Partida Rol por web

El edificio arriba es liso, sin nada especial. Las paredes gastadas ofrecen muchos asideros con lo que subir no te supone problemas. 

Si vas a la esquina podras observar una buena parte del barco, incluyendo el castillo de popa y parte de la cubierta, al menos hasta donde el almacen bloquea tu vista. 

Lee se dirige hacia la esquina desde la que considera que podrá observar un poco más del barco. Trata de mantenerse oculto aplastando su cuerpo contra el piso para así evitar ser detectado desde el barco, por las dudas, también mira los cielos, todo en favor de su paranoia y tratar de pensar una buena estrategia.

El barco es largo, mas de lo que alcanzas a ver, mas de 100 mts... El castillo de popa tiene 3 pisos de altura, y la nave en si se alza 3 metros sobre el agua, a la altura de la cubierta. Esta casi en linea con el dique.

Hay algunos pocos contenedores en la cubierta, por lo demas despejada. Curiosamente, los almacenes han sido reformados, ahora tienen techo de vidrio que refleja la luz del sol. Parecido al techo de un invernadero.

No ves a nadie, ni en la cubierta, ni en la calle del dique, aunque puede esten bien ocultos. 

Después de que Tifón y Mark hiciesen camino por el agua, Jhiarr ha comenzado a correr y Motoko le ha seguido poco después. A mi lado queda Azkarra mientras Lee comienza a trepar poco después.
Miro a Azkarra y le hago un gesto antes de concentrarme e invocar a mi alrededor un escudo. Puede que tardemos en encontrarnos a gente hostil, pero no quiero averiguarlo por las malas.
La magia chisporrotea alrededor de mi cuerpo y la siento vibrar cuando el hechizo funciona, cosa que me hace sonreír y respirar hondo antes de dar el siguiente paso, concentrarme, y utilizar el truco en la manga de la maga lenta (xD): el abrir portales que me permitan transportarme de un punto a otro.

Mientras Lee sube agilmente al techo del edificio blanco para espiar desde ahi, Motoko y Jhiarr corren por la darsena y se ocultan tras un crucero en construccion, justo al lado de una grua. La tes-khar es muy agil y silenciosa como un gato, pero la patosa ciborg arruina su desempeño, andando con fuerza en un intento de seguirle bien el paso. 

Fae conjura una defensa y trata de seguirles usando su magia, pero su poder es muy limitado... el alcance del conjuro apenas la deja al otro lado del estacionamiento, donde empieza el callejon. Debe medir mejor las distancias.

Azkarra permanece todavia algo aturdida por su salto, por el momento incapaz de reaccionar....

Motoko no tardó en seguir mi ruta y venir conmigo. Me alegraba no estar sola porque al estar con un ser tan distinto a mí me sentía más segura al presuponer que nuestras habilidades en combate podrían compenetrarse bien. Aunque tampoco sabía si ella estaba lo suficientemente loca para hacer lo que yo tenía en mente.

Vi como Ardid empezaba a moverse, cosa que le señalé a la tecnificada con la mirada. Ahí viene la maga... dije con voz insonora y un arqueo de cejas. Como no había podido rastrear a nadie hasta el momento no sabía si el enemigo se encontraba lo suficientemente cerca para oír mi voz por lo que decidí comunicarme con Motoko mediante la mímica. Me puse la mano izquierda en el pecho; yo...; y con el índice de la derecha dibujé en el aire un semicírculo que describía mi próximo salto. No sabía muy bien si ella decidiría seguir mi ritmo o esperar a Ardid, ambas opciones me parecían igual de válidas, pero no quería que aquella muchacha herida fuera una de las primeras en explorar el lugar. Temía un ataque sorpresa.

Sin más dilación me tiré hacia abajo. No me hice daño al bajar por lo que pude rodear rápidamente el barco y de forma silenciosa. Obviamente yo no medía unos 8 metros de altura como aquella pared por lo que mi cuerpo se quedó escondido en la sombra de la cabeza a los pies. Al encontrarme más cerca, deduje que sería mejor concentrarme en el entorno que intentar rastrear la ruta, pero los nervios o la excitación del momento me lo impedían.

Vi  como Jhiarr me hacía gestos para decirme planes que tenía en mente y señalándome que Ardid se acercaba a nosotras. Por lo que le hice un gesto con mi pulgar hacia arriba en muestra de okey que siguiera con el plan y que en unos 5 ó 15 minutos me reúno con ella cuando venga Ardid.
Me puse a rastrear ante todo el sitio para asegurarme y ver que encuentro en el lugar.

Azkarra tardo en decidir lo que iba a hacer, era algo que no le preocupaba, aunque sus compañeros se alejaran ella no tardaría mucho en alcanzarlos. Sonrió a Ardid, -Voy a alcanzarlas, dijo antes de echar a correr. Iba con cuidado, sigilosa para no hacer ningún tipo de ruido mientras corría y que nadie pudiera descubrirla.
En aproximadamente un minuto estaba cerca de Motoko, antes de llegar a su altura para no asustarla le dijo, -Soy Azkarra, voy a seguir a Jhiarr.

Cuando llego la hora del salto, Azkarra salto sin despeinarse y llego hasta Jhiarr,-Ya estoy aqui

Acabo de avanzar 20m ("¡¡20 míseros metros!!" rezongo para mí misma) cuando vuelvo a invocar magia ante mí para hacer posible otro portal... Desde luego es un método más rápido que correr, pero bastante más engorroso...

