Partida Rol por web

Herejes y Templarios

II. Ubi mors ibi spes

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22/12/2011, 12:02
Ricard de Agramunt

¿ Un mercado ? estupendo, el mejor sitio en el que perder tus bolsas... y además atestado de gente.

Encogiéndose de hombros

- Como quieras, yo por mi parte no tengo problema. Así iremos más rápido... eso sí, ten cuidado con tus pertenencias.

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22/12/2011, 12:26
Guilleume de Gravoir "El Francés"

Iré con vos, Gorka -dijo El Francés-. No quiero que te tomen por esclavo o algo parecido con esa bueno... cicatriz. Además, estás muy débil. Vayamos pues.

Aquel tipo parecía cuerdo y sensato. Sin duda debía serlo si Arnau os lo había encomendado casi a vuestro cargo.

Muchacho -le dijo a Albert- ¿acompañas tu a Ricard?

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22/12/2011, 12:29
Albert de Manesse

PNJOTIZADO.

Claro, no hay problema señor -respondió. Yo también creo que los "chismes" salen mejor con un buen vaso de vino y unas cuantas palmaditas en la espalda. Cuando quieras, Ricard.

Notas de juego

Bien. Si os separáis Ricard y Albert postean para sí y Gorka para él mismo.

Por cierto, es una fortaleza cuyo trasiego de tiendas y gentes es circular y pequeñito. Tampoco es que os vayáis a perder si os separáis o no os encontréis.

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22/12/2011, 12:42
Ricard de Agramunt

Se abre codazos entre la gente que se agolpa a la entrada de la posada y con muchísimo esfuerzo consigue llegar hasta la barra, la maldita posada era de las más llenas que había visto Ricard en su vida.

Esperaba que al menos les quedara vino , pues sino se aburriría antes de escuchar algún rumor interesante y se acabaría yendo de allí.

Grita

- ¡ Tabernero ! dos vinillos por aquí si sóis tan amable buen hombre. Albert ¿no? pagas tú esta ronda y yo la siguiente , ¿ de acuerdo ? - dice con todo el desparpajo del que es capaz.

Notas de juego

Aprovechando que no está Albert xDDD

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23/12/2011, 11:39
Gorka Olartekoetxea

Asiente al grupo. - ¿Llevais algo de lo que querais deshaceros? Trataré de conseguir algo de dinero, no se como estais vosotros, pero yo no tengo nada. ¿Os parece bien que nos encontremos cuando el sol esté en lo más alto?

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23/12/2011, 18:08
Albert de Manesse

Seguí a Ricard todo el trayecto hasta la taberna. Si bien era una taberna de aspecto bastante pobre, de ella eran más notables las entradas que las salidas. Tras lograr una ubicación en la barra de la tasca, acepté la idea de Ricard, si bien un tanto molesta, por el abuso de confianza de que había hecho presencia éste. - Está bien - le dije, echando mano de algunas monedas que tintinearon en mi bolsillo antes de caer sobre la barra. 

Estemos atentos, pues - le dije a Ricard.

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23/12/2011, 18:44
Guilleume de Gravoir "El Francés"

No te preocupes, muchacho -dijo Guilleume al ver que los dos compañeros marchaban a la taberna como quien va a beber y sin hacerte mucho caso-. Espero que consigan noticias. Yo tengo caudales, pues Arnau me proporcionó tras mi viaje y como muestra de afecto. Ya sabes: la palabra os la dejo a vos, pues quiero que sepan que nací en Castilla y no en Marsella.

Poco a poco os alejábais unos de otros (los dos grupitos).

Notas de juego

Vigila ahora los destinatarios.

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23/12/2011, 18:47
Director

Para ser de mañana, aquel pútrido antro estaba abarrotado de gentes (Ahora sabemos dónde acudían en vez de ir a las misas estas gentes). En el interior el hedor de sudor, orín y un vocerío constante parecía abrumaros. No obstante vosotros íbais a lo vuestro... ¡a pedir vino!

Observábais que la gente estaba animada, el taberno, que parecía que no tenía camareros, ayudaba en la tarea del transporte de comidas y bebidas a las casi inexistentes mesas (y es "casi" referido a que debido a la gran afluencia de gente apenas las veíais).

Casi entrando apretados en un hueco en la barra, dos vinos fueron servidos a vuestra altura ¡Y créame Dios que esos vasos parecía que habían pasado justo antes de echar el vino por el barro de las patas de los cerdos! ¡Qué pulcritud, por el Altísimo!

Notas de juego

Vigilad ahora los destinatarios.

