Partida Rol por web

Hay un Logroño oscuro...

La búsqueda de Manuel Cidacos (I)

Cargando editor
23/11/2017, 18:47
Laura

-Es extraño -comenté, observando la reacción del perro, muy intrigada-. Hace unos minutos, el perro quería marcharse a toda costa, pero ahora... Es como si quisiera mostrarnos algo. Quizá viera adónde arras... -intuí que la palabra que iba a pronunciar quizá no fuera la más acertada en presencia de Daniel, por lo que me dispuse a rectificar-. Llevaron... Llevaron a su dueño. Daniel, agárralo fuerte, es lo único que tenemos para encontrar a tu amigo. Parece que ha encontrado un rastro.

Cargando editor
24/11/2017, 00:20
Daniel

Tienes razón, es el único que podría llevarnos hacia Manuel. Tranquila,no lo perderé, sé que lo necesitamos.
Tras esto dejo que Cuzco me arrastre hacia donde el quiera ir.

Notas de juego

Cargando editor
26/11/2017, 11:48
Narrador

Daniel aflojó la correa, gesto que el pastor alemán aprovechó para adentrarse en los matorrales que daban al río. El grupo lo siguió a unos metros de distancia. El barro en los zapatos y zapatillas no importaba, la curiosidad por ver qué era lo que había llamado tanto la atención de Cuzco era mayor.

El cenagal se iba haciendo más espeso a medida que avanzaban. Daniel lideraba la marcha, seguido de cerca por el párroco y la joven periodista. Olivia y Claudio, algo más indecisos ante la idea de adentrarse en el fango, habían quedado a la zaga.

El animal llegó hasta allí donde la tierra y el agua sucia del Ebro se encontraban. Su pelaje, recién lavado por el ex guardia civil, volvía a estar cubierto de barro. De hecho, Daniel, de quien el perro tiraba ahora con fuerza, dio un traspié y hundió su pie izquierdo hasta por encima del tobillo. Su desgastada zapatilla Adidas estaba completamente perdida. ¡Joder, Cuzco! El perro olisqueó por aquí y por allá, temeroso de adentrarse en el río. Escarbó durante un rato y ladró, nervioso.

Algo había cambiado allí en el parque. El sol había comenzado a esconderse por el oeste. El día, hasta hace unos minutos claro y apacible, se había transformado en un atardecer inundado de luz crepuscular. Las nubes se arremolinaban amenazantes, anunciando tormenta. Una tormenta de verano, o quizá algo más. Ya no se oía gente allá atrás en el paseo fluvial. Ni un alma en el parque. ¿Dónde se había metido todo el mundo?

El perro por fin encontró algo, llevaba un objeto entre las fauces. Una zapatilla Converse All Star blanca. O lo que quedaba de ella. La suela se había despegado, y colgaba como un jirón de carne muerta. Por supuesto, el blanco apenas se apreciaba detrás del marrón del barro. ¿Sería de Manuel?

No hubo tiempo de apreciar mucho más. El perro salió corriendo en dirección opuesta. Daniel, que había descuidado la correa, no tuvo tiempo de agarrarla para detener a Cuzco. Olivia y Claudio, que estaban unos metros más atrás, tuvieron que echarse a un lado para dejar paso al perro, que se había lanzado a la frenética carrera.

El grupo también lo sintió en propias carnes, esta vez de una manera clara e intensa. La imperiosa necesidad de salir de allí a toda prisa. La presencia de un peligro indescriptible. ¡Corred!

Cargando editor
26/11/2017, 12:04
Director

No alcanzas a recordar si esa zapatilla era de Manuel. Al fin y al cabo, no solías prestar atención al calzado de tus amigos. Ni siquiera de los más cercanos. De hecho, tú mismo poseías unas zapatillas muy parecidas, eran un modelo muy popular. ¿Podría Manuel haber tenido unas zapatillas iguales? Quizá sí, pero aún así eso no era una prueba definitiva, esa zapatilla podría pertenecer a cualquiera.

