Partida Rol por web

Richard mira incrédulo a la pareja mientras marchan a revolver entre los papeles del doctor. Sin perder un instante, se dirige a la puerta por la que tanto el doctor como Charles desaparecieron, preparado a capear la vergüenza.

El Dr. Franklin se desplazó hacia el final de la camilla y retiró con lentitud la sábana...

El cadáver en efecto se trataba del del Tío Freddy, aunque estaba tan mutilado que le llevó a su sobrino un buen rato estar seguro de la identificación... La bilis se agolpaba en el estómago con la intención de salir

El cadáver tenía gran parte de su nariz cortada, así como ambas orejas; en las comisuras de la boca se encontraban unas marcas de laceraciones... Y eso era lo que se veía en lo único mostrado, su rostro.

La pareja se dirigió furtivamente al interior de la oficina del doctor Franklin, la puerta se encontraba abierta. Lo primero que se veía desde donde se encontraba Richard fue una pared cubierta de vitrinas llenas de tomos de color marrón, a un lado de esta un archivo con varios documentos apilados en su parte superior y delante de todo ello se encontraba el escritorio. De aspecto rústico se encontraba absolutamente cubierto de papeles mientras otros papeles aguardaban su turno apelotonados.

Catherine entra en el despacho. De todas las cosas, lo primero que le llama la atención es el escritorio. Si encontramos algo de carácter personal, será ahí piensa. -Señor Howard -comienza, mientras se dirige al escritorio- ¿qué hacemos si viene el Doctor? ¿Ha pensado en algo? ¿Cree que deberíamos cerrar la puerta?

Comienza a ojear los papeles. 

- Creo que será mejor dejar abierto señorita Leed, así oiremos a Richard avisarnos y saldremos rápidamente a la recepción, si insinúan algo, buscábamos un baño. Termina Robert en voz baja con una sonrisa y se apresura a mirar en el archivo, mientras la señorita inspecciona el escritorio. Intenta encontrar la ficha del tío de Charles.

Richard siente una punzada de envidia viendo todos esos tomos, y por un momento desea estar con sus compañeros de allanamiento. Mira con disimulo hacia el pasillo en donde debe estar alerta, y recita mentalmente el papel de viejo aquejoso, en caso de que deba abordar al doctor. Intenta escuchar, alerta de cualquier rumor de pasos que delaten la presencia de presencia humana a punto de manifestarse por el pasillo.

Los papeles que cubrían el escritorio no son más que formularios y autopsias amontonadas, numerosos nombres anónimos que no le decían nada a la señorita Leed se sucedieron. Por otra parte su compañero no tuvo mucha más suerte con el archivo.

El despacho aparentaba de lo más anodino y normal.

Al parecer, el olor de la sala y el misterioso Doctor, no era lo único que ponía nervioso al Profesor. La soledad de verse en un lugar como aquel, en silencio, sin nadie en quien apoyarse. Ante una camilla que ocultaba lo que debía ser el cuerpo de su entrañable tío Freddy...Sólo podía hacer una cosa: respirar profunda y sosegadamente mientras la sábana iba descubriendo el cuerpo que allí yacía. O al menos lo que quedaba de él.

No podía creer lo que ante él se le había presentado. No podía ser, que aquello, fuera el rostro de su ser querido. Fue tal la sorpresa y desconsolación que sintió, que no pudo evitar dar un par de pasos hacia atrás, al mismo tiempo que fue a apoyarse en una bandeja cercana, la cual terminó por los suelos con todo el material que estaba encima. Ese estruendo hizo que se asustara aún más girando sobre sí mismo, con la única intención de salir de aquel terrible lugar.

- Vaya! parece que no hay nada señorita Leed. Creo que será mejor volver con el señor Richard, no sea que nos descubran. Dicho esto, Robert, regresa a la sala de espera donde los dejo el doctor.

Mientras sus compañeros buscaban discretamente en la mesa algo que explicase el comportamiento extraño del forense Richard permaneció agazapado junto a las puertas, abriéndolas tímidamente con la intención de percibir rápidamente si alguien llegaba, en silencio.

De improviso escuchó un ruido metálico que provenía de una de las habitaciones del corredor. Sus compañeros permanecían ajenos a ello y no daban muestras de haber oído nada.

Richard se da la vuelta cuando sus compañeros vuelven, aparentemente con las manos vacías.

Ha habido suerte? Aquí todo ha estado bastante tranquilo. Bueno, rectifica, no todo. Ha habido un sonido metálico, seguramente están descubriendo el cuerpo del tío del pobre Charles. ahora que están aquí, voy a acercarme a ver si todo va bien.

Recorre el pasillo con disimulo, atento a cualquier sonido que pueda salir de las puertas que dan al otro lado.

Al ver la reacción del familiar, el doctor comprendió que la identificación era en efecto positiva, se apresuró a cubrir el cadáver y se dirigió raudo al paciente temiendo que perdiese el conocimiento.

-Señor Diehl, por favor apóyese encima de mí buscaremos a sus compañeros. 

Apenas llevaba Richard unos pasos cuando se abrió la primera puerta del pasillo. Ésta era metálica con una vidriera a través de la cual vio a su amigo Charles con el rostro bastante pálido... El doctor le acompañaba a cada paso mientras le sujetaba.

-¿Qué hace usted aquí? -Preguntó extrañado -Da igual, écheme una mano por favor. La identificación ha sido... Traumática. Vamos a llevarlo a mi despacho. -Aclaró el doctor Franklin.