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23/12/2011, 19:40
Gorka Olartekoetxea

Asiente a Guilleume cuando ve que los otros dos se marchan y se pone a andar el también, en dirección al mercado. Va prestando atención a las diferentes paradas que ve por si encuentra una herboristería, estos días todo ha ido a un ritmo frenético y apenas ha tenido tiempo para preparar los viajes. Él mismo hubiera podido recolectar las plantas necesarias para su tratamiento y no tendrían que gastar nada de lo ofrecido por Arnau, pudiéndose usarse para algo más productivo a la par que necesario.

- ¿Llevais mucho tiempo por estas tierras mi señor... Os importa que os llame Guillermo? Al menos por el momento. - Aparte de la vista puesta en las paradas va escuchando las conversaciones que mantienen las gentes por la calle, la conversación con Guillermo es más para que no se note demasiado su verdadera intención. 

Cuando escucha algo que parece interesante se detiene para echar u ojo a la parada que se encuentre más cerca de los interlocutores, sin mirarlos en ningún momento, cuando llega a una parada dónde pueda encontrar lo necesario para hacerse una cura se dirige a "El Francés". - ¿Podriais sacar unas monedas? Voy a ver si puedo zanjar ya este asunto.

Tiene muy claro que no está en condiciones para luchar ni para hacer nada que comporte un riesgo elevado, el simple hecho de montar en cavallo le ha suspuesto un problema por el trote del equino, en ocasiones tenía que detenerse para alviar el mareo y el dolor que le producían los movimientos del animal. Era una suerte que hubiera salido vivo de esa caída, y eso le hacía ver las cosas de otro modo ahora, no muy distinto a como las veía antes, pero si con más claridad, todo le parecía más hermoso, incluso los efluvios pestilentes de algunas curtidurías o de los meados que parecían impregnar todas las calles no le parecían ahora tan insoportables.

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23/12/2011, 21:28
Ricard de Agramunt

Esta taberna era de las peores en las que Ricard había estado y eso contando con que conocía de memoria los peores antros de Barcelona, había yacido con las mujeres más baratas y más sucias e incluso una vez anduvo con bultos en sus partes íntimas durante algunos meses por yacer la menos casta del burdel, esta taberna era sucia y estaba atestada de gente pero aún así el vino aunque aguado, era vino, no orín de vaca como alguna vez le habían servido y las jarras no tenían lodo.

Queda en la barra en silencio para no distraerse e intentar escuchar a la par que observar cuanto acontezca.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiro por Otear y Escuchar a ver si me percato de algo, aunque con mi Per lo dudo.

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24/12/2011, 10:02
Albert de Manesse

Miro a Ricard, que parece no escuchar ni ver nada, por la cara que pone. Es normal que en tal antro, con tanta gente, se haga casi imposible dar con alguna pista, al menos, no si seguíamos allí en la barra. A mí me pasaba lo mismo. Me giré hacia Ricard. - Aqui sentados en la barra dudo que nos hagamos con algo de información, creo que deberíamos preguntar, o extender un falso bulo para ver si alguien nos lo desmiente y aporta nueva información - le dije, terminandome el vaso de vino

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiro lo mismo que Ricard

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24/12/2011, 11:10
Hombre/Soldado de Constantí

Pifia de Albert.

¡Tu que mi...miras! ¡¿acaso te impo...po...porta lo que digo?!-dijo un hombre a Alejandro al creer que lo estaba escuchando de forma descarada- Espe... pera, tu no e...e...eres de po, po, po'aquí... ¡hip! ¿no?

El hombre mostraba ciertos signos de embriaguez. Estaba sentado a vuestro lado, hablando con otro hombre en la mismas condiciones que se encontraba allí. El tipo en cuestión iba con armaduras y un casco estaba apoyado en la barra. Parecía un soldado del sitio de LeBlanc. La taberna seguía "en ebullición".

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24/12/2011, 11:16
Guilleume de Gravoir "El Francés"

Ten -fue lo único que alcanzó a decir el templario.

Se acercó a ti, se pegó su cuerpo con el tuyo y te pasó una bolsita tintineante, de mano a mano.

Creo que será suficiente. Es vuestro. ¡Ah! Podéis llamarme como queráis. Será mejor que me llame "Guillermo" si alguien lo pregunta, y no sólo tu, muchacho.

No sabías cuantas monedas podría haber en aquella bolsita, pero si que podrías comprar un par de buenas espadas o una armadura resplandeciente.

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24/12/2011, 20:50
Albert de Manesse

Un borracho se dirigió hacia mí, por su forma de hablar o su estado no se le podía llamar de otra forma. Advertí su armadura y su casco. -Disculpe mi falta de respeto buen hombre - le dije mirándole mientras sonreí - me había fijado en su bella armadura y en su casco, sin duda, debe ser usted un hombre curtido en innumerables batallas - le halagué, tratando de evitar una posible lucha en aquella misma taberna. Aquel soldado debía estar a las ordenes de LeBlanc. -¡Otros tres vinillos por aquí! - grité al tabernero, ofreciendo el tercer vino al hombre al que debía haber molestado. - ¡Invita Ricard! - le dije al soldado riendo. 