Cargando editor
27/11/2017, 13:54
Olivia

El nerviosismo del perro, el temor que mostraba, influía en el ánimo de Olivia que, angustiada, seguía al resto del grupo pendiente de los esfuerzos del pobre animal por salir corriendo en sentido contrario al que iban. Pero, para su sorpresa, llegado a un punto del camino, el perro pareció encontrar algo ya que comenzó a tirar con fuerza buscando o siguiendo alguna pista. Lo que no le gustó mucho a Olivia fue comprobar la zona a la que el chucho los había llevado. Conocía el lugar y la fama que tenía, pues en alguna que otra ocasión había tenido que acercarse hasta allí para investigar algún suceso jugoso que pudieran publicar en el periódico y, cada vez que iba, acababa siempre con una sensación de desasosiego muy profunda.

Cuando Daniel soltó un poco la correa del pobre animal y vio cómo éste se adentraba en aquel barrizal, no le quedó más remedio que seguir al grupo, agradeciendo para sí misma el haber tenido la feliz idea de calzarse unas zapatillas cómodas y aptas para caminar sin problemas, la pena era que tendría que darles un buen fregoteo cuando llegara a casa o bien tirarlas directamente a la basura.

Y, a pesar de su reticencia para adentrarse en aquel asqueroso lodazal, Olivia siguió adelante impulsada por su curiosidad innata sin darse cuenta que el sol comenzaba a declinar y el ambiente, ya de por sí un tanto sórdido, cada vez era más opresivo y alarmante. La periodista echó un rápido vistazo tanto al cielo como a su alrededor, y se extrañó al comprobar cómo había cambiado el tiempo tan rápidamente espantando a la poca gente que había por el lugar.

Parece que va a haber tormenta. —Si era así, aquel no era la zona más idónea para que les pillara la lluvia de lleno.

El perro, olisqueando por todas partes, se mostraba bastante nervioso y a Olivia le recordó un perro de caza oliendo su presa y… encontrándola, pues el can venía con algo agarrado fuertemente entre sus dientes. La zapatilla de deporte se veía sucia y rota y Olivia, girándose hacia Daniel, le lanzó una pregunta aunque dudaba mucho que el joven supiera contestarla.

¿Te suena que tu amigo llevara unas zapatillas como estas?

Sin embargo, casi no hubo tiempo para que Daniel le respondiera o para tener la más mínima oportunidad de ver el lugar donde el perro la había encontrado, pues éste salió corriendo como alma que lleva el diablo en dirección opuesta a la que ellos se encontraban. Olivia lo vio pasar a su lado con el miedo reflejándose en sus ojos y, quizás debido al nerviosismo y el terror que transmitía el animal, ella sintió como un mazazo en la cabeza un pavor irracional e indescriptible que la obligaba a seguir a la carrera al pobre Cuzco.

Está oscureciendo y en estas condiciones es imposible encontrar algo. Será mejor que nos vayamos cuanto antes. —Olivia ni siquiera se molestó en ocultar el miedo que reflejaba su voz pues en esos instantes lo único que deseaba era salir de allí cuanto antes. Era una imperiosa necesidad que estaba dispuesta a ver cumplida inmediatamente—. Hay algo… Algo que no es bueno… Por favor vayámonos ya de aquí.

Nunca antes había sentido Olivia un terror como el que estaba sintiendo en esos momentos.

Cargando editor
27/11/2017, 14:38
Daniel

Podrian ser suyas, pero no me fijo en sus zapatillas. Además, estás son unas zapatillas muy comunes. Podrían ser de cualquiera. No creo que sean una pista clara. Habrá que seguir buscando.

Notas de juego

Cargando editor
27/11/2017, 17:25
Laura

-Creo que lo mejor es marcharnos de aquí cuanto antes -me uní a la sugerencia de mi colega. Podía percibir una extraña presencia en el ambiente, y sentía mi vello erizándose. ¿Qué es lo que se ocultaría en el río?-. Hay que agarrar al perro como sea. ¿Vistéis lo que había en la zapatilla? Parecía un trozo de... No sé, creo que era carne... -Sabía que lo más probable era que se tratase de la carne del cadáver del amigo de Daniel, pero preferí no decir nada delante del joven-. Necesitamos al perro. -Incidí en recuperar cuanto antes al can, del que Daniel no parecía muy preocupado-. Si llevamos a la policía ese trozo de carne que colgaba de la zapatilla, podrían analizar a quién pertenece, y eso sí que sería una buena pista, Daniel. O al menos, sabríamos si es de tu amigo o no.