Tras el segundo portal noto como mi magia no reacciona, chisporrotea, pero de la manera incorrecta, como si hubiera estado escuchando la radio y de repente perdiese la emisora. Al siguiente intento lo logro, y miro mis manos dudosa antes de entrar a él.
Pero tras ése portal, la pérdida se repite dos veces más. Frustrada, me pego a una pared para respirar profundamente y cerrar los ojos para concentrarme: "Maldita sea... ahora no...".
Parece que después de todo sí necesitaba ése descanso, y me reprendo a mí misma por ser tan débil, una mera humana, ¿cierto? no mucho más especial que otros tantos "no sigas por ahí" suena una voz enfadada en mi cabeza. Y tiene razón. No es el momento. No puedo ser débil, no ahora.

Entonces es cuando mi magia parece volver a funcionar, noto de nuevo el chisporroteo, pero ésta vez algo me dice que es el chisporroteo correcto. Siento como se expande por todo mi cuerpo y se siente bien. Es todo lo que necesito... por ahora. Y finalmente puedo terminar mi trayecto hasta mis compañeras, que han empezado a movilizarse, Azkarra sigue a Jhiarr y veo a Motoko esperándome. - Lo siento - digo sonriéndole - no soy muy rápida, me temo... ¿Cuál es el plan? -.

Mi plan llegaba hasta aquí y no había pensado más allá de este punto. Algo empezaba a bullir en mis entrañas y ese estado de nerviosismo impedía concentrarme en el lugar. Pero entonces vi como Azkarra apareció ante mi como de la nada. Si hubiera sido la maga habría jurado que usó la teletransportación al llegar de forma tan veloz y repentina. Le guiñé un ojo a su llegada y sus palabras me tranquilizaron tanto que me permitió calmar mi inquietud y presentir el ambiente.

Quise rastrear el camino de aquella gente pero el asfalto no era mi aliado y por lo visto no lo iba a llegar a ser ese día.

Es imposible, en este cemento, encontrar la menor huella... Incluso los aromas se borran por efecto del omnipresente mar, ademas del aceite y metal..

Sin embargo, al menos logras captar algo, un ligero ruido proveniente del gran almacen, que no es como los otros. Es mas como un golpeteo repetido de metal contra el suelo. 

Jhiarr y Azkarra quedan juntas, en el fondo del dique seco, a la sombra del crucero. La cazadora Tes-khar esfuerza sus sentidos, en un intento de oir a distancia al enemigo. Mientras, Motoko y Fae se reunen junto a la grua, a la espera. 

Lee por su parte, esta en la cima del edificio blanco, espiando. No es visible para ninguna de las chicas, pero es de suponer que estara intentando algo similar desde ahi. De Tifon y Marc no hay noticias, aunque ya deben haber llegado tambien junto al barco.

Miré a Azkarra y surrudándole de la manera más imperceptible que pude le dije - En el almacén, oigo algo similar al repiqueteo de un metal... Voy a sacarles de ahí, atenta.

De forma sigilosa y lenta me moví en dirección a la grúa amarilla que se encontraba más al sur. Mis pasos eran lentos, que marcaban un tempo completamente opuesto al de mi corazón. Una vez estando allí logré saltar por detrás del aparato y me situé entre las cajas que habían por doquier a un costado de aquella factoría.

Tuve que hacerlo. Si los tipos se escondían dentro de aquel lugar, entrar a saco no iba a ponerme en ventaja por lo que tenía que llamar su atención de manera que salieran a mi encuentro. Inspiré todo el aire posible y vacié mis pulmones con un silbido tan alto que hubiera podido parar a todos los taxis de Nueva York de cualquier avenida. O por el contrario, llamar a cualquier animal de la selva, dónde precisamente aprendí a hacerlo.

Ahora tocaba el turno de esconderme. Me situé detrás de un montón de cajas entre sombra y silencio. Y esperé a que llegaran. Tocaba ver sangre.

Veo como Azkarra se pone justo a mi lado y me dice que va con Jhiarr a lo que le digo en voz baja, vale, en unos minutos nos reunimos con vosotras allí abajo.

En cuando ella se marcha veo como tengo a mi lado Ardid que me dice, que plan tenemos, a lo que le digo. Vayamos hasta aquí abajo y nos movemos donde esta la grúa, te parece. Sígueme.

Después de que Motoko me comentase el plan, la veo saltar delante de mí, y me preparo para seguirla, intentando levitar hacia el suelo.

Mientras Jhiarr toma posicion, y Motoko salta para reunirse con Azkarra en el dique seco, Fae tiene un "pequeño" percance. Su conjuro falla, por lo que se da de bruces desde 8 metros de altura contra el suelo. El fuerte golpe la deja sin resuello, y hace resonar sus costillas.

Y sin duda la palabra clave había sido intentar... y parece que no lo había intentado lo suficiente, porque al saltar todo iba bien, pero de repente, pocos segundos después de haber dejado el borde, noté como mi magia dejó de ir bien, y el chisporroteo volvió a ser una sensación incómoda... Y apenas vi nada más antes de cubrirme la cara con los brazos y estamparme contra el suelo.

Me costó cerca de un minuto darme cuenta de mi entorno, girarme boca arriba y respirar. Notaba un escozor en los ojos mientras las lágrimas se me saltaban, y un dolor agudo en las costillas, pero de repente, entre las lágrimas y el dolor, sólo pude reírme. Porque era tan absurdo... Me quedé pronto sin aire y un jadeo sustituyó a las carcajadas... aunque seguían reverberando en mi garganta.

Por el rabillo del ojo vi a Motoko haciendo un gesto y con esfuerzo levanté la mano, diciéndole que no. Negué repetidamente con la cabeza mientras cerraba los ojos e intentaba decir lo más calmadamente posible - Estoy bien... sólo... dame un momento... Adelántate, no pierdas el tiempo aquí... Estoy bien... te sigo enseguida... - terminé por decirle antes de tocarme por encima para intentar evaluar las heridas.