traje de campaña; debajo de ella, carne tibia; músculos; huesos.

-Encontré dolor, crueldad. Agradecimiento. Confianza. Tú lo hiciste. Soy parte de ti. Eres parte de mí. Libre. Siempre libertad. Ofrecéis prisión. Eso obtuve. Quiero regresar. Quiero quedarme. Quiero ser. [/B]

Sara salió.

-[B]Te acompaño –se apresuró Sebas- ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué es esa cosa? Para mí que no está bien de la azotea. No tengo ni puta idea de cómo actuar. Joder, tía, nos vamos a volver locos.

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27/02/2016, 19:40
Lance “Khan” Svensson.

—Muy bien Robles, ¡Pues tómate tu puto descanso!—gruñó a su compañera —.Somos una puta pandilla de fracasados. No me extraña que nos estemos pudriendo en Emmerson. Tenemos un asunto entre manos y ella se va a dar un PUÑETERO paseo. ¿Tú también Sebas? Muy bien colega.
"Mierda, joder". Así que una forma de vida desconocida se tornaba sólida ante ellos, y dos de sus compañeros decidían abandonar la habitación. ¡Esto no era un puto programa de televisión que pudieras dejar cuando quisieras! Quería gritar, estallar, romper cosas. Y así procedió. Cogió una mesa y la arrojó contra la pared, luego, como un niño con una rabieta, redujo astillas un par de sillas. La terapía de choque le calmó, porque cuando no podía entender un problema lo más sencillo era destrozar algo.
Berenice intentaba entenderles y a su vez, ellos intentaban entenderla a ella. Él no era un jodido psicólogo. No tenía tacto. Incluso resultaba áspero dentro de las jerarquías militares. Apretar un gatillo era sencillo, pero las palabras...las palabras tenían poder, podían destrozar a un hombre o alzarlo hasta una cumbre nevada. Intentó seguir la línea de pensamientos de Berenice.
—Una muerte con un sentido, no una salida fácil. No hay contradición—masculló, rollendo cada una de las palabras. Luego elevó la voz —.Si, moriría por Kathe. Si es que sigue siendo Kathe. ¿Quieres una contradicción? Ella es ella sin ser ella ¿No? Explícamelo tú a mí.
Juegos de filósofos, tendrían que ir a sacar al puto Aristóteles de la tumba para que les echase una mano. O no, quizás no. Seguiría con su plan.
—Si, deseo matar, pero elijo no hacerlo. Por eso llevo este uniforme...—creo —.Las leyes dicen que no se puede retener a nadie en contra de su voluntad, por eso los científicos que te aprisionaron serán juzgados y encarcelados. Pero tú has matado a uno de ellos. Y no tienes autoridad para hacerlo. Así que también tenemos que...detenerte.—Extrajo unas bridas de nylon de su equipo, se las mostró. ¿Cedería?