Cargando editor
29/11/2017, 01:32
Claudio

Por fin el perro pareció superar sus primeros temores y empezaba a tirar de Daniel con fuerza, hasta meternos en una de las zonas más desagradables del parque. Por suerte o por desgracia, ya me había tocado en más de una ocasión adentrarme por allí para resolver algún altercado, habitualmente relacionado con yonkis e indigente, así que no hice demasiados ascos a avanzar siguiendo al animal. A los zapatos ya les pegaría un buen lavado al volver a casa, eso era secundario ahora mismo.

Finalmente Cuzco encontró algo y salió disparado en dirección opuesta. Tal vez estuviera sintiendo la misma desazón que iba creciendo más y más a cada paso que se adentraban en aquel lugar, y que empezaba a resultarme insoportable. A duras penas pude ver que se trataban de los restos de una zapatilla.

-¿Un trozo de carne?-Dije con un punto de incredulidad. A duras penas había podido reconocer lo que el perro llevaba en la boca, así que no tenía ninguna seguridad de haber identificado con claridad un detalle como ese.-Sea lo que sea, debemos ir tras Cuzco y recuperar lo que ha encontrado. Como ha dicho la señorita Laura, tal vez se pueda identificar algún resto biológico y hacer pruebas de ADN para comprobar si pertenecía al señor Cidacos. ¡Deprisa, no vayamos a perder ahora al perro y nuestra mejor pista por el momento!

Aparte de no perderlo de vista, necesitaba escapar imperiosamente de aquel lugar, la desazón y la sensación de peligro empezaban a presionar mi pecho de una manera asfixiante. Pero no lo iba a reconocer en ese instante teniendo otros motivos.

Cargando editor
30/11/2017, 12:40
Director

Notas de juego

Si decidís perseguir a Cuzco haced dos tiradas. 1d20 en Agilidad y 1d20 en Carrera.

Cargando editor
30/11/2017, 12:56
Daniel

Salgo corriendo tras Cuzco, es el perro de mi amigo. No puedo perderlo, además, nos puede ayudar a llegar a el.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Cargando editor
30/11/2017, 13:08
Laura

Veo que Daniel ha salido corriendo detrás del perro y decido salir corriendo también detrás del animal. En estos momentos, la zapatilla que llevaba colgando de la boca puede sernos de gran ayuda.

- Tiradas (2)
Cargando editor
30/11/2017, 14:56
Olivia

Al ver cómo el perro echaba a correr y el resto comenzaba a moverse a toda prisa detrás de él, Olivia decidió poner a prueba todos esos días que había salido a correr por la ciudad. Era una buena manera de mantenerse en forma ya que se negaba a convertirse en alguien que, por culpa de la edad, acabara aposentada delante de una televisión sin hacer nada.

Intentando no torcerse un tobillo en aquel barrizal o pisando cualquier piedra oculta, echó a correr tras el asustado animal para que no se perdiera.

- Tiradas (2)
Cargando editor
30/11/2017, 17:52
Claudio

Tras observar la espantada del perro a toda velocidad, todo el grupo parece de acuerdo en salir corriendo de allí. Por no perder al animal y la pista que ha encontrado, por la sensación que estaba haciendo que la atmósfera resultara asfixiante... El caso es que yo no iba a ser menos y salí corriendo tras ellos.

- Tiradas (2)
Cargando editor
01/12/2017, 19:18
Narrador

El miedo se había convertido en algo tangente, palpable. Algo que tenía peso y se agarraba a la boca del estómago. El perro lo sintió, Laura lo sintió. También Olivia. También Santiago y Claudio. También Daniel. Ya no era una sensación sutil, ahora era algo real. Más real que la mayoría de emociones que se sienten en la vida. Parece que aquel miedo venía de algún otro sitio, algún sitio fuera de este mundo. Cualquier ingenuo podría haberlo negado, pero era inútil obviar la evidencia: había algo oscuro en Logroño.