Tras esto, contesté a la pregunta de aquel hombre sobre mis orígenes con una falsa respuesta. Le había hablado sobre mi nacimiento en un pueblo cercano a aquel. - ¿Y vos, a qué os dedicáis? - le pregunté, dando otro sorbo a mi vaso de vino.

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25/12/2011, 14:17
Ricard de Agramunt

Se levanta y se dirige al hombre

- No hay razón de hacer una escena. Como verás - dice con su marcado acento catalán -  somos de por aquí. Así que ¡ Chitón!

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25/12/2011, 21:20
Hombre/Soldado de Constantí

¿Que a qué me de...de... ¡hip!....dico, hijo? Hip, Hip... -entrecerraba y abria los ojos. Soy guardia de entremu...mu... hip... de entremuros, pero ahora vigilo a esos marico... marico... hip... esos perros de con la cruz de Dios en el pecho que ha capturado don Conti, don Cuntent, ¡don Constantí! ¡HIP! esos ¡"desviados" sodomérrimos*"; y no: no he vi... vi... hip... vivido ningun aventura... bueno si... alguna que otra aventurilla con una mujer que...

En esos momentos se levantó Ricard. El tipo, que había hablado al joven Albert con los ojos entrecerrados, los abrió ahora de par en par.

¡Vale! ¡Vale! -no me grites que hay ya hay muchos gritos y es mi día libre desde hace una hora...

De no ser por su estado de embriaguez, el hombre os hubiera preguntado quiénes érais, os habría mirado de arriba a abajo para intentar acordarse de vuestras caras y, probablemente, hubiera llamado a otro guardia para registraros si no le hubieran convencido vuestras explicaciones. Pero ahora estaba a merced del alcohol...

Notas de juego

*: quiso decir "sodimitas" (el alcohol...)

(por favor: Vigilad los destinatarios: solo Ricard y Albert).

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25/12/2011, 23:43
Ricard de Agramunt

Disimulando su sorpresa, aquel era su día de suerte...

- Ya he oído hablar de esos perros antinaturales, ¡ qué asco me producen ! pero... si vos tenéis que vigilarles , ¿ no deberíais estar allí en.... en...? - sin acabar la frase a ver si el otro pica y contesta con el lugar donde están encerrados o al menos se entera de cuál es el turno del guardia.

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26/12/2011, 10:43
Albert de Manesse

Ante la escena que se sucedía delante de mis ojos sólo podía decir una cosa: bendito es el alcohol para sacar información a la gente. Miré a Ricard, había usado una buena táctica, decidí esperar a ver cómo contestaba aquel borracho.

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26/12/2011, 10:52
Gorka Olartekoetxea

Inclina la cabeza en agradecimiento y toma el canuto, sorprendiéndose al sentir el peso del mismo. Contiene una suma más que notable, quizá hasta podría comprar un yelmo o algo que le protegiera la cabeza, pero primero lo primero.

Se acerca al tendero y le saluda con un escueto "Saludos" sin siquiera mirarle a la cara, no necesita consultar sobre las plantas y sus propiedades, pues su conocimiento de las mismas posiblemente supera los del vendedor. Su búsqueda no se limita a las plantas necesarias para su cura, también le interesan las que puedan combatir infecciones, las que actúen como sedante (si las hay), e incluso algún veneno.

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31/12/2011, 01:04
Director

Quizá aquel escueto saludo fue consecuencia de su sorpresa. Gorka y Guilleume se adentraron bajo el toldo de un tipo que vendía hierbas y mercancías derivadas. Sin embargo, lo curioso era ver el inmenso... "eterno" desorden de especias, polvos, frascos y ramitas que allí había, sobre el mismo carruaje del "tenderete". Veías como atendía a otros clientes, los cuales recibían su petición tras una previa búsqueda entre todo el desorden y montón de especias por doquier por parte del tendero.

El tipo tenía una larga perilla, y un gorro maltrecho. En su cuello portaba una cruz y era un tipo huesudo y nervioso, ávaro de apariencia.

Bienvenido -dijo muy rápido sin apenas dejaros continuar hablando-. Poseo buenas cantidades de ajo, buen álamo, enembros aromáticos, ricas habas, estopa, incienso, laurel del bueno ¡sí! ¡del bueno! , valeriana, menta para los alientos, vinagres, tomillo...

... la lista era inmensa, sin que pudiérais recordar todo. Algunos clientes, a vuestro lado, rebuscaban con sus propias manos aquello que deseaban... o simplemente echaban un vistazo.

Notas de juego

Ya estoy por aquí. Feliz año.