Partida Rol por web

Adélaïde se levantó alertada por el sonido del cuerno, se puso en pie, buscando posibles enemigos en su habitación pero estaba vacia. Llevaba puesta su armadura, casi nunca se la quitaba pues estaba fabricada para que no fuese necesario hacerlo ni para descansar. Cojió sus armas y bajo a la sala comun de la posada buscando en que poder ayudar.

Etelimas sonrió.

-Encantado de conocerte señorita Elnora. Aunque estoy seguro de que seréis una caja de sorpresas... no en vano también os habéis unido a la caza del señor de éste lugar. Un asunto extraño en sí mismo también... -añadió más para sí mismo que para su acompañante- Ahora debo irme un momento, veo que mi gato, como siempre, anda haciendo de las suyas... ¿Necesitáis algo más antes de que me vaya?

Al oir la alarma, me doy cuenta de que han visto a Etelimas y procedo a salir rápido de la habitación. Al abrir la puerta veo como están todos en el pasillo, e intentando bajar sin que me vean voy de puntillas hasta la escalera.

- Pero que coñ... ¡A por ellos!

Con ágiles movimientos Valanthien desenvaina su espada y embiste a los esqueletos con ella.

Adélaïde y Elnora se encuentran en la sala común de la posada. Cuando oyen unos ruidos extraños fuera, deciden salir, y se encuentran con varios de sus compañeros y dos esqueletos que les hacen frente.

Valanthien es el primero que se lanza a por los esqueletos. Se acerca con velocidad a uno de ellos, espada en mano y le asesta un golpe a la criatura. Aunque no parezca que le haga mucho daño, hace un corte en uno de los huesos, y eso parece mosquear al esqueleto. Con un grito muy profundo, el esqueleto levanta su cimitarra y te devuelve el golpe, haciéndote un corte en la pierna.

Morgana se lanza a la carrera a por el otro esqueleto, golpeándole con el hombro con potencia. El esqueleto parece que va a caer, justo cuando Morgana le coge y, demostrando una gran fuerza, le levanta sin ningún tipo de inconvenientes.

Sarita lanza su flecha desde la distancia, consiguiendo golpear al esqueleto, pero no hace más que una pequeña muesca en él, sin conseguir abatirle.

Kalalo se acerca al esqueleto que está luchando con Valanthien y golpea con su arma al otro esqueleto en la pierna. La pierna se tambalea, parece como si estuviera rota, pero el esqueleto sigue en pie, dispuesto a continuar el ataque.

Enya crece de manera sobrenatural y se acerca con paso firme al esqueleto de los dos hombres. Con la lanza, ataca a la criatura. Parece que el golpe no le hace absolutamente nada, pero el poder del fuego de la lanza sí. Hace que a la criatura la empiece a arder la cabeza, y con ella caiga desmoronada, sin más signos de movimiento

Esperas en las escaleras de la posada al ver a Adélaïde y Elnora en la sala común. Tras unos ruidos, ellas salen, y tú, desde las sombras, las sigues.

Sales por la puerta tras ellas, pero el panorama de la situación hace que nadie se de cuenta de su presencia.

Dos esqueletos están frente a la posada, y varios de tus compañeros están luchando contra ellos.

Sin perder tiempo, empiezas a moverte con rapider, para ir a buscar a Etelimas. Oyes varios golpes y, al mirar hacia atrás, un esqueleto ha caído.

Desde las sombras de las casas, ves como Meca ha bajado y está buscando por los alrededores, a ver si consigue localizarte. 

Parece que no consigue distinguir nada entre las sombras, pero su oído está muy ansioso por descubrirte.

¡Sal ya, quien quieras que seas!

- Debiles sacos de huesos... faltan los dos maricas esos...  pero no los necesitamos -dice crujiendo los huesos del esqueleto que sujeta sin piedad, aunque perdiendo sujeción en el proceso.

Tórpemente por la herida de la pierna Valanthien se gira y asesta otro golpe con la espada al esqueleto en pie, al grito de ¡aaaaagggghhhh!

Sarita ve que la situación está controlada, pero no se fía de que sea el único enemigo. Nadie ataque una fortificación, por muy pequeña que sea con sólo tres esqueletos andantes.

Así que mientras los demás acababan con el último, Sarita subió a una posición elevada para poder tener mejor visibilidad del patio

Etelimas se apresuró a sacar los dos esqueletos mientras corría al centro de la plaza. Ya allí se puso a hacer su actuación.

-¡Soy el Señor del Castillo! ¡Ahora que por fin he reunido el suficiente poder, vengo a reclamar estas tierras y a todos sus habitantes como de mi propiedad! -gritó con las manos levantadas- ¡Rendíos o preparáos para morir!

Gracias a mi tamaño había eliminado a uno de los esqueletos. Ahora traté de hacer lo mismo con el que quedaba para liquidarlo.

Pensé que los ataques a este pueblo eran de animales... ¿por qué no nos advirtieron de que habría también muertos vivientes?

Empiezo a correr hacia el centro de la plaza, el lugar que previamente habíamos acordado y me planto justo delante de Etelimas, a unos 15-20 metros de distancia y le hago una pequeña señal con el brazo que solo es interpretable para nosotros dos.

Adélaïde desenvaino su espada y cargo contra su enemigo escudo en mano soltando un pequeño grito de guerra. Lamentaba no haber podido unirse antes al combate, pero tenia un sueño bastante pesado.

Elnora observó la escena despreocupadamente, parecía que el grupo se las arreglaba bastante bien, pero a pesar de la diversión que le proporcionaba aquél espectáculo no tardó en percatarse de que Etelimas y Kalehid, los dos hombres que habían traído muertos vivientes al pueblo, no estaban presentes. No son muy sutiles, aunque por lo menos le echan agallas.

La espada temblo ante el contacto del frio y duro hueso, que aunque recibio bastante daño puedo seguir resistiendo el paso del esqueleto, aunque no le duro mucho, porque pronto Kalalo lo vio envuelto en llamas producto del ataque de una gigante Enya que en otro momento hubiera causado gran distraccion en la mente del guerrero.

Pero aún habia otro enemigo que acabar, y lo encontro por sobre la cabeza de Morgana quien lo sujetaba con gran facilidad.

El guerrero se acerco, pero quizas por temor a dañar a la guerrera no hizo uso inmediato de su espada, se limito a esperar el desenlace de tan inusual batalla, presto a ayudar a Morgana si así lo requeria.

Valanthien ataca al esqueleto que tiene Morgana entre brazos, pero su ataque es totalmente inútil. 

El esqueleto se intenta resistir al abrazo devastador de Morgana, pero tampoco consigue nada. 

Morgana contraataca, haciendo que los huesos del esqueleto se rompan y caigan al suelo.

Veis como Sarita está en lo alto de la taberna, mirando alrededor a ver qué ocurría. De pronto, todos oís:

-¡Soy el Señor del Castillo! ¡Ahora que por fin he reunido el suficiente poder, vengo a reclamar estas tierras y a todos sus habitantes como de mi propiedad! ¡Rendíos o preparáos para morir!

En la plaza, ves a Meca preparada con la espada. Y, ante ella, se acerca un hombre con dos esqueletos tras él.

Ves como Kalehid va corriendo hacia la plaza