El grupo se dispersó como pudo, avanzando a través del barro hasta que volvieron a pisar la gravilla del parque. Olivia fue la primera en salir del lodazal, y rápidamente comenzó su carrera en pos de Cuzco. Daniel y Claudio decidieron rodear al perro por un lado, dando el mayor número de zancadas por segundo. El can pronto se vio rodeado, y todavía con la zapatilla colgando del hocico comenzó a gruñir. Fue Daniel quien tuvo el valor de acercarse al chucho y abrazarlo con fuerza, tanto para trasmitirle la calma que tanto necesitaba como para inmovilizarlo. El perro abrió la mandíbula y el zapato cayó al suelo. Comenzó a ladrar con fuerza al oído de Daniel y a removerse con violencia, tratando de escapar de la presa. Costó unos minutos que todo volviera a la normalidad y una vez se instauró la calma, el parque volvió a quedar en silencio. No había niños. Ni paseantes. No había deportistas ni ancianos. No había nadie.

La zapatilla estaba casi destrozada. El perro había hecho lo suyo, pero el estado inicial tampoco era muy bueno. Una inspección más detenida puso de manifiesto el error en el que Laura había incurrido. No había ningún colgajo de carne, ni nada que se le pareciese. Si acaso la suela blanca, que colgaba inerte del resto de la zapatilla. El número era un 43. Los cordones estaban deshilachados, completamente manchados de barro. Dentro, había alguna hoja pegada, pero ningún resto sobre el que pudiera hacerse una prueba de ADN. El zapato no tenía nada de anormal. Tan solo la furia con la que Cuzco lo había tratado.

Cargando editor
05/12/2017, 13:03
Olivia

Quizás sólo fuera el hecho de que el perro podía tener una prueba importante fuertemente sujeta entre sus dientes, o pudiera ser el terror sin forma que parecía sobrevolar todo el lugar, pero fuera lo que fuera había conseguido que Olivia corriera como nunca antes lo había hecho, intentando escapar de un miedo que se había instalado en cada célula de su cuerpo y del que pretendía huir como fuera.

Fue difícil conseguir tranquilizar al animal y, cuando por fin el joven Daniel lo logró, todos pudieron ver la zapatilla que, completamente destrozada, por fin quedó en el suelo. Nada. No había nada relevante que les pudiera indicar a quién podía haber pertenecido, lo que resultaba bastante frustrante y, a ojos de Olivia, sólo había un dato que le llamaba la atención.

Quizás esta zapatilla no pertenecía al joven desaparecido pero sí a… ¿un atacante? Me extraña la rabia con la que Cuzco la ha tratado. Si fuera de su amo no la hubiera destrozado tanto y con tanta furia ¿no creéis?

Olivia se dio cuenta en esos momentos que se encontraban solos en esa zona del parque. No había risas de niños, ni jubilados dando su paseo vespertino antes de irse a dormir, ni los asiduos al deporte que esperaban a que hiciera más fresco para practicar su actividad favorita.

No creo que vayamos a conseguir nada más aquí. —No se sentía nada cómoda en aquellos momentos y la angustia empezaba a instalarse en su pecho—. Creo que será mejor que, por el momento, busquemos cualquier información en otra parte. Aquí hay algo… raro, algo malévolo. —Se sentía como una niña pequeña asustada ante algo desconocido, pero no le importó dar voz al miedo y a la intranquilidad que se había instalado en ella—. Por mi parte quizás profundice algo más en los foros, a ver si consigo información sobre ese tal Lantarón.

Cargando editor
05/12/2017, 14:21
Daniel

LA zapatilla no nos daria ningún tipo de prueba, no había el trozo de carne con el que poder sacar ADN, aun así mi ignorancia me hace preguntarle a Claudio.

¿Usted cree que podriamos sacar algo de ahi examinandola? O tan solo es basura ya.

Y Olivia, tienes razón, no es mala idea el averiguar más sobre Lantarón, cualquier ayuda que encontremos será poca para resolver este entramado.

Cargando editor
05/12/2017, 16:15
Laura

-Los perros suelen morder cualquier cosa, les gusta destrozar zapatos o cojines -comenté, no muy segura de por qué había hecho aquello Cuzco-. Aunque tienes razón en una cosa, Olivia. Parece que el perro quería llevarnos hasta el zapato. Quizá perteneciera al atacante de Daniel y de ahí la forma en la que lo ha mordisqueado, quizá como forma de indicarnos lo que le habría querido hacer a la persona que lo llevaba.

Me volví entonces hacia Daniel, quien acababa de hacer una pregunta a Claudio sobre el zapato.

-Creo que, incluso si no hubiera huellas ni ADN, esta zapatilla podría sernos de ayuda. Deshacernos de ella sin examinarla a fondo no sería buena idea. -Escuché que tanto Daniel como Olivia proponían buscar información sobre Lantarón, a lo que decidí añadir-: Y no sólo deberíamos buscar información sobre Lantarón. En el hilo de Forocoches aparecía un mensaje de alguien de Logroño, llamado FMartínPinedo, que también parecía saber algo sobre lo que está pasando. Dado que conocemos sus dos apellidos, creo que no nos sería muy complicado echar un vistazo en una guía telefónica y dar con el número de esta persona y su dirección

Cargando editor
06/12/2017, 21:12
Santiago

----- salto toda la narración hasta este momento presente -----

- Bueno. Todos recordamos el lugar en el que Cuzco ha encontrado el zapato. Deberíamos ir a la policía para dárselo y para que miren por el lugar. - no me siento muy valiente después de lo vivido ahí abajo, se me ha puesto la carne de gallina.

Cargando editor
08/12/2017, 01:24
Claudio

La angustia vivida por la situación que acabábamos de vivir, junto a las extrañas sensaciones que se acumulaban en el ambiente del parque hacían que por unos instantes me encontrara en un estado de aturdimiento. Era además frustrante la sensación de no tener nada interesante que aportar, o al menos eso me decía mi propia cabeza. Te haces mayor, Claudio, demasiado viejo para toda esta mierda.

Por unos instantes tuve la tentación de salir de allí, regresar a mi casa y olvidarme de todo aquello como si simplemente hubiera sido un mal sueño. Pero eso no sería propio de mí, por muy inútil que pudiera llegar a sentirme por momentos. Traté de recobrar la calma, y empezar por valorar los comentarios de mis compañeros.

-Desde luego que nosotros no creo que podamos sacar nada de provecho ahora mismo. Lo mejor será llevar esa zapatilla a la policía, sí.-Respondí a los comentarios de Laura, Daniel y Don Santiago sobre el tema de la zapatilla.-No solo por encontrar algo en la propia zapatilla, si no en los trabajos de búsqueda que puedan hacer por la zona, con gente y equipo profesional. En cuanto a los foros, no es mala idea rastrear en busca de información sobre aquellos que parecían aportar información sobre los extraños sucesos que están ocurriendo. Tal vez intente yo también echar un vistazo, a ver que me encuentro.

Es cierto que desde hace una temporada me había hecho lector asiduo de algunos foros, incluso participando ocasionalmente, pero era un entorno en el que todavía no me encontraba cómodo, con soltura. Esperaba que alguno de ellos tuviera más habilidad, pero aun así estaba decidido a recopilar toda la información que pudiera sacar.

Cargando editor
10/12/2017, 22:06
Narrador

El día había sido intenso, un hecho que se apreciaba a simple vista en la cara de los recientes investigadores. Las emociones vividas eran demasiado fuertes para ser digeridas en tan poco tiempo, y el grupo agradeció con alivio la sugerencia de Santiago de irse cada uno a su casa e intentar dormir un poco. 

Con un gesto de asentimiento, Claudio le secundó, y el resto no puso inconveniente. El sol, oculto ya al oeste, había sumido a la ciudad de Logroño en un penetrante anochecer. El grupo se despidió allí mismo, en la ribera del Ebro, con la promesa de que mantendrían el contacto a través del foro que los había unido en primera instancia. Había mucho en lo que pensar, muchas pistas en el aire, muchas emociones que gestionar. Y aquella presencia... aquella presencia oscura que nacía en el agua turbia del río.

Lantarón, FMartínPinedo, una zapatilla huérfana, y quien sabe, quizá muchas otras cosas detrás de aquella desaparición. Cada uno de los presentes tenía la inquietante sensación de que aquel caso era mucho más complejo de lo que podría haber parecido en un primer lugar. La verdad, latente, pugnaba contra las sombras para salir a la luz. ¿Quién sería capaz de alcanzarla?

Notas de juego

Cierro la escena y os devuelvo a vuestras escenas personales. Crearé dos, una para Laura y otra para Olivia, que en un principio habían comenzado en una misma